Este miércoles hubo 910.000 televisores encendidos durante algo más de dos horas y media proyectando el primer y único debate a seis entre los candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. El programa obtuvo, en las distintas cadenas en las que se emitió, un 36,4% de cuota de pantalla. En la región, 2,2 millones de madrileños siguieron, aunque fuera un minuto, los intercambios de argumentos de todos los cabezas de cartel, que fueron más bien reproches durante los dos primeros bloques del debate, los más duros para la presidenta y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso.
Fue ahí cuando se habló de la gestión de la pandemia, de las crisis de las residencias y del Protocolo de la Vergüenza, desvelado por infoLibre, que impedía la derivación a hospitales de los mayores que vivían en geriátricos cuando tenían un determinado nivel de dependencia o de deterioro cognitivo. Después llegó el turno de hablar de sanidad, de economía y de pactos, pero nunca llegó el de la educación, el del medio ambiente, el de la cultura o el de la salud mental, que sólo asomaron tímidamente por la boca de alguno de los candidatos del bloque de izquierdas para quedarse en meras menciones, al parecer, indignas de ser debatidas.
El debate se organizó en seis bloques, además de la presentación de los candidatos. Fueron bautizados como "Madrid en pandemia", "El reto sanitario", "El reto social", "Reactivar Madrid" y "El 5 de mayo, ¿qué?", tras los cuales tuvo lugar el minuto de oro en el que, en sesenta segundos, los seis pidieron el voto directo a los madrileños que seguían, pasadas las 23.30 horas, pegados a la pantalla. Pero ni en "El reto social" ni en "Reactivar Madrid" hubo hueco para algunos de los temas que, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), son preocupaciones para los españoles.
EDUCACIÓN
La educación no estuvo en el debate. Los niños y niñas no se llevaron más que los escasos segundos que el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, tardó en asegurar que es necesario bajar las ratios entre alumnos y profesor. El cabeza de cartel de la formación morada a la Asamblea de Madrid lo mencionó, pero para argumentar la necesidad, dijo, de subir los impuestos a las grandes fortunas. "No podemos hacer lo mismo que la derecha si queremos ganarla. Si estamos de acuerdo en que la sanidad está infrafinanciada, en que la educación tiene que bajar las ratios profesores y alumnos, de algún lado habrá que sacar el dinero", dijo. Y nada más.
La educación volvió a aparecer, pero en forma de reproche y no como un ámbito global sobre el que hablar. Fue a causa de Vox, cuyo veto parental fue atacado por la candidata de Más Madrid, Mónica García. "Me conformo con que usted no llegue a la Consejería de Educación" le espetó a la de extrema derecha, Rocío Monasterio. Es lo que ha ocurrido recientemente en Murcia, donde el Gobierno de Fernando López Miras entregó la cartera a María Isabel Campuzano, una diputada expulsada del partido ultra que apoyó al PP en la moción de censura planteada por Ciudadanos en la región.
El veto parental es una de las medidas estrella de Vox, que quiere introducirlo a toda costa en aquellas comunidades en las que o bien gobierna o bien es el pilar de un ejecutivo del PP. El objetivo, dijo la propia Monasterio en su minuto de oro, es evitar que se "adoctrine" a los menores. Pero el veto parental consiste, básicamente, en dar la potestad a los padres y madres de evitar que sus hijos estén presentes en las aulas cuando el contenido que se imparte tiene que ver con violencia de género o LGTBIfobia, sobre todo.
Mónica García mencionó también, pero tímidamente, los preocupantes datos educativos en la Comunidad. Según publicó infoLibre, Madrid es la que menos invierte en la educación pública y la segunda que más inyecta a la privada. Además, la educación, según el barómetro del CIS del pasado 19 de abril, fue mencionado como uno de los principales problemas que afectan a España por el 3,5% de los encuestados.
No obstante, la presencia de la educación en los programas es muy diferente. Salvo en el caso de Vox, que tan sólo incluye la medida de su veto parental, todos los partidos incluyen, al menos, una veintena de medidas. Unidas Podemos propone más de 40; Más Madrid, alrededor de 36; el PSOE, 29; Cs, 28 y el PP, en último lugar, 24.
MEDIO AMBIENTE
"Me sorprende que en todo este debate no haya salido en ningún momento el clima", dijo Mónica García. Lo hizo en el cuarto bloque, el penúltimo, denominado "Reactivar Madrid". Y apuntó bien. Hasta entonces, nadie había mencionado nada relativo al medio ambiente, aunque tampoco lo hicieron después. La candidata de Más Madrid fue la que detalló las medidas relativas a este ámbito. "Nosotros proponemos tres proyectos. Un plan 'Va a salir el sol' para llenar todos los tejados de placas fotovoltaicas, un plan madre de rehabilitación de viviendas que podría dar 80.000 trabajos y construir un cinturón industrial verde tanto en el sur como en el Corredor de Henares", detalló.
No es casualidad, además, que fuera ella quien sacara el tema. Uno de los apartados de su programa electoral se titula "una Comunidad más verde" y ocupa 27 páginas con propuestas sobre transición energética, recursos naturales, economía circular, agua, protección animal o movilidad. Además, el partido incluye el medio ambiente como eje vertebrador de casi todo su programa. Lo hace, por ejemplo, al proponer una promoción del uso de la bicicleta en los centros educativos.
Sin embargo, Unidas Podemos, en su programa electoral, no se queda atrás. En el documento presentado por la formación también se dedica un apartado concreto a este tema, que ocupa un total de 48 páginas. Y las propuestas, más o menos, son las mismas. Tienen que ver con energía y cambio climático, urbanismo y territorio, entorno rural, movilidad, residuos, biodiversidad, alimentación y bienestar animal.
¿Y qué hacen los demás partidos? El PSOE también incluye el apartado "Madrid verde", con 15 medidas desglosadas por energías y transición ecológica. Ciudadanos, por su parte, le dedica al tema el capítulo "Lucha contra el cambio climático y movilidad sostenible", que incluye 33 medidas destinadas, asegura la formación naranja, a proteger el medio ambiente, el transporte y la movilidad, eficiencia energética, bienestar animal y agricultura. El PP también tiene un capítulo concreto. Se trata del seis, que en su primer apartado incluye el epígrafe "Medio Ambiente, el momento de actuar es ahora", con siete páginas que incluyen propuestas para la lucha contra el cambio climático, la mejora de la calidad del aire, liderar la transición energética, hacer sostenible la movilidad, promover la economía circular, proteger los espacios naturales y mejorar el bienestar de los animales.
Vox, que ha presentado una única página con 10 medidas, destina la última a "proteger radicalmente nuestro campo y la forma de vida rural". Se basa en "reivindicar la cultura y las tradiciones", proteger el sector primario "frente a la competencia desleal de productos extranjeros" y defender la caza.
Sin embargo, y según el CIS, el medio ambiente no preocupa demasiado a los españoles. Según el último barómetro, sólo es considerado por un problema para España para el 0,7% de los españoles. Ninguno de ellos, además, lo situó como el primer problema.
SALUD MENTAL
De nuevo, fue la candidata de Más Madrid la que sacó el tema. Lo hizo aludiendo además a su plan "Vete al médico", que ha tomado el nombre del grito que recibió el líder de Más País, Íñigo Errejón, en el Congreso de los Diputados tras hablar de los problemas de salud mental de la población. "Yo les pediría que dejáramos de molestar a los ciudadanos y a las ciudadanas", arrancó García, "que bajáramos el tono y que eleváramos el nivel político, porque creo que se lo merecen". "Nosotros proponemos el plan 'Vete al médico', a raíz por cierto de un insulto de un diputado del Partido Popular a mi compañero Íñigo Errejón. Un plan 'Vete al médico' para que la atención a la salud mental sea una prioridad en esta comunidad", dijo.
El resto de candidatos no entraron a debatir sobre salud mental. Aun así, sí es un tema que aparece en los programas. Pero sobre todo, coincidiendo con lo visto en el debate, en el caso de Más Madrid, que incluye ese concepto en 18 propuestas concretas, entre las que se incluye la aprobación de un "Plan de Choque de Salud Mental" que, entre otras cosas, pretende mejorar las ratios entre los profesionales y los ciudadanos. Los datos que hay ahora son pésimos. En toda España, y según recoge el Defensor del Pueblo, España cuenta con seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes mientras la media europea es de dieciocho.
En el resto de programas electorales la salud mental tiene menos hueco. En el de Unidas Podemos aparece en dos propuestas: una que pretende mejorar la atención primaria, también como eje vertebrador de la salud mental, y otra que aboga por aprobar una Ley de Salud Mental. Los socialistas, por su parte, pretender "impulsar una estrategia de protección de la salud mental", reforzar sus plantillas como sector sanitario y fijar unos tiempos máximo de espera para que los servicios atiendan a los ciudadanos sin condenarles a acudir a una clínica privada.
En el programa de los conservadores se apunta a la elaboración de un "Plan de Salud Mental y Adicciones 2021-2023" porque, dicen, "la salud mental sigue siendo una prioridad". También lo considera así la formación liderada en Madrid por Edmundo Bal, que incluye un apartado específico con cuatro medidas relacionadas con, entre otros asuntos, el refuerzo de la atención psicológica en el sistema madrileño público de salud.
Vox, por último, ni lo menciona. Aun así, un 0,9% de los españoles afirmaron, según el CIS, que "las incertidumbres ante el futuro, la inseguridad y el miedo al futuro" son uno de los principales problemas de España. Cuando se pregunta en cambio por los problemas que afectan más a nivel personal, es el 2,3% el porcentaje de españoles que responden que es una preocupación.
CULTURA
La cultura, como de costumbre, fue la materia más ausente. La mencionó Iglesias, pero poco. "Yo creo que no puede no estar en este debate qué es la cultura. La cultura no son los toros ni el maltrato animal que hay que dejar de financiar. La cultura supone el 5% del PIB en Madrid. Nosotros estamos convencidos de que convenceremos a nuestros socios de aumentar el presupuesto de la cultura en un 10% y en rescatar, con ayudas directas, a todos esos profesionales que han perdido en 2020 más del 50% de sus ingresos", dijo. Y reconoció el poco valor político que se da a la cultura. "Siempre está fuera de los debates políticos y creo que no nos lo podemos permitir", sentenció.
Nadie dijo nada más, aparte de las menciones, como dijo Iglesias, a las ayudas a un sector que, junto con la hostelería, ha sido de los más castigados durante la pandemia. El programa de la formación morada, además, incluye un apartado concreto dedicado al ocio y la cultura, en el que incluyen 17 medidas para, entre otras cosas, revisar y reformar las leyes que rigen la cultura, recuperar la financiación a las escuelas de música, arte y danza, crear un programa de ayudas directas al cine y apoyar la creación de contenidos culturales digitales y audiovisuales.
Más Madrid tampoco se queda atrás en su programa, en el que dedican 19 páginas a la cultura, para cuyo impulso proponen, por ejemplo, una ley de cultura y derechos culturales, otra de patrimonio cultural, nuevas líneas de ayudas o mejoras en las convocatorias de subvenciones públicas existentes. Los del socialista Ángel Gabilondo, por su parte, les dedican 11 propuestas, y entre ellas también incluyen el desarrollo de líneas de avales, así como el impulso de un pacto autonómico por la cultura, de una ley del cine en la región y la potenciación de la profesionalización de la profesión teatral.
¿Y la derecha? Ciudadanos presenta únicamente tres propuestas, pero poco concretas y muy poco orientadas a impulsar al sector. Por un lado, la formación naranja plantea un bono joven de 100 euros para los jóvenes de hasta 25 años para que lo inviertan en actividades culturales; por otro, plantean la ambigüa iniciativa de convertir a la Comunidad "en el referente mundial de la lengua y la cultura españolas"; por último, abogan por promocionar la riqueza cultural de las ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El Partido Popular le dedica más espacio. Pero eso sí, el partido basa sus propuestas en el impulso de la cultura popular madrileña, algo que va en sintonía con es eslogan tan utilizado por Ayuso que habla de "vivir a la madrileña". En este sentido, los conservadores quieren impulsar el Festival de Otoño, la programación del Real Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial o reivindicar el Teatro del Siglo de Oro español.
En Vox, por su parte, no hay ni mención. Igual que en el CIS, donde este ámbito no está presente.
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LA PARTE OLVIDADA DE LA SANIDAD
La otra cara fue la sanidad. Fue el gran tema del debate, sobre todo en los dos primeros bloques en los que Ayuso, además, pasó mayores apuros. Los ataques de sus contrincantes de atril por la gestión de la pandemia fueron continuos. Hospitalizaciones, recortes, situación del personal sanitario, el hospital Isabel Zendal, el desmantelamiento de la atención primaria... Todos estuvieron en el debate. Sin embargo, hubo aspectos relacionados con el ámbito sanitario que, directamente, ni aparecieron.
Por ejemplo, nadie le recordó a la candidata conservadora y presidenta regional que los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) siguen cerrados. Desde el pasado 22 de marzo. Más de un año. Y no hay visos de reapertura. En febrero, la Gerencia del Summa 112 admitío que todavía no tienen un plan para estos servicios y argumentó que se mantienen cerrados, fundamentalmente, por no poder separar en circuitos a los posibles covid y a otros pacientes. Los sindicatos y trabajadores, en cambio, creen que se desmantelarán.
Este miércoles hubo 910.000 televisores encendidos durante algo más de dos horas y media proyectando el primer y único debate a seis entre los candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. El programa obtuvo, en las distintas cadenas en las que se emitió, un 36,4% de cuota de pantalla. En la región, 2,2 millones de madrileños siguieron, aunque fuera un minuto, los intercambios de argumentos de todos los cabezas de cartel, que fueron más bien reproches durante los dos primeros bloques del debate, los más duros para la presidenta y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso.