Crisis del coronavirus
El debate sobre el toque de queda eclipsa medidas clave como el refuerzo del transporte público, el teletrabajo o las pruebas diagnósticas
El Gobierno ha decidido darse un tiempo para comprobar cuántas comunidades autónomas quieren sumarse a la petición de un nuevo estado de alarma anunciada ya por Euskadi, Asturias, Melilla y Extremadura. El debate en torno a esta figura ha aterrizado súbitamente ante la escalada de contagios de la segunda ola de covid-19 y en paralelo a otra discusión: la idoneidad de aplicar un toque de queda, que según los expertos requeriría precisamente de la implantación del estado de alarma. Al margen de la efectividad de esta herramienta legal, los expertos estiman necesario no perder el foco de aquello que servirá para aplanar la curva: todo un entramado de medidas que abarca desde el refuerzo del transporte público, hasta el fomento del teletrabajo y el tan aclamado soporte a la Atención Primaria.
Algunas cuestiones que el Consejo Interterritorial ya estampó este jueves en su documento de Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de covid-19. El problema, sostienen las voces pulsadas por este diario, tiene que ver con que el Ministerio de Sanidad aconseja, pero la responsabilidad recae sobre las comunidades autónomas. Y ahí las actuaciones son dispares, las restricciones tibias y las excepciones holgadas.
"Al final hay medidas que olvidamos y siempre han estado ahí", resume el epidemiólogo Pedro Gullón. Parte de esas medidas las recupera el Consejo Interterritorial "pero las comunidades siguen teniendo las competencias", por lo que no siempre su instauración va a estar garantizada. Gullón recuerda además que las comunidades toman decisiones, precisamente, siguiendo una suerte de contagio: tienden "a imitar a las demás" para evitar la impresión de que "se quedan atrás". Algo que está pasando ahora con el toque de queda y el estado de alarma.
Javier Padilla, especialista en medicina general, recuerda que toda medida debe estar atravesada por una idea transversal: la actuación sobre los espacios cerrados. "Institucionalmente, hay una gran capacidad para actuar sobre el ámbito público, por ejemplo con la limitación del movimiento", pero existe por contra "un déficit de actuación sobre otros espacios donde sí hay mayor riesgo".
Padilla menciona aquí medidas en el ámbito laboral. Y sitúa el foco en el teletrabajo: "Es increíble que no se esté haciendo ya". En el caso del teletrabajo "hay que intervenir ya en forma de obligatoriedad", sentencia. "Tenemos a gente trabajando en instituciones que están volviendo ahora, en la fase de mayor incidencia acumulada" en algunos territorios, como Madrid. "Que lo haga una empresa privada es lamentable, pero en el caso de las instituciones públicas es injustificable". Gullón cree que se apela en exceso a la "responsabilidad individual" pero apenas a la "responsabilidad empresarial": el impacto del teletrabajo, señala, "es muy pequeño en la productividad de una empresa pero es muy grande en lo que respecta a la transmisión".
Padilla propone, en añadido, medidas intermedias vinculadas por ejemplo a los aforos que sí se están determinando en otros espacios, como la hostelería, pero no en las oficinas. "Medidas mixtas para aquellas empresas que sí se beneficien productivamente de cierto grado de presencialidad", detalla.
Aunque el documento resultante del Consejo Interterritorial sí habla de "fomentar al máximo el teletrabajo", como hizo Cataluña a mediados de octubre, no existe un mandato expreso. En el nivel de alerta tres –se ha trazado un semáforo de cuatro niveles–, el documento sí que habla de "acudir al trabajo de manera excepcional para actividades o reuniones previstas siempre que se mantengan las medidas de distanciamiento físico e higiene y prevención".
Por otro lado, relacionado también con los espacios cerrados, Javier Padilla cree importante mano dura en el interior de los locales. "Entiendo que es una faena para muchos bares, pero no podemos estar poniendo los mismos aforos en interior y exterior", señala. El cierre del interior de bares y restaurantes es una de las medidas que han tomado las autonomías en los casos más extremos –por ejemplo en Totana–, pero el Ministerio de Sanidad ha descartado imponerlo, aunque en los niveles de mayor alerta sí aconseja que "la autoridad sanitaria deberá valorar el cierre de las zonas interiores de los establecimientos y en su defecto reducir los aforos al mínimo posible".
Las voces consultadas tampoco olvidan la importancia de reforzar el transporte público, uno de los grandes olvidados. Especialmente teniendo en cuenta que la restricción a la movilidad, allá donde está decretada, cuenta con importantes salvedades como la actividad laboral. El Consejo Interterritorial recupera el transporte público y su importancia e insta a las comunidades a "aumentar la frecuencia de horarios al máximo para garantizar una ocupación lo más baja posible". Habla, igualmente, de "evitar viajar en horas punta salvo para realizar actividades esenciales, acudir al puesto de trabajo o al centro educativo". Aunque algunas comunidades sí han anunciado refuerzos al transporte público, no es un instrumento que esté sobre la mesa ni tampoco es una de las medidas estrella de las autonomías, que han centrado sus planes en cuestiones como las reuniones y el ocio.
Medidas sanitarias y estrategia diagnóstica
Pedro Gullón recuerda que, además de lo mencionado, sigue siendo vital poner en marcha medidas enfocadas a la sanidad pública: "Seguimos sin un refuerzo suficiente en los mecanismos de control, como los rastreadores, y la Atención Primaria sigue estando al límite".
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La puesta en marcha de instrumentos diagnósticos debe seguir siendo prioritaria para los gobiernos regionales, pero es importante además definir la estrategia a seguir: tipología de pruebas, tiempos, cantidad. "Los test de antígenos son una oportunidad para mejorar los tiempos: no requieren de un laboratorio, sino que suponen un diagnóstico rápido", subraya Gullón. A 15 de octubre, última fecha con datos oficiales del Ministerio de Sanidad, sólo seis autonomías han puesto en marcha este tipo de pruebas: Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia y Navarra. Sin embargo, recuerda el epidemiólogo, la efectividad de los test de antígenos está demostrada "en los momentos de máxima infectividad", pero no tanto para la detección de asintomáticos. En esos casos "se generan falsos negativos", de manera que se desaconsejan para "hacer cribados asintomáticos", como están haciendo algunos territorios, como la Comunidad de Madrid, Castilla y León y La Rioja.
Respecto a las pruebas realizadas, la comparación entre los últimos datos del Ministerio de Sanidad (pruebas realizadas entre el 9 y el 15 de octubre) y las inmediatamente anteriores (pruebas realizadas entre el 25 de septiembre y el 1 de octubre), demuestra que el total de las pruebas efectuadas en el periodo reflejado (no el total acumulado) ha experimentado un descenso generalizado en todas las comunidades, menos en Asturias, Canarias, Cataluña, Euskadi y Melilla.
Javier Padilla cree importante, por otro lado, no apartar la vista de los recursos habitacionales. Habla, en concreto, de habilitar hoteles medicalizados para aquellas personas que no cuenten con las condiciones óptimas para guardar aislamiento. "Ahora mismo hay muy pocos, pero además están atravesados por una barrera burocrática inmensa", lamenta. El médico cree importante agilizar los trámites, de manera que un profesional "sólo tenga que coger el teléfono y avisar de que el paciente va a utilizar el recurso". Algunas autonomías como Madrid y Andalucía han vuelto a activar este tipo de recurso, si bien los hoteles medicalizados, como alternativa para los pacientes y como forma de aliviar la presión hospitalaria, no se ha erigido como una apuesta firme de las comunidades más afectadas por el virus.