El papel de Podemos tras la crisis del PSOE, la manera de extenderse en el territorio o el método para no perder el contacto con la calle a pesar de estar presentes en las instituciones fueron algunos de los ejes del debate en la reunión que mantuvo este sábado el Consejo Ciudadano de Podemos. El encuentro sirvió a los principales dirigentes del partido morado –y a los miembros de su grupo parlamentario, que también estaban invitados– para discutir sobre el futuro del partido sin la presión de tener que tomar una decisión inmediata sobre la investidura, toda vez que dentro de Podemos todos los dirigentes asumen que el PSOE dará los votos necesarios al líder del PP, Mariano Rajoy, para que sea presidente del Gobierno.
La cúpula de Podemos se reunió este sábado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en el encuentro de un órgano, el Consejo Ciudadano, que se reúne aproximadamente cada tres meses y que marca las líneas políticas maestras que sigue la organización. Al encuentro estaban invitados, además de los 63 consejeros electos y la ejecutiva de Podemos, los diputados del grupo parlamentario en el Congreso y también el líder de En Comú Podem, Xavi Domènech.
Y es que varios dirigentes de primera fila definieron como "histórico" un Consejo Ciudadano en el que, sin embargo, no se tomaron decisiones concretas ni hubo votaciones sobre una resolución o una disyuntiva. "Ha sido un debate bastante teórico, poco concreto, pero tranquilo", señalan varias fuentes que asistieron a una reunión que se produce pocos días después de la explosión de la crisis del PSOE. Todas las corrientes y sensibilidades de Podemos coinciden en que esta crisis supone un cambio determinante en el sistema de partidos y también en el reparto de fuerzas dentro de la izquierda, pero difieren en cómo afectará a Podemos.
En este sentido, el secretario general, Pablo Iglesias, abrió la reunión planteando que Podemos debe asumir su papel como nuevo partido líder de la oposición, ya que, a su juicio, el PSOE no estaría legitimado a oponerse al PP si facilita la investidura de Rajoy. Y precisamente en torno a esa idea se dio uno de los puntos del debate. Para Iglesias, el hecho de que los socialistas hagan presidente a Rajoy –algo que da por descontado– hará "saltar por los aires" el "espacio simbólico" que ha ocupado el PSOE desde la transición como principal partido de la izquierda, y Podemos debe aprovechar este vacío para reemplazar a los socialistas como la oposición a la derecha. Una vez establecido este escenario, la tarea del partido morado, a juicio de su secretario general, es incidir en el "contraste", en demostrar que Podemos es "otra cosa", que representa una alternativa a las políticas del PP.
Sin embargo, para el secretario de Política, Íñigo Errejón, es aventurado pensar que la crisis del PSOE convierta automáticamente a Podemos en el referente en el espacio de la izquierda. "Este título no es automático ni caerá del cielo por los errores de otros", señaló el dirigente en un escrito hecho público durante la reunión, en el que señaló que convertirse en "alternativa" dependerá de cómo gestione Podemos su actividad en los próximos meses.
"Si el PSOE ha estallado es, entre otras cosas, porque es la pieza más débil [en el escenario actual], la que tiene más contradicciones, pero para convertirnos en oposición tenemos que ganárnoslo", sostiene un dirigente muy próximo a Errejón, que no obstante defiende que "no tiene ningún sentido que Podemos se defina a través de su relación con el PSOE". Iglesias, por el contrario, defendió en su discurso que la situación que se abre tras la crisis de los socialistas debe "condicionar todos los debates" dentro de la formación morada.
La calle y las instituciones
Cómo hacer eso fue, precisamente, otro de los asuntos de debate en el Consejo Ciudadano. Errejón defendió, según fuentes presentes en la reunión, la necesidad de centrarse en articular "propositivamente" la oposición, es decir, plantear propuestas que permitan a Podemos exponer un modelo alternativo al promovido por el PP. "Qué modelo de pensiones las va a hacer sostenibles y justas, qué modelo económico nos permite competir por arriba y no por abajo, qué modelo social que no deje a nadie atrás y redistribuya la riqueza, qué transformaciones en el sistema político para fortalecer la soberanía popular", ejemplificó el propio Errejón en su escrito.
Eso implicaría, según el número dos de Podemos, "discutir sobre lo que le pasa a la gente que no vibra con la política, que no se entusiasma o que no siente la épica", es decir, apelar a los famosos "los que faltan" que nombra Errejón en muchas de sus intervenciones. Para Iglesias, no obstante, la clave para conseguir ampliar la masa de simpatizantes de Podemos no está tanto en promover un programa de Gobierno como en "politizar el dolor", es decir, "dar una explicación política a las razones por las que la gente sufre". Según Iglesias, debe de ser un "honor" para un diputado de Podemos estar presente en la paralización de un desahucio, no solo por "retórica bonita", sino porque es donde el partido puede "crecer políticamente".
No obstante, las diferencias entre pablistas y errejonistas no se resumen en que los primeros defiendan centrarse en el papel de Podemos en la calle y los segundos sólo quieran que el partido se bregue en el ámbito institucional. Las dos posiciones, sostienen asistentes a la reunión, fueron complementarias durante el debate, aunque Iglesias y Errejón –y sus partidarios– también mostraron sus diferencias. "Básicamente, unos dicen que lo fundamental es que los diputados estén en los conflictos sociales, y otros se centran en que, además de esa construcción social, es necesario tener una agenda de propuestas, definir 'qué España queremos en 2020'", explican estas fuentes.
El papel de la militancia
En este sentido, hay coincidencia entre las corrientes de Podemos en que el partido tiene que fortalecer sus estructuras en el territorio y formar cuadros y militantes para no depender tanto de sus portavoces en los medios. "Que cuando la gente piense en Podemos no piense sólo en los que salen en la tele, sino en su vecino que trabaja para que las cosas salgan adelante", explica un dirigente cercano a Iglesias. De hecho, el secretario general apeló en su discurso a la necesidad de "cavar trincheras" como una metáfora del necesario asentamiento de Podemos, que ha basado su crecimiento en sus primeros dos años de vida en la potencia de su marca y su discurso mediático.
Para Iglesias y su entorno, los círculos y la militancia tienen un papel fundamental en este objetivo. "Para conseguir penetración territorial la gente tiene que estar en los movimientos sociales, tenemos que establecer métodos de trabajo y una vía directa para canalizar las demandas de los círculos a las instituciones", sostienen fuentes cercanas al secretario general. Según asistentes al Consejo Ciudadano, Errejón y sus partidarios no se mostraron contrarios a este extremo, pero insistieron en la necesidad de plasmar esas demandas en propuestas y documentos concretos que sirvan para que Podemos pueda elaborar un discurso que vender mediáticamente, y para ello, afirman estas fuentes, defendieron la necesidad de contar con expertos y técnicos entre los cuadros que ayuden en esta tarea.
La discusión sobre el "tono"
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Por otro lado, una de las diferencias fundamentales entre las tesis de Iglesias y Errejón es la del tono que debe mantener Podemos para desarrollar su acción política. En este Consejo Ciudadano se partía de posiciones ya conocidas, y la discrepancia volvió a hacerse palpable. El secretario general defendió durante su discurso que el partido "debe perder el miedo a decir la verdad", y se mostró reacio a "asumir que el tono o las piruetas" vayan a "dar credibilidad" a Podemos. "La credibilidad nos la da la verdad", sostuvo Iglesias, mientras dirigentes cercanos argumentaron en la reunión que "el 15-M dijo verdades incómodas, y los miles presentaron muchas verdades a millones".
"El problema no es que los golfos nos tengan miedo, sino que nos lo tenga nuestra vecina", defendió en contraposición hace unas semanas Errejón. El secretario de Política siempre ha defendido que su visión, que apuesta por un tono más dulce a la hora de plantear las propuestas, no supone suavizar las medidas, sino variar únicamente la manera de presentarlas y los referentes que se utilizan para ello. Según asistentes a la reunión de este sábado, partidarios del dirigente pusieron un ejemplo de esta tesis a través del concepto del franquismo, ya que los errejonistas habrían defendido que no hay que dejar de criticar la dictadura cuando el tema se plantee, pero también afirmaron que no es útil utilizarla como referente porque el miedo de los ciudadanos, actualmente, se centra en "que los echen de su casa o del trabajo".
El debate de este sábado fue la primera plasmación del que mantienen desde hace meses de manera informal los defensores de las dos diferentes visiones de Podemos. No obstante, si en algo coincidían todos los dirigentes era en que este Consejo Ciudadano es únicamente la primera etapa de la discusión. El plato fuerte, el momento en el que Podemos tendrá que tomar una decisión firme sobre su hoja de ruta y su estrategia a seguir, se producirá el año que viene, cuando está prevista la celebración de un congreso que, dentro del partido, ya se conoce como "Vistalegre 2". Ahí, pablistas y errejonistas enfrentarán sus diferentes modelos de partido y estrategias
El papel de Podemos tras la crisis del PSOE, la manera de extenderse en el territorio o el método para no perder el contacto con la calle a pesar de estar presentes en las instituciones fueron algunos de los ejes del debate en la reunión que mantuvo este sábado el Consejo Ciudadano de Podemos. El encuentro sirvió a los principales dirigentes del partido morado –y a los miembros de su grupo parlamentario, que también estaban invitados– para discutir sobre el futuro del partido sin la presión de tener que tomar una decisión inmediata sobre la investidura, toda vez que dentro de Podemos todos los dirigentes asumen que el PSOE dará los votos necesarios al líder del PP, Mariano Rajoy, para que sea presidente del Gobierno.