LA ESTRATEGIA DEL GOBIERNO
Sánchez desdeña el acercamiento entre PP y Puigdemont y mantiene la hoja de ruta de los Presupuestos
Pedro Sánchez cierra el año 2024 poniéndole un “notable alto” a la situación del país. Y ya mira al siguiente curso con la principal asignatura de los Presupuestos Generales del Estado. En el primer trimestre, los llevará a las Cortes Generales a pesar de que en los últimos días el clima se ha enrarecido con Junts por la subida de tono de Carles Puigdemont y la alianza inesperada en el Congreso con el PP para eliminar el impuesto de la producción eléctrica.
Pero Pedro Sánchez no cree que esta unión entre populares y posconvergentes se vaya a consolidar con el tiempo y lo enmarca dentro de la política ficción. El análisis que hace el jefe del Ejecutivo es que Junts sabe perfectamente que acercarse a los de Alberto Núñez Feijóo les perjudica en Cataluña, en tanto que Génova 13 sufriría un fuerte frente interno con sus presidentes autonómicos si hay sintonía con Carles Puigdemont.
Esta reflexión la compartió el propio presidente del Gobierno durante una charla informal con los periodistas en el Palacio de La Moncloa con motivo de la copa de Navidad, y es una sensación compartida de manera mayoritaria por los miembros de su Gobierno. El Ejecutivo está a la espera de que concluya el congreso de ERC para lanzarse ya a la negociación de las cuentas públicas para el año que viene.
El Ejecutivo presentará sí o sí esas cuentas públicas aunque no haya logrado antes amarrar los votos. El propio Sánchez reconoció que ahora al Gobierno le toca “sudar la camiseta” para convencer no sólo a Carles Puigdemont, sino también al resto de socios, incluyendo hasta Sumar, que forma parte de la coalición. Pero entienden en La Moncloa que no hay más alternativa.
Sánchez sigue con la puerta abierta para reunirse con el propio Carles Puigdemont, un gesto que ya mostró justo hace un año en el mismo acto en La Moncloa. Reseña el presidente que se trata de un “acto coherente”. Lo que sí cree el también secretario general del PSOE es que Puigdemont no está leyendo bien el “ánimo” de la sociedad catalana, que no apuesta por la confrontación en estos momentos. Por eso, confía en que termine imponiéndose el pragmatismo que reclaman los ciudadanos. En el Ejecutivo no dejan de repetir que el principal problema que tienen los catalanes, según confiesan en el barómetro del CEO (el CIS catalán), es la vivienda. Y, como recuerda un ministro, existe esa realidad que sabe Junts: los posconvergentes tienen siete diputados clave, pero el PSC logró en las elecciones generales sumar hasta 19 escaños.
Las "cartas marcadas" del PP y una parte de la judicatura
En La Moncloa repiten que están tranquilos respecto al futuro de la legislatura. El propio presidente del Gobierno señaló que no tiene intención de convocar elecciones generales frente a los reclamos de la oposición. Y está con fuerza para afrontar los frentes judiciales abiertos. De hecho, el socialista fue un paso más allá y señaló la connivencia del PP con ciertos sectores de la judicatura, por lo que entiende que la oposición juega con las “cartas marcadas”. El presidente hizo esta afirmación basándose en los vaticinios que hace en X con sus “pa’ lante” el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, y los pronósticos que le lanza Alberto Núñez Feijóo sobre su “calvario judicial”.
Sánchez subraya en estos días que la oposición no pone sobre la mesa, como se evidenció en la sesión de control del miércoles en el Congreso, temas de interés para los ciudadanos. “No tenemos oposición política, sino un frente mediático”, en palabras de Sánchez, quien sostuvo que algún juez contribuye a esa labor. Pero el análisis del presidente es que esto también lo notan los propios electores y se refleja en la caída en valoración del propio Núñez Feijóo respecto a cuando llegó de la Xunta de Galicia a Madrid.
Sánchez cree que la oposición "juega con las cartas marcadas" en el frente judicial
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El PP, en cambio, en este final de año trata de hacer guiños directamente a Junts. El propio líder de los populares durante la sesión de control le dijo a Mìriam Nogueras que ya “hace mucho tiempo” le puso sobre la pista de que Sánchez “no era de fiar”. Pero en La Moncloa creen que la solidificación de ese posible acercamiento es más un espejismo que trata de crear la derecha mediática en Madrid para generar imagen de debilidad de la coalición.
Más retos para 2025
El presidente también encara el año que viene con un PSOE afinado y competitivo tras el último congreso federal en Sevilla. Durante estas semanas se terminará de configurar el mapa autonómico. Después de haberse despejado el camino con Óscar López como nuevo líder en Madrid, las principales batallas estarán en Andalucía, Extremadura y Aragón. Y en esta última ya se da por descontado el desembarco de la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría. Un camino abierto por el propio presidente del Gobierno, que se limitó a decir este miércoles: “Lo decidirán los militantes”.
El Gobierno, además, trabaja en una serie de actos para reivindicar el año que viene la España de la libertad que surgió tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975. En el Ejecutivo creen que es un momento propicio, con motivo de los cincuenta años, para que las generaciones jóvenes sepan qué supuso el franquismo frente a discursos que ahora se escuchan en el Congreso por parte de Vox hablando de prosperidad en aquella época. Están diseñando en el Ejecutivo actividades informativas y con comités de expertos, además se nombrará como comisionada previsiblemente a una mujer joven para explicar esa etapa.