Los 'dedazos' se multiplican en las listas electorales a pesar de las promesas de democracia interna

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La composición de las listas electorales de los partidos siempre da lugar a dimes y diretes. Y las que se han diseñado para los próximos comicios generales no son una excepción, ya que las candidaturas finales están sazonadas con polémicas, impugnaciones y fichajes estrella en muchas de las formaciones: desde la exdirigente de UPyD Irene Lozano hasta el antiguo jefe del Estado Mayor del Ejército Julio Rodríguez, los nombres conocidos por el gran público están siendo un reclamo utilizado por los partidos para promover sus candidaturas.

A ello se suma las diferentes formas de escoger a sus candidatos que tiene cada una de las formaciones políticas. Mientras en el PP todo depende, en última instancia, de la decisión de su presidente, Mariano Rajoy, en partidos como Podemos, Ciudadanos o Unidad Popular –la marca con la que se presentará IU a las elecciones– se han llevado a cabo primarias que, no obstante, también tienen importantes divergencias.

Pero, incluso en algunas de estas organizaciones, las maniobras de la dirección para impulsar a sus candidatos e incluso las designaciones directas son frecuentes. Pese a que partidos como Podemos o Ciudadanos han celebrado procesos de primarias, ambos han incluido candidatos designados por la cúpula en sus candidaturas. Por su parte, las incorporaciones del PSOE han generado malestar en el partido, mientras el PP es el mejor ejemplo de listas diseñadas por la dirección.

Podemos

El partido de Pablo Iglesias celebró su proceso de primarias a finales de julio, una votación en la que el propio Iglesias fue elegido por abrumadora mayoría candidato a la Presidencia del Gobierno y, además, su lista copó los 65 primeros puestos para las generales. En esta votación pudieron participar todos los afiliados del partido –para inscribirse sólo hace falta el DNI y un número de teléfono–, y para presentarse tan sólo fue necesario el aval de un círculo. El sistema elegido, no obstante, ha dejado las manos libres a la dirección para incorporar a independientes que no se han sometido a ningún proceso de elección.

El reglamento que elaboró Podemos fue, ya en el momento de su aprobación, muy polémico: sus críticos –entre los que se encontraban barones con peso dentro del partido, como la secretaria general andaluza Teresa Rodríguez– rechazaron entonces que no se hicieran elecciones en cada circunscripción, sino que la votación fuese una para todo el Estado, así como que se facilitara al votante la opción de que escogiese una lista completa en lugar de a cada candidato por separado, ya que entendían que ambas circunstancias beneficiaban a la candidatura de Iglesias.

Precisamente el hecho de que se estableciese una circunscripción única y no se hicieran votaciones separadas para cada provincia provocó que, hoy por hoy, aún no se hayan repartido los candidatos en cada una de las listas. Serán los candidatos que más votos hayan recibido los que primero escojan la circunscripción por la que quieren presentarse, aunque el partido ha anunciado este miércoles qué lista ocuparán algunos de sus dirigentes: por ejemplo la secretaria de Análisis Político y Social, Carolina Bescansa, será la número dos por Madrid, mientras que la responsable de Coordinación entre Áreas, Àngela Ballester, ocupará ese puesto en la candidatura de Valencia. 

Pero el hecho de que las listas de cada provincia todavía no estén constituidas también facilita que el partido pueda introducir candidatos mediáticamente conocidos de la sociedad civil sin pasar por primarias, tal y como aprobó en un referéndum entre sus bases. Es el caso, por ejemplo, del propio Julio Rodríguez –que será número dos por Zaragoza, a pesar de que vive en Madrid y es natural de Ourense–, pero también de la exportavoz adjunta de Jueces para la Democracia, Victoria Rosell –número uno en Las Palmas–, el constitucionalista Javier Pérez Royo –que ocupará el tercer puesto en las listas de Sevilla– o el filósofo Santiago Alba Rico –candidato a senador por Ávila–.

Nombramientos como el de Rodríguez, por ejemplo, han creado malestar entre algunas bases críticas del partido, que se han manifestado por el hecho de que el exgeneral haya sido "puesto a dedo" en la lista y han tachado la decisión de "machista", ya que los dos primeros puestos de la candidatura de Zaragoza van a ser ocupados por hombres –el número uno será el activista Pedro Arrojo–, pese a que el reglamento de primarias estipulaba claramente que "todas las papeletas de las candidaturas provinciales de Podemos seguirán un orden de cremallera de género". Ante esto, la dirección argumenta que en Las Palmas las dos primeras de la candidatura serán mujeres.

PSOE

Los socialistas no han celebrado primarias para elegir a los integrantes de sus candidaturas, que dependen de la decisión final de la Comisión Federal de Listas, compuesta por miembros de la ejecutiva y la dirección del partido. La única posibilidad que tienen los militantes de proponer nombres para las candidaturas se da en el primero de los seis pasos que se siguen para decidir a los integrantes finales de las listas de cada provincia, cuando sus agrupaciones municipales o de distrito se reúnen en asamblea para consensuar la propuesta que elevarán a la siguiente instancia: la ejecutiva de su provincia.

En teoría, esta ejecutiva tiene que tener en cuenta las propuestas de las asambleas para elaborar una propuesta que enviar al Comité Provincial –el órgano de dirección más amplio a ese nivel–, quien tras aprobarla la pasa a la ejecutiva autonómica. Este órgano tiene que realizar un informe sobre las candidaturas y enviarlo a la Comisión Federal de Listas, la instancia que finalmente emite un dictámen sobre las propuestas recibidas. Y es precisamente aquí, en el órgano que depende del secretario general Pedro Sánchez, donde se han producido algunas polémicas con las listas.

La primera apuesta personal del líder del PSOE fue la excomandante Zaida Cantera, que se presentará a las elecciones como número seis de la lista por Madrid. Días más tarde de anunciar su fichaje, Sánchez incorporó a la exdiputada de UPyD Irene Lozano como número cuatro de la misma candidatura, algo que despertó muchos más recelos entre algunos sectores de los dirigentes socialistas: de hecho, varios barones regionales exigieron a Lozano que se disculpase por sus durísimas críticas al PSOE en su etapa como parlamentaria magenta –llegó a calificar de "mafia" al partido al que ahora apoya–.

El desencuentro fue importante y provocó, incluso, que el representante andaluz en la Comisión Federal de Listas se ausentó de la votación para evitar apoyarla con su voto. Tampoco sentó nada bien a ciertos cargos del partido que se desplazase a Luz Rodríguez, secretaria de Empleo del PSOE, a la lista por Guadalajara para dejar espacio a Lozano en la candidatura de Madrid: fuentes de la dirección llegaron a calificar de "humillación" la decisión de Sánchez.

Pero no sólo los fichajes externos han sido controvertidos: también algunas decisiones del secretario general contrarias al criterio de las federaciones han sentado mal en algunos sectores. Es el caso, por ejemplo, de la exclusión de las listas de Laura Seara, hasta ahora diputada por Ourense: la dirección gallega del PSOE la había elegido para liderar la candidatura por esa circunscripción, pero Sánchez decidió sustituirla por una independiente, la inspectora de trabajo Rocío de Frutos.

Ciudadanos

El partido de Albert Rivera no ha elegido a dedo a ninguno de sus candidatos situados en puestos de salida, aunque la dirección sí ha utilizado una cláusula especial de los estatutos para promover al menos seis incorporaciones externas. Ciudadanos celebró sus primarias en julio para elegir a los cinco primeros puestos de la lista de cada circunscripción, un proceso en el que las listas apoyadas por Rivera no tuvieron dificultades en imponerse.

El reglamento de primarias de la formación pone como condición a los aspirantes que quieran presentarse a las primarias que estén afiliados, como mínimo, desde seis meses antes de la celebración del proceso. No obstante, también se contempla la posibilidad de que la ejecutiva autorice de forma excepcional a personas que no cumplan este requisito o no hayan recogido los avales –se requiere el apoyo del 10% de la militancia de la provincia– necesarios para optar a ser cabeza de lista.

En este sentido, al menos seis personas se presentaron a las primarias de Ciudadanos sin ser militantes del partido. Toni Cantó, pocos días después de darse de baja de UPyD, anunció que aspiraría al número dos de la candidatura por Valencia, un puesto que finalmente obtuvo; por su parte, la escritora Marta Rivera y el exsecretario general de la organización de Inspectores de Hacienda, Francisco de la Torre, acompañarán a Rivera en los puestos tres y dos de la lista por Madrid, mientras que la psicóloga Elena Faba y el especialista en relaciones internacionales Antonio Roldán ocuparán esos puestos en la lista de Barcelona.

Un caso similar es el de la cabeza de lista de Ciudadanos en Alicante, Marta Martín, procedente de UPyD –al igual que otros candidatos, como el asturiano Ignacio Prendes– y que también debió obtener una autorización especial de la dirección del partido para presentarse a las primarias, si bien posteriormente su elección fue impugnada por otros candidatos. Quien sí ha sido escogido a través de un dedazo directo es el aún eurodiputado Fernando Maura, también proveniente de UPyD –fue expulsado en abril precisamente por colaborar con Ciudadanos–, que ocupará el número seis de la lista por Madrid por deseo de Rivera.

PP

El partido conservador es el perfecto ejemplo de las candidaturas diseñadas desde la cúpula: de hecho, a pesar de que existe un Comité Electoral Nacional, es la dirección central del partido –y en última instancia el presidente Mariano Rajoy– la que decide quién se ubica en cada lista, tras recibir las propuestas de los órganos regionales. No obstante, existen varios casos claros de dirigentes que se presentarán a las elecciones dentro de candidaturas en las que han sido colocados con calzador.

El caso más paradigmático es el de la lista de Madrid, en la que hay que remontarse hasta el quinto puesto para encontrar un madrileño: el actual director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, Álvaro Nadal. El primer puesto está ocupado por el propio Rajoy, mientras que la segunda de la lista es la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la tercera Isabel García-Tejerina, ministra de Agricultura, ambas de Valladolid. El cuarto lugar lo ocupa el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, nacido en Jaén, tras el rechazo de la dirección andaluza a que integrase alguna de sus listas.

En cualquier caso, el presidente del Gobierno se ha ocupado de buscar acomodo a sus ministros y a sus fieles dentro del partido en las candidaturas. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, será número uno por Toledo a pesar de que acaba de ser reelegida diputada en las Cortes de Castilla-La Mancha, donde es líder de la oposición. De igual forma, el jefe de Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, ocupará el segundo puesto de la lista por Barcelona, acompañando al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que la encabeza.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, liderará la candidatura por Alicante, pese a ser natural de Valencia. Y una de las decisiones más controvertidas se ha producido en León, donde será Eduardo Fernández, presidente del PP provincial, quien encabece la lista en detrimento de Alfredo Prada, miembro de la dirección nacional del partido y secretario ejecutivo del PP en el Exterior. La decisión se debe a las presiones ejercidas por Juan Vicente Herrera, líder del partido en Castilla y León, que en las últimas fechas ha tenido varios enfrentamientos con la dirección estatal.

UPyD

La formación magenta elige por primarias –en las que participan los afiliados– tan sólo a sus cabezas de lista a nivel provincial, aunque para presentarse no necesitan ningún tipo de aval y tan sólo es necesario que sean militantes. Asimismo, el portavoz de UPyD, Andrés Herzog, fue elegido en septiembre candidato a la Presidencia del Gobierno tras un proceso en el que compitió con otros seis aspirantes y en el que tanto afiliados como simpatizantes pudieron participar por vía telemática.

Para decidir el resto de integrantes de las listas provinciales, el partido sigue cauces menos participativos. Las ejecutivas territoriales proponen a sus candidatos y estos nombres deben ser ratificados por los Consejos Políticos Territoriales, órganos de dirección más amplios que, estos sí, son elegidos a través de elecciones internas en las que participan los militantes. Finalmente, las propuestas a nivel provincial pasan al Consejo de Dirección estatal –la ejecutiva nacional del partido–, que es quien las aprueba.

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Unidad Popular

La coalición que engloba a IU y a otros partidos como la Chunta Aragonesista o Batzarre ha realizado dos procesos de primarias por separado: uno de ellos para escoger a su candidato a la Presidencia del Gobierno –en el que Alberto Garzón arrasó– y otro, a nivel provincial, en el que se decidió la composición de las listas de cada circunscripción. No obstante, muchos de los números uno de las candidaturas son dirigentes de IU, cuyo protagonismo dentro de la plataforma ha provocado que ésta sufra algunas escisiones.

En este sentido, se encuentran presentes en las listas nombres como el de Ricardo Sixto, actualmente diputado de IU en el Congreso y que será el número uno por Valencia, o Manuel González Orviz, coordinador general de IU en Asturias, que liderará la candidatura de esa provincia. Unidad Popular también ha fichado personajes de la sociedad civil –aunque, en este caso, sí se han sometido a primarias–, como Sol Sánchez, dirigente de Attac, que ocupa el número dos en la lista por Madrid, o la activista feminista Begoña Marugán, situada en el puesto número cuatro de esta candidatura.

La composición de las listas electorales de los partidos siempre da lugar a dimes y diretes. Y las que se han diseñado para los próximos comicios generales no son una excepción, ya que las candidaturas finales están sazonadas con polémicas, impugnaciones y fichajes estrella en muchas de las formaciones: desde la exdirigente de UPyD Irene Lozano hasta el antiguo jefe del Estado Mayor del Ejército Julio Rodríguez, los nombres conocidos por el gran público están siendo un reclamo utilizado por los partidos para promover sus candidaturas.

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