“Estamos en empate técnico”: la dura pugna entre el PNV y Bildu por ganar el 21A

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“Hay pelea”. La frase sale del núcleo duro del PNV. Las elecciones del 21 de abril en Euskadi se presentan como la cita más disputada en décadas. EH Bildu llega más fuerte que nunca y aspira a desbancar al partido hegemónico de la primera plaza en unos comicios donde se decidirá el sustituto de Iñigo Urkullu en la Lehendakaritza. El recuento será de infarto.

El PNV va a las urnas con una inseguridad que no había sentido en años. Vértigo con maquinaria. La estrategia ha pasado por el recambio apartando a Urkullu, al que le hubiera gustado repetir en la competición. Pero en el partido llevan sintiendo el desgaste en los últimos años y creen que hay que abrir una nueva etapa. Con cambio de cara: Imanol Pradales.

"Desde la pandemia hasta aquí ha habido un retroceso electoral”, reconocen sin ambages fuentes de la dirección del PNV, que ha impulsado un “proceso de renovación”. Aunque ganaron en las municipales y forales del 28M, el PSE-EE se impuso en las generales y EH Bildu se quedó apenas a mil votos de los jeltzales. Y miran hacia el 21A: “La disputa es más dura que nunca con EH Bildu. Están en la ola. Pero salimos a ser la fuerza más votada”.

El PNV lleva dos años de “escucha activa” para reconectar: “Sabemos interpretar la sociedad vasca”. Por eso, van a poner mucho el acento “en la mejora de la sanidad”, indican las fuentes. “Entendemos que es mejorable, hubo un tensionamiento desde la pandemia. Hay margen para la mejora. Sabemos que es la principal demanda junto al empleo bueno y de calidad pensando en los sueldos de los jóvenes”, analizan en el cuartel general del nacionalismo vasco.

"Esto va de Bildu o PNV"

Por eso sostienen que va a encajar bien la figura de Pradales: “Es muy solvente. Juventud pero gestión. Estaba al frente de la cartera de Infraestructuras en la Diputación de Bizkaia y su trabajo está contrastado”. En el PNV ponen de relieve lo que supone de renovación la figura de su candidato: “Viene de Santurtzi, margen izquierdo. De origen humilde, sus padres son burgaleses. Las pasaron canutas con la reconversión industrial. Tiene ocho apellidos no vascos. Es el ejemplo de integración de los hijos y nietos cuyas familias llegaron en los sesenta y los setenta”.

Sus padres no saben euskera, pero él sí y se crió en una ikastola. Él sabe, como indican en su círculo, que “no hay una mayoría consolidada para la independencia”. “Pero él, siempre dentro de la ley, quiere trabajar para construirla demostrando que a mayor autogobierno, mejor gestión”. La idea del PNV, prosiguen las fuentes, va a ser confrontar “con guante blanco” a pesar del reñido escenario. El mensaje será claro: “Modelo PNV o modelo Bildu”. “Un escaño por encima, otro por debajo. Estamos en empate técnico. La pelea va a ser entre ellos y nosotros”, resumen.

Reiteran desde el cuartel general de Pradales: “Esto va de Bildu o del PNV. Ellos son socialismo puro. Nosotros somos un partido de corte centrista-liberal en lo económico pero en lo social tan a la izquierda como Bildu y el PSE-EE”. ¿Y por dónde podrían ir los pactos? Los peneuvistas remarcan que están “muy satisfechos” con los acuerdos con los socialistas, que acaban de reeditar a nivel local tras el 28M: “Están funcionando”. “Ahora esperemos que hablen los ciudadanos”, trasladan.

Desde el PNV remachan: “Hay pelea. No lo ocultamos. Creemos que Bildu está en máximos en las encuestas. Están en la ola positiva pero no tienen mucho margen de ganancia”. Ellos se ven con más capacidad de crecer conforme se vaya conociendo más a su aspirante. Con otra obsesión. “Esperamos captar voto útil, también de gente no nacionalista cuando tenga que decidir entre los dos modelos. Ese electorado que ha podido irse al PSOE en las generales”.

Bildu: "Puede pasar cualquier cosa"

Y en el otro lado de la pista de tenis está EH Bildu, que llega más fuerte que nunca: “Estamos en condiciones de disputar la hegemonía del PNV. Esto parecía imposible hace años. Son unas elecciones muy reñidas. Puede pasar cualquier cosa”. “Si somos la primera fuerza, cambia totalmente el escenario”, vaticinan fuentes de la izquierda abertzale, que siguen insistiendo en que intentarán volver a pactar los peneuvistas junto a los socialistas. “Ellos gobiernan juntos en las grandes capitales y diputaciones. El PSOE está en Madrid en La Moncloa. Les va de perlas”, comentan.

En la formación explican que va a ser un escenario dominado por la “polarización”: PNV o EH Bildu, Imanol Pradales o Pello Otxandiano”. Como resumen un dirigente de Bildu: “Dos jóvenes muy preparados pero con proyectos diferentes”. También es un aspirante primerizo por parte de la izquierda abertzale, que ha apostado por una persona cercana a Arnaldo Otegi pero sin ataduras del pasado. Un dirigente que lo conoce mucho hace este retrato: “Es muy reflexivo, tiene un punto hasta casi tímido. Tiene mucha capacidad de hacer análisis y piensa en los retos como país también a medio y largo plazo. Le preocupa mucho la educación y la energía”.

EH Bildu está priorizando mucho los temas del día a día frente a lo identitario. Como comentan fuentes de la formación: piden capacidad de tener competencias para hacer en el fondo políticas sociales. Por eso, quieren hablar de medidas y una “campaña limpia”. “No entrar en el barro”, agregan, aunque dicen que cuando el PNV se pone nervioso y le entran las inseguridades “en algunos casos se convierte en el PP”. Su principal caladero está entre los menores de 40 años y tiene problemas cuando sube la franja de edad, comentan en el partido. Su crecimiento, según las encuestas internas, puede venir “muy repartido”: de votantes del PNV y de Sumar y de los que antes optaban por la abstención.

El PSE-EE busca captar voto de Sumar, PNV y PP

El tercer gran jugador del partido es el socialismo vasco, que sale a crecer en votos tras ser primero el 23 de julio, aunque es consciente de que su posición natural es quedar en tercer lugar. La papeleta la encabeza Eneko Andueza tras la decisión de no repetir de Idoia Mendia. “Ha sido una sucesión tranquila. Hemos tenido tiempo de dar a conocer el candidato”, señalan en el PSE-EE.

Los socialistas ven su margen de mejora en votantes del espacio de Sumar y de Podemos, pero también creen que puede llegar algo desde el PNV y del PP. “Somos la garantía de que nadie se va a echar al monte”, resumen fuentes de la dirección del PSE-EE, donde ponen en valor los pactos que se han hecho con los nacionalistas vascos en los principales ayuntamientos y diputaciones. Lo que están dejando claro en todo momento es que con sus votos no van a hacer lehendakari al aspirante de EH Bildu: “No tiene nada que ver con el caso del ayuntamiento de Pamplona”.

En el PSE-EE, según sus encuestas internas, su presencia en el Gobierno vasco no les ha supuesto desgaste en el electorado y constatan que hay buena valoración en su gestión. No entrarán en una disputa directa, por ejemplo, con EH Bildu tras ver lo que pasó en Galicia, sino que van a confrontar “modelos con todos”. La idea pasa por centrarse en lo que importa a los ciudadanos en su día a día: empleo, vivienda y sanidad. En sus análisis ven que el PNV pierde fuelle pero puede seguir siendo primera fuerza mientras que EH Bildu mejorará sus anteriores resultados. Están convencidos de que la campaña no se nacionalizará y seguirá dinámicas autonómicas, y creen que, de hecho, el PP se equivoca intentando darle ese cariz para toda España. “Aquí no da votos que venga Isabel Díaz Ayuso a hablar de ETA”, reflexionan.

El espacio a la izquierda del PSE-EE vuelve a ir dividido. Sumar y Podemos no se presentarán de manera conjunta como pasó en las generales, aunque en los dos partidos, según fuentes consultadas, confían en poder sacar escaños en el Parlamento vasco y dicen que la situación es muy diferente a las del 18F. Actualmente, los morados tienen 6 asientos en la Asamblea. 

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El partido de Yolanda Díaz debutará en las vascas con una papeleta encabezada por Alba García. La formación, según fuentes consultadas, da por hecho que tendrá representación en el Parlamento y sostiene que su espacio cuenta con un electorado propio desde hace décadas que apoyaba, por ejemplo, a Ezker Batua. Y lanzan que no van a gastar ni un segundo en hablar de por qué van en listas separadas.  El análisis que hacen en la candidatura es que Euskadi está en un “cambio de ciclo” con la subida de EH Bildu. Ellos van a defender alianzas en las que no esté el PNV y apuestan por un futuro Gobierno progresista en la comunidad. No obstante, aprecian que el electorado mayor de 40 años no respalda a Bildu y en ese caladero quieren pescar los de Yolanda Díaz. 

En Podemos también subrayan que no van a hablar de la división. “Hay ingredientes en el territorio para que las cosas puedan salir razonablemente bien”, dicen desde la formación morada, donde tienen muchas esperanzas en su aspirante, Miren Gorrotxategi, actual portavoz parlamentaria. “Es la única que repite, está bien valorada, no sólo por nuestro electorado”, indican. La campaña estará centrada en varios temas estratégicos: defensa de los servicios públicos, la educación pública y la vivienda”. Además, lanzarán al electorado progresista que si vota al PSOE, es para que termine el PNV gobernando. Por eso, un mensaje fuerte irá por: “Si no quieres al PNV, vota a Podemos”. Todo ello acompañado por su implantación municipal, mayor que en otros territorios, sacando la bandera de la gestión en municipios como Renteria.

El PP estrena candidato, Javier de Andrés, y llega tras la euforia de las elecciones gallegas. Pero en estos comicios parten de tan sólo 6 escaños (hay 75 en total en el Parlamento). En Génova 13 creen que hay margen para aumentar la representación y el propio líder, Alberto Núñez Feijóo, se va a volcar. Pero aparece un temor que reconocen en privado: la polarización entre el PNV y EH Bildu puede llevar a que votantes populares apoyen a Pradales para frenar a la izquierda abertzale. A pesar de esta situación, en la formación ven que pueden llevarse algunos apoyos del PSE-EE por el pacto de Pamplona y también de Vox, presentándose como los garantes también de frenar a la izquierda abertzale. La ultraderecha, que ahora cuenta con un diputado, va camino de quedarse fuera ya que las encuestas, como la última del Euskobarómetro, no le auguran asiento en estas elecciones.

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