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Las contradicciones del general de Vox: propuso condecorar a Jordi Pujol y aceptó sin rechistar ser jefe del Ejército con Zapatero

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"Me sorprende que quien aceptó un cargo de confianza con el presidente Zapatero ahora se permita el lujo de descalificar al presidente Zapatero". La frase la pronunció la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ante los micrófonos de la Cadena Ser. Fue este jueves y con ese "quien" se refería a Fulgencio Coll, ahora portavoz de la extrema derecha en Palma y que hace una semana lanzó un discurso golpista instanto a los "poderes del Estado" a frenar la investidura de Pedro Sánchez. Y no solo eso: en el mismo artículo, publicado en El Mundo, aseguró que "con Rodríguez Zapatero se abrió una época de políticos de segunda generación". Y eso fue lo que molestó a Robles, que hizo hincapié en la contradicción de Coll, que aceptó sin rechistar que el Gobierno de Zapatero lo nombrase en 2008  jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME). Y poco después, en 2009, quiso condecorar a Jordi Pujol con la Gran Cruz del Mérito Militar, la máxima distinción en tiempos de paz.

Lo contó la que fuera ministra de Defensa durante la segunda legislatura de Zapatero, Carme Chacón –fallecida en 2017–, en una entrevista que concedió a El programa de Ana Rosa en 2014. La entonces ya exministra explicó que el Consejo Superior del Ejército "tomó la decisión de darle la máxima condecoración al expresidente Pujol por las buenas relaciones que siempre tuvo en Cataluña durante su mandato con el Ejército de Tierra". Una información que confirmó esta semana infoLibre con miembros del equipo de Chacón, que sitúan la decisión en el mes de mayo de 2009

Fulgencio Coll, en conversación telefónica con infoLibre, también recuerda el episodio: "Le hice dos propuestas [a la ministra Chacón]. Una era Juan Carlos Rodríguez Ibarra y otra Jordi Pujol". Y lo hizo por los mismos motivos: la relación que ambos habían tenido con las Fuerzas Armadas. "Propuse a Pujol porque tenía un recuerdo de una atención y un trato muy amable con las Fuerzas Armadas. Recuerdo que toda la Administración, en aquella época, era muy ágil, muy colaboradora y había una relación muy buena", insiste. 

  La máxima distinción en tiempos de paz 

Pero, ¿qué es la Gran Cruz del Mérito Militar? Se trata de la más alta condecoración que otorga Defensa en tiempos de paz y, aunque se proponga desde el Consejo Superior del Ejército, tiene que ser aprobada por el Consejo de Ministros. Una vez que se concede, el acuerdo tiene que salir publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Jordi Pujol rechazó la propuesta de agasajo planteada a iniciativa de Coll y que le fue transmitida por la propia Chacón en la sede del Ministerio de Defensa en Madrid. El político nacionalista catalán, tal y como contó Chacón en el citado programa, dijo que no la podía aceptar porque los miembros de su partido "no lo entenderían". 

Coll, en declaraciones a este diario, explica que él también habló directamente sobre la condecoración con el histórico dirigente de la ya desaparecida Convergència i Unió. "Le llamé por teléfono y estuvo realmente muy amable. Pero me dijo: 'En estos momentos veo que hay problemas con la relación con el Estado". Y añadió, según Coll, que "no estaba en condiciones" de aceptar la distinción. No obstante, no era la primera vez que hablaban. Tal y como confiesa, Coll conocía personalmente a Pujol desde el año 2001.

Todo ello ocurrió años antes de que el caso Pujol saltara a las primeras páginas de los periódicos. Las primeras informaciones que hablaban de una fortuna familiar oculta en paraísos fiscales comenzaron a publicarse en el año 2012. Y las últimas se conocieron este lunes, cuando la Agencia Tributaria determinó en un informe entregado a la Audiencia Nacional que Pujol defraudó en el año 2000 más de 885.000 euros, un delito por el que no pagará nada porque ya ha prescrito. Sobre lo que no había ninguna duda en 2009, cuando Coll propuso condecorarle, es sobre la ideología marcadamente nacionalista de Jordi Pujol.

Que los "poderes del Estado" impidan que Sánchez llegue a la Moncloa

Fulgencio Coll lleva días ocupando espacio en los medios por un asunto muy diferente. Y es que en el artículo que publicó en El Mundo el pasado 18 de diciembre, además de denostar al presidente del Gobierno que lo ascendió a JEME, también cargó duramente contra el actual líder del PSOE, Pedro Sánchez. En concreto, acusó al presidente del Gobierno en funciones de ser un "problema para la seguridad nacional". Y por eso se atrevió a instar a "los poderes del Estado" a impedir que Sánchez "ponga impunemente en peligro la legitimidad institucional del Estado" o negocie "una reforma del Estado de contenido y alcance desconocidos para quebrar el orden consitucional". Es decir, pidió expresamente a unos "poderes del Estado" que no identificó impedir que Sánchez llegue a la Moncloa, un poder que tan sólo tiene el Congreso de los Diputados, cuyos miembros fueron elegidos democráticamente por los españoles el pasado 10 de noviembre.

Por eso, el diputado socialista José Zaragoza no dudó en poner nombre al comportamiento de Coll: "golpista". 

 

Tras una semana de polémica, Coll sostiene ahora ante las preguntas de infoLibre que con la expresión "poderes del Estado", se refería precisamente a la Cámara Baja. Lo que no explica es por qué si lo que quería decir era "Congreso", no dijo "Congreso". Y empleó un término como "poderes del Estado" que, en primer término, lleva a pensar en el Ejército. "Lo de poderes del Estado ahora mismo lo enfoco a las Cortes", declara Coll. E insiste en que, según su punto de vista, "la propuesta que pretende hacer el presidente Sánchez no es la más adecuada". "Por eso he hecho este artículo como ciudadano de a pie, alejado de las Fuerzas Armadas", dice. "Lo que vengo a decir es que sería bueno corregir esta decisión por otra que vaya más por la línea constitucional. Yo diría que en vez de llevar compañeros de viaje que no están de acuerdo con la Constitución, [Sánchez] debe buscar un apoyo más sólido de alguien que realmente crea en la Constitución y en el futuro de España", sostiene un político que milita en Vox, partido que ataca sin descanso el sistema autonómico recogido en la Constitución, por poner un ejemplo de su doctrina contraria a la ley fundamental.

Las palabras de Coll a este periódico van en la misma línea que las realizadas en una entrevista con El Mundo, donde ya no apeló a esos ignotos "poderes del Estado" y sostuvo que los principales destinatarios de su mensaje eran los diputados socialistas que con su voto tendrán la oportunidad de investir o rechazar a un presidente que llegará a Moncloa con el apoyo de lo que él considera "los enemigos de España". 

Y mencionó la posibilidad de aplicar a Sánchez el artículo 102 de la Constitución Española, una opción que también mencionó en su escrito del 18 de diciembre. Ese artículo de la ley fundamental dice lo siguiente: "La responsabilidad criminal del presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo".

La alusión a ese artículo 102 de la Constitución ha ido ganando fuerza en el discurso de Coll. Y lo ha hecho además de manera paralela a la desaparición de la alusión a los "poderes del Estado" como salvadores del "problema" llamado Pedro Sánchez. Este viernes, el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palma planteó, en Espejo Público, aplicar el 102 para apartar al líder socialista e investigarle por "abuso de poder" o "prevaricación" por hacer uso de su condición de presidente "para hacer campaña electoral durante un año y medio". "Todavía estamos a tiempo de que Sánchez no salga investido y que aquellos que quieran evitar que se haga un pacto con aquellos que quieren romper España, lo eviten. Que propongan a otro candidato que busque el consenso entre los partidos constitucionalistas, no con los que odian España", añadió.

Ascendido por un "político de segunda generación"

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Fuelgencio Coll fue nombrado JEME por el Gobierno socialista de Zapatero en 2008. Ahora, tal y como escribió en su artículo, sostiene que "con Rodríguez Zapatero —que llegó a la Moncloa cuatro años antes, en 2004— se abrió una época de políticos de segunda generación". En otras palabras: Coll no tuvo empacho en ser ascendido por un supuesto "político de segunda generación", ni en disfrutar de todas las ventajas que conlleva el cargo de JEME, incluidas las económicas.

Unas palabras en las que insiste, a preguntas de infoLibre, aunque con un tono diferente. "Hay un cambio de línea y yo creo que Zapatero se equivocó con una serie de medidas", afirma. Pero no se percató de ello en aquel momento porque, dice, "estaba centrado" en su trabajo y no tan "metido" en la política

Así que ahora, "haciendo un análisis" retrospectivo, cree que la "deriva del PSOE" comenzó "en 2004", cuatro años antes de que él aceptase el ascenso del Gobierno socialista. En ese momento, critica, se tomaron unas "direcciones erróneas", como "volver al tema del guerracivilismo y del comunismo populista". "El PSOE se radicaliza y toma una dirección que no es la más acertada. Entonces yo hago una crítica posterior de lo que he visto cuando me he metido en la política", dice.

"Me sorprende que quien aceptó un cargo de confianza con el presidente Zapatero ahora se permita el lujo de descalificar al presidente Zapatero". La frase la pronunció la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ante los micrófonos de la Cadena Ser. Fue este jueves y con ese "quien" se refería a Fulgencio Coll, ahora portavoz de la extrema derecha en Palma y que hace una semana lanzó un discurso golpista instanto a los "poderes del Estado" a frenar la investidura de Pedro Sánchez. Y no solo eso: en el mismo artículo, publicado en El Mundo, aseguró que "con Rodríguez Zapatero se abrió una época de políticos de segunda generación". Y eso fue lo que molestó a Robles, que hizo hincapié en la contradicción de Coll, que aceptó sin rechistar que el Gobierno de Zapatero lo nombrase en 2008  jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME). Y poco después, en 2009, quiso condecorar a Jordi Pujol con la Gran Cruz del Mérito Militar, la máxima distinción en tiempos de paz.

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