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La confrontación política no se detiene ni ante el asesinato de Laura Luelmo

Mientras progresa la investigación sobre las circunstancias que rodearon la desaparición y asesinato de Laura Luelmo, avanzan también las reacciones sociales y políticas. La oleada de solidaridad generalizada –expresada fundamentalmente a través de las redes sociales– se ha entrecruzado con una suerte de uso político del crimen que ha polarizado los debates. La sesión de control en la Cámara Baja, celebrada este miércoles, ha dado muestra de ello.

Durante la sesión, el líder de los conservadores, Pablo Casado, no tardó en sacar a colación el nombre de Laura Luelmo. Lo hizo para poner en el centro del debate una reivindicación tradicional de su partido: la prisión permanente revisable. A su entender, la derogación de la pena daría vía libre a la reincidencia, mientras que su continuidad garantiza que "asesinos y violadores estén en la cárcel, sin permisos penitenciarios y mucho menos saliendo a la calle cuando no están reinsertados". Casado reclamó también apoyo para que el Congreso acabe aprobando las propuestas de reforma del Código Penal, que su formación está intentando introducir para ampliar los supuestos de la pena con el fin de sumar los delitos relacionados con secuestro previo y los casos en los que el autor del crimen no revela dónde está el cuerpo de la víctima. "Es plenamente constitucional y España lo necesita", sentenció Casado.

La defensa que hizo el PP de la prisión permanente revisable comenzó ya asomar el martes de la mano de su portavoz en el Congreso, Dolors Montserrat. La conservadora cargó contra el Gobierno de Pedro Sánchez y afirmó que no aceptará "ninguna lección de feminismo" de los socialistas. "Hoy nos invade a todos una gran tristeza por el asesinato de Laura", dijo en rueda de prensa, para enarbolar enseguida un alegato en favor de la prisión permanente. Su partido, aseveró, siempre ha estado "del lado de las víctimas, en la condena de la violencia".

En una línea similar se manifestó el partido de Santiago Abascal. El mismo miércoles, la cuenta oficial de Vox publicaba un mensaje en redes sociales recordando que desde su fundación se ha exigido "la cadena perpetua para los peores crímenes. Este tipo de asesinos y violadores no son reinsertables –ni lo merecen– a pesar de lo que diga el buenismo progre", dictaba. El mismo Santiago Abascal aseguraba, junto a una foto del asesino confeso de la joven maestra, que "los miserables" que les "acusan de amparar la violencia contra la mujer son los responsables de que monstruos como éste salgan a la calle". Todos ellos, añadía, "progres o comunistas, se oponen a la cadena perpetua. Entre otras cosas porque sus amigos terroristas se pudrirían en la cárcel".

Vox Asturias, por su parte, pidió "cadena perpetua y listas públicas de delincuentes", mientras que la delegación del partido de extrema derecha en Zamora fue un paso más allá. El lunes, cuando el cadáver de la joven fue encontrado, la cuenta del partido afirmaba que "gracias a los gobiernos del PP y PSOE, en España tenemos una ley que favorece a los delincuentes y perjudica a las víctimas". A este último mensaje no tardó en responder Isabel Díaz Ayuso, secretaria de Comunicación del PP. "Por favor, Santiago Abascal, estos mensajes no…", decía en Twitter citando lo previamente afirmado por Vox Zamora.

¿Qué ha dicho Ciudadanos? En un primer momento, el partido de Albert Rivera trató de mantenerse alejado del debate. "Espero que caiga todo el peso de la ley sobre este asesino. Tenemos que defender e implantar todas las medidas legales que hagan falta para que nadie más tenga que morir en manos de asesinos reincidentes", afirmó el presidente de la formación naranja. No obstante, Toni Cantó, diputado de Ciudadanos, no tardó en matizar sus palabras. Confirmó, de esta manera, que su partido está a favor de la prisión permanente pero pidió además revisar los permisos penitenciarios y el tercer grado. "Estamos a favor de la prisión permanente revisable. Lo que creemos es que no es suficiente y que el verdadero agujero por el que se cuelan personajes tan peligrosos es la aplicación del tercer grado y de los permisos", dijo en declaraciones a La Sexta.

Más tajante se ha mostrado Unidos Podemos. El mismo miércoles, su portavoz, Ione Belarra, aprovechó su turno en la sesión de control para reprochar a los conservadores el uso partidista de la violencia contra las mujeres. "Lo que ha hecho el señor Casado es absolutamente infame", aquejó Belarra. "Es como si los vendedores de armas cada vez que haya un asesinato recomendaran que todo el mundo llevara pistola. ¡Basta ya! Déjenos en paz a las mujeres. No necesitamos pistoleros ni prisión permanente revisable; lo que necesitamos son políticas públicas que nos protejan antes de que nos maten".

El secretario de Organización del partido morado, Pablo Echenique, ya había engrosado previamente el listado de primeras reacciones a través de las redes sociales. El martes publicaba un tuit en el que, además de brindar "infinito cariño y fuerza a su familia y amigos", mostraba "infinito desprecio a los animales que agreden y asesinan mujeres y también a los miserables que, desde la política, buscan votos ensangrentados en el anti-feminismo".

De forma semejante se expresó el diputado de ERC Gabriel Rufián, quien el lunes sentenciaba que "quienes hoy claman por la cadena perpetua son quienes siempre hablan de denuncias falsas y de feminazis". Y añadía: "Si de verdad se quiere luchar contra los asesinatos machistas menos populismo punitivo y más creer a las mujeres".

Protección y vigilancia

El Ejecutivo del PSOE abordó el crimen anunciando medidas de protección hacia las mujeres. Durante el Pleno del Senado celebrado el martes, Pedro Sánchez aseguró que "la violencia machista es una realidad que ensucia nuestro país". En ese sentido, defendió que todo aquel que crea "en la democracia, en la justicia, en la libertad y en la convivencia" debe seguir "luchando" mediante el impulso de leyes que protejan a las mujeres "por encima de todo".

Ya el miércoles, el líder de los socialistas respondió a Casado recordándole que la prisión permanente revisable está en vigor e insistiendo en que la posición del Gobierno y del PSOE en esta materia es esperar a que el Tribunal Constitucional decida si la medida cabe dentro de la Carta Magna. El Gobierno, reiteró, se va a centrar en plantear "mejoras para la seguridad de las mujeres en defensa de sus libertades".

Entretanto, Carmen Calvo, vicepresidenta del Ejecutivo y ministra de Igualdad, anunció una "reflexión" en torno a una posible reforma del artículo 106 del Código Penal para mejorar la vigilancia de exconvictos condenados por delitos peligrosos que atentan especialmente contra la libertad sexual de las mujeres y de los menores, tal y como informó Europa Press.

"Generalizar contra los hombres"

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En paralelo a la confección del discurso político ante el crimen, otro mediático echó a andar. Los medios de comunicación más conservadores clamaron también, a través de editoriales y columnas de opinión, en favor de la prisión permanente revisable. Pero además lanzaron un mensaje: no todos los hombres son culpables. Esdiario.com publicaba este miércoles un editorial bajo el titular "La respuesta no es generalizar contra los hombres, sino la prisión permanente".

A su juicio, el asesinato de la joven maestra "ha suscitado un lamentable debate culpabilizador del conjunto de la sociedad 'heteropatriarcal' desde los mismos ámbitos políticos, sociales y mediáticos". El texto carga contra quienes buscan "responsables colectivos" y por tanto tratan de "criminalizar de algún modo a todos los hombres mientras se auxilia al verdadero criminal". No es, a su entender, "el heteropatriarcado quien asesina como han pretendido difundir dirigentes políticos como Alberto Garzón o sugerido la mismísima vicepresidenta Calvo, sino hombres con nombres y apellidos, historiales penales en muchos casos y, como parece en el tristísimo episodio de Luelmo, beneficiarios de increíbles beneficios penitenciarios en forma de permisos".

Lo mismo defendía un día antes el diario Libertad Digital, en una columna firmada por Pablo Molina titulada "Yo no soy culpable". Para el autor, la izquierda "disfraza sus desmanes tratando de que todos asumamos una culpa que sólo a ella le corresponde, como suprema pervertidora del orden social". Molina remata su artículo personalizando el mensaje relativo a la violencia estructural y asegura no ser "culpable de que un violador reincidente asesine a una joven durante un permiso penitenciario".

Mientras progresa la investigación sobre las circunstancias que rodearon la desaparición y asesinato de Laura Luelmo, avanzan también las reacciones sociales y políticas. La oleada de solidaridad generalizada –expresada fundamentalmente a través de las redes sociales– se ha entrecruzado con una suerte de uso político del crimen que ha polarizado los debates. La sesión de control en la Cámara Baja, celebrada este miércoles, ha dado muestra de ello.

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