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Elogio del compromiso frente a la equidistancia

Joan Manuel Serrat ha decidido interrumpir su jubilación para actuar en un concierto solidario en Barcelona el próximo viernes, 29, a beneficio de los damnificados por la Dana. “Quiero sacar cuanto de bueno haya en mí para acercarme a un problema que es de todos y un drama que lo es, especialmente, de unos cuantos. Sabemos que el problema no se soluciona con actos puntuales, somos un grano de arena, pero si levantamos montañas de arena será fantástico. Esta es una historia oscura de la que tenemos que salir todos”.

Para qué buscar palabras si podemos citar las que improvisa, desde el corazón, El Nano. Es curioso que el mismo país que parece arder cada mañana si uno escucha determinadas emisoras, lee unas cuantas cabeceras o se pasea por las redes sociales, responde siempre con una ola de solidaridad impresionante para ayudar a quien lo necesita. Uno sólo puede sentir orgullo al ver a miles de jóvenes, los mismos que soportan salarios precarios y alquileres imposibles, calzarse unas botas y acudir a Paiporta, a Alfafar, a Massanassa o a Catarroja para sacar barro de colegios, residencias de ancianos y hogares de familias que han perdido a un hijo o a un abuelo. Somos muchos granos de arena cuando nos ponemos a la tarea principal.

Tenemos que salir, una vez más, de una historia oscura. Y convendría intentar hacerlo arrojando luz, distinguiendo a quien ejerce su obligación de servicio público y a quienes se han dedicado desde el minuto uno a enredar, a engañar, a intentar desviar la atención de su propia responsabilidad, hasta el punto de torpedear un frágil acuerdo de gobierno en la Unión Europea cuya voladura habría significado poner la alfombra roja en Bruselas al trumpismo y al antieuropeísmo.   

No caigamos en la trampa de la antipolítica. No ha fallado el sistema, sino quienes no estaban donde debían estar o simplemente despreciaron los avisos de la ciencia. Como explica el profesor Javier de Lucas en su magnífica serie de análisis sobre la gestión de la Dana, “el pueblo salva al pueblo, sí, pero lo hace sobre todo a través de sus instrumentos institucionales y gracias a los impuestos”. Es un insulto a la inteligencia y un nuevo martillazo al crédito de la política que Carlos Mazón no sólo continúe en la presidencia de la Generalitat valenciana sino que además intente esconder su responsabilidad poniendo a un militar (por brillante que sea) al frente de la reconstrucción. No hace falta más autoridad, sino más cooperación. Hay quien todavía no tiene claro lo que es un Estado descentralizado y hasta plurinacional. ¿Cómo va a entender lo que significa cogobernanza quien no fue capaz de atender un aviso rojo de la Aemet? Si no hubiera muertos, y aún desaparecidos, cabría proponer que “un Mazón” pase a definir la unidad de medida de la incompetencia.

La gestión de esta enorme catástrofe ha sido (y es) un campo de pruebas sobre las fortalezas y debilidades de nuestro Estado complejo y plural en tiempos de desinformación y de puesta en solfa de todos los intermediarios, que parecen estorbar a quienes sueñan con el triunfo de un neoliberalismo autocrático que precisa de consumidores, no de ciudadanos informados. No sólo han asomado la incompetencia y la antipolítica; también los ejemplos más vomitivos del llamado pseudoperiodismo, de los profesionales del bulo y la infamia que chapotean en Twitter, en TikTok y en algunos programas de grandes cadenas televisivas cuyas licencias, por cierto, teóricamente les exigen algo tan raro y sencillo como informar a la audiencia con un mínimo rigor. Pero también ha habido muchos ejemplos de servicio público desde el oficio y desde las propias redes. Necesitamos más Aimar Bretos, más Intxaurrondos y Marc Salas, más Alsinas y menos Iker Jiménez, Alvises y demás tropa.

InfoLibre mantiene, casi doce años después de su fundación, el compromiso firme de distinguir los hechos de las opiniones, de buscar la verdad y de rectificar los errores, y de demostrar que ser independiente no equivale a ser neutral. Tenemos valores y principios, y procuramos defenderlos con convicción y firmeza

Estos Premios infoLibre 2024, en momentos de ruido, de furia y tristeza, quieren significar un elogio del compromiso. Del compromiso con la igualdad del 016; del compromiso social que representan Helena Maleno o Regularización Ya; del compromiso con la memoria, con la verdad y con la cultura que ejerce Eduard Fernández en cada uno de sus trabajos; del compromiso con la democracia que simbolizan Lola González Ruiz (ya fallecida), Paca Sauquillo, Cristina Almeida y Manuela Carmena; del compromiso con el oficio del periodismo decente y fiable, compatible con la realidad digital, como ha demostrado toda su vida mi querido y admirado Edwy Plenel; del compromiso que cada ciudadano, lector y elector tiene para hacer sostenibles medios comprometidos con ese periodismo independiente y participativo, lo que representa hoy nuestro socio José Ramón Berné, premiado este año.

InfoLibre mantiene, casi doce años después de su fundación, el compromiso firme de distinguir los hechos de las opiniones, de buscar la verdad y de rectificar los errores, y de demostrar que ser independiente no equivale a ser neutral. Tenemos valores y principios, y procuramos defenderlos con convicción y firmeza. Porque, a mi juicio, la otra gran trampa que contribuye a la desinformación galopante es el falso y cómodo prestigio de la equidistancia. Quienes frecuentamos debates y tertulias de televisiones y radios sabemos que es raro el día que algún contertulio no culmine su exposición estableciendo equilibrios entre la responsabilidad de “los unos” y de “los otros”, da igual que se trate de la dana, de la crispación o de los precios de los alquileres. Soltar alguna expresión del tipo “todos tienen su responsabilidad” o “hacen falta más consensos” o “esto exige un acuerdo de Estado” parece dejar el debate zanjado, la conciencia tranquila y el futuro profesional blindado. Un par de cucharadas de tecnocracia y ya estaría lista la receta que, a mi entender, alimenta el monstruo de la antipolítica desde una falsa neutralidad.

La equidistancia es enemiga de un periodismo comprometido, pero sobre todo es incompatible con la verdad. Ese periodismo que abusa del “Fulanito dice” y “Menganito sostiene” es un engaño. Decir que “Mazón no estaba” pero “Ribera tampoco” es simplemente mentir. Que el día 29 de octubre transcurrieron casi trece horas entre el aviso rojo de los meteorólogos y la alerta roja a la ciudadanía valenciana es un hecho, un dato indiscutible. Como lo es la emergencia climática. No valen versiones ni realidades alternativas. 

Tenemos que agradecer a los premiados este año, como nos ha ocurrido en todas las ediciones anteriores, su generosidad al compartir con infoLibre algunos valores y principios que ojalá abundaran más. No olvidaremos a las 220 víctimas de la dana, como no olvidamos a los 7291 fallecidos en las residencias de Madrid en lo peor de la pandemia [ver aquí nuestro dosier], condenados sin asistencia médica de ningún tipo, o a los más de 40.000 asesinados en Gaza o a las mujeres afganas a las que ya no se les permite siquiera hablar. Seguiremos compartiendo causas justas. Somos un grano de arena, pero, como dice Serrat, si levantáramos montañas de arena sería fantástico. Hay esperanza. ¡Corramos la voz!

[Este texto es la base de las palabras pronunciadas por Jesús Maraña en el acto de entrega de los Premios infoLibre 2024]

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