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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El PP culpa a Sánchez de lo que hace Vox: el guion de Feijóo para excusarse a sí mismo y a sus socios

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Una de cal y otra de arena. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, condenó este lunes las declaraciones de su socio y aliado, Santiago Abascal, presidente de Vox, en las que aventuró que un día “el pueblo colgará a Pedro Sánchez de los pies”, igual que los antifascistas italianos hicieron con Benito Mussolini.

Pero, a renglón seguido, acabó culpando de las palabras de su aliado al presidente del Gobierno. “Estas palabras van en la misma línea que el presidente Sánchez de construir un muro en España, un muro de las dos Españas”, aseguró en una entrevista en Telecinco. Aunque le parecen palabras “condenables” que “lamenta profundamente” y con las que “nada” tiene que ver el PP, las sitúa en “un gran juego a la estrategia de Sánchez y del Partido Socialista” dirigido a “dividir España a través de un muro construido desde el gobierno”. Algo en lo que, según Feijóo, estaría “también interesado Vox”.

“Esta” actitud, añadió en referencia a sus socios, “es la estrategia diseñada por el Partido Socialista y por el señor Sánchez, que parece ser, le viene bien al señor Abascal”.

La fórmula utilizada por el líder del PP, distanciarse de los exabruptos o de las expresiones antidemocráticas de sus compañeros de viaje para, a continuación, responsabilizar de ellos al PSOE o a Pedro Sánchez, no es casual. No está improvisada. El propio Feijóo y los dirigentes de su partido la repiten de forma deliberada.

Ocurrió, por ejemplo, cuando Vox llamó a la derecha en general y a los grupos más extremistas en particular a asediar las sedes socialistas en toda España. En especial la de la calle Ferraz de Madrid, que durante semanas tuvo que ser protegida por agentes de policía.

Fórmula genérica

En aquella ocasión, a pesar de las evidencias que mostraban la participación de grupos violentos, Feijóo tardó más de 14 horas en criticar los hechos, y solo lo hizo al rebufo de Isabel Díaz Ayuso y con muchos matices. Su condena de la violencia ejercida por la extrema derecha contra las sedes del PSOE llegó “sin una referencia concreta a los hechos” y utilizando una fórmula genérica que hace referencia a cualquier forma de violencia.

“La violencia no tiene cabida en democracia y debe rechazarse siempre. Ya sea por ultras de extrema izquierda o de extrema derecha”, proclamó en un acto del PP en el Congreso.

A continuación, el líder del PP aplicó la misma fórmula que ahora con Abascal y las declaraciones en las que anticipó que Sánchez acabará ejecutado por el pueblo: culpar a los socialistas. La violencia “no tiene cabida en democracia y su impunidad tampoco”, aseguró, pero eso es lo que Sánchez ha negociado con el independentismo, “que los actos violentos queden impunes. Porque mientras se está criticando a los ultras, y compartimos esa crítica, los mismos que la critican son aquellos que están dando impunidad a los actos violentos que a ellos les interesan”.

Si los ciudadanos se manifiestan frente a Ferraz, declaró Feijóo en los primeros días de noviembre, es consecuencia del “malestar social” provocado por Pedro Sánchez y sus acuerdos con el independentismo, en particular la decisión de amnistiar los hechos relacionados con la declaración de independencia de octubre de 2017.

Achacar al PSOE los actos que comete o impulsa Vox, e incluso los que protagoniza el PP en relación con aliados de la extrema derecha, es la norma en el argumentario de la calle Génova. El propio Feijóo ha responsabilizado en varias ocasiones a los socialistas de los pactos que su partido ha firmado con la extrema derecha para hacerse con el poder en varias comunidades autónomas. E incluso ha anticipado que, si algún día pacta él mismo con Abascal para llegar a la Moncloa, será por culpa de Sánchez.

‘Obligado’ a pactar con Vox

En el mes de junio, en plena campaña de las generales, el líder del PP llegó a decir, en una entrevista en la SER, que será responsabilidad del PSOE si los dirigentes de ultraderecha entran en el Gobierno de España. El partido socialista se lo “impondría”, porque podría evitarlo absteniéndose en su investidura, argumentó.

Es lo mismo que dijo, nada más hacerse con el liderazgo del PP, cuando su partido en Castilla y León dio entrada por primera vez en un ejecutivo autonómico a la ultraderecha: “el Partido Socialista”, aseguró, “nos ha llevado a elegir entre Vox o elecciones”.

Santiago Abascal: "Habrá un momento que el pueblo querrá colgar de los pies a Pedro Sánchez"

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En línea con ese razonamiento, Feijóo también ha dicho que el PP no gobierna con Vox porque quiera en Aragón, Balears, la Comunitat Valenciana, Murcia o Extremadura, sino porque los socialistas, al negarse a darles el gobierno, le han obligado a hacerlo.

El patrón siempre se repite: la víctima, para el PP, es el culpable de lo que le pasa. Ese fue el razonamiento que utilizó la mano derecha de Feijóo, el actual portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, para defender a la persona que hostigó a Óscar Puente, hoy ministro de Transportes, en un AVE con destino a Madrid. El dirigente conservador culpó al socialista del acoso sufrido e incluso del retraso en la salida del tren por haber pedido ayuda a la policía.

Hasta los reproches en torno al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) siguen la misma estructura. El PP culpa al PSOE del bloqueo, cuando el único responsable de que el gobierno de los jueces lleve más de cinco años en funciones es Feijóo. O reprocha a los socialistas no querer llegar a acuerdos con el PP, para rechazar a continuación abrir el diálogo propuesto por Sánchez en torno al CGPJ, la reforma del modelo de financiación autonómica o la actualización de la Constitución para eliminar el término “disminuido” de su articulado.

Una de cal y otra de arena. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, condenó este lunes las declaraciones de su socio y aliado, Santiago Abascal, presidente de Vox, en las que aventuró que un día “el pueblo colgará a Pedro Sánchez de los pies”, igual que los antifascistas italianos hicieron con Benito Mussolini.

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