El setenta por ciento de las víctimas de violencia de género no denuncian por miedo a represalias o por falta de un empleo que les garantice independencia económica respecto de su agresor, según un informe de Fundación Adecco recogido por Europa Press, basado en 500 entrevistas a mujeres que han sufrido malos tratos y que han pasado por sus oficinas en el último año y en un análisis de los datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
El trabajo explica que "la ausencia de información, la situación de vulnerabilidad económica y social de las víctimas y la merma de autoestima que sufren consecuencia de la violencia sufrida provocan que las mujeres que padecen esta lacra no estén dando el paso de denunciar" y concreta que el 82% de las encuestadas admite que le costó mucho reconocer su condición de víctima.
En siete de cada diez casos, la precariedad económica fue una razón de peso para no denunciar, igual que para el 70% fue determinante el miedo a represalias sobre ellas o sobre sus hijos. Un 61% dijo que no denunció por vergüenza a "reconocer" las graves situaciones que había tolerado y el 50% marcó como razón el no querer perjudicar al agresor.
Además, existen otras razones que llevan a las víctimas a la inacción frente a los abusos que sufren, como son inseguridad jurídica (desconfianza en el sistema, 46%), la esperanza de que su pareja cambie (38%) o la voluntad de "aguantar" para que sus hijos tengan una familia (25%), según los resultados del estudio.
El informe llama la atención además sobre el hecho de que entre 2008 y 2013, los años de la crisis económica, bajaron las denuncias mientras que iniciada la recuperación han vuelto a remontar: 2016 terminó con récord (142.893) y en los dos primeros trimestres del año se han contabilizado 83.198 denuncias, un 18% más que en el mismo periodo que el año anterior.
Para el director de Fundación Adecco, Francisco Mesonero, "la reactivación económica podría estar detrás de este incremento al potenciar la confianza de las mujeres, que encuentran más posibilidades de encontrar un empleo y ser autónomas e independientes". "Precisamente ahora que, cada vez más mujeres se están atreviendo a romper su silencio y a denunciar, es vital garantizar que no retrocedan en su decisión y rompan el vínculo con el agresor, siendo el empleo la mejor herramienta para hacerlo", apunta.
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En este sentido, el informe incide en que el empleo es "la mejor arma contra la violencia" porque un 75% de las mujeres no tenía empleo o trabajaba en condiciones de precariedad (fundamentalmente en la economía sumergida) en el momento de sufrir la violencia.
"No significa que el trabajo sea una barrera infranqueable contra la violencia de género, pero sí observamos que se convierte en el mejor escudo protector, al eliminar el factor dependencia económica, que muchas veces es el causante de que las situaciones de violencia se prolonguen en el tiempo", añade Mesonero.
La mayoría de las encuestadas que encontraron un empleo tras denunciar su situación (83%) asegura que éste ha sido clave en su proceso de recuperación personal, permitiéndole normalizar, dignificar y reconducir su vida. En este sentido, Fundación Adecco presentará este mes la guía Un Empleo contra la violencia, un trabajo cuyo propósito es acompañar a la mujer víctima en todo el proceso: desde la identificación de la situación de violencia, hasta la interposición de la denuncia y la búsqueda de un empleo que les ayude a recuperar las riendas de su vida.
El setenta por ciento de las víctimas de violencia de género no denuncian por miedo a represalias o por falta de un empleo que les garantice independencia económica respecto de su agresor, según un informe de Fundación Adecco recogido por Europa Press, basado en 500 entrevistas a mujeres que han sufrido malos tratos y que han pasado por sus oficinas en el último año y en un análisis de los datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).