Abrió este jueves Mariano Rajoy su jornada de (re)campaña electoral con una entrevista telefónica en Radio Nacional de España (RNE). El conductor del informativo le preguntó por sus “propuestas para la Corporación de RTVE”. Y (¡pásmense!) se escuchó al presidente del Gobierno y (re)candidato del PP afirmar lo siguiente: “Creo que hay un tema en el que deberíamos ponernos de acuerdo los principales partidos de España, y es poder tener una televisión pública independiente y financiada que no sea objeto de disputas entre nadie, como puede ser la BBC en el Reino Unido”. Lo que es (casi) peor: no hubo repregunta. Se escuchó al entrevistador decir: “Otros asuntos…”. Y a otros asuntos se fueron ambos, en una demostración sonora del cinismo absoluto de un político y de la actitud servil en la que puede llegar a caer el periodismo.
Ante tal afirmación de Rajoy, para más inri en la radio pública, es obligado lanzar de inmediato alguna o varias de las siguientes cuestiones:
1.- Si usted quiere una televisión pública independiente, ¿por qué una de sus primeras decisiones al llegar al Gobierno fue cargarse la Ley 17/2006 aprobada en la etapa de Zapatero, que exigía una mayoría cualificada de dos tercios en el Congreso para la elección de presidente de la Corporación RTVE?
2.- ¿Por qué es usted el único candidato de los grandes partidos que se ha negado a firmar el documento de los Consejos de Informativos de RTVE por el que se comprometen precisamente a respetar la independencia de RTVE, la pluralidad informativa y la recuperación del sistema de elección por consenso para desgubernamentalizar la radiotelevisión pública? (Ese compromiso escrito fue firmado el pasado 14 de octubre en el Congreso por los representantes de las principalesformaciones políticas, a excepción del Partido Popular).
3.- ¿Ha leído usted (además del Marca) alguno de los detallados informes de los Consejos de Informativos que vienen denunciando desde 2012 múltiples casos de manipulación por parte de los responsables del Ente Público?
4.- ¿Qué le parece el hecho de que (para vergüenza de España) el propio Parlamento Europeo recibiera la denuncia del atropello de las garantías de información objetiva y veraz, así como la falta de respeto a la independencia profesional y al pluralismo político que son exigibles en democracia a un medio público de información?
5.- ¿Ha leído o escuchado que organismos profesionales como el Instituto Internacional de Prensa (IPI) han denunciado a su vez la alarmante situación por la que atraviesa la radiotelevisión pública española desde que usted gobierna?
6.- ¿Le han explicado que RTVE batió récords de audiencia y sus programas informativos recibieron los galardones de mayor prestigio en la etapa anterior, y que bajo su mandato ha caído la audiencia de TVE a sus cotas históricas más bajas? (Incluso en la sección de televisión del Marca se han publicado los datos).
7.- ¿Recuerda que a los pocos meses de formar usted Gobierno fueron despedidos de RTVE o arrinconados la mayoría de los profesionales que habían encabezado esos éxitos de la corporación pública?
8.- Si de verdad defiende usted ahora un modelo como el de la BBC británica, ¿ha leído alguno de los estudios elaborados por los expertos de Teledetodos con propuestas concretas para garantizar la autonomía profesional de los medios públicos y las fórmulas posibles de financiación de RTVE?
9.- Si de verdad defiende usted “una televisión pública independiente”, ¿qué opina del progresivo desmantelamiento de las televisiones autonómicas en comunidades como Valencia o Madrid bajo gobiernos del PP?
10.- ¿No conoce tampoco las investigaciones judiciales que afectan a la gestión del clausurado Canal Nou o las documentadas denuncias de los trabajadores de Salvemos Telemadrid sobre el saqueo de la misma bajo los gobiernos de Esperanza Aguirre e Ignacio González?
Es obvio que la defensa de Mariano Rajoy sobre la televisión pública tiene la misma dosis de veracidad que esas escenas de Cuéntame en las que los personajes se ponen a soñar cosas raras. Y la misma carga de hipocresía demostrada por Imanol Arias y Ana Duato, que pedían a través de un spot marcar la casilla solidaria en la declaración de la renta mientras guardaban en paraísos fiscales lo que les pagaba la televisión pública.
A diez días del 26-J, Rajoy no estaba haciendo un cameo en una serie, sino desgranando propuestas electorales. Su manera de entender la política parece atenerse a lo que sostenía uno de los grandes cínicos de la gobernación francesa, el ya fallecido Charles Pasqua: “Las promesas de los políticos sólo comprometen a quienes las escuchan”.
Abrió este jueves Mariano Rajoy su jornada de (re)campaña electoral con una entrevista telefónica en Radio Nacional de España (RNE). El conductor del informativo le preguntó por sus “propuestas para la Corporación de RTVE”. Y (¡pásmense!) se escuchó al presidente del Gobierno y (re)candidato del PP afirmar lo siguiente: “Creo que hay un tema en el que deberíamos ponernos de acuerdo los principales partidos de España, y es poder tener una televisión pública independiente y financiada que no sea objeto de disputas entre nadie, como puede ser la BBC en el Reino Unido”. Lo que es (casi) peor: no hubo repregunta. Se escuchó al entrevistador decir: “Otros asuntos…”. Y a otros asuntos se fueron ambos, en una demostración sonora del cinismo absoluto de un político y de la actitud servil en la que puede llegar a caer el periodismo.