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Egea admite que el de Casado es “un proyecto agotado”

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Paz para los caídos. Y para los que vienen. 

Teodoro García Egea tiene fama de enérgico y de combativo y por eso su intervención en el programa El Objetivo (La Sexta), a las pocas horas de dimitir como secretario general del PP, sonó a un intento de complacer a todos con palabras más propias de quien no ha roto nunca un plato que de quien hasta este martes coleccionaba toda clase de reproches por parte de sus compañeros. 

Elogió a Pablo Casado, que es quien forzó este martes su renuncia. Habló bien de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, responsable del desmoronamiento del proyecto político en el que llevaba trabajando casi cuatro años justo cuando encaraba la recta final hacia las elecciones generales. Apeló a la unidad en torno a quienes vengan después, que son, con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, los que les han dado la puntilla. Y hasta se mostró comprensivo hacia los que hace cuatro días cerraban filas con Casado y este martes pedían su cabeza en las redes sociales.

Egea dice que no sabe si Casado tiene intención de presentarse a la reelección en el congreso extraordinario que se avecina, aunque de sus palabras sólo cabe deducir que existen pocas posibilidades. Porque al ya ex número dos de Génova le parece que el de Casado es un “proyecto político agotado” y justificó su renuncia como una manera de “facilitar la transición” hacia una nueva dirección. 

Después de resistirse durante varios días a dar un paso atrás, Egea se presentó en el plató de La Sexta como partidario de “asumir responsabilidades” y como un defensor de la convocatoria del congreso para “dar voz a los afiliados”. Ha llegado a esa conclusión en las últimas horas, se justificó, después de hablar con numerosos dirigentes del partido, precisamente coincidiendo con la catarata de voces que han dado la espalda a la continuidad de Casado y han reclamado un cambio en la dirección del partido.

Hoy, aseguró, volvería a pedir explicaciones a Ayuso sobre el contrato de la Comunidad de Madrid del que se benefició el hermano de la presidenta durante la primera ola de la pandemia. “No hemos hecho nada malo”, remarcó. Igual que Casado, cree que hizo lo correcto y sostuvo que cuando se dirigieron a ella sólo les movía el deseo de prevenir un caso de corrupción que pudiese afectar al partido.

Errores de comunicación

Si en algo se equivocaron, indicó, fue en la manera de trasladar lo que hicieron. “Hay cosas que no hemos comunicado bien”, admitió, y otras que son simplemente falsas, como la acusación de haber espiado o intentando espiar a la presidenta de Madrid.

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Los ciudadanos deben preguntarse, reflexionó, si quieren que los partidos hagan preguntas cuando reciben información sobre supuestos casos de corrupción que les afectan o si deben simplemente “tirarla a la papelera”. “A veces la vida no es justa, pero hay que aceptarla”.

Aun así, no hubo reproches para Ayuso. Sólo elogios a su aportación al partido. Incluso admitió sin rodeos que las explicaciones de la presidenta, aunque tardaron meses en llegar, habían despejado cualquier duda que pudiera tener sobre el caso que afecta a su hermano. 

Por negar, llegó incluso a tratar de convencer a la entrevistadora, Ana Pastor, de que nunca ha habido una guerra entre ambos, como si la batalla que mantuvo desde el verano pasado por el control del PP de Madrid nunca hubiera tenido lugar. O como si la semana pasada la presidenta de Madrid no hubiese desencadenado el terremoto que ha acabado con el sueño de Casado de ser el adversario de Pedro Sánchez en las próximas elecciones.

Paz para los caídos. Y para los que vienen. 

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