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Cristina Olea indaga en la fractura de EEUU: "La mitad que no votó a Trump tiene más miedo que nunca"

La corresponsal Cristina Olea en la Casa Blanca.

La mirada de un corresponsal siempre es particular. No deja de ser un extranjero en suelo ajeno, pero precisamente por eso termina colándose hasta el tuétano como observador privilegiado. Una doble visión desde el epicentro con la amplia perspectiva que da no ser un lugareño. Así lleva seis años Cristina Olea (Vigo, 1982) sentándose en la sala de prensa de la Casa Blanca como periodista de TVE. Una gallega que, desde la corresponsalía en Washington DC, ha recorrido todo Estados Unidos en busca de historias que le ayuden a comprender tan inabarcable, contradictorio y poderoso país, con intereses en todo el resto del globo terráqueo y con todo tipo de heridas internas siempre a medio cerrar (cuando no peligrosamente abiertas).

Heridas que arañan y lesionan a personas de carne y hueso que Olea ha ido encontrando desde que llegó a mitad del primer mandato de Donald Trump. El elenco de personajes es de lo más poliédrico: dispuesta a asaltar el Capitolio en Washington, una mujer está convencida de que le han robado las elecciones y amenaza con un baño de sangre; en Arizona, un hombre armado patrulla la frontera; una madre encuentra a su hijo muerto sobre la cama por una sobredosis de fentanilo; llaman a un padre para contarle que han disparado a su hijo en el instituto; un anciano busca viejas fotografías porque su padre nació esclavo y el Ku Klux Klan casi lo lincha; un veterano de Irak y Afganistán con estrés postraumático que se siente como Lady Macbeth porque no puede limpiar sus manos de sangre...

Desde que aterrizó en 2018, la periodista ha preguntado a los que gobiernan, pero también ha recorrido miles de kilómetros para escuchar a los que inspiran y sufren las decisiones políticas. El resultado es La gran fractura americana (La esfera de los libros, 2024), un volumen sobre Donald Trump, Kamala Harris y Joe Biden pero, fundamentalmente, sobre los ciudadanos que cohabitan en Estados Unidos en una era de división y polarización extrapolable casi diríase que de manera imperialista al resto del planeta.

"Me ha tocado vivir en una época muy convulsa. Me he encontrado un país en el que las familias se reúnen en torno a la mesa en Acción de gracias y evitan hablar de política, y hay amigos y vecinos que han dejado de hablarse porque unos votan a Trump y otros a los demócratas y sienten que sus diferencias son irreconciliables", destaca a infoLibre la corresponsal, defendiendo que para contar bien un país hay que conocer igualmente bien a sus habitantes. "Cada parada de este viaje de seis años es una persona que representa los grandes temas de las últimas elecciones", apostilla.

Porque pareciera, además, que hay tantos temas controvertidos como ciudadanos. Es una exageración, pero desde luego el debate en la calle está bien encarnizado en torno a innumerables cuestiones. "Yo llegué en 2018 a mitad del mandato de Trump, cuando todavía en Europa nos preguntábamos cómo había llegado a la Casa Blanca y fíjate, seis años después ha ganado otras elecciones", apunta Olea. Y acto seguido enumera: "En estos años he vivido las mayores protestas contra el racismo, cómo el Tribunal Supremo tumbó el derecho al aborto, los juicios políticos y penales a Trump, cómo luego le han dado la inmunidad, la retirada de Afganistán, el gobierno de Joe Biden... Han sido unos años turbulentos y, por supuesto, con el asalto al Capitolio, que quedará en los libros de Historia".

Trump despierta pasiones a favor y en contra. Es tan amado como repudiado, genera mucha admiración y apoyo al mismo tiempo que muchísimo rechazo

Efectivamente, Trump ha vuelto a ganar y estará oficialmente de regreso en el Despacho Oval, tras su proclamación como presidente, en unos pocos días. "La división en Estados Unidos no es nueva, pero Trump es el presidente que más ha polarizado a la sociedad estadounidense. Despierta pasiones a favor y en contra. Es tan amado como repudiado, genera mucha admiración y apoyo al mismo tiempo que muchísimo rechazo. Los resultados de estas elecciones nos dicen que el país está partido por la mitad, porque han sido muy ajustadas, el margen de victoria en el voto popular ha sido muy pequeño, y si hablas con la gente te das cuenta de que esas dos mitades están muy alejadas. Lo que espanta a una parte de la población estadounidense es lo que le gusta a la otra", explica.

Y todavía continúa: "Las personas que ahora mismo están preocupadas por el derecho al aborto, por los derechos de la comunidad LGTBI, por la independencia del poder judicial, el sistema democrático o el derecho al asilo tienen mucho miedo a la vuelta de Trump. Pero es que hay otra mitad de la población que está muy contenta con su vuelta precisamente por eso. Mientras él gobernaba, en las calles vimos el movimiento Me Too y muchas protestas contra el racismo. En cambio, mientras gobernaban los demócratas estos últimos cuatro años hemos visto muchas protestas por los valores progresistas que se promueven a muchos niveles, hemos visto mucha contestación contra todo lo que aquí los republicanos llaman lo woke, como educar sobre el racismo, igualdad, identidad de género... todo esto ha generado mucha contestación de gente que no quiere ver esto en las escuelas, y por eso los estados republicanos están prohibiendo libros".

Esa polarización de la que tanto hablamos se ha visto en Estados Unidos en torno a otra palabra que también utilizamos mucho: libertad. Un valor muy arraigado en la sociedad estadounidense desde sus inicios, que los republicanos, defensores de que el gobierno no se entrometa en lo que hacen los individuos, reivindican en forma de libertad de expresión, de religión y de poder llevar armas. Los demócratas, en cambio, se han preocupado más por defender la libertad de poder abortar sin que el gobierno te diga que no puedes o la libertad de poder leer un libro sobre transexualidad o racismo sin que las autoridades locales lo prohíban en la biblioteca o en la escuela. "Que la libertad no es solo llevar armas, sino también mandar a tus hijos al cole sabiendo que no va a llegar alguien y les va a disparar con un fusil", plantea Olea.

En este contexto, "las guerras culturales han tenido mucho que ver en estas elecciones". asegura la periodista, recordando que la campaña de Trump "gastó millones en la recta final en un anuncio que ridiculizaba el apoyo de Kamala Harris a la comunidad trans", algo que consideran "un gran éxito". "Trump va a empezar a gobernar en un país muy dividido, donde la clase media está asustada por el encarecimiento de la vida por la inflación, y en un país inmenso que está jugando un papel protagonista en Europa y Oriente Medio. Probablemente, el rumbo que quiera darle a todo eso va a ser el contrario al que prometía Joe Biden, así que tendremos que estar pendientes", apunta. "Él promete acabar con la ayuda a otros países, promete la paz sin explicar cómo", añade. "Trump es el presidente que más ha polarizado a la sociedad estadounidense desde que ganó la primera vez hasta hoy", insiste.

El Partido Republicano ha pasado a ser el Partido Trumpista

Otro punto importante de cara al panorama que se abre desde que arranca 2025 es que Trump "ha transformado totalmente el Partido Republicano, que ha pasado a ser el Partido Trumpista". "Ha pasado de ser el partido de la responsabilidad fiscal a ser el de las propuestas económicas populistas, de ser el partido de las intervenciones en el extranjero a ser el del aislacionismo, de ser la policía del mundo al proteccionismo", enumera la corresponsal. Alerta, asimismo, de la total identificación de los votantes con Trump hasta el punto de "sentirse parte de un movimiento, el movimiento MAGAMake America Great Again–, parte de algo que va mucho más allá del Partido Republicano".

"Y si en 2016, cuando ganó por primera vez Trump, todavía muchos congresistas y senadores de su propio partido se resistían a apoyar algunas de sus propuestas, ahora se encontrará con menos oposición interna porque lo ha transformado, tiene un enorme poder y los congresistas y senadores republicanos saben que si se enfrentan a él lo van a pagar en las urnas", anticipa Olea, remarcando otra diferencia con el primer mandato del magnate: "Ahora todos son conscientes de que Trump de verdad ha ganado estas elecciones. Y cuando alguien cuestiona sus propuestas por ser radicales o extremas, él responde que es lo que la gente quiere. Él dice 'yo he prometido esto en campaña y me han votado por eso'. En su partido son conscientes de que es así, y es probable por tanto que se resistan menos".

Los efectos de la victoria y la presidencia de Trump los vamos a notar seguro en el resto del mundo

Tanto poder personificado en Trump "inquieta a buena parte de la sociedad estadounidense y del mundo", más aún por declaraciones estrambóticas "como que los inmigrantes envenenan la sangre del país, o las promesas de venganza contra sus rivales políticos". "También está ese coqueteo con el hecho de ser un dictador. Él mismo ha bromeado con serlo diciendo 'voy a ser dictador pero solo por un día'. Incluso ha bromeado con el hecho de que quizás se puedan cambiar las normas para que el presidente pueda seguir más de dos mandatos... él mismo ha entrado de lleno en esas bromas, y ahora que el Tribunal Supremo está de su lado y las dos cámaras son republicanas, la mitad del país que no votó a Trump, la mitad del país que detesta a Trump, tiene más miedo que nunca", argumenta.

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Este temor es especialmente preocupante si tenemos en cuenta que todo lo que ocurre en Estados Unidos "arrastra un poco al resto del mundo", más todavía en un momento en el que el país está "viviendo ahora una crisis de identidad" que le hace preguntarse "qué lugar quiere ocupar en el mundo", por lo que se debate "entre las alianzas tradicionales y el multilateralismo promovido por Biden y el proteccionismo y el aislacionismo de Trump, que ha sido el gran protagonista de la política estadounidense y mundial en la última década". "Es una figura en la que mucha gente se mira y que han tratado de emular de una u otra manera, sobre todo en ese éxito y ese tirón", indica la periodista: "Sus mensajes y su política se han copiado en otros países. Probablemente esta victoria va envalentonar también a los movimientos que promovían un populismo de extrema derecha parecido al que promueve Trump, y los efectos de su victoria y su presidencia los vamos a notar seguro en el resto del mundo".

Recuerda Olea, asimismo, que una de las grandes promesas de Trump, que explica en parte su victoria electoral, es que él quiere "desmantelar el sistema establecido y departamentos como el de Educación, que en los últimos años ha promovido valores progresistas, o incluso el FBI o la CIA después de estos años en los que le ha perseguido la justicia". "Seguiremos durante mucho tiempo haciendo análisis y preguntándonos por qué ha ganado Trump ahora estas elecciones. Una de las cosas que lo explican y una de las claves de su éxito es su personalidad, porque su figura tiene mucho tirón entre los estadounidenses. Las personas que le han votado realmente quieren desmontar el status quo y todas esas promesas les suenan bien. Ahora la pregunta es hacia donde, porque ahí Donald Trump no ha dado tantos detalles", advierte.

Termina la corresponsal lanzando otro aviso de lo que está por venir afirmando que "la alianza con Elon Musk francamente es insólita y despierta muchísimas dudas". Y así lo explica: "Es inaudita porque Musk es el hombre más rico del mundo, ha invertido muchísimos millones en la campaña de Trump y tenerlo de su lado le da un enorme poder, Y no solo es un empresario millonario, sino que sus empresas están en sectores estratégicos como las redes sociales, el sector espacial, la tecnología... el gobierno de Estados Unidos es ya cliente de Elon Musk y sus empresas dependen mucho de las nuevas regulaciones que ponga el gobierno. Al mismo tiempo él es precisamente quien estará dando consejos a Trump sobre esas regulaciones que también afectan a sus empresas. Además, Trump le ha dado un papel a Musk de recortar de forma drástica la administración, de darle ideas sobre cómo reducir costes... Todo esto despierta muchísimas preguntas e incógnitas".

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