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DomusVi desvía a Jersey parte de lo que gana en España con 138 residencias que viven sobre todo del dinero público

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La multinacional DomusVi es la principal empresa del sector de las residencias de mayores en España y la tercera de Europa. En julio de 2017, se convirtió en su accionista mayoritario el fondo de inversión británico Intermediate Capital Group (ICG), que ha creado una tupida red societaria para articular la compra de DomusVi y reducir al mínimo su factura fiscal mientras se mantenga como su principal propietario. Una red que pasa por Luxemburgo y termina en la isla de Jersey, un territorio fiscalmente opaco donde tiene su domicilio la sociedad última de la trama, ICG Europe Fund VI (No. 1) Limited Partnership.

infoLibre ha analizado documentos de los Registros Mercantiles de España, Francia, Luxemburgo y Jersey para trazar la línea que une a la empresa local dueña de una residencia en España con la sociedad última de control en Jersey. O lo que es lo mismo: para seguir el rastro del dinero, desde que ingresa en la compañía que gestiona uno de los geriátricos de DomusVi hasta que llega a su destino final en la sociedad de Jersey. Esa trama societaria está compuesta por más de 20 empresas, tal y como se muestra en el gráfico que acompaña a esta información.

La existencia de ese entramado de empresas, la mayoría sin empleados y creadas por motivos exclusivamente financieros, lleva a una conclusión obvia: parte del dinero que DomusVi gana en España termina en Jersey, un territorio fiscalmente opaco y donde la tasa del impuesto de sociedades es del 0%, según los datos de la OCDE.

El principal cliente de DomusVi en España es la Administración pública. Como desveló infoLibre en una anterior investigación, 82 Gobiernos autonómicos, forales y locales alimentan la caja de ingresos de la multinacional. Lo hacen por dos vías: adjudicándole la gestión de residencias o concertando plazas. En el primer caso, conocido como “gestión indirecta”, un centro mantiene la titularidad pública pero es gestionado de forma privada por la empresa que recibe la concesión. En el segundo, la Administración compra una plaza en la residencia, paga una cantidad de dinero a cambio de poder enviar al geriátrico a una persona que tenga derecho a recibir atención por su dependencia. La parte más importante de los ingresos de DomusVi –al igual que de los demás grandes grupos del sector– procede de la Administración por una de esas dos vías. El resto de los ingresos los obtiene al comercializar las plazas que no concierta, es decir, las que explota directamente de forma privada, vendiendo el servicio residencial a los ciudadanos que lo puedan pagar.

En definitiva: el dinero público es la principal fuente de ingresos de DomusVi y parte de las ganancias que obtiene la multinacional en España terminan en Jersey, en una compañía con unos inversores cuya identidad se desconoce, porque quien da la cara ante el Registro Mercantil de la isla situada en el Canal de la Mancha es el fondo de inversión ICG.

DomusVi cuenta en España con 138 residencias y cerca de 20.000 camas, que representan el 70% de la facturación del grupo. El resto lo aportan otros servicios, desde la atención domiciliaria de mayores a los centros de salud mental. En 2017, la división residencial del grupo facturó 355 millones de euros y en 2019 tenía previsto superar los 437 millones, un incremento del 23% en los dos años bajo el control del fondo ICG. El grupo en su conjunto, que tiene también gran fortaleza en Francia, alcanzó en 2018 una cifra de negocio de 1.370 millones de euros.

En algunos de los geriátricos de DomusVi se han vivido verdaderas catástrofes durante la pandemia. El primer reportaje de investigación de este periódico sobre las residencias, publicado el 8 de abril, se centraba precisamente en lo ocurrido en ocho de sus geriátricos, donde habían fallecido más de 150 personas en las primeras semanas de azote del virus.

Tres meses y medio después sigue siendo imposible conocer la cifra exacta de fallecimientos en las residencias de España porque hay nueve gobiernos autonómicos –entre ellos los de las cuatro comunidades con más muertes en geriátricos: Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha– que se niegan a ofrecer esa información desglosada por centros. Así que un periodista de infoLibre ha pedido la información a los 17 Ejecutivos autonómicos acogiéndose a la Ley de Transparencia. Entre los que ya han contestado está Cataluña, donde DomusVi explota diez residencias, en las que fallecieron 145 personas con covid-19 o con síntomas compatibles en marzo y abril. En Andalucía gestiona 13 geriátricos, en los que perdieron la vida 33 mayores durante esos dos meses. En la Comunidad Valenciana, el Gobierno autonómico ha planteado la posibilidad de revertir una concesión a DomusVi en Alcoi (Alicante), donde los familiares aseguran que hubo 73 víctimas.

A continuación, infoLibre desgrana la estructura societaria de DomusVi que va desde cualquiera de las 138 residencias de España a la sociedad ICG Europe Fund VI (No. 1) Limited Partnership en Jersey. Una red que recorre cuatro países y que gráficamente se resume así:

La estructura societaria de la multinacional de residencias DomusVi, que termina en una sociedad domiciliada en la isla de Jersey.

La trama societaria en España

La sociedad matriz del grupo DomusVi en España se llama Geriavi, fue creada en julio de 2015 y tiene su sede en Vigo. La consejera delegada es Josefina Fernández Miguélez, que se ha mantenido al frente del grupo mientras crecía por medio de fusiones y su propiedad iba cambiando de fondo de inversión en fondo de inversión.

"Los fondos entendieron siempre que no hay pelotazos en geriatría", declaraba en octubre de 2017, el mismo día que se completaban las transacciones accionariales por las que el fondo Pai Partners le vendía su 55,5% de capital en el grupo DomusVi al fondo ICG. Cuando PAI Partners compró la empresa en septiembre de 2014 fue valorada en 639 millones de euros y cuando cerró su venta en julio de 2017 se tasó en 2.364 millones. En otras palabras: PAI Partners pagó 354 millones por su 55,5% del capital y se embolsó 1.312 millones con su venta. Al parecer, ganar en menos de tres años 958 millones no es un "pelotazo" para Josefina Fernández.

A finales de 2019, Geriavi contaba con 58 filiales. De ellas, 53 están en España, cuatro en Portugal y una en Chile. Esas filiales son las que se encargan de gestionar las residencias concretas. A veces una compañía lleva un solo geriátrico, mientras que en otras ocasiones se encarga de la explotación de varios centros. Las participadas más importantes son Quavitae Servicios Asistenciales y Geriatros.

Fuera de España, la inversión más relevante es la del Grupo Acalis, con sede en Chile y que además de en ese país tiene centros también en Uruguay y Colombia. En una reciente entrevista, Fernández explicaba que en Latinoamérica tienen que construir centros de lujo por el tipo de cliente al que se dirigen: “Los adultos mayores, como les llaman allí, que van a una residencia en Chile están acostumbrados a vivir en su casa con dos o tres asistentes".

Geriavi tiene el 100% del capital de todas sus filiales, salvo de Grupo Acalis, del que a finales de 2019 poseía el 41%.

Geriavi es una sociedad anónima unipersonal (SAU), es decir, que tiene un único accionista. Se trata de una compañía francesa denominada HomeVi SAS. De esta forma, la trama societaria de DomusVi hace un primer cruce de frontera, aunque no será el último.

La compañía con sede en Vigo presenta sus cuentas consolidadas en Francia y no en España. Los grupos empresariales tienen la obligación de consolidar sus cuentas, es decir, recoger en un mismo balance los datos financieros de todas las sociedades que están bajo su control. El objetivo es que se pueda conocer mejor cuál es la situación económica de dicho grupo. A la hora de pagar impuestos puede ser una ventaja porque los beneficios de las sociedades que ganan dinero se compensan con las pérdidas de aquellas compañías que van mal, reduciendo así la factura fiscal del conjunto del grupo.

“Las cuentas anuales consolidadas del grupo DomusVi serán depositadas en el Registro Mercantil de Francia a través de Kervita SAS”, explica Geriavi en la documentación que presenta en el Registro Mercantil de Pontevedra. Toca analizar, por tanto, la estructura del grupo en Francia.

Documento de Geriavi SAU, donde indica quién es su accionista único y quién su sociedad dominante en Francia.

La trama societaria en Francia

DomusVi tiene cuatro sociedades en Francia, en una estructura piramidal en la que cada compañía tiene el 100% de su filial. En la base está HomeVi SAS, cuyo accionista único es Casavita SAS; el accionista único de Casavita SAS es Finvita SAS, y el accionista único de Finvita SAS es Kervita SAS, que es por tanto quien está en la cúspide y es la sociedad dominante que presenta las cuentas consolidadas de todo el grupo.

SAS son las iniciales de société par actions simplifiée, un tipo de sociedad de la que no existe en España una forma jurídica equivalente, aunque estaría a medio camino entre la sociedad anónima y la limitada. Tiene una gran flexibilidad en su funcionamiento y organización, que se establecen básicamente en sus estatutos y no en el Código de Comercio, por lo que es el tipo societario preferido por los grandes grupos para sus filiales.

HomeVi SAS es la primera empresa de DomusVi en su estructura gala. Es la dueña directa del 100% del capital de la española Geriavi, de la gala DomusVi SAS –la empresa que cumple en Francia la misma función que Geriavi en España– y de la alemana DomusVi GmbH.

En sus cuentas, HomeVi le otorga a su filial francesa un valor contable de 502 millones de euros, a Geriavi de 232 millones y a la participada alemana de 100.000 euros.

Documento de HomeVi donde se relacionan sus tres filiales directas, entre ellas la española Geriavi.

Casavita SAS es la segunda empresa del entramado en Francia. Es la accionista única de HomeVi. Antes de que el fondo de inversión ICG se hiciera con el control de DomusVi, Casavita era la sociedad que presentaba las cuentas consolidadas de la multinacional ante la Hacienda francesa, incluidas las de sus filiales directas e indirectas en España. Así lo hizo en el ejercicio 2017.

Documento de HomeVi donde se indica que su accionista único es Casavita.

La pirámide continúa hacia arriba con Finvita SAS, que tiene el cien por cien de las acciones de Casavita. Es la compañía que utilizó el fondo PAI Partners para el control accionarial del grupo, durante los tres años en los que fue el dueño de la mayoría de su capital. Su única función es la de intermediaria en la estructura, como demuestra el hecho de que en los últimos tres años haya declarado que el importe de su cifra de negocios es de cero euros. En cambio, su capital social asciende a 643,4 millones de euros.

Documento de Casavita donde se indica que su accionista único es Finvita.

Cuando se produjo la venta a ICG, este fondo decidió engordar la estructura en Francia con una nueva compañía y creó Kervita SAS. Mediante una serie de transmisiones cruzadas de acciones entre las diferentes empresas, ejecutadas en julio y octubre de 2017, se estableció la configuración actual con Kervita como sociedad dominante.

Documento de Casavita donde se indica que su accionista único es Kervita.

En Kervita es donde se juntan los tres grupos de accionistas que tiene DomusVI: el fondo británico ICG, que controla el 55,5% del capital; la compañía francesa Société d'Investissements DVH SAS (SIDVH), que en marzo de 2019 declaraba tener el 33,8%, y los principales ejecutivos del grupo de residencias, que tenían en ese momento el 10,7%, aunque esta cifra pudo variar desde entonces ya que existían contratos que otorgaban a los directivos la posibilidad de vender sus acciones a ICG y SIDVH.

El rastro del dinero puesto por ICG lleva al segundo cruce de frontera, puesto que sus acciones en Kervita las tiene a través de una sociedad domiciliada en Luxemburgo que se llama Topvita Investment Sàrl (iniciales de société à responsabilité limitée, equivalente a una SL en España).

Los directivos del grupo DomusVi, por su parte, entraron en el capital de Kervita a través de otras tres sociedades montadas en Francia: Mancare I SAS, Mancare II SAS y Mancare III SAS. En la primera de ellas, de acuerdo con las últimas cuentas presentadas en el Registro de Nanterre correspondientes a 2018, la principal accionista era Josefina Fernández Miguélez, la consejera delegada de Geriavi que declara que no existen los "pelotazos en geriatría".

A finales de 2018, Josefina Fernández Miguélez tenía el 13,32% del capital de Mancare I. infoLibre le preguntó el pasado jueves a la portavoz del grupo en España si mantenía ese mismo porcentaje en la actualidad y si tenía también participación en Mancare II y Mancare III. En una muestra más de falta de transparencia, Fernández Miguélez se negó a responder a esas y a todas las demás preguntas de este periódico. Una opacidad que Geriavi y su consejera delegada aplican de forma generalizada, no sólo a la hora de hablar sobre sus intereses económicos, sino también sobre asuntos mucho más graves como el número de fallecidos en sus residencias durante la pandemia. Y ello a pesar de que, como se indicó con anterioridad, la expansión de DomusVi en España y el enriquecimiento de su consejera delegada se debe en buena medida al dinero público que recibe la compañía de las Administraciones públicas.

La compañía luxemburguesa Topvita Investment también declaraba una participación minoritaria en las tres sociedades creadas por los directivos del grupo.

Documento de Topvita Investments donde declara las acciones que tenía en marzo de 2019 en Kervita, Mancare I, Mancare II y Mancare III.

El tercer elemento en el accionariado de Kervita, y por tanto de todo el grupo DomusVi, es la compañía francesa SIDVH. Esta sociedad estaba controlada por Sagesse Retraite Santé (SRS), creada por Yves Journel, el fundador del grupo DomusVi en Francia en 1983. Sin embargo, en la operación de venta a ICG de la multinacional de residencias, SIDVH tuvo que realizar una ampliación de capital en la que SRS pasó a ser un socio minoritario con el 21,3% del capital. Con la mayoría se hicieron CDC International Capital (ahora BPI France) y Mubadala Investment Company, a través de un fondo específico surgido de la alianza de ambos denominado FEF.

BPI France es un banco público francés mientras que Mubadala Investment Company es un fondo soberano del Gobierno de Emiratos Árabes Unidos. En España, Mubadala es el principal accionista de Cepsa

En otras palabras: la mayoría de las ganancias de los geriátricos que DomusVi tiene en España terminan en una compañía de Jersey, pero una pequeña parte de ese dinero viaja hacia un fondo del régimen de Abu Dabi.

La trama societaria en Luxemburgo

La compra de la mayoría del capital de DomusVi por parte de ICG en 2017 se articuló a través de un fondo denominado ICG Europe Fund VI, que recaudó 2.500 millones de euros entre inversores, mientras que la matriz de ICG –Intermediate Capital Group plc– aportó otros 500 millones. ¿Y quienes son los que ponen dinero en este tipo de fondos de inversión? Pues por una parte los llamados inversores institucionales –aseguradoras, bancos, fondos de pensiones– y por otra las conocidas como family offices, las sociedades que utilizan los multimillonarios para sacar el máximo rendimiento a su dinero. 

El funcionamiento de los fondos de private equity –que invierten en compañías no cotizadas– es habitualmente el siguiente: una vez recaudado el dinero tienen una serie de años –el máximo suelen ser cinco– para entrar en diferentes empresas y otros tantos para desinvertir y salir del accionariado con las mayores plusvalías posibles. Los gestores del fondo cobran un porcentaje fijo por su trabajo –lo normal es el 2% del dinero bajo su gestión– y otro variable en caso de que el beneficio obtenido en la operación rebase una cierta barrera. Lo habitual es que el primer 8% de las ganancias se reparta exclusivamente entre los inversores y, a partir de esa cantidad, los gestores del fondo tienen derecho a un 20% de los beneficios que se repartan.

Por tanto, hay dos ideas básicas: cuando ICG entra en DomusVi –o cualquier fondo de private equity en una empresa– lo hace ya con un horizonte temporal de salida y su objetivo esencial es obtener unos beneficios que superen claramente el 8% de lo invertido, porque a partir de esa barrera se multiplican las ganancias del propio fondo. Una de las actuaciones esenciales para lograr ese objetivo es montar unas complicadas estructuras societarias en territorios de baja o nula tributación fiscal. Por ponerle cifras al tema: en el caso de ICG Europe Fund VI, los gestores del fondo crearon seis sociedades en Luxemburgo y diez en Jersey. A ello hay que sumarle las compañías específicas constituidas para cada operación concreta. 

En el caso de la adquisición de DomusVi, la empresa clave es Topvita Investment Sàrl, que como hemos visto es la que tiene el 55,5% de las acciones de la compañía francsesa Kervita. Una segunda compañía en Luxemburgo es Topvita Financing Sàrl, que como su nombre indica tiene como objetivo primordial ayudar a la financiación de la operación.

Ambas compañías fueron creadas el mismo día –2 de marzo de 2017– y tienen los mismos accionistas, según lo declarado en el Registro Mercantil de Luxemburgo. Son otras cinco empresas que se reparten el capital de la siguiente forma: el 48,11% es de ICG Europe Fund VI Investment Sàrl; el 39,75% de Topvita Coinvestment I SCSp; el 6,35% de Intermediate Capital Group plc; el 5,74% de Topvita Coinvestment II SCS y el 0,05% de ICG Europe Fund VI Lux Co-invest SCS.

Algunas de estas empresas tienen a su vez como accionistas a otras compañías –la mayoría también de Luxemburgo–, pero como se indica en el documento que abre esta información, la sociedad última de control es ICG Europe Fund VI (No. 1) Limited Partnership, cuya sede está en la isla de Jersey.

La trama societaria en Jersey

Luxemburgo es un lugar atractivo para los fondos por sus bajos impuestos –hasta el punto de que se ha convertido en uno de los principales centros de operaciones en Europa de private equity–, mientras que Jersey añade al tema fiscal –no se paga impuesto de sociedades– otra ventaja para ciertos inversores: la opacidad. Es prácticamente imposible conocer quiénes son los accionistas de una compañía con sede en la isla del Canal de la Mancha.

La sociedad que está en la cúpula de la trama societaria de DomusVi es una "limited partnership", un tipo de asociación del Derecho británico que es la utilizada habitualmente por los fondos de private equity. Está compuesta por un "general partner", que designa el propio fondo y que se encarga de la gestión, y los "limited partners", que son los inversores que ponen el dinero y cuya responsabilidad se limita al capital invertido. El general partner es quien decide dónde invierte, aunque puede tener determinadas limitaciones que le han puesto los inversores; por ejemplo, no invertir en determinada zona geográfica o en cierto tipo de industrias.

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En determinadas ocasiones, se produce una inversión conjunta (co-investment) y a veces el propio fondo también compromete parte de su capital. Es lo que ocurrió con el ICG Europe Fund VI, donde el fondo británico además de encargarse de la gestión, invirtió 500 de los 3.000 millones recaudados (el 16,67% del total a través de Intermediate Capital Group plc). Tal y como consta en su último informe de cuentas anuales, "la sede principal del negocio" de dicho fondo está en Jersey.

La limited partnership que controla finalmente ese 55,5% del grupo DomusVi se llama ICG Europe Fund VI (No 1) y como general partner actúa otra compañía de Jersey denominada ICG Europe Fund VI GP Limited. Allí es donde terminan la mayor parte de las ganancias que generan 138 residencias en España, que viven básicamente del dinero público que reciben de 82 Administraciones autonómicas y locales. Lo que se desconoce es la identidad de los beneficiados. El resto de las ganancias acaban en los bolsillos de algunos directivos del grupo, entre ellos Josefina Fernández Miguélez, y en las arcas de un banco público francés (BPI France), un fondo del Gobierno de Emiratos Árabes Unidos (Mubadala) y un multimillonario galo (Yves Journel).

Inscripción en el Registro de Jersey de la sociedad que está en la cúspide de la trama societaria de Domusvi: ICG Europe Fund VI (No. 1) Limited Partnership.

La multinacional DomusVi es la principal empresa del sector de las residencias de mayores en España y la tercera de Europa. En julio de 2017, se convirtió en su accionista mayoritario el fondo de inversión británico Intermediate Capital Group (ICG), que ha creado una tupida red societaria para articular la compra de DomusVi y reducir al mínimo su factura fiscal mientras se mantenga como su principal propietario. Una red que pasa por Luxemburgo y termina en la isla de Jersey, un territorio fiscalmente opaco donde tiene su domicilio la sociedad última de la trama, ICG Europe Fund VI (No. 1) Limited Partnership.

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