El Comité Federal del PSOE decidió este domingo la abstención en la segunda ronda de la investidura para permitir la reelección del candidato del PP, Mariano Rajoy. Tras meses de debate –más o menos soterrado– entre el no es no y facilitar un Gobierno de la derecha, el máximo órgano entre congresos aprobó definitivamente una resolución que evita unos terceros comicios pero con el precio de que sean los diputados socialistas quienes abran la puerta de la Moncloa al líder conservador. El resultado, sin embargo, fue más ajustado de lo esperado. Y entre los ganadores sigue preocupando la posición del PSC, partido con el que el PSOE podría revisar su relación.
Fuentes de la gestora y del sector mayoritario en el PSOE elogian, eso sí, el buen tono del debate. En palabras de Javier Fernández, presidente de la cúpula transitoria, el intercambio de pareceres este domingo fue "intenso, fuerte, franco y duro", pero también "respetuoso". En esa última parte ponen el acento voces próximas a la presidenta andaluza Susana Díaz, que destacan que este Comité Federal fue "otra cosa" en comparación con el "caos y la vergüenza" del 1 de octubre, reunión que derivó en la dimisión de Sánchez. Especiales elogios recibe el exministro José Blanco, que fue en esta ocasión presidente de la Mesa del comité: "Ordenó un debate rápido y sensato", apuntan. Los críticos, en cambio, no comparten esta visión, y critican que no todos quienes solicitaron intervenir pudieran hacerlo antes de la votación.
Cierto es que, en comparación con el "espectáculo bochornoso" de hace veinte días –así lo han calificado repetidamente miembros de la nueva dirección del PSOE–, la cita de este domingo fue más calmada: apenas hubo manifestantes a las puertas de Ferraz, no hubo contratiempos para constituir el comité y para las tres de la tarde se había votado y se conocía el resultado: mayoría favorable a la resolución defendida por la eurodiputada y ex vicesecretaria general Elena Valenciano [ver en PDF], que plantea "desbloquear" una "situación excepcional" antes de que en "ocho días" se convoquen otros comicios que "dañarían" a las "instituciones" y a la "gente" y que significaría otro "retroceso electoral" para los socialistas.
Pero también es cierto que el resultado deja entrever que la división en el máximo órgano entre congresos del partido es profunda y que las fuerzas de unos y otros no son tan desiguales como se preveía. El Comité Federal tiene en la actualidad 263 miembros, tal como desveló este domingo infoLibre pese a la reiterada negativa del PSOE a facilitar un listado oficial. De ellos acudieron 237. La abstención cosechó 139 votos a favor y 96 en contra, un margen de 43. En los días previos al comité, los partidarios de aprobar esa nueva hoja de ruta esperaban ganar "con claridad" la votación. Esas mismas fuentes cifraban en 50 delegados la ventaja que preveían. Y, a menos de 48 horas de la cita de este domingo, varios cargos señalaron que incluso contemplaban doblar a los defensores del no.
Nada de eso sucedió. Voces del sector mayoritario admiten que su ventaja fue inferior a la esperada. Y afines a Sánchez se felicitan porque "esta vez sí han salido las cuentas". La referencia más clara para hacer cálculos era la votación que desencadenó la salida de Sánchez: entonces el resultado fue de 132 a 107, de modo que se han movido menos de una veintena de votos entre ambas fechas. Una buena parte de ellos, además, puede explicarse por la salida del Comité Federal de los miembros de la Ejecutiva del anterior secretario general que no pertenecen al órgano por alguna otra circunstancia –por ejemplo, haber sido elegidos como representantes de sus respetivas federaciones– y por la entrada de la decena de cargos de la gestora, muchos de los cuales no tenían derecho a voto el 1 de octubre.
Puerta abierta a dar la batalla
A la vista de los números de este domingo, los partidarios de Sánchez y del no a Rajoy creen que es pronto para darlos por acabados, aunque admiten que lo de este comité fue un mal trago: "Hemos dado un paso hacia atrás", señaló la secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández. "Es un error histórico", agregó la presidenta balear Francina Armengol. "Una decisión equivocada", calificó María Chivite, secretaria general de los socialistas navarros. "Es una ruptura con las bases", avisó Pilar Cancela, presidenta de la gestora del PSdeG. "Un gravísimo error estratégico, político e ideológico", se sumó Luis Tudanca, número uno del partido en Castilla y León. "Hoy es un día triste para muchos socialistas", escribió la diputada aragonesa Susana Sumelzo.
Pero, en privado, muchos de los cargos de este sector creen que el escrutinio de la votación no fue tan negativo para sus intereses como preveían –esperaban perder por más–, de modo que están motivados para, llegado el caso, plantar cara en el próximo congreso del partido. Está por ver cuándo se celebrará ese cónclave y si Pedro Sánchez dará el paso al frente –en su círculo nadie lo da por seguro–, pero de los hechos de las últimas horas extraen la conclusión de que Sánchez no está tan quemado ni ellos tan acorralados. El exlíder, por su parte, no asistió a la reunión de este domingo y únicamente escribió un tuit en el que afirmó que "pronto llegará el momento en el que la militancia recupere su PSOE, alejado del PP y donde la base decida". "¿Quizá suena a la previa de un anuncio, no?", especulaba un dirigente de su confianza.
En este mismo sector ha habido ya movimientos para, en primer lugar, dar la batalla hasta el Pleno de investidura por la "abstención técnica" de sólo once diputados. Este sábado por la tarde se celebró un encuentro al que estuvieron convocados los secretarios generales críticos –Luis Tudanca, Pilar Cancela, la vasca Idoia Mendia, Sara Hernández–, así como cargos provinciales y algunos diputados. El objetivo era "coordinar" las posiciones de cara al comité de este domingo, defender el no y después tratar de evitar que la gestora imponga la abstención total. Por eso muchos de ellos apelaron tras decidirse la abstención a la "inteligencia" de la gestora para no "ahondar en la fractura" del partido, si bien Javier Fernández exigió a todos los diputados que "asuman" el "mandato imperativo" del órgano federal.
Si finalmente rompen la disciplina de voto, nadie sabe a ciencia cierta qué sanciones se aplicarán. Fuentes del sector crítico aseguran que en las últimas horas, tras decidirse la abstención, han recibido llamadas de presión para que dejen de hacer campaña por el no. En los días previos a al Comité Federal, dirigentes socialistas llegaron a plantear la posibilidad de abrir un expediente de expulsión a los eventuales díscolos. Entre estos últimos la creencia más extendida es que no se llegará a tal extremo para no ahondar aún más la brecha existente entre las distintas familias del PSOE. De tomarse, sería una decisión sin precedentes. Hasta ahora, la falta de unidad ha quedado sin castigo o se ha sancionado con multas económicas.
El encaje del PSC
De cara a la próxima semana, en el sector mayoritario preocupa, sobre todo, la posición del PSC. Los diputados aislados que han anunciado que votarán no son vistos como un problema menor. En cuanto a los catalanes, fuentes próximas a Susana Díaz destacan lo "conciliador" del discurso del primer secretario, Miquel Iceta, a puerta cerrada [ver en PDF]. El catalán dijo querer seguir junto al PSOE, no querer romper las relaciones entre dos partidos que formalmente son sólo hermanos, no una misma formación. El presidente de la gestora, en este mismo sentido, señaló que tratará de "persuadir" a los socialistas catalanes para que no quiebren la disciplina de voto. Pero Fernández también fue claro a la hora de afirmar que espera que sean "receptivos" y no lleguen a tomar una decisión contraria a la del Comité Federal de este domingo.
Iceta ha sido hasta la fecha uno de los dirigentes que con mayor ahínco ha defendido el no es no. Este domingo, en el Comité Federal, volvió a hacerlo. La réplica se la dio el valenciano Ciprià Císcar, quien le recordó que existen precedentes de una abstención socialista para dejar gobernar a la derecha. Sin ir más lejos, apuntó el veterano dirigente en su réplica al número uno del PSC, cuando los socialistas catalanes permitieron gobernar a CiU en 2010. "Y la derecha de Convergència no es mejor que la del PP", vino a decir el valenciano.
"Tendrán cabeza", pronostica preguntada sobre el PSC una dirigente próxima a Díaz, que concede que los socialistas catalanes han tenido que abordar la cuestión de la gobernabilidad "en una situación muy difícil" –en medio de su propio congreso– pero que advierte de que "si el PSC ha participado en la votación del Comité Federal debe ser porque está dispuesto a asumir el resultado y la decisión tomada". Lo que piensa la mayoría del sector que dirige ahora el PSOE es que, si los siete diputados del PSC se atreven a romper la disciplina de voto, cuanto menos hay que "revisar" o "rehacer" el protocolo entre ambos partidos, de modo que los militantes del PSC no puedan votar en los congresos del PSOE ni tampoco los dirigentes catalanes en el Comité Federal socialista.
A nadie se le escapa, tampoco, que las victorias electorales a nivel estatal del PSOE siempre han venido avaladas por un buen resultado del PSC. Es el argumento de algunos para pedir no enrarecer el ambiente. Otras fuentes, en cambio, señalan la desconfianza con la que entre muchos socialistas de Cataluña se ve al PSOE andaluz de Susana Díaz. Algunos de ellos piensan incluso que la federación del sur es partidaria de tensar la cuerda los catalanes. Si las relaciones entre Ferraz y el PSC se revisaran a fondo y este último partido quedara sin derecho a voto en los órganos federales, el poder del PSOE de Susana Díaz en el seno del partido aumentaría, toda vez que la catalana es actualmente la segunda federación socialista con más peso.
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El futuro del PSOE
En la cúpula de Ferraz el balance del Comité Federal fue relativamente positivo. Fuentes próximas a Susana Díaz no se aventuran a cuantificar el "desgaste" que sufrirá el partido en primera instancia a causa de la abstención, pero creen que la situación se ha "desbloqueado" y que es un buen "primer paso" para empezar a reconstruir el partido. "Han pasado veinte días [desde la salida de Sánchez] y esto ya es otra cosa. La recomposición va más rápido de lo esperado", comentan.
En el lado negativo, este mismo sector se dice molesto con las intervenciones de dos miembros del PSE: el exlehendakari y ex presidente del Congreso, Patxi López, y la secretaria general Idoia Mendia, que se empleó con "dureza" para señalar que es incomprensible que algunos dirigentes del PSOE estén dispuestos a apoyar al PP pese a todos sus casos de corrupción. Algunos miembros del Comité Federal recordaron a López, cuyo "tono" molestó, que accedió a la lehendakaritza del Gobierno Vasco precisamente con el apoyo del PP. Y en su intervención, Susana Díaz [ver en PDF] afirmó que los socialistas andaluces han "sufrido muchísimo" el dolor causado por el PP, entre otras cosas porque "hoy hay dos hombres honestos" que "no pueden estar" en el PSOE, en referencia a los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán, imputados en el caso de los ERE.
El Comité Federal del PSOE decidió este domingo la abstención en la segunda ronda de la investidura para permitir la reelección del candidato del PP, Mariano Rajoy. Tras meses de debate –más o menos soterrado– entre el no es no y facilitar un Gobierno de la derecha, el máximo órgano entre congresos aprobó definitivamente una resolución que evita unos terceros comicios pero con el precio de que sean los diputados socialistas quienes abran la puerta de la Moncloa al líder conservador. El resultado, sin embargo, fue más ajustado de lo esperado. Y entre los ganadores sigue preocupando la posición del PSC, partido con el que el PSOE podría revisar su relación.