La ultraderecha de Vox se puso este jueves a la cabeza de las reacciones xenófobas tras el ataque cometido en Algeciras (Cádiz) en dos iglesias por un ciudadano marroquí de 25 años con antecedentes psiquiátricos que costó la vida a una persona y causó heridas a otras cuatro. PP y Ciudadanos optaron por una reacción más moderada, aunque a su manera enfatizaron la condición de extranjero pendiente de expulsión del detenido y la religión que profesa.
Muy llamativa fue la reflexión que lanzó al aire el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto en Barcelona. Después de decir que no tenía intención “de echar más leña al fuego”, declaró: ”Hay personas que matan en nombre de un dios o de una religión. Sin embargo nosotros... Desde hace muchos siglos no verá usted a un católico o a un cristiano matar en nombre de su religión o de sus creencias. Y hay otros pueblos que tienen otros ciudadanos que sí lo hacen”.
Las palabras de Feijóo señalando al Islam empañaron el cuidado que, unas horas antes, había puesto su secretaria general, Cuca Gamarra, a la hora de pronunciarse sobre lo ocurrido. Gamarra prefirió identificarse con el comunicado hecho público por la Conferencia Episcopal llamando a no caer en demagogias y no identificar el terrorismo con ninguna religión ni fe. No se debe hacer “ningún llamamiento que pueda alentar algo que sea negativo para la sociedad española”. “Todos debemos ser responsables en ese sentido”.
Por eso Gamarra se negó “a estigmatizar a ningún colectivo por lo que haya hecho uno de sus integrantes” y criticó la reacción de Vox: “Ese no es el camino, sino combatir con toda la dureza a aquellos que cometen estos actos y que son integristas, pero respetando a aquellos que no lo son, que forman parte de nuestra sociedad”, declaró.
“El terrorismo existe”
Feijóo, además de fijarse en la religión del autor del ataque y lamentar lo ocurrido, se quejó de que el Gobierno no le hubiese informado, cuando ya habían pasado casi 20 horas desde el suceso. “El terrorismo islámico existe, todos recordamos los trenes de Atocha” y en “un país en la situación geográfica en la que estamos tiene que tratarse con mucho sentido y visión de Estado”, acertó a decir. “Reaccionar en caliente es lo contrario de una reacción meditada”.
El reproche del PSOE llegó enseguida. Hay veces que “es mejor permanecer callado y parecer responsable que hablar así”, escribió la portavoz socialista y ministra de Educación Pilar Alegría en un apunte en Twitter.
Advertido de las críticas que estaba recibiendo, Feijóo hizo una declaración a última hora de la tarde en la que, contradiciéndose a sí mismo, consideró “evidente que lo que ha ocurrido no tiene que ver con la religión, no se puede criminalizar ninguna religión. Una cosa es el fanatismo y otra cosa es la religión”. Tenemos un problema de integrismo islámico tanto en países occidentales como en países islámicos y “ante esto hay que luchar todos juntos”, precisó.
Las declaraciones del líder de Vox, Santiago Abascal, que motivaron el reproche de Gamarra acusaban implícitamente al Gobierno de complicidad con el ataque por abrir las puertas al islamismo. “Unos les abren las puertas, otros los financian y el pueblo los sufre”, escribió en Twitter. “No podemos tolerar que el islamismo avance en nuestro suelo”, añadió.
Culpa de la inmigración
El portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Manuel Gavira, fue aún más explícito al relacionar el ataque con la inmigración irregular. “Llevamos mucho tiempo denunciando las consecuencias de esta inmigración ilegal, descontrolada”. “Hablamos de culturas incompatibles con la nuestra”, sentenció.
También Ciudadanos puso el énfasis en la nacionalidad del atacante. El coordinador del grupo parlamentario de este partido en el Congreso, Guillermo Díaz, exigió en rueda de prensa que el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, explique cómo es posible que el autor del atentado siguiera “deambulando” en España desde que se decretó su expulsión hace siete meses.
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Eso sí, exigió a los demás partidos que no aprovechen el ataque para hacer “propaganda”, que es como definió el mensaje de Vox. “No se trata de rascar nada aquí, todas las valoraciones que se hacen son propagandísticas y no se deben hacer”.
PP y Cs han pedido la convocatoria del Pacto Antiyihadista, dando por confirmado que el ataque se planificó y consumó con una intencionalidad terrorista, algo que la investigación todavía no ha establecido oficialmente. Con esa reunión el principal partido de la oposición quiere que la política responda con “unidad” al yihadismo. Cs lo expresa de otro modo: quiere que la cita sirva para acordar un “contraataque democrático” frente al terror.
Vox no comparte esta estrategia. De hecho, no ha firmado el Acuerdo para afianzar la unidad en defensa de las libertades y en la lucha contra el terrorismo, también conocido como pacto contra el yihadismo o pacto antiyihadista, suscrito en 2015 por PP y PSOE y apoyando posteriormente por el resto de los partidos con la excepción de ERC, PNV, Podemos e IU.
La ultraderecha de Vox se puso este jueves a la cabeza de las reacciones xenófobas tras el ataque cometido en Algeciras (Cádiz) en dos iglesias por un ciudadano marroquí de 25 años con antecedentes psiquiátricos que costó la vida a una persona y causó heridas a otras cuatro. PP y Ciudadanos optaron por una reacción más moderada, aunque a su manera enfatizaron la condición de extranjero pendiente de expulsión del detenido y la religión que profesa.