Los contratos millonarios de publicidad abren una brecha entre Rato y su círculo de confianza

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La investigación por parte del juez Antonio Serrano-Arnal de los contratos de publicidad de Bankia a las empresas acusadas de pagar más de 800.000 euros a Rodrigo Rato han abierto una brecha entre el exvicepresidente del Gobierno y su círculo de confianza durante su etapa como presidente de la entidad bancaria.

El magistrado trata de determinar si Rato percibió comisiones ilegales a cambio de adjudicar a las empresas Zenith Media y Publicis Comunicación España al menos dos contratos presuntamente amañados por más de 20 millones de euros. Serrano-Arnal también sigue la pista a los más de 6,5 millones de euros que el exministro de Economía del Gobierno de José María Aznar ingresó sin pagar impuestos en España. 

En declaraciones realizadas a la Agencia Efe, el expresidente de Bankia defendió la "licitud" de su actuación, aunque eludió una posible responsabilidad en los contratos publicitarios, que según su versión fueron objeto de un concurso "competitivo" en que se valoró a las empresas conforme a baremos objetivos por una comisión en la que él no participaba, tal y como consta, según dijo, en el expediente de dicho concurso que debe obrar en poder de la entidad.

Rato precisó, además, que los pagos realizados por el Grupo Albisa, del presunto testaferro Alberto Portuondo Coll, que permanece en prisión desde el 16 de agosto, responden "a trabajos profesionales con contenido documentados adecuadamente". Sin embargo, este empresario aseguró que los pagos se realizaban por informes "verbales".

Arellano y Portuondo

Rato hizo estas declaraciones habida cuenta de que el juez Serrano-Arnal está realizando un seguimiento de las adjudicaciones, en las que aparecen personas de confianza de Rato. Y lo hace con la intención de determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los implicados en los contratos. En el horizonte del caso, se trata de determinar si Rato actuó en solitario o con la participación de otras personas, como por ejemplo es el caso de su secretaria personal Teresa Arellano Carpintero o el mencionado Portuondo Coll.

De los pequeños retazos conocidos de las declaraciones de los imputados, que permanecen secretas, y de las informaciones publicadas por los medios de comunicación, solo ha trascendido el alejamiento de Teresa Arellano con su jefe, con el que mantenía una estrecha relación profesional y de confianza de más de tres décadas. Tanta confianza tenía que llegó a tener a su nombre varias de las empresas de Rato.

Pero a esta ruptura se une la declaración de Pilar Trucios, cuyo cargo oficial en Bankia en 2011 era el de directora general adjunta de Comunicación y Marca. Este puesto, enmarcado dentro del apartado de altos directivos, implicaba unos ingresos de 398.000 euros anuales. Y según ha trascendido de su declaración como testigo, Trucios ha acusado a Rato de ser el auténtico inspirador de las adjudicaciones a Zenith y Publicis, por las que supuestamente percibió las comisiones ilegales.

La directora de comunicación

Tanto en el caso de la secretaria de confianza como en el de la directora general de Comunicación, ambas tratan de eludir cualquier responsabilidad en la adjudicación de contratos, que en conjunto superan los 20 millones. El primero de los contratos, tal y como consta en las actas de la reuniones del consejero de administración del Banco Financiero y de Ahorros (BFA) celebradas el de 2 y 24 de marzo de 2011, fue defendido por Trucios.

La directora de Comunicación y Marca compareció para aportar información sobre la campaña que iba a dar a conocer el nombre de Bankia como la resultante de la fusión de siete cajas de ahorros, entre las que se encontraban Caja Madrid y Bancaja.

De los 13.660.000 euros destinados a esta campaña "masiva", que no llegó a permanecer activa ni dos meses, 12.650.000 tuvieron como destino la central de medios Zenith. Otros 851.508 euros acabaron en las arcas de Publicis.

En su segunda comparecencia en el consejo de administración de BFA, Pilar Trucios intervino para "informar sobre el desarrollo de la campaña de publicidad que se ha puesto en marcha para la presentación de la nueva marca Bankia el pasado 2 de marzo". Además, dió cuenta de los próximos pasos previstos en la campaña, como por ejemplo la comunicación con empleados y clientes y la señalística de oficinas.

En ningún momento Trucios, que al igual que el presunto testaferro Portuondo formó parte del grupo de asesores externos en comunicación que pilotaron la fusión de las siete cajas de ahorros, anunció ningún reparo a la adjudicación. En ese momento, la flamante directora de comunicación, que es integrante del Opus Dei, mantenía una estrecha relación profesional con Rato. Este vínculo, según fuentes del consejo de administración de Bankia, se iniciaron a instancias del presidente en España del banco de inversiones Lazard, Jaime Castellanos, amigo y socio de Rato.

Asesora de Lazard

Trucios, que con una empresa personal asesoró a Lazard en España en el área de comunicación, también había trabajado en el diario económico Expansión. Pero Trucios apenas permaneció un año en su puesto directivo, que abandonó "por iniciativa de la empresa", con una indemnización de 759.167 euros, tal y como consta en uno de los informes apartados al caso Bankia que se investiga el juez Fernando Andreu en la Audiencia Nacional.

Precisamente este magistrado mantiene una pieza separada en la que investiga una transferencia de 6 millones de euros de Lazard a Rato, cuando todavía era presidente de Bankia. En ese mismo periodo de tiempo el ex director gerente del FMI otogó a la empresa de su amigo Castellanos contratos por un valor superior a los 16,9 millones de euros.

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Otros 8,3 millones

Pero la ruptura más traumática para Rato ha sido la protagonizada con su secretaria personal durante más de tres décadas. Ella, en declaraciones realizadas al diario El Mundo, aseguró sentirse traicionada por su jefe. Arellano Carpintero, que sucedió a Trucios como máxima responsable de comunicación, trata de eludir, de esta forma, una posible responsabilidad en la adjudicación de una segunda tanda de contratos a Zenith y Publicis, por un total de 8,3 millones, que al igual que Trucios descarga en Rato.

La actual dirección de Bankia, presidida por José Ignacio Goirigolzarri, también ha tratado de marcar distancias con el ex director gerente del FMI. Y por eso en agosto tomó la decisión "por prudencia" de paralizar los contratos con Zenith Media y Publicis. En el caso de la primera de estas empresas, la entidad financiera está tratando de rescindir con antelación el contrato que le liga a esta central de medios.

La investigación por parte del juez Antonio Serrano-Arnal de los contratos de publicidad de Bankia a las empresas acusadas de pagar más de 800.000 euros a Rodrigo Rato han abierto una brecha entre el exvicepresidente del Gobierno y su círculo de confianza durante su etapa como presidente de la entidad bancaria.

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