El eco de las elecciones catalanas en las generales

Elecciones catalanas, el 27 de septiembre. Elecciones generales, aún sin fecha, máximo el 20 de diciembremáximo el 20 de diciembre. Pero, en todo caso, muy próximas en el tiempo. Tal vez demasiado como para que el fuego de las primeras esté apagado para las segundas. Así que es inevitable pensar que ambos procesos se contaminarán mutuamente, teniendo en cuenta el calibre del desafío soberanista. La pregunta es cuánto. Y de qué modo.

Aún no hay encuestas que reflejen el impacto del anuncio de la lista unitaria soberanista, Junts pel Sí, integrada por CDC, ERC y las entidades independentistas, y encabezada por el exeurodiputado de ICV Raül Romeva. Es probable que quede como primera fuerza en el Parlament, y que vuelva a presidir Artur Mas la Generalitat, pero no está nada claro que logre la mayoría absoluta (68 diputados, de una Cámara de 135). Un dato nada baladí, ya que los firmantes del acuerdo indican que si los catalanes eligen a una "mayoría de diputados a favor de la independencia" –grupo en el que entraría la CUP, que se presenta por separado–, el Parlament aprobará una declaración "solemne" de comienzo del proceso de secesión. El nuevo hemiciclo se constituirá unas semanas más tardes del 27-S, poco antes de las generales, que se calculan para finales de noviembre o diciembre, según las pocas pistas que ha dado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que antes quiere aprobar los Presupuestos de 2016. 

Los cinco expertos consultados por infoLibre comparten la percepción de que la carpeta catalana influirá en la campaña de las legislativas, aunque salvo que se den pasos decididos desde Barcelona, no será el único tema presente en el debate públicoúnico. Y también consideran, en líneas generales, que el gran beneficiado por el 27-S de cara a las elecciones de final de año será Ciudadanos. Por una doble razón: porque firmará previsiblemente un buen resultado en Cataluña –aspira a convertirse en segunda o tercera fuerza, y referente en cualquier caso del polo antisoberanista– y porque en el resto de España podrá rentabilizar su pedigrí en la lucha contra los nacionalistas.

Ventajas e inconvenientes

El PP no sale perjudicado del todo, pese a su esperable mal dato en las autonómicas, ya que podrá vender su discurso de la unidad del país. Los socialistas, a juicio de los analistas, sí pueden sufrir más con el paso del 27-S, que constatará su "irrelevancia" en Cataluña. Y en el caso de Podemos, no existe un criterio uniforme. La operación de embarcarse en una candidatura unitaria con ICV y Esquerra Unida i Alternativa –Catalunya Sí que es Pot, liderada por Lluís Rabell, referente vecinal de Barcelona–, que se situaría muy arriba en el Parlament, puede reforzar a Pablo Iglesias en un territorio clave, aunque también distanciar a sus votantes menos proclives al derecho a decidir en el resto del país. 

Lo que sigue es una prospectiva del influjo de las catalanas en las generales, en cada uno de los cuatro principales contendientes, PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, dibujada por cinco politólogos y sociólogos. 

01. PP: GANA, PERO MENOS

El mensaje de la unidad de España ha sido uno de los más mimados históricamente por el PP. Y uno de los llamados a conformar la tripleta sobre la que asentará su discurso de campaña, junto con la recuperación económica y el miedo a los "populismos". El titular de Justicia, Rafael Catalá, ya ha advertido de que el PP es "mejor garantía" para mantener la integridad territorial que el PSOE. El ministro también ha dejado caer que es posible que el Gobierno eche mano del artículo 155 de la Constitución, que permite hasta la suspensión de la autonomía. 

Los expertos se dividen entre quienes piensan que el PP será quien pueda capitalizar más y mejor el peligro de ruptura y quienes creen que ese efecto automático no está tan claro por la pujanza de Ciudadanos

Entre los primeros se encuadra Ignacio Lago, profesor de Ciencia Política de la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Sostiene que la cuestión catalana pertenece a la "vieja agenda política", y su presencia en primer plano "beneficia a los partidos ya establecidos, porque es a quienes más les interesa", mientras que es una "mala noticia" para los emergentes como Podemos, ya que se desactiva la agenda que más les interesa, como la corrupción o la regeneración democrática. "Para el PP siempre ha existido una suerte de trade-off, de disyuntiva: cuanto peor le va en Cataluña, más reforzado sale en el resto de España, porque la posición unánime fuera de Cataluña es preservar la unidad de España. Así que pese a la aparición de Ciudadanos, lo tiene bien". Más aún, alega, Rajoy tiene por delante un "escenario fantástico" para las generales, la campaña "hecha" con la apelación a Grecia y con Cataluña. "Una agenda excelente sin haberse molestado en ello". 

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, este 25 de julio, en Barcelona | EFE

Otros cuatro estudiosos discrepan de este análisis y cuestionan que el PP pueda sacar tanta tajada como antaño. Pablo Simón, politólogo en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M),  ditor de Politikon y buen conocedor de Cataluña, comunidad en la que ha vivido diez años, anticipa que es complicado que Rajoy pueda pescar muchos más votos por el río revuelto catalán porque tiene a su lado a otro actor con un discurso relativo a la unidad de España "igual o más duro y creíble", porque además nunca ha pactado con CiU y firmará el 27-S un mejor resultado que generará un efecto arrastre. "No sé si Cataluña perjudicará al PP, pero desde luego no podrá sacar mucho rendimiento de ella para generales. Yo veo un poco espejismo la recuperación del PP", afirma. 

"Irrelevante" en la comunidad

Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencia Política de la Universitat de València (UV), trabaja a caballo entre Barcelona, Madrid y Valencia. Su planteamiento es similar al de Simón. La novedad de estas autonómicas es que, por primera vez, quien va a representar "el sentimiento español" no será ninguna de las dos grandes fuerzas nacionales, PP y PSOE, sino Ciudadanos, de tal modo que los conservadores de Alicia Sánchez-Camacho –aún se duda de que ella sea finalmente la candidata– pueden quedar como última o penúltima formación del Parlament, tal vez por detrás de Unió. Es decir, que será "irrelevante". En la Cámara saliente ocupaba la cuarta plaza, con 19 diputados, tras CiU (50 actas), ERC (21) y PSC (20), y por delante de ICV-EUiA (13), Ciudadanos (9) y CUP (3). 

Y si es insignificante en Cataluña, la segunda comunidad más poblada (7,5 millones), tras Andalucía, puede pasarle factura en el resto de España, aduce. "Es probable que algunos antiguos votantes del PP le acaben votando de nuevo y que algunos incluso lo hagan impelidos por la dinámica catalana. Pero mi impresión es que lo rentabilizará menos. Siempre más que el PSOE, claro". Rodríguez Teruel apunta una excepción: si se dan pasos hacia la independencia y el Gobierno central, en manos del PP, debe actuar. "Aunque si se pasa, le puede perjudicar". 

Máriam Martínez-Bascuñán, politóloga de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), esgrime otra razón por la que se puede presumir que Rajoy no podrá exprimir demasiado zumo del conflicto catalán. Sencillamente, porque "no está proponiendo nada". "Su discurso se limita al plano de la ley, a que existen restricciones legales que impedirán que el proyecto soberanista de Artur Mas llegue a buen puerto. Pero hay otras fuerzas que asumen la posición antinacionalista y que están jugando un rol más activo, como C's, con sensibilidad ante la realidad catalana, nuevas caras, sin problemas de corrupción y con un discurso firme frente al president", argumenta. Xavier Coller, catedrático de Sociología de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, pone igualmente en cuarentena los presuntos réditos del PP. Que le beneficie la tensión dependerá más, dice, de si es capaz de mantener a los votantes que puedan irse al partido de Albert Rivera. La estrategia, en suma, antes le funcionaba. Ahora, "tal y como están las cosas", con un PP hundido casi desaparecido en Cataluña, menos. 

02. PSOE: EL LASTRE DEL PSC

Salta a la vista que el 27-S tampoco traerá buenas noticias para el PSOE, a diferencia de lo que ocurrió en las andaluzas del 22 de marzo, que le sirvieron para mantenerse el poder en la Junta cuatro años más, y las autonómicas y municipales del 24 de mayo, donde ganó poder institucional y arrebató al PP plazas simbólicas como la Comunitat Valenciana, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón y Baleares o la Alcaldía de Sevilla. Las encuestas pintan mal para el PSC, un partido antaño hegemónico y transversal (como CiU) y que sigue desarbolado tras sonadas divisiones internas y una posición vacilante en torno a la cuestión soberanista. Al final, se acompasó al ritmo del PSOE y renunció al derecho a decidir. Una rectificación que gozó de infinita menor repercusión, sin duda, a su pasada defensa de la consulta. Habrá que ver cómo respira el electorado, pero las encuestas pronostican que el PSC de Miquel Iceta, ya desprendido de su ala soberanista, podría ver menguados sus 20 escaños de 2012 a la mitad o menos

El problema para el PSOE, como recuerdan los expertos, es que Cataluña fue, junto a Andalucía, su tradicional granero de votos (y diputados) en las generales, ya que son las dos comunidades que repartían más escaños. Su ventaja en ambas autonomías le permitía suplir su debilidad histórica en territorios como Valencia o Madrid. Los 1,6 millones de votos (el 45,39%) y las 25 actas de 2008, con Carme Chacón de cabeza de lista, se antojan ahora absolutamente inalcanzables. Coller aplica las matemáticas: si los socialistas pinchan en Cataluña (y fallarán, calcula, porque han entrado "tarde" en la senda de la "moderación"), necesitarán más papeletas y diputados de otras comunidades. Y si no, "Pedro Sánchez lo tendrá difícil", advierte. 

O sea, que si el PSC sale muy escaldado el 27-S, la posición del PSOE quedará "muy debilitada" para las generales, alega Martínez-Bascuñán, ya que comparecerá como un partido "que no ha sabido articular un discurso alternativo al soberanista". Para Rodríguez Teruel, igual que Cataluña no beneficiará al PP tanto como en el pasado, los comicios de septiembre descubrirán que el PSOE "no es un partido de gobierno porque flaquea en un territorio fundamental". Además, cree que no le dará tiempo a compensar el bajón en la comunidad con la recuperación en otros territorios con una significativa bolsa de escaños a repartir, como Madrid o Valencia, donde compite con terceros partidos muy potentes, como Podemos o Compromís. Y en Andalucía "puede haber llegado al límite". 

"Volar sin el motor catalán"

Según el profesor valenciano, el PSC no sólo ha resultado castigado por ser un partido "central" en la política catalana, como lo era CiU, por esa posición "anfibia, ambivalente", poco valiosa en un contexto de mayor polarización, lo que le ha hecho perder sufragios hacia Podemos y hacia C's. También arrastra debilidades internas y falta de "autonomía". 

El primer secretario del PSC y candidato a la Generalitat, Miquel Iceta, durante la reunión del Consell Nacional del partido, este 25 de julio en Barcelona | EFE

Simón comparte este análisis pesimista, aunque con matices. El PSOE ha decidido, subraya, "volar sin el motor catalán", definitivamente gripado. Se ha quedado sin espacio en Cataluña, desgastado tras dos tripartitos y tras el complicado proceso estatutario. Ha renunciado a ser lo que los politólogos llaman catch-all party. O sea, un partido atrapalotodo. Ante este difícil escenario, lo que espera el PSOE y desea el PSC es tener un resultado "modesto, digno" y superar por un diferencial grande al PP en Cataluña, para reivindicar ese margen, y eso sí está al alcande de su mano, recuerda este profesor. "Iceta intentará salvar los muebles, consolidar su nicho. Podría luego repetirse el varapalo al PSOE, pero también hay que tener en cuenta que Cataluña es un contexto particular y cansa al resto de España, así que es más complicado que le contamine para las generales", expone.

PSOE y PSC se ofrecen como vía intermedia entre dos polos a través de la apuesta firme por la reforma constitucional, ya avanzada en la Declaración de Granada y capítulo seguro del programa de las legislativas, para lo que Sánchez ha constituido un grupo de expertos. Los analistas contactados con este diario consideran limitado el efecto de la defensa del federalismo en el conjunto de España. Poco más allá de hacer ver que "no están quietos como Rajoy", reconoce Simón. Que tiene una oferta concreta para Cataluña, aunque no sea una cuestión "atractiva" para el resto de territorios, conviene Rodríguez Teruel.

Martínez-Bascuñán considera la reforma constitucional una "receta vieja" que, para que realmente despierte "entusiasmo" en el país el PSOE debería demostrar por qué "es el partido que mejor encarna esa tercera vía". Y no se consigue, recalca, llamando a "un puñado de expertos", sino "sacando a debate público cuáles serán los puntos que se quieren cambiar", entrar en materia "de verdad". De cualquier modo, llegados a este punto, según Coller, a PSOE y PSC no les queda otra que "reforzar" el mensaje del federalismo y aparecer "como una fuerza equilibrada en un escenario diabólico por la polarización sobre el eje independencia-no independencia y la aparición de competidores directos e indirectos, como Podemos, Ciudadanos y Unió". 

Lago, siguiendo su razonamiento respecto a lo que le ocurrirá al PP, cree que al PSOE le podría venir bien la recuperación en campaña de los temas de la "vieja política". Pero siempre la ganancia será menor, cree, que la que obtenga Rajoy, porque "el gran defensor de la unidad de España, para el electorado, es el PP" y la reforma constitucional es un tema "demasiado sofisticado", menos "claro" y menos "creíble". 

El 'efecto Chacón'

Los socialistas vuelven a confiar en Carme Chacón como número uno por Barcelona en las generales. Igual que en 2008 (su mayor éxito, 25 diputados) y 2011 (14). Politólogos y sociólogos apuntan que la exministra de Defensa acusa el desgaste de la marca, que le perjudica su ausencia en la política catalana en los últimos años –marchó a Miami en el curso 2013-2014 y abandonó su escaño–, y que ni siquiera ser un rostro conocido ayuda. Le beneficia, eso sí, que conecta más con el último giro del PSC y su rechazo al derecho a decidir, pero ese viraje le puede hacer perder votos fuera del área metropolitana de Barcelona. "Pero Chacón es un animal político, quizá pueda sorprendernos", desliza la profesora de la UAM. 

Lo que sí que no es previsible que le funcione al PP es, a juicio de los expertos, agitar el discurso del miedo, afeándole al PSOE sus pactos con Podemos. Ese mensaje, dice Simón, no cala tanto en una legislatura tan controvertida para Rajoy, acosado por la contestación a los recortes y los casos de corrupción. "El PSOE es un partido central en cuanto a su política de acuerdos –defiende Rodríguez Teruel–. Se ha aliado con Podemos, sí, pero también con Ciudadanos, como en Andalucía. Debe saber valorarlo y sus votantes apreciarlo. No ha de acomplejarse de sus alianzas con Pablo Iglesias". Martínez-Bascuñán sostiene que el discurso del miedo puede acabar rebotando en el tejado del PP, ya que Sánchez "no proyecta una imagen de radicalismo, eso es obvio, y la gente lo sabe".

"La asociación con las fuerzas radicales del mal puede resultar hasta caricaturesca para un electorado razonable". Más aún, añade: quien más tiene que perder por los acuerdos de investidura es Podemos, ya que está obligado "a no ser la nueva IU, a distinguirse, a demostrar que es algo distinto, a ser irreverente". "Si su electorado percibe que es lo mismo de siempre, es más fácil que acabe perdiendo apoyos", señala. Lago discrepa y recuerda que el discurso del miedo "sí es eficaz". Pone de ejemplo lo que ocurrió en el referéndum griego del pasado 5 de julio: que los más reacios al riesgo son los hombres y los mayores. 

03. PODEMOS: OPORTUNIDADES Y RIESGOS

Pablo Iglesias acude a las autonómicas bajo las siglas de Catalunya Sí que es Pot, en coalición con ICV y Esquerra Unida i Alternativa (la marca de IU en la comunidad), alianza que se repetirá para las generales. El líder del partido morado ya ha dicho que quiere a Cataluña dentro de España, pero sí defiende el derecho a decidir y un proceso constituyente. Propuesta esta que no ha desarrollado.

Pablo Iglesias, con Joan Herrera al fondo, en la presentación del acuerdo de Podemos, ICV y EUiA para las generales, el pasado 20 de julio en Barcelona | EFE

Simón indica que la experiencia del 27-S puede ser productiva para Podemos por la posibilidad que le brinda de tejer alianzas organizativas con fuerzas de izquierdas asentadas en el territorio (ICV, Compromís en Valencia, las mareas en Galicia...), pero no con fuerzas estatales como IU y Equo, a las que rechaza. Además, le permite ligar el derecho a decidir a la potestad de los ciudadanos a decidir sobre todos los temas, no sólo la soberanía. La profesora de la UAM se fija asimismo en la primera clave. Destaca que la "mayor enseñanza" que obtuvo Podemos de las andaluzas es la "necesidad de profundizar en el poder territorial", porque si una formación no se afianza en una comunidad, sufre el castigo del sistema electoral, de la ley D'Hondt, que premia la concentración de voto en una circunscripción, no la dispersión (razón por la que IU ha sufrido tanta penalización). De ahí su alianza con ICV-EUiA o su deseo de entablar un acuerdo con Compromís. "Sabe que la única forma de competir con PP o PSOE en unas generales es asegurándose el poder territorial". Además, un buen resultado en Cataluña sería "un enorme espaldarazo" para Iglesias en las generales. "No es lo mismo quedar por encima del PSOE en Navarra que hacerlo en la segunda comunidad más poblada", completa Rodríguez Teruel.

Lago no le ve tanto beneficio al paso por el 27-S. Precisamente porque el discurso de Podemos es "arriba-abajo, la corrupción, la regeneración democrática, y no Cataluña".

Supervivencia, aquí sí, de un "discurso anfibio"

¿Su apuesta por el derecho a decidir es entendida por el conjunto de su electorado? División de opiniones. Rodríguez Teruel juzga que no le viene mal un discurso ambivalente, lo que demuestra que hay posibilidad de sostener un "mensaje anfibio" y no sufrir tanto como el PSC, debido a que no es una formación "envejecida". "La indefinición en política, por regla general, siempre suma más que resta", añade Martínez-Bascuñán. Simón estima que el partido morado ya ha "perdido" a su votante menos ideologizado, por lo que ya no tiene "más capacidad para viajar hacia el centro, ya que tropieza con un tapón que es C's". Y en el espacio de la izquierda "genera menos rechazo el derecho a decidir", "siempre que lo incluya dentro del frame [marco] de ir contra el PP y de decidir todo, también los temas sociales". 

Coller, en cambio, advierte de que la "apuesta independentista (o algo similar) de Catalunya Sí que es Pot puede laminar los apoyos de Podemos en Cataluña y en el resto de España". En definitiva, que Iglesias puede ver mermado su respaldo entre aquellos electores que, aunque de izquierdas, sí "estén sensibilizados con el tema de España y la unidad territorial". Lo mismo piensa Lago: "El derecho a decidir, fuera de Cataluña, es un problema. Iglesias intentará decir que quiere un referéndum en toda España, pero eso tampoco es muy popular en Cataluña".

04. CIUDADANOS: LOS MEJOR SITUADOS 

A la hora de pronosticar el comportamiento electoral de Ciudadanos, asoman menos dudas entre los expertos. Será el gran beneficiado de las catalanas de cara a las generales. El que más tiene que ganar y el que menos tiene que perder. 

"Los dos emergentes, junto con el experimento de Mas de la lista única, acabarán determinando el bloque de la contienda del 27-S: la izquierda alternativa, el independentismo y el nacionalismo español, mientras que el PP y el PSOE juegan un papel anecdótico. Las catalanas darán mucha visibilidad a C's. Comparecerá como un partido de centroderecha, sensible a la realidad catalana, limpio y en condiciones de seguir comiendo terreno al que era el electorado natural de un PP muy desgastado y muy inmóvil", arguye Martínez-Bascuñán, quien recuerda que tanto Albert Rivera como Pablo Iglesias, ambos confirmados como candidatos, están afrontando los comicios de este 2015 como una "carrera de fondo para las generales". 

Albert Rivera, durante el último pleno de esta legislatura en el Parlament, este 22 de julio | EFE

Simón insiste en que fuera de Cataluña también tendrá predicamento, porque el partido naranja podrá aprovecharse del efecto de caballo ganador en la comunidad y exhibir el "pedigrí de haber luchado desde el principio contra el nacionalismo y haberse movido". Dicho de otro modo, C's puede vender que ha "defendido más la nación española donde más estaba en peligro", incide Rodríguez Teruel. "Y hasta le puede venir el relevo de candidato", el cambio de caras –a Albert Rivera le sucederá la joven portavoz en el Parlament, Inés Arrimadas–, frente a un PP que aún no ha designado a su cabeza de cartel. Lago, asimismo, tampoco alberga dudas de que C's es el gran beneficiado de la coyuntura, por su posición "firme y cercana a lo que opina el conjunto de los españoles". 

05. LA DINÁMICA DE LA CAMPAÑA

Públicamente, los partidos no nacionalistas asegurarán que desean el peor resultado para la lista del sí, la unitaria encabezada por Romeva. Pero otra cosa son los cálculos electorales, lo que más beneficia a cada formación. 

Hay unanimidad en los expertos en torno a que un buen dato de Junts pel Sí puede venir bien al PP, da que tensiona más y ayuda a la polarización. Pero también ponen cautelas. "Ningún partido responsable debería jugar con este tema", avisa Coller. "Sí es verdad que si se llega a una situación inédita en Cataluña, el Gobierno se vea tentado a sobreactuar y dé al conflicto una nueva dimensión, pero no estoy seguro de que es eso lo que quiere el PP, porque preferirá una coyuntura estable. Ese sería un cálculo muy cortoplacista", agrega Rodríguez Teruel. Según Martínez-Bascuñán, si los conservadores cosechan un mal resultado el 27-S, le lastrará también para las generales, porque "Rajoy habrá demostrado su incompetencia". "Un asunto político no pueden resolverlo los abogados del Estado, eso es lo que sigue sin entender el PP". Esta profesora se fija asimismo en la cuña que pueda colar Podemos, ya que si logra desplazar el debate soberanista hacia un eje social, "y crear una nueva mayoría en Cataluña, le dará muchos puntos de cara a las generales". Es decir, que habrá conseguido dar vida a una tercera vía, empresa en la que se han estrellado PP y PSOE. 

Panorama de la corrupción en Catalunya (1990-2015)

Ver más

"¿Y si decide convocar antes?"

¿Y cómo influirá la espiral catalana a las generales? Los analistas piden esperar. Es pronto aún. Dependerá de los resultados que arrojen las urnas, la mayoría que logre la lista del sí, los pasos que vaya dando el flanco soberanista... Simón y Rodríguez Teruel creen que podrá ocupar espacio en la campaña de las legislativas, pero aventuran que será difícil que la monopolice, porque hay otras cuestiones importantes sobre la mesa que deben dirimir los electores, como los recortes, la corrupción, la transparencia o el rediseño institucional. Lago, sin embargo, advierte que si el bloque independentista avanza en su hoja de ruta, Cataluña puede convertirse en el tema de las generales. 

"La dinámica será compleja y probablemente tensa, pero dependerá de los resultados de todos los partidos, de la configuración del Parlament y de quién gobierne, que no está tan claro –remacha Coller–. Y tampoco sabemos la fecha de las elecciones. Parece una boutade, pero, ¿y si Rajoy decide convocar los comicios para el 27 de septiembre?boutade". No son las señales que ha lanzado el Ejecutivo. Pero, si así fuera, si disolviera las Cortes en una semana, el 3 de agosto, el análisis, este análisis, probablemente saltaría por los aires. El escenario sería otro completamente diferente. Y el menos esperado para todos. 

Elecciones catalanas, el 27 de septiembre. Elecciones generales, aún sin fecha, máximo el 20 de diciembremáximo el 20 de diciembre. Pero, en todo caso, muy próximas en el tiempo. Tal vez demasiado como para que el fuego de las primeras esté apagado para las segundas. Así que es inevitable pensar que ambos procesos se contaminarán mutuamente, teniendo en cuenta el calibre del desafío soberanista. La pregunta es cuánto. Y de qué modo.

Más sobre este tema
>