Más de 1.950 personas que vivían en residencias de la Comunidad de Madrid fallecieron en marzo en el propio centro, sin ser trasladados a un hospital para recibir asistencia sanitaria. Así lo demuestran los datos oficiales a los que ha tenido acceso infoLibre, donde figuran desglosados centro a centro el número de fallecimientos, cuántos se produjeron en los propios geriátricos y cuántos tras ingresar en un hospital.
Esa cifra supone que el 80% de las muertes de residentes se produjo en las propias instalaciones donde vivían, sin que tuvieran acceso a una derivación hospitalaria. A 30 de marzo, se habían registrado ese mes 2.465 decesos de mayores en residencias madrileñas. Apenas 500 murieron tras ingresar en un hospital.
Los datos certifican que en los hospitales madrileños se atendió la orden de no derivar determinados pacientes desde las residencias a los hospitales, dictada desde la Consejería de Sanidad que dirige Enrique Ruiz Escudero (PP).
Como desveló infoLibre la semana pasada, la Consejería de Sanidad aprobó un Protocolo que ordenaba no trasladar a determinados pacientes de las residencias a los hospitales. Entre los criterios que utiliza el documento para condenar a determinados enfermos a permanecer en la residencia figuran algunos relacionados con la discapacidad física o mental del residente. Y en todo momento plantea la cuestión como una orden, no como una recomendación o sugerencia. Entre otras, se utilizan las siguientes expresiones literales: “NO se derivarán al hospital a los pacientes que cumplan con los siguientes criterios”, "Se procederá a derivar al hospital a los pacientes que NO tengan las siguientes características, serían CRITERIOS DE EXCLUSIÓN" [las mayúsculas son del original]. También explica cómo medicar en los geriátricos a los pacientes que tienen "criterios de exclusión de derivación". Y la instrucción afectó tanto a enfermos con "infección respiratoria" como a los que tenían "otra patología".
Ese Protocolo fue firmado digitalmente a las 16:37 horas del 20 de marzo por Carlos Mur, entonces director de Coordinación Socio-sanitaria de la Comunidad de Madrid y destituido en mayo por Ayuso. infoLibre tiene pruebas documentales de que el Protocolo fue recibido en hospitales y residencias. De ese documento existen otras dos versiones, también firmadas digitalmente por Carlos Mur los días 18 y 24 de marzo. En esta última no figura la expresión “criterios de exclusión” y se habla de “recomendaciones" para fijar los supuestos de derivación hospitalaria.
Más allá de los documentos, es fundamental conocer la aplicación práctica que se produjo de esas órdenes en los hospitales madrileños. Entre los gestores de residencias consultados por este periódico hay unanimidad a la hora de destacar dos hechos: el momento crítico se produjo entre el 15 de marzo y el 15 de abril, periodo durante el que las derivaciones de residentes aceptadas por los hospitales se redujeron de forma drástica.
Esta versión también la corroboran los datos a los que ha tenido acceso este periódico. A 25 de marzo, los residentes de geriátricos fallecidos en lo que iba de mes eran 1.101, de los que el 28,2% lo hicieron tras ingresar en un hospital (311). Sólo cinco días más tarde, el 30 de marzo, ese porcentaje se había reducido al 20,0%.
Y es que la principal conclusión de aquellos cinco días de marzo, entre el 25 y el 30, no deja lugar a dudas: se produjeron 1.364 fallecimientos, de ellos el 86,7% en las propias residencias. Los hospitales se cerraron de forma casi absoluta para nuestros mayores, al atender sólo al 13,3% de los enfermos. El Protocolo se cumplió a rajatabla.
infoLibre se puso en contacto con la Consejería de Políticas Sociales, que gestiona a través de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) las 25 residencias públicas de la región, y con los doce principales grupos privados. A cada uno de ellos le facilitó los datos de fallecimientos que iba a atribuirles centro por centro, por si querían realizar alguna matización.
La Consejería de Políticas Sociales, cuyo titular es Alberto Reyero, rechazó confirmar cifras de residencias concretas y explicó que los datos globales “se publican dos veces a la semana en el Portal de Transparencia" de la Comunidad. De acuerdo con la última cifra, habrían fallecido en los geriátricos de la región 5.987 personas con covid-19 confirmado o con síntomas compatibles desde que se inició la pandemia. Hay que señalar que los datos estadísticos de la Comunidad de Madrid en marzo incluían todos los fallecimientos en residencias y que fue en abril cuando empezaron a diferenciar a los afectados por el coronavirus del resto, “atendiendo a un cambio solicitado desde el Gobierno central”.
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso se niega a facilitar los datos de fallecimientos desglosados por centros residenciales. Es cierto que en esa política de opacidad no está sólo: hay otros ocho Gobiernos autonómicos y dos forales que ocultan esas cifras, como explicó este periódico. En el caso de Madrid se había producido una excepción en marzo, cuando el consejero de Políticas Sociales facilitó a los grupos de la oposición los datos de las treinta residencias que el 25 de marzo tenían diez o más fallecimientos (en la Comunidad hay en total 474 geriátricos). Pocas horas después, Ayuso decidió que en el tema de residencias habría un mando único que ejercería la Consejería de Sanidad. Y desde ese momento ya no se facilitan datos desglosados por centros.
Sanidad fue quien aprobó el Protocolo que prohibía o limitaba enormemente –según la versión del documento– las derivaciones de residentes a hospitales, en contra del criterio de Reyero, según explicó él mismo este lunes en la Asamblea de Madrid. “No es ético y posiblemente no es legal”, resumió sobre el contenido de dicho documento.
En cuanto a los principales grupos gestores de residencias, en relación con los datos, ocho de los doce confirmaron que eran correctos los que le facilitaba este periódico o realizaron alguna pequeña matización. Amavir y Sanitas explicaron además cuántas personas habían fallecido con covid-19 confirmado o con síntomas compatibles en sus centros. Cuatro grupos no quisieron realizar comentarios sobre las cifras: Orpea, DomusVi Aralia y Ballesol. Los dos últimos con el argumento falso de que ello incumpliría la legislación sobre Protección de Datos.
A los doce grupos –once empresas y la asociación Mensajeros de la Paz–, este periódico les planteó además las siguientes preguntas el pasado lunes:
1. ¿Qué razones explican un porcentaje tan alto de fallecidos en sus residencias? ¿Los responsables de los centros decidieron no derivar por sistema a los residentes enfermos a los hospitales? ¿Los responsables de los centros intentaron las derivaciones, pero fueron rechazadas de forma sistemática por los hospitales?2. En caso de que la respuesta sea que los responsables de las residencias intentaron las derivaciones, pero los hospitales las rechazaron, ¿tiene la empresa algún tipo de prueba (documental o de cualquier otro tipo) que respalde su versión?
A estas preguntas respondieron todos ellos menos Ballesol, que hizo pleno en opacidad.
A continuación, infoLibre analiza la situación de las derivaciones tanto en las residencias públicas de AMAS como en los geriátricos de los doce principales grupos privados, a fecha 30 de marzo. Es decir, cuando llevaba doce días en vigor la primera versión del Protocolo que ordenaba que determinados mayores enfermos no fuesen trasladados al hospital.
AMAS
De las 474 residencias operativas en la Comunidad, tan sólo 25 son de titularidad y gestión pública. El organismo que se encarga de ellas es la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS). La mayoría de esos geriátricos son instalaciones muy grandes –cuatro de ellos tienen más de 400 plazas autorizadas–, de forma que los centros AMAS suponen únicamente el 5,3% del total, pero acumulan el 12,1% de las plazas.
A 30 de marzo se habían producido 211 fallecimientos en los 25 centros AMAS, de ellos 178 en la propia residencia (un 84,4% del total) y 33 tras ingresar en un hospital.
El geriátrico público con mayor número de fallecimientos en aquel momento era el Reina Sofía, en la localidad de Las Rozas, con 33 decesos. Ninguno de esos residentes fue trasladado a un hospital. Hay que señalar que este centro es el que más plazas autorizadas tiene en toda la Comunidad (504).
En la Residencia Nuestra Señora del Carmen iban 14 muertes (11 en el propio centro), en La Paz 12 (ocho en sus propias instalaciones) y en Vallecas 11 (ocho en el geriátrico).
ORPEA
Orpea es, con 23 residencias, el grupo privado que más centros tiene en Madrid. A 30 de marzo, más del 81% de los cerca de 200 residentes fallecidos lo hicieron en alguno de sus 23 geriátricos, sin ser trasladados a un hospital.
En aquel momento, las dos residencias de Orpea con mayor número de muertes eran Sanchinarro y Loreto, ambas con 34 decesos. En el primer caso, 31 personas perdieron la vida en la residencia (el 91,2% del total) y sólo tres lo hicieron tras ser trasladados a un hospital; en el segundo, 27 personas murieron sin recibir asistencia hospitalaria (79,4%) y siete pudieron ser derivados.
También son significativas las cifras de los centros de Santo Domingo (15 fallecidos, todos en el geriátrico), Alcobendas (14 muertes en la residencia y dos en el hospital) y Buenavista (14 en la residencia, uno en el hospital).
De las 23 instalaciones, sólo había una donde el número de traslados había sido significativo: Orpea Aravaca, que en aquella fecha llevaba 24 muertes, 13 en la residencia y 11 en el centro hospitalario.
En respuesta a las preguntas de infoLibre, un portavoz de Orpea indicó lo siguiente: “Cuando una persona presenta un cuadro agudo que requiere derivación hospitalaria, ésta siempre se realiza, puesto que nuestro trabajo no es el mismo que el de los hospitales. Bien es cierto, como es público y generalizado, que en Madrid se estableció un sistema que en la mayoría de situaciones no permitía hacer estas derivaciones, y en su lugar tuvimos la disponibilidad y acceso de un geriatra de enlace en el hospital de referencia, que siempre nos atendió y que decidía sobre la posible derivación”.
Dicho portavoz añadió que “en ningún momento fue decisión de los centros de Orpea tratar por sí mismos patologías agudas, pues ni siquiera en otras circunstancias, al margen de la pandemia, se actúa así, más allá de las situaciones crónicas de los residentes que pueden tratarse en una residencia”.
“Al igual que tuvieron lugar fallecimientos en las residencias, también hubo casos de personas que no contrajeron la infección o que la superaron sin haber mediado derivación hospitalaria, y esto fue gracias al trabajo de los profesionales del centro”, concluyó el portavoz de Orpea.
AMAVIR
Amavir gestiona 21 residencias en Madrid. En marzo se produjeron cerca de 170 muertes en dichos centros, de los que un 82% ocurrieron en el propio centro y sólo un 18% llegaron a ser atendidos en un hospital.
Un porcentaje que, según indica el portavoz de la compañía, “se incrementó aún más si tenemos en cuenta el periodo de marzo y las dos primeras semanas de abril, subiendo los fallecimientos en residencia hasta el 88,4% mientras que en hospitales se quedó en el 11,6%”.
Por centros de Amavir, a 30 de marzo, donde más decesos se habían producido eran los siguientes: 18 en Ciudad Lineal (todos en la residencia), 18 en Colmenar (13 de ellos en sus instalaciones), 15 en Valdebernardo (todos en el geriátrico) y 15 en La Marina (13 en el propio centro).
En cuanto al funcionamiento de las derivaciones, el portavoz de la empresa explicó: “Como siempre hacemos, cuando el servicio médico o de enfermería de las residencias considera que el estado de salud de un residente necesita atención más especializada, se procede a solicitar la derivación al hospital de referencia. Así se hizo en este caso también, pero la gran mayoría de las solicitudes de derivación fueron denegadas”.
En cuanto a las pruebas para sostener esa versión, dicho portavoz indicó que “en ninguna de las residencias de Amavir recibimos indicaciones por escrito, ni en forma de Protocolo ni a través de correos electrónicos. Los geriatras de nuestros hospitales de referencia informaron por teléfono a los centros de los criterios de exclusión para las derivaciones”.
SANITAS
Sanitas tiene 19 residencias en la Comunidad. Entre el 1 y el 30 de marzo fallecieron 103 residentes, de ellos 85 con covid-19 confirmado o con síntomas compatibles. En los propios centros de Sanitas murieron 77 personas con coronavirus confirmado o posible. Esta última cifra es el 74,8% respecto al total de decesos y el 90,5% sobre los muertos con coronavirus.
La residencia más afectada fue la de Carabanchel, con 34 fallecidos con covid-19 seguro o posible, de los que 33 no llegaron a ingresar en el hospital. En el geriátrico de La Moraleja murieron 13 personas con el virus (12 de ellas en la residencia) y en Getafe 11 (diez en el centro).
En cuanto al funcionamiento de las derivaciones, la portavoz de Sanitas explicó que “cada centro residencial dispone de un hospital de referencia y la Comunidad de Madrid ha designado a un geriatra de cada uno de estos hospitales para dar asistencia/consejo a las residencias. Son estos profesionales los encargados de decidir, cuando el médico de nuestro centro lo solicita, si la derivación se produce desde el centro al hospital”.
Dicha portavoz añadió que “los responsables de cada centro de Sanitas se han puesto en contacto con estos geriatras durante toda la crisis en todos los casos que han considerado necesario y según lo establecido en nuestros protocolos médicos. Durante los momentos más duros de la crisis sanitaria, las derivaciones han estado limitadas a casos complejos”. “En la actualidad, las derivaciones se producen de la forma habitual”, aclaró.
También aseguró que “los centros de Sanitas han realizado, desde el inicio de la crisis, tests PCR a todos los residentes que presentaban síntomas, por leves que estos fueran. El coste de estos tests ha sido asumido por la compañía. Esto nos ha permitido una mejor gestión de cada uno de los centros y la segmentación exigida por las autoridades sanitarias basada en datos reales”.
DOMUSVI
DomusVi gestiona en la Comunidad de Madrid 17 geriátricos. A 30 de marzo, el 71% de las muertes de residentes –más de 165 en total– habían ocurrido sin producirse el traslado hospitalario.
En ese momento, DomusVi Mirasierra era con 27 el centro con mayor número de muertes, de ellas 19 se produjeron en la residencia (70,4%) y 8 en el hospital. En DomusVi Leganés se habían producido 22 fallecimientos (16 en el geriátrico y 6 en el hospital), en DomusVi Albufera 14 (de ellos 13 en la residencia), en DomusVi Espartales 12 (diez en el centro) y en DomusVi Valdemoro 11 (ocho en las instalaciones del grupo).
El único geriátrico con un número significativo de derivaciones era DomusVi Alcalá, donde ocho residentes fallecieron en el centro y 13 lo hicieron tras ser trasladados al hospital.
Una portavoz de DomusVi señaló lo siguiente ante las preguntas de infoLibre: “Que ese porcentaje tan elevado de fallecimientos lo hicieran en el centro y no en hospitales es porque las residencias de mayores son hogares donde viven personas con una media de edad que supera los 86 años y son personas con pluripatologías, muchas de ellas ya llegan en estado de final de vida. Por tanto, un virus infecto-contagioso en este tipo de población es letal”.
En todo caso, añadió, “los responsables de los centros DomusVi en ningún momento decidieron no derivar. En todo momento, cualquier residente que presente algún síntoma o patología grave es siempre derivado al hospital. Un virus infecto-contagioso en este tipo de población es, por supuesto, una situación de derivación hospitalaria. Pero es cierto que en muchas zonas de España las derivaciones hospitalarias fueron sistemáticamente rechazadas por los propios hospitales”.
Respecto a la pregunta de si el grupo tiene pruebas que respalden esa versión, la portavoz respondió afirmativamente: “Sí, en todos los centros DomusVi tenemos el seguimiento médico diario de todos nuestros residentes informatizado, con el registro de llamadas, de visitas, de derivaciones y cualquier dato que afecte a la persona. Por tanto, las llamadas de derivación hospitalaria y negación de la misma están debidamente registradas en nuestros sistemas de gestión”.
BALLESOL
Ballesol gestiona 11 residencias en la Comunidad, lo que le convierte en el quinto grupo privado con mayor número de centros. A fecha 30 de marzo, el 86% del centenar de fallecidos en sus geriátricos no habían sido derivados a un hospital.
La mayoría de esos fallecimientos se habían producido en un único centro, Ballesol Alcalá, donde habían perdido la vida 60 personas: 56 de ellas en el propio centro y sólo cuatro tras recibir asistencia sanitaria en un hospital. Esa cifra, 56 muertos dentro de las instalaciones de Ballesol, era la más alta no sólo del grupo sino de las 474 residencias de la Comunidad.
El segundo geriátrico con mayor número de decesos era Ballesol Mirasierra, con 9, todos ellos fallecidos en el propio centro.
Ballesol fue el único grupo que se negó a responder a todas las preguntas de este periódico. Se limitó a indicar que la prioridad del grupo ha sido, “desde el comienzo de la crisis sanitaria, la protección de los residentes y de todos sus empleados”, algo que nada tiene que ver con las cuestiones planteadas sobre las derivaciones.
MENSAJEROS
Entre los doce principales grupos de residencias de Madrid, la única asociación es Mensajeros de la Paz, que gestiona nueve centros en la región. A 30 de marzo habían fallecido en ellos 79 personas, de ellos 65 en las residencias (82,3% del total) y 14 tras poder ingresar en un hospital.
Los geriátricos con mayor número de decesos eran Isla Taray, con 31 fallecidos en total, de ellos 26 en el propio centro; Montserrat Caballé, con 17 muertos (13 en sus instalaciones), y Campo Real, con 11 personas que perdieron la vida, todas en la residencia.
Respecto a los traslados al hospital, el portavoz de Mensajeros ofreció una explicación muy detallada sobre la experiencia vivida: “Se intentó realizar derivaciones hospitalarias tanto con la inmensa mayoría de los residentes que acabaron falleciendo como con otros que tenían una situación compleja aunque no fallecieran. Desde los hospitales denegaban estos intentos de derivaciones la gran mayoría de las veces y también desde el mismo 061 (estos nos decían que habláramos con el geriatra de referencia). En muchas ocasiones nos pedían que le facilitáramos algunas escalas (Barthel y MEC). Los geriatras nos referían que debían cumplir unas guías y protocolos preliminares que tenían en ese momento y también nos recomendaban que no se derivaran residentes a hospitales aduciendo que estaban desbordados, que había muchas posibilidades de contagio de covid-19 y que las circunstancias aconsejaban realizar los tratamientos en la propia residencia, aunque estos fueran tratamientos hospitalarios”.
Hay que indicar que Barthel es un índice que mide la capacidad para realizar actividades básicas de la vida diaria. El MEC (Mini Examen Cognoscitivo) de Lobo es un test para diagnosticar las demencias. En otras palabras: se solicitaban datos sobre discapacidad física o mental, algo que es independiente de que esa persona sea o no un enfermo terminal.
Por último, el portavoz de Mensajeros indicó que no tienen “pruebas documentales porque todas las conversaciones eran por teléfono”, pero sí disponen de “las incidencias recogidas en los seguimientos de Resiplus [un software de gestión de centros residenciales] o libros de incidencias del equipo médico y de enfermería además de las pruebas testificales de los sanitarios y directores de cada una de las residencias”.
LOS NOGALES
Los Nogales cuenta con nueve geriátricos en Madrid. A 30 de marzo, se habían producido en ellos 130 fallecimientos, de ellos 108 en los propios centros (el 83% del total).
La situación era especialmente crítica en tres residencias: en Los Nogales Hortaleza habían muerto 37 personas (34 en el propio centro, lo que supone el 92% del total), en Los Nogales Pontones eran 30 los decesos (26 en las instalaciones del grupo) y en Santa Eugenia ascendían a 29 los fallecimientos (25 en el geriátrico).
En respuesta a las preguntas de este periódico, el portavoz de la compañía destacó que esas cifras se habían producido “sobre un total de 1.800 residentes en las nueve residencias del grupo”.
Dicho portavoz explicó así el funcionamiento de las derivaciones hospitalarias: “Hasta la segunda quincena de marzo el protocolo habitual siempre era una derivación directa: el médico de cada residencia derivaba al hospital de referencia llamando al SUMMA 112 [el Servicio de Urgencias Médicas de Madrid]. El paciente era derivado de forma automática. Esta situación cambia a raíz de la crisis del Covid-19. A partir del 15 de marzo, SUMMA empezó a solicitar la autorización de un geriatra de referencia de la Comunidad antes de mandar la ambulancia a la residencia. En cada caso, el médico responsable de cada residencia llamó a su geriatra de referencia para contarle el caso y era el geriatra de la Comunidad el que decidía si se derivaba o no, según los criterios de fragilidad (estado funcional y cognitivo del paciente) establecidos por la Consejería de Sanidad”.
En cuanto a si el grupo dispone de pruebas para respaldar su versión, el portavoz de Los Nogales indicó que “todo fue vía telefónica”.
CASABLANCA
Casablanca dispone de ocho residencias en la Comunidad de Madrid. A 30 de marzo se habían producido en ellas 89 decesos, de los que 77 fueron en sus propias instalaciones (86,5% del total) y sólo 12 tras producirse un traslado al hospital.
El centro más afectado del grupo era Casablanca Valdesur, con 32 muertes, de las que 30 fueron en el geriátrico (93,8%). En Casablanca Villaverde iban 19 fallecimientos (12 de ellos en la residencia), mientras que en Casablanca Valdemoro los 14 decesos se habían producido en el propio centro. Lo mismo ocurrió en Casablanca Griñón, donde no se había producido ni un solo traslado hospitalario, de forma que las 10 muertes habían ocurrido en el geriátrico.
Un portavoz de la compañía explicó que "los criterios para los ingresos hospitalarios fueron muy restrictivos, de ahí que, en contra de lo que suele ser normal, mayoritariamente los mayores fallecieron en las residencias en vez de en los hospitales. Esto explica el hecho de que el 86,5% de los fallecimientos hayan sido en los centros y el 13,5% en los hospitales, cuando debiera ser al revés".
Dicho portavoz añadió: "Nosotros debemos cumplir las normas que nos llegan, de ahí que no hayamos derivado a los mayores enfermos a los hospitales. Nosotros teníamos que llamar por teléfono al geriatra del hospital de referencia para exponer el caso. A veces la negativa era en esas llamadas. En algún caso se llegó a derivar y según llegaba al hospital se nos devolvía".
ALBERTIA
Albertia gestiona seis residencias en Madrid, donde a 30 de marzo se habían producido 50 muertes, el 80% de ellas en los propios centros.
Uno de los geriátricos, Albertia Moratalaz, acumulaba 30 fallecimientos, de los que 25 se produjeron en sus instalaciones y únicamente cinco tras ingresar en un hospital.
Respecto a las derivaciones, un portavoz de la compañía indicó que “desde todos los centros de Albertia se ha seguido escrupulosamente el protocolo establecido por el Ministerio de Sanidad, es decir, cada vez que un residente presentaba síntomas de tos, fiebre y disnea, los facultativos de cada centro han solicitado la derivación del residente a los geriatras de los correspondientes hospitales de referencia. La cuestión es que no siempre ha venido o podido venir la ambulancia a recoger al paciente”.
“Las gestiones para las derivaciones se han realizado siempre de forma telefónica”, señaló dicho portavoz.
ARALIA
Aralia, que lleva cuatro residencias en Madrid, es el grupo que porcentualmente menos pacientes trasladó a hospitales: el 94,2% de los fallecidos hasta el 30 de marzo lo hicieron en las propias residencias. En números totales, 69 personas perdieron la vida en los geriátricos y solo cuatro lograron recibir asistencia sanitaria en un hospital.
En tres de los cuatro centros se habían producido ya en esa fecha un alto número de decesos: en Isabel La Católica ninguno de los 27 fallecidos ingresó en el hospital, en Peñuelas solo se trasladó a dos de los 22 muertos y en el Ensanche de Vallecas recibió asistencia hospitalaria uno de los 16 residentes que perdieron la vida.
En cuanto a las preguntas de infoLibre, una portavoz de Aralia explicó que la compañía “ha estado siempre en contacto con los centros hospitalarios de referencia asignados a cada residencia, que es donde proporcionan tanto la asistencia necesaria como la medicación en cada supuesto. Sí se han derivado casos a los hospitales y en cada momento han decidido lo conveniente”.
Respecto a quién adoptaba la decisión, dicha portavoz destacó que “en ningún caso son los responsables de Aralia los que deciden si se deriva o no a un residente al hospital. La valoración en cada caso corresponde al profesional asignado en cada centro hospitalario de referencia, con los que se comunicaba y decidía si se realizaba la derivación o no, sin que en ningún momento haya existido un rechazo sistemático en ninguno de los centros de referencia”.
VITALIA HOME
Vitalia Home dispone de cuatro residencias en Madrid, donde a 30 de marzo habían fallecido 66 personas, todas ellas salvo cuatro sin ser trasladadas al hospital. Es decir, el 93,9% de los residentes no llegaron a recibir atención hospitalaria antes de morir.
En aquel momento el centro más afectado era el de Leganés, con 36 decesos contabilizados, de los que 33 se produjeron en el propio geriátrico. En Parla iban 16 fallecimientos, todos ellos en la residencia. En Las Rozas eran diez los muertos, nueve de ellos en las instalaciones del grupo.
En cuanto a las derivaciones, un portavoz de la empresa especificó que “ningún responsable de Vitalia Home decidió no derivar a los hospitales a residentes que presentaban delicado estado de salud a causa del coronavirus. Se solicitaron ingresos de residentes que requerían atención hospitalaria, pero entre el 14 de marzo y el 4 de abril no se pudo derivar a ningún residente a hospitales”.
CLECE
Clece, filial del grupo ACS, también gestiona cuatro centros en Madrid. A 30 de marzo, habían perdido la vida 24 personas, de ellas 17 en sus instalaciones (el 70,8% del total).
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El Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía fue el más afectado, con 14 fallecimientos, de los que diez ocurrieron sin recibir atención hospitalaria.
Una portavoz de la compañía indicó que “los responsables de los centros de Clece intentaron derivar a hospitales a residentes que presentaran algún tipo de enfermedad en situación aguda, siguiendo los criterios médicos de derivación hospitalaria, como así determinan los protocolos que la Comunidad de Madrid requiere que se tengan en todas las residencias”.
Dicha portavoz añadió que en Clece han “cumplido con todas las leyes, instrucciones, órdenes, procedimientos y protocolos que establecieron tanto el Ministerio de Sanidad como la Comunidad de Madrid durante el período de crisis sanitaria”.