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El enfrentamiento entre PSOE y Podemos se recrudece alimentado por el Grupo Prisa

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La guerra entre el PSOE y Podemos ha alcanzado un nuevo estadio estos días a raíz de las protestas que tuvieron lugar el miércoles en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) contra el expresidente Felipe González y el presidente del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. Después de que el número dos de la gestora que dirige el PSOE, Mario Jiménez, acusara al partido morado de estar detrás de los altercados que provocaron la cancelación de la conferencia de ambos dirigentes, El País publicó este jueves un durísimo editorial contra Podemos que su líder, Pablo Iglesias, tachó de "basura", en lo que supone una nueva vuelta de tuerca en la mala relación que mantienen desde hace meses los dos partidos principales de la izquierda, agudizada tras la dimisión del ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

El entendimiento entre Podemos y los socialistas lleva meses enquistado. Durante la anterior legislatura, en el PSOE no sentaron nada bien las formas de Iglesias a la hora de negociar la formación de un Gobierno liderado por Sánchez, y los socialistas criticaron reiteradamente que Podemos se negase a apoyar su pacto con Ciudadanos. El partido morado, por su parte, denunció que el PSOE había pactado con la derecha y que trataba de "subalternizar" a Podemos, y además Iglesias pronunció durante el debate de investidura de Sánchez unas palabras que han resonado durante meses y que son, quizás, las que mejor representan el nivel de enfrentamiento entre ambas formaciones: "cal viva".

Las palabras de Iglesias hacían referencia al asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala por parte de los GAL, organización terrorista montada por los aparatos del Estado y por cuyos atentados fueron condenados varios cargos de los Gobiernos de Felipe González. La mención levantó una enorme polvareda y supuso un punto de inflexión en la relación entre Podemos y el PSOE, que ha ido a peor durante la última legislatura y que ha tenido como actor desde hace meses a los medios del Grupo Prisa, que han mantenido una línea editorial muy crítica con el partido morado y sus dirigentes.

No obstante, durante las últimas semanas las hostilidades a tres bandas no han hecho más que recrudecerse a raíz de la profunda crisis en el PSOE, que se cerró con la dimisión forzosa de Sánchez como secretario general del partido entre duras acusaciones en varios editoriales de El País, que llegó a calificar al dirigente de "insensato sin escrúpulos". El activo papel del Grupo Prisa durante la crisis socialista provocó que incluso históricos de la formación, como Josep Borrell, criticaran su actitud y aseguraran que les provocaba "pena". "Que yo sepa Prisa no puede cesar al secretario general del PSOE", declaró Borrell en la principal emisora del grupo. Unas denuncias a las que se unió Iglesias, que en las últimas semanas ha intensificado sus críticas contra el conglomerado mediático y se ha centrado especialmente en la figura de Juan Luis Cebrián.

Podemos y el 23F

Por ello, el episodio de este miércoles, en el que un grupo de estudiantes impidieron a Cebrián y González impartir una conferencia en la UAM, se produjo en un ambiente ya muy caldeado entre Podemos, por un lado, y el Grupo Prisa y los nuevos dirigentes del PSOE, por otro. La polémica estalló cuando Mario Jiménez acusó a Iglesias de estar detrás de lo ocurrido, al achacar los altercados al hecho de que "un político irresponsable hace acusaciones y una serie de violentos reproducen eso de manera violenta". Según Jiménez, la protesta no se hubiera producido "si alguien no hubiera señalado" a Felipe González, "concretamente el señor Pablo Iglesias".

Varios dirigentes de Podemos, incluido el propio secretario general, se defendieron durante el miércoles de esas acusaciones y se desvincularon de la acción, y de hecho el número dos del partido, Íñigo Errejón, calificó de "sinvergonzonería" que el PSOE culpase a Podemos de las protestas. Pero este jueves, El País recogía el guante y cargaba duramente contra la formación en un editorial titulado "A golpes con la libertad". "Todo esto [los altercados del miércoles] no ocurre por azar: es la traducción a hechos del continuo señalamiento que este diario y sus trabajadores vienen sufriendo", denuncia el diario, que señala que "en el hostigamiento que sufrieron ayer un expresidente del Gobierno democrático de España y el presidente del Grupo Prisa se reprodujeron milimétricamente los eslóganes y acusaciones" de Iglesias.

"Extraña que los líderes de Podemos, la mayoría de ellos politólogos, y no pocos profesores, sigan sin entender cuáles son las reglas básicas de la democracia y el papel de los medios de comunicación en ella", asegura el editorial, que asegura que Iglesias navega "en los límites de la democracia" por llamar "a sus seguidores a 'liberarse de un poder no electo'", en referencia a El País. "A izquierda o derecha, sean los mentores venezolanos de esta izquierda tan radical como trasnochada como los populistas xenófobos, todos buscan servirse de la democracia para llegar al poder y luego desbordarla y vaciarla de contenido", alerta el diario, que cierra el escrito haciendo una referencia al golpe de Estado del 23F: "Pasionaria, la histórica líder comunista, supo combinar la resistencia al fascismo con la presidencia de la primera sesión de las Cortes democráticas de este régimen que estos líderes tanto desprecian. Su 'no pasarán' es patrimonio de todos los demócratas. No pudieron hacerlo los tricornios, y no lo harán las capuchas".

Un editorial que es "basura", según Iglesias

Las reacciones al texto por parte de Podemos no se hicieron esperar. Uno de los más duros fue Iglesias, que tachó de "basura" el editorial y aseguró que los medios del Grupo Prisa están "haciendo el peor favor a la deontología periodística". "Es muy representativo que el director de El País haya tenido que escribir una carta a los suscriptores pidiéndoles disculpas, creo que va a tener que escribir unas cuantas cartas más", criticó igualmente Iglesias en relación a la información publicada en exclusiva por infoLibre, que informó el miércoles de que el director de El País, Antonio Caño, se dirigió a los suscriptores que se han dado de baja del periódico tras los editoriales contra Sánchez admitiendo haber podido ser "presa de la misma efervescencia" que intentaba combatir. "Admito que, en la pasión de nuestro oficio, el tono empleado en esa labor ha podido a veces no ser el más adecuado", reconocía Caño.

"Mucho más grave que las protestas de ayer [por el miércoles] fueron los despidos de Fernando Berlín o Nacho Escolar, eso sí son ataques a la libertad de expresión", criticó Iglesias en referencia a la decisión de la Cadena Ser de dejar de contar con ambos periodistas como tertulianos en sus programas. Para el líder de Podemos también supone una afrenta a este derecho tratar de "acabar con el secretario general" del PSOE como, a su juicio, ha hecho el Grupo Prisa, a quien lanzó un mensaje: "Me decían el otro día en un editorial que estaba desatado; ellos parece que tienen bastante atado al PSOE, y les aseguro que a nosotros no nos ata ninguna empresa del Ibex 35, ningún medio de comunicación ni el señor Cebrián".

La de Iglesias no fue la única reacción de los dirigentes de Podemos. Errejón acusó al PSOE de "sobreactuación" por su reacción contra el boicot al discurso de Cebrián y González, y aseguró que "evidentemente" Podemos no tiene nada que ver con el mismo. "Yo comparto que todo el mundo tenga derecho a hablar en la universidad y también que todo el mundo pueda manifestarse y protestar", señaló Errejón utilizando el mismo planteamiento que el resto de los altos dirigentes del partido morado. Lo que sucede, sostuvo el número dos de Podemos, es que los socialistas tienen un "cierto interés de sobreactuación y de sacar las cosas de quicio" para ocultar, según él, la "investidura vergonzante que se aproxima", en referencia a la probable abstención del PSOE para dejar gobernar al líder del PP, Mariano Rajoy.

Y es que algunos dirigentes socialistas se apoyaron en los argumentos desglosados en el editorial de El País para cargar contra el partido morado. Uno de ellos fue el ex secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, miembro del consejo editorial del diario de Prisa desde el pasado septiembre, que tachó de "fascista" el boicot a la charla de González y Cebrián y denunció que el mensaje de los manifestantes era "sospechosamente idéntico" a la referencia a la cal viva que hizo Iglesias en marzo. No obstante, Rubalcaba admitió "no tener ninguna prueba" de que Podemos tenga algo que ver con la protesta, si bien denunció que el hecho de que su líder pida "volver a la calle y tomar las plazas", a su juicio, "suena a lo que suena".

Sin embargo, no todos los dirigentes socialistas han culpado a Podemos de lo ocurrido en la UAM. La magistrada Margarita Robles, que concurrió como número dos del PSOE en la lista por Madrid en las elecciones de junio, denunció que "no se pueden hacer insinuaciones sin pruebas", y señaló que los únicos culpables de impedir hablar a González y Cebrián –unos hechos que condenó "sin matices"– fueron "quienes estuvieron allí". En términos parecidos se expresaron los diputados Eduardo Madina y Patxi López. "Los responsables de lo que haya pasado en la Autónoma son los que están en la Autónoma. No creo que obedezcan a nada de ningún partido, y con Podemos tengo la mejor de las miradas" en lo que a "comportamiento democrático" se refiere, zanjó Madina, mientras López relacionó la actuación con el "fascismo".

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PSOE y Podemos se alejan aún más

El episodio de la UAM es sólo el último reflejo del creciente intercambio de golpes entre el PSOE y Podemos, con el Grupo Prisa de por medio. Y es que el fuerte enfrentamiento se ha producido en un momento en el que ambos partidos están más alejados que nunca. Con la defenestración de Pedro Sánchez se han impuesto en la dirección del PSOE las tesis de los dirigentes más críticos y alejados de Podemos, como la presidenta andaluza, Susana Díaz, mientras que en el partido morado Iglesias está defendiendo en mitad de una fuerte pugna interna que Podemos debe mantener una relación distante y un tono duro contra los socialistas, con la intención declarada de sustituirles como el principal partido de la oposición.

Prisa, por su parte, defiende desde hace meses que el PSOE bascule hacia su derecha y deje gobernar al PP en lugar de buscar un Gobierno con la formación morada y los independentistas, y se considera víctima de una "estrategia de abierta confrontación" y una "campaña de desprestigio" por parte de Iglesias. Sin ir más lejos, este jueves El País publicó una pieza informativa en la que denunciaba que el líder de Podemos "intensifica la campaña contra Prisa como parte de su estrategia política", y lo acusaba de haber "comenzado a alentar un clima de indignación en la calle" contra el diario.

La guerra entre el PSOE y Podemos ha alcanzado un nuevo estadio estos días a raíz de las protestas que tuvieron lugar el miércoles en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) contra el expresidente Felipe González y el presidente del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. Después de que el número dos de la gestora que dirige el PSOE, Mario Jiménez, acusara al partido morado de estar detrás de los altercados que provocaron la cancelación de la conferencia de ambos dirigentes, El País publicó este jueves un durísimo editorial contra Podemos que su líder, Pablo Iglesias, tachó de "basura", en lo que supone una nueva vuelta de tuerca en la mala relación que mantienen desde hace meses los dos partidos principales de la izquierda, agudizada tras la dimisión del ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

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