Corinna zu Sayn-Wittgenstei ha concedido una entrevista a la BBC en la que asegura que los 65 millones de euros que recibió de Juan Carlos I fueron "una muestra de gratitud por haberle cuidado durante sus peores momentos". La que fuera amante del emérito insiste en que el rey no intentaba esconder o lavar el dinero al legárselo a ella, incluso a pesar de que en 2014 este le dijo que devolviera el dinero. "En cierto momento se dio cuenta de que no iba a volver y se puso completamente furioso. Pidió que le devolviera todo. Creo que fue solamente un berrinche", afirma.
La empresaria deja caer además que el monarca "debe tener cientos de cuentas en otras jurisdicciones". "Lo que me parece extraordinario es que estén convirtiendo 40 años de modus operandi de una empresa familiar en un foco sobre una persona. Y esa persona soy yo... porque habrá cientos de cuentas en otras jurisdicciones", ha manifestado concretamente. "Diré, sin embargo, que habíamos tenido conversaciones en 2011 sobre su deseo de gestionar su testamento en vida. Empezó a hablar sobre su muerte y lo que quería dejar en su testamento", ha explicado, para añadir que también quería ocuparse de ella. No obstante, no discutieron cantidades, ya que le preocupaba que su familia "no respetara su voluntad".
Relata que recibió el dinero después de que su apartamento en Mónaco fuera registrado y de ser visitada por el entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán. Después de recibir la transferencia, cuenta, voló a Madrid para darle las gracias al rey y él le dijo que se sentía culpable por lo que le había pasado a ella. "Creo que se quedó muy sorprendido al comprender el alcance de la presión a la que me habían sometido y el efecto destructivo sobre mi reputación", añade.
El incidente de Botswana
Se ha referido igualmente al safari en Botswana de 2012 en el que el monarca sufrió un accidente de cadera cazando un elefante, un episodio del que el entonces jefe del estado tuvo que acabar pidiendo disculpas públicamente. Afirma que ese viaje fue regalo del monarca para uno de sus hijos por su décimo cumpleaños, ya que sentía cariño por ellos pese a que la relación había terminado. Sobre lo ocurrido, ha afirmado que lo vio después "porque todo el mundo se acercaba a mirar". "Pero me alejé después de dos minutos-. Soy cazadora, pero nunca he matado a un elefante en mi vida y nunca lo haría. Para mí, toda la experiencia de caza fue traumática en ese sentido".
En relación con dicho viaje Larsen ha afirmado a la BBC que sentía que el rey Juan Carlos intentaba que volviera con él pero que ella "no quería dar una impresión errónea". "Casi tuve premoniciones sobre este viaje", ha añadido. "Nunca se ha dicho que de hecho fui yo la que organizó su repatriación porque no había ningún plan en marcha", ha afirmado la empresaria.
En cuanto al ámbito personal, detalla que mantuvieron una relación romántica entre 2004 y 2009 y que en adelante continuaron siendo amigos por "el cariño" que el rey tiene a sus hijos. Revela asimismo que en 2009 recibió una llamada de su padre en la que le dijo que Juan Carlos I había ido a visitarle para confesar que estaba "muy enamorado" y que "pretendía casarse" con ella. Fue la amante del emérito quien desechó la idea, al considerar que podría "desestabilizar la monarquía".
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El "acoso" del CNI
Además, la consultora ha denunciado el "acoso" que sufrió por parte del CNI. "Desde el momento en que regresé de ese viaje [a Botswana]quedé bajo una vigilancia total". "Fue el principio de una campaña para pintarme como una Wallis Simpson, una Lady Macbeth, una suerte de personaje maligno que llevó a este maravilloso hombre por el mal camino en este viaje durante una gran crisis económica", explica. Cuenta que su apartamento en Mónaco "fue ocupado mientras estaba de viaje".
La examante del rey emérito afirma que llegó a recibir una amenaza anónima de muerte en la que le decían que hay muchos túneles entre Mónaco y Niza, en alusión al choque en el que murió la princesa Diana de Gales. Mantiene que la obsesión con ella y con el dinero que recibió del monarca es parte de una perniciosa campaña todavía activa parcialmente orquestada por el CNI español. "El acoso nunca ha cesado, si acaso se ha intensificado", dice.
Corinna zu Sayn-Wittgenstei ha concedido una entrevista a la BBC en la que asegura que los 65 millones de euros que recibió de Juan Carlos I fueron "una muestra de gratitud por haberle cuidado durante sus peores momentos". La que fuera amante del emérito insiste en que el rey no intentaba esconder o lavar el dinero al legárselo a ella, incluso a pesar de que en 2014 este le dijo que devolviera el dinero. "En cierto momento se dio cuenta de que no iba a volver y se puso completamente furioso. Pidió que le devolviera todo. Creo que fue solamente un berrinche", afirma.