Entre enero y marzo de este año, 39.690 españoles se han marchado al extranjero. Son 13.855 más de los que hicieron las maletas y tomaron la misma decisión en el primer trimestre del año pasado. Eso sí, siempre según las estimaciones difundidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuestionadas por algunos expertos por su caracter poco representativo de la realidad. La investigadora del CSIC Amparo González-Ferrer es una de las analistas que más cuestiona las estadísticas de esta institución sobre la emigración española porque considera que la fuente usada es "muy limitada". "No es que el INE mienta, pero solo publica una fuente que representa a una parte muy específica. No obstante, me consta que dentro del instituto sí hay voluntad de mejorar estas proyecciones", señala.
Los datos oficiales sobre emigración española como los que difunde el INE están basados exclusivamente en las bajas padronales, que se producen solo si los emigrados se dan de alta en los consulados de España en el exterior. Esta institución, explica González-Ferrer, utiliza los datos que recogen los consulados siguiendo las instrucciones del Real Decreto en que se regula la gestión del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), que obliga a contabilizar como emigrante solo a quien puede demostrar que vivirá al menos un año en el extranjero y decide inscribirse. Sin embargo, la realidad es que son pocos los que se registran en los consulados durante su estancia en el extranjero porque no hay incentivos para hacerlo.
"Estas deficiencias en la contabilización de la emigración española se acentúan cuando los que se marchan son jóvenes que lo hacen por motivos laborales para un tiempo indefinido y el destino son otros países de la UE, pues las garantías de circulación y residencia que tienen los españoles como ciudadanos comunitarios hacen aún menos atractiva la inscripción en el Consulado", añade González-Ferrer. Aporta un ejemplo: el INE dice que de enero a junio de este año 3.986 españoles se marcharon al Reino Unido, pero Reino Unido señala que fueron alrededor de 16.000 los que pidieron en este país el número de seguridad social en el mismo espacio de tiempo.
Sin embargo, las estadísticas sí miden el retorno de los españoles que se registraron en los consulados durante su estancia en el extranjero desde el momento la entrada en España. El coste de empadronarse al regresar a España para un español tiende a ser casi cero, mientras que los beneficios derivados de ello son numerosos e inmediatos. A saber: acceso a los servicios públicos y posibilidad de solicitar ayudas como el subsidio de emigrantes retornados. Por ello, un español que vuelve de forma permanente a España, se empadrona de inmediato y consta en nuestras cifras como retornado.
En el estudio de la Fundación Alternativas La nueva emigración española. Lo que sabemos y lo que no, González-Ferrer y su equipo comparan los datos de inmigración de los países de destino con los que ofrecen las fuentes españolas, fundamentalmente el Padrón y el Censo de españoles residentes en el extranjero (PERE y CERA), la Estadística de Variaciones Residenciales (EVR) y de Población Actual (ePOBa) del INE y la Estadística de Migraciones. Por ejemplo, compararon la evolución de las cifras del INE con las cifras de inmigración española publicadas por organismos del Reino Unido o Alemania. "Como puede apreciarse, la emigración a estos países sería entre 4 y 7 veces mayor de lo que indican nuestras cifras. Y, como esperábamos, el desfase entre la emigración contada por las fuentes españolas y las de nuestros principales países de destino, que refleja el amplio subregistro en los consulados, se ha duplicado entre 2008 y 2012", puede leerse en el estudio.
Así, este documento concluye que las cifras reales de emigración desde España son muy superiores a las que declara el Gobierno. El último dato oficial del Ejecutivo es que entre 2008 y 2012 fueron 225.000 los nacionales que se han marchado. El informe de Alternativas eleva a 700.000 la cifra de españoles que han emigrado con la crisis económica.
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La realidad es que las proyecciones del INE, aunque no son incuestionables, sí permiten observar las tendencias más actuales. Y esta tendencia dibuja un sombrío escenario demográfico. Desde 2011 son más las personas que salen de España que los que llegan a ellla. Entre enero y junio de este año se registró un saldo migratorio negativo de 124.915 personas, un 50 % superior al registrado entre julio y diciembre de 2012. Esta circunstancia es consecuencia de una caída de la inmigración del 11 % y un aumento de la emigración del 10,7 %.
Desde el Gobierno se ha optado por minimizar el impacto de esta nueva emigración española. La minisrtra de Empleo, Fátima Báñez, optó por acuñar este éxodo bajo el eufemismo de "movilidad exterior".Dijo que su departamento trabaja para que "el talento huido por la crisis" pueda volver y encontrar oportunidades laborales en su país. La secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, señaló que la emigración de jóvenes no se debe sólo a la crisis económica sino a otros factores entre los que está "el impulso aventurero de la juventud".
González-Ferrer cree que, en este ámbito, es fundamental que haya "voluntad política" para "visibilizar" el fenómeno y poder atajarlo "si se considera necesario". Una opinión similar expresa Pablo Padilla, licenciado en Políticas y activista de la plataforma Juventud Sin Futuro (JSF). "Al Gobierno no le interesa poner sobre la mesa esta realidad", censura. Este colectivo puso en marcha la pasada primavera la campaña No nos vamos nos echan para protestar contra el "exilio laboral" al que, dicen, se ve abocada su generación. Casi 9.000 jóvenes españoles repartidos por todo el mundo les han remitido desde entonces sus vivencias desde el extranjero. La indignación de estos jóvenes exiliados puede palparse ahora en un mapa interactivo en su página web en la que se recogen todas las historias.
Entre enero y marzo de este año, 39.690 españoles se han marchado al extranjero. Son 13.855 más de los que hicieron las maletas y tomaron la misma decisión en el primer trimestre del año pasado. Eso sí, siempre según las estimaciones difundidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuestionadas por algunos expertos por su caracter poco representativo de la realidad. La investigadora del CSIC Amparo González-Ferrer es una de las analistas que más cuestiona las estadísticas de esta institución sobre la emigración española porque considera que la fuente usada es "muy limitada". "No es que el INE mienta, pero solo publica una fuente que representa a una parte muy específica. No obstante, me consta que dentro del instituto sí hay voluntad de mejorar estas proyecciones", señala.