El mundo de los residuos, el reciclaje, el retorno y la economía circular es, por lo general, muy complejo, donde se entrecruzan acusaciones graves, intereses ocultos y cifras que no cuadran. Este último jueves ha saltado, de nuevo, la polémica. El conflicto se ha declarado entre la entidad sin ánimo de lucro que gestiona el reciclaje de los envases en España, Ecoembes, y la asociación ecologista Greenpeace. La segunda, dentro de su campaña Maldito Plástico, ha difundido este jueves un informe titulado Reciclar no es suficiente: la gestión de residuos de envases plásticos en España, con una cifra demoledora que ha despertado la ira de algunos: en el país se recicla un 25% de los envases plásticos puestos en el mercado. Ecoembes considera que la ONG comete una "gravísima irresponsabilidad" porque confunde a los ciudadanos con "mentiras".
Greenpeace considera que "no existen datos suficientemente auditados por las administraciones, fiables, comparables entre sí, que permitan acercarnos a la realidad", por lo que en su documento realiza estimaciones a partir de muestras de las cifras de determinadas comunidades autónomas, que lleva a un 25,4% de recuperación o reciclajerecuperaciónreciclaje. La organización utiliza indistintamente los dos términos, aunque el más adecuado es el primero: no todo lo que se recupera, es decir, que no acaba en un vertedero abandonado a su suerte, contaminando en la naturaleza o incinerado, acaba reciclado, ya que la materia prima secundaria que se genera tras los procesos de revalorización no es, en muchas ocasiones, de la suficiente calidad para que se convierta en productos nuevos.
Ecoembes se ha defendido con unas duras declaraciones, recogidas por Europa Press, en las que ataca la supuesta "manipulación que atenta contra el esfuerzo que realizan miles de personas diariamente" y la cifra del 25%, defendiendo su propio dato: los residuos que van a los contenedores que gestionan ellos se reciclan en un 77,1%. El problema es que no hablan de lo mismo, y eso imposibilita cualquier tipo de comparación. Greenpeace toma los datos, concretamente, de la ciudad de Madrid, del área metropolitana de Barcelona, de la Comunitat Valenciana y de las Islas Baleares. "Si realizamos una extrapolación mediante una media de los valores, que consideramos suficientemente representativos a nivel estatal", se obtienen esas polémicas cifras, afirma la organización. Pero los datos son con respecto a los envases plásticos: no son todos los que recicla Ecoembes, ni la totalidad de envases plásticos entra dentro de la gestión de la entidad.
Ecoembes gestiona la recuperación de los llamados envases domésticos. Eso incluye materiales que no son plásticos, como papel, cartón, o metal procedente del aluminio de los tetrabricks. Y al contrario: en las cuentas de Greenpeace se incluyen envases plásticos que no son considerados domésticos, sino comerciales. Sin embargo, y dado que las cifras están muy lejos la una de la otra, la ONG ecologista siembra la duda sobre la veracidad de los datos de la entidad: "Una cifra baja, teniendo en cuenta que el Sistema Integrado de Gestión (SIG-Ecoembes) sitúa el porcentaje de reciclaje de la fracción de envases ligeros (todos) en más de un 77,1%”, recuerdan en Greenpeace.
Las dudas sobre Ecoembes
¿De dónde surgen las dudas en cuanto a las cifras de Ecoembes? La entidad es la que se encarga del reciclaje de los envases en España dentro del Sistema Integrado de Gestión (SIG) que se mantiene en España: es decir, las empresas que comercializan el envase son las que pagan a Ecoembes para que se encargue de la gestión del tetrabrick o la lata en cuestión, por cada unidad que pongan en el mercado. Sus detractores denuncian que no hay transparencia con respecto a los números de la organización: trabajan con los datos de envases comercializados que les dan las propias empresas que, con su dinero, mantienen viva a la entidad.
El experto en Gestión de Residuos Alberto Vizcaíno apunta a que ese 77% parte de una división en la que, como mínimo, no se cuentan todos los factores. Ecoembes saca sus números de dividir las "toneladas de envases domésticos adheridos en Ecoembes" por las "toneladas de envases domésticos reciclados por el sistema que coordina Ecoembes", como refleja en sus informes. El segundo dato solo lo puede obtener de lo depositado en los contenedores. Y, como apunta Vizcaíno, "los contenedores de recogida selectiva recopilan muchas cosas que no son envases adheridos a Ecoembes". (…) "Las máquinas no le preguntan a cada residuo que recuperan si está o no acogido" al Sistema Integrado de Gestión, ironiza en su blog. Por lo que, por simple lógica matemática, si en la división que realiza la organización uno de los factores es contabilizado con un número mucho menor que el real, el resultado final no es verosímil.
La entidad sin ánimo de lucro ha cargado contra Greenpeace, además, por asegurar que no todo lo que se deposita en el contenedor amarillo termina siendo reciclado. Los ecologistas aseguran, para explicar en parte lo bajo de ese 25% que defienden, que los residuos plásticos de pequeño tamaño, como los de monodosis (envases cuyo contenido solo sirve para una sola toma, como yogures) no se terminan reciclando, ya que en las plantas de tratamiento "saldrán de los tromeles de clasificación y serán considerados como materia orgánica, quedando rechazados para el reciclado. Acabarán en vertedero o incinerándose". Los activistas han enviado a los medios un imán para el frigorífico compuesto de un círculo: según explican, lo que cabe dentro de dicho círculo no se reciclará. La campaña genera dudas, ya que por el agujero, de algo más de 12 centímetros, cabe perfectamente una lata o una botella de menos de un litro de capacidad, envases muy comunes.
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¿Asegura Greenpeace entonces que la inmensa mayoría de los envases no se termina reciclando por un problema técnico de las plantas de clasificación? Julio Barea, responsable de Residuos de Greenpeace, aclara a infoLibre que dichos residuos, mayores que un yogur, un tapón o una pajita (latas, botellas…) sí que suelen reciclarse en su mayoría, aunque entren por el círculo de la campaña de la propia organización. "¿Sabías que todos los envases de plástico que caben por este agujero no se reciclan?", reza el lema de la acción de Greenpeace, lo que lleva a engaño y es desmentido por su propio portavoz.
Ecoembes afirma que no es casualidad que las comunidades autónomas que ha seleccionado Greenpeace para hacer su estudio sean las que estudiaron implantar un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR). A grandes rasgos, se trata de que los comercializadores cobran al consumidor un recargo por un envase, y en el momento de su devolución se devuelve el dinero. Sin embargo, la organización ecologista solo menciona el SDDR en una única ocasión en su documento, y lo hace para señalar que una apuesta por este modelo "rompería con el monopolio que, de hecho, se está ejerciendo sobre la publicación de datos sobre los envases realmente puestos en el mercado y, por tanto, sobre los costes reales que estos sistemas tendrían que estar asumiendo".
Para Greenpeace, el modelo actual es perverso: como las empresas pagan a Ecoembes y a Ecovidrio por cada envase puesto en el mercado, cuanto más residuos se generen, más dinero ganarán. Es por eso que, más allá de un sistema u otro de reciclaje, indispensable, los ecologistas llaman a reducir al mínimo el consumo de plásticos de usar y tirar y a, en general, consumir mucho menos plástico para evitar su enorme impacto ambiental. Y es un discurso que Ecoembes, que invierte millones de euros en campañas de publicidad, nunca mantiene: llama siempre a reciclar, nunca a dejar de consumir.
El mundo de los residuos, el reciclaje, el retorno y la economía circular es, por lo general, muy complejo, donde se entrecruzan acusaciones graves, intereses ocultos y cifras que no cuadran. Este último jueves ha saltado, de nuevo, la polémica. El conflicto se ha declarado entre la entidad sin ánimo de lucro que gestiona el reciclaje de los envases en España, Ecoembes, y la asociación ecologista Greenpeace. La segunda, dentro de su campaña Maldito Plástico, ha difundido este jueves un informe titulado Reciclar no es suficiente: la gestión de residuos de envases plásticos en España, con una cifra demoledora que ha despertado la ira de algunos: en el país se recicla un 25% de los envases plásticos puestos en el mercado. Ecoembes considera que la ONG comete una "gravísima irresponsabilidad" porque confunde a los ciudadanos con "mentiras".