La cruz de los caídos de Córdoba resiste a todas las siglas

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Olivia Carballar

La cruz de los caídos de Córdoba, que lució hasta hace apenas unos años un águila preconstitucional, resiste erguida desde 1975 a todas las siglas, a izquierda y a derecha. Ni IU en todos sus años al frente del Ayuntamiento desde la Transición, ni el PSOE cuando sostuvo las alcaldías del bastión rojo de España, ni el PP, que gobernó en los 90 y lo hace ahora, han derribado esta construcción franquista de diez metros de altura, ubicada paradójicamente junto a la Plaza de la Constitución, frente a la Subdelegación del Gobierno de la ciudad andaluza.

Tras la aprobación en 2007 de la hoy desmantelada Ley de Memoria, el consistorio, gobernado entonces por IU, pidió a la Subdelegación la retirada de la cruz, levantada con fondos del Estado. La Subdelegación eliminó el águila preconstitucional del conjunto escultórico –compuesto además por una escultura de mujer– y dejó una inscripción con la fecha de la guerra civil en números romanos: 1936-1939. Después de esa actuación, la comisión técnica de expertos de memoria histórica creada por Zapatero decidió en 2010 mantenerla con los mismos argumentos que el alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, alega para no derribar la cruz ubicada en el monte de O Castro: “Por carecer de simbología o mención alguna al franquismo, se acuerda por unanimidad que sea conservado –el monumento– in situ”, sostiene la comisión de expertos en un balance de retirada de vestigios actualizado hasta 2011.

La reciente sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 2 de Vigo desmonta, sin embargo, este argumento por la sencilla razón –dice el juez– de que la cruz, todavía desprovista de menciones, constituye en sí misma un símbolo de exaltación franquista. Una consideración que puede extenderse igualmente a la de Córdoba. ”Su ubicación estratégica en un lugar privilegiado y simbólico de la ciudad lo convierten –al monumento– en un testimonio presente del triunfo de los vencedores en la Guerra Civil y memoria de humillación para vencidos, sus víctimas y sus descendientes”, dice la sentencia, recurrida por el alcalde de Vigo. Es decir, la carga simbólica de la cruz es inherente a esas construcciones: "Monumentos falangistas erigidos en honor a los 'Caídos por Dios y por España', esto es, a los fallecidos en la Guerra Civil exclusivamente de un solo bando, el vencedor, responsable de la dictadura y la represión", añade el juez, que concluye, por tanto, que hay que derribarla.

Con la nueva ley de memoria que prepara la Junta de Andalucía, la cruz de los caídos de Córdoba, aun sin inscripciones franquistas, también tendrá que ser retirada. “En el imaginario colectivo sigue siendo una cruz del franquismo”, explican, con el mismo razonamiento de la sentencia de Vigo, desde la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta, dependiente de una consejería dirigida por IU. El artículo 32 del anteproyecto elimina, además, la excepción artística que hace la Ley de Memoria estatal, que ha permitido durante años al gobierno del PP de Granada mantener un monolito a Primo de Rivera, finalmente derribado después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía acabara con la excusa de que aquel símbolo fascista era una obra de arte.

Varias asociaciones memorialistas que vienen reclamando desde hace años la retirada de la cruz de Córdoba denuncian que “a pesar de la Ley de Memoria, a pesar de ser la capital de provincia regida durante más años por la izquierda, a pesar, también, de las campañas llevadas a cabo por entidades que no sólo la encuentran ofensiva, sino ilegal desde la entrada en vigor de dicha ley”, ésta permanece sin escandalizar a los partidos, como explican en un manifiesto de 2012 que ahora vuelven a activar los colectivos firmantes, entre ellos la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia, el Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Social de Andalucía de CGT-A, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura y varios grupos locales.

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Ningún partido, sin embargo, se siente responsable de que esa cruz siga donde está. Durante la etapa de gobierno de IU, el Ayuntamiento sí retiró o borró otros símbolos franquistas de edificios como Correos. ¿Pero por qué se mantuvo la cruz? El actual portavoz municipal de IU, Francisco Tejada, responsabiliza a la Subdelegación del Gobierno y afirma que ahora actuarán de la mano de las asociaciones de memoria para hacer que se cumpla la ley. La Subdelegación, que alega que la cruz está en suelo municipal, asegura que cumplió con lo que determinó la comisión de expertos y envió recordatorios a todas las administraciones del Estado en la ciudad para eliminar los símbolos en cumplimiento del artículo 15 de la Ley. El PSOE, por su parte, considera que IU no hizo todo lo que tuvo que hacer y dejó este asunto a medias. “De acuerdo a la ley de memoria de Zapatero y de acuerdo a la futura ley andaluza, abogaremos por retirar esa cruz y todos los símbolos franquistas”, afirma ahora la responsable de memoria histórica del PSOE de Córdoba, María del Mar Téllez, muy crítica también con la postura adoptada por el alcalde socialista de Vigo y ministro con Felipe González. “Hay que ser coherente. Que el alcalde sea socialista no quiere decir que el PSOE lo entienda. Ha dicho que estuvo en la cárcel y en el exilio, pero parece que le ha entrado la desmemoria con una parte de su pasado”, añade. Téllez, de acuerdo a la sentencia de Vigo, realiza la siguiente comparación: “La simbología es muy importante, y más, en el siglo XXI. No hace falta que veamos letras que nos identifiquen una marca. Simplemente viendo un logo sabemos de qué marca se trata. Y todo el mundo sabe que esa cruz, lleve inscripciones o no, es un símbolo del franquismo”, concluye. Tras varios intentos, el PP ha eludido responder a este periódicoPP sobre el asunto, aunque el alcalde, José Antonio Nieto, manifestó públicamente que cumpliría con la ley de memoria andaluza.

Antonio Barragán, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Córdoba, no tiene dudas: esa cruz, “que debe ser derribada como cualquier otro símbolo franquista”, permanece porque los partidos lo han consentido, “porque muchas veces los dirigentes políticos hacen caso omiso o dilatan los temas sin hacer cumplir la ley sobre cuestiones sobre las que la opinión pública no está siempre pendiente o a veces no es sensible. Y como el tema de la memoria histórica es tan polémico, los dirigentes se aprovechan. Verás como sí se cumplirá, por ejemplo, la ley de incompatibilidad de alcaldes y diputados”, explica el catedrático.

Si sale adelante la nueva ley de memoria andaluza –más avanzada que la estatal–, las administraciones tendrán un plazo máximo de 18 meses para retirar los símbolos de manera voluntaria desde la entrada en vigor de la norma. Si no lo hacen, la Junta incoará de oficio el procedimiento para su retirada. Y si tampoco así se logra, los retirará de manera subsidiaria la propia Junta, que no concederá subvenciones o ayudas públicas a quienes incumplan la ley. En Córdoba o en cualquier otra ciudad andaluza, gobierne quien gobierne, ya no habrá excusas.

La cruz de los caídos de Córdoba, que lució hasta hace apenas unos años un águila preconstitucional, resiste erguida desde 1975 a todas las siglas, a izquierda y a derecha. Ni IU en todos sus años al frente del Ayuntamiento desde la Transición, ni el PSOE cuando sostuvo las alcaldías del bastión rojo de España, ni el PP, que gobernó en los 90 y lo hace ahora, han derribado esta construcción franquista de diez metros de altura, ubicada paradójicamente junto a la Plaza de la Constitución, frente a la Subdelegación del Gobierno de la ciudad andaluza.

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