El CIS advierte de que el 45% de los electores que votaron al PSOE el 26J le han retirado su apoyo

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La última foto fija del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no ha traído buenas noticias para el PSOE. Según el barómetro de octubre publicado este lunes [ver en PDF] sólo el 55,1% de los electores que apostaron por el PSOE en las elecciones generales del pasado 26 de junio repetirían papeleta de celebrarse ahora nuevas elecciones. Es decir, el 44,9% de sus votantes le ha retirado su respaldo electoral en poco más de tres meses.

La encuesta de la que se extraen estos datos fue realizada a partir de 2.491 entrevistas que se hicieron entre el 1 al 10 de octubre de 2016. Es decir, tras la caída de la dirección de Pedro Sánchez y su sustitución por una gestora, pero antes de que los socialistas decidieran abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy en el Comité Federal del 23 de octubre con el argumento de evitar unas terceras elecciones. 

En cualquier caso, este sondeo sí evidencia el desgaste que ha sufrido el PSOE tras meses de tránsito por un camino de profunda división e inestabilidad interna. Una realidad que se hace evidente también al comparar estos datos con los del barómetro del pasado julio, realizado entre el 1 y el 11 de julio de 2016 [consultar, aquí]. Entonces, al ser preguntados por su preferencia de voto en caso de que se celebraran nuevas elecciones, el 83,9% de los votantes socialistas se mostraron dispuestos a volver a apostar por el PSOE. La conclusión es que, en tres meses, el porcentaje de electores del PSOE que repetirían papeleta ha caído 28,8 puntos

De las formaciones de ámbito nacional el PSOE sigue siendo el partido que menos rechazo genera. Sin embargo, también este dato ha evolucionado de forma negativa para los socialistas desde el barómetro postelectoral realizado tras el 26J. Entonces, el 33,5% de los electores encuestados respondieron que, con toda seguridad, nunca votarían al PSOE. En el estudio de octubre ese porcentaje pasa al 40%. Es decir, aumenta 6,5 puntos (+19,4%). 

Podemos 

Si hay una nota positiva para el PSOE en este sondeo es que sus competidores directos, al menos por el momento, no logran capitalizar el descontento de sus votantes. Y es que sólo el 6,1% de los electores que el 26J optaron  por dar su respaldo a Pedro Sánchez se muestran dispuestos ahora a votar a Unidos Podemos. Menos provecho saca todavía Ciudadanos, formación a la que apenas irían el 1,3% de los exvotantes socialistas. 

De hecho, el 20,1% de los electores que apostaron por el PSOE el 26J asegura que no sabrían a quién votar de haber nuevos comicios y el 13,8% señalan que se abstendrían o votarían en blanco. "Estos datos lo que nos dicen es que hay un porcentaje importante de votantes que, de momento, no tienen claro si van a volver al PSOE o no. Es decir, existe una cierta desafección, pero no significa que estos electores no vayan a volver porque no se han marchado a otra formación", explica a infoLibre el profesor de Ciencia Política de la Universitat de València Juan Rodríguez Teruel.

Los datos agregados de estimación de voto también evidencian esa dificultad de Unidos Podemos por rentabilizar el retroceso electoral del PSOE. Según el CIS si se celebraran ahora elecciones, el PSOE tendría el voto del 17% de los electores, 5,63 puntos menos que el 26J, cuando obtuvo el 22,63%. Los socialistas caerían a la tercera posición y se produciría el sopasso que tanto temen en Ferraz. Y Unidos Podemos subiría a la segunda posición aunque, en términos absolutos, apenas mejoría en seis décimas el resultado del pasado junio (del 21,2% al 21,8% de apoyos electorales). 

Otro dato que muestra esa dificultad de Unidos Podemos para captar votantes desencantados con el PSOE es la baja disposición que estos últimos muestran a votar a la formación morada y sus confluencias. Así, según los datos del barómetro de octubre, sólo el 9,8% de los exvotantes socialistas aseguran que es bastante o muy probable que cogieran la papeleta de Unidos Podemos si hubiera nuevas elecciones. 

Situación interna 

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Estos datos llegan en un momento de cierta inestabilidad en ambas formaciones. En el PSOE hay abierta una pugna por el liderazgo que no se cerrará hasta que se celebre el próximo congreso. El sector afín a Susana Díaz, respaldada por los socialistas andaluces y buena parte de los barones territoriales, es claramente partidario de dilatar los plazos de la celebración del congreso lo máximo posible, convencido de que es necesario "que se calmen primero los ánimos" entre los militantes. Los afines a Sánchez, sin embargo, defienden que el Congreso se debe convocar ya.

Mientras, en Podemos, los procesos de primarias de la Comunidad de Madrid, Andalucía y Extremadura también han abierto una batalla por el liderazgo del partido que acabará al congreso estatal que tendrá lugar en unos meses. Al mismo tiempo, en la formación morada también se discute sobre cómo aprovechar el hueco abierto por el viraje del PSOE. Mientras Iglesias apuesta por mantener un tono duro y áspero y no intentar pescar en el caladero socialista moderando el discurso, su número dos, Iñigo Errejón, es partidario de no centrarse en atacar a los socialistas y tomar la iniciativa en el Congreso para que vayan a rebufo. 

Sin duda, lo que ocurra en ambas formaciones en los próximos meses será determinante para saber cómo se mueve esa masa de votantes que, al menos por el momento, ha decidido darle la espalda al PSOE pero no se ha visto seducida por otros partidos. 

La última foto fija del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no ha traído buenas noticias para el PSOE. Según el barómetro de octubre publicado este lunes [ver en PDF] sólo el 55,1% de los electores que apostaron por el PSOE en las elecciones generales del pasado 26 de junio repetirían papeleta de celebrarse ahora nuevas elecciones. Es decir, el 44,9% de sus votantes le ha retirado su respaldo electoral en poco más de tres meses.

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