Expatriados españoles: “El ambiente se está convirtiendo en violencia”

7

Mucho se ha especulado a cerca de las consecuencias económicas que produciría la posible salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. A escasos días de que el pueblo británico se pronuncie al respecto en un referéndum, las páginas y pantallas de la prensa del continente se llenan de análisis, cálculos y pronósticos sobre un posible resultado favorable al Brexit. Menos se ha reflexionado, sin embargo, sobre la incidencia que tendría esta decisión para los cientos de miles de emigrantes comunitarios que eligieron vivir en la isla de las cuatro naciones.

La lógica preocupación por el equilibro económico continental y británico, ha eclipsado en España un debate en torno al no menos preocupante porvenir de los más de doscientos mil españoles afincados ahora en Gran Bretaña. Situados en el ojo del huracán de una disputa que les alude constantemente en los debates parlamentarios y políticos, tanto Eguzkine Ochoa y Ezequiel Martín, dos investigadores y padres de un niño de nacionalidad española, como Lara Bossini, otra investigadora afincada en Inglaterra, reflexionan con infoLibre sobre las posibles consecuencias que tendría para sus vidas que Reino Unido abandonase la Europa de los 28.

Los partidarios de la salida de la Unión Europea, representados, entre otros, por el partido ultraderechista UKIP, han encontrado en la demonización de la inmigración un argumento con el que se justifica la salida de Gran Bretaña. Un discurso abonado por la xenofobia, que apunta como principales causantes del deterioro del estado del bienestar a quienes eligieron Inglaterra como destino para mejorar sus condiciones. “Lo que proclaman es que se han bajado los salarios porque los emigrantes trabajan más barato y que la calidad del servicio sanitario se ha visto trastocada por saturación”, expone Lara. Un argumento que remata Eguzkine: “Esa estigmatización de la emigración, igual que en otro países Europeos, se produce por la llegada de la crisis. Llega la recesión, las cosas ya no van bien y entonces 'es el emigrante el que me está quitando el trabajo'”.

Con todo, y a pesar de que las condiciones de permanencia en Reino Unido para los expatriados está ahora comprometida, los españoles consultados por infoLibre aseguran no sentir el rechazo que se hace patente en otras nacionalidades europeas. “No se observa xenofobia hacia la comunidad española, incluso nos aprecian. Pero sí que hay un discurso dirigido contra los europeos del este que cala, sobre todo, entre los británicos menos informados”, explica Miguel Rodríguez, portavoz de Marea Granate en Manchester. “Yo me siento querido”, asegura en este sentido Ezequiel, que sin embargo matiza: “Nosotros vivimos en una burbuja, porque trabajamos en Cambridge, una ciudad muy internacional y académica. Pero sí, aquí también hay gente a favor de la salida. Sin embargo, el argumento que esgrimen es la pérdida de soberanía. No quieren que Bruselas le imponga sus leyes”.

Sean cuales sean los argumentos esgrimidos para apoyar o rechazar el Brexit, la convocatoria del referéndum por parte del primer ministro Cameron ha hecho aflorar una división de clases en el seno de la sociedad británica. Un debate que ahora también preocupa a muchos de los españoles residentes en Gran Bretaña. “Sí, estoy inquieta. Yo aquí tengo cierto estatus laboral, pero no se trata solo de mí, sino también del resto de españoles. ¿Qué pasa si yo quiero que mi pareja se venga y solo puede aspirar a trabajar en el sector servicios? ¿En qué condiciones se viene?¿Cómo la van a tratar”, se pregunta Lara consciente de que su posición como investigadora no es la misma que la de una amplia mayoría de expatriados en las islas.

Eguzkine Ochoa y Ezequiel Martín.

Una situación a la que ya se han enfrentado algunos de los entrevistados en Talento a la fuga. Es el caso de Judhit Ortega, una camarera en Bristol, que relató a infoLibre cómo se había enfrentado a la intolerancia de una familia británica que se manifestaba cansada de la emigración española. Nuria Fraile, portavoz de la Oficina Precaria de Edimburgo explica alguna de las motivación que originan este recelo. “Una parte importante de la sociedad británica considera que los españoles deben estar doblemente agradecidos. Primero porque nos dan trabajo en su país y segundo porque alimentan nuestra industria turística y hotelera. El problema es que muchos de ellos nos siguen viendo como los emigrantes de los años sesenta que mandaban dinero a España, lo que ya no es cierto. Creen que estamos vaciando las arcas de su estado del bienestar”, expone.

Marcados por el acuerdo alcanzado en febrero de 2016 entre Gran Bretaña y la Unión Europea, que ya contempla la merma de los derechos de los emigrantes comunitarios, los expatriados asisten con mayor incertidumbre a la consulta del 23 de junio. “Si desaparece el tratado europeo de emigración, lo que nos preguntamos es: ¿Dónde nos van a situar a los que ya estamos aquí? ¿Nos vamos a quedar como los extracomunitarios o van a hacer otro set de normas para los europeos? No lo sabemos, no lo han dicho claramente”, afirma Ezequiel. Una cuestión que apenas se ha concretado en la campaña y que tampoco han sabido resolver desde Marea Granate: “Es un asunto que se ha obviado bastante”, aseguran.

Las empresas más afectadas por el 'Brexit': Telefónica, Ferrovial, Santander, Iberdrola y Sabadell

Ver más

Por su parte, la Oficina Precaria de Edimburgo, asegura que, de aprobarse definitivamente el Brexit, las consecuencias se harían visibles a largo plazo. “Si el Parlamento aprobara la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, habría que atender al Tratado de Lisboa, en el que se estipula una negociación de salida que pueden durar hasta cuatro años”, explica Fraile, que llama a la calma tras un fin de campaña interrumpido por el asesinato de la diputada laborista Jo Cox, favorable a la permanencia en la UE: “El auge de la extrema derecha está asustando, el ambiente contra la inmigración se está convirtiendo en violencia, además, aunque ganaran los partidarios del Brexit, el Parlamento es el que decide, así que la iniciativa podría frenarse”.

Los expatriados que han reconstruido sus vidas en Gran Bretaña se asoman ahora a un horizonte de incertidumbre que les obliga de nuevo a hacerse preguntas que ya creían contestadas. “Yo rechacé una buena oferta de EEUU porque me quería venir a un país de Europa, con las condiciones de un país europeo. Y de repente, te encuentras con la incertidumbre de qué pasará con mis derechos, mi cotización, con mi paro, con mi pensión o con los ahorros que tenga. ¿Qué gano yo con esto?”, reflexiona Lara.

Por su parte, Eguzkine y Ezequiel, que no contemplan regresar a una España donde su hijo “ya no tiene derechos”, no cierran las puertas a la posibilidad de emigrar una segunda vez. “A nosotros nos gustaría quedarnos, porque queremos esta vida para nuestro hijo. Pero si se aprueba el Brexit y la economía se resiente, tendremos que plantearnos irnos a otro país”, plantea Ezequiel.

Mucho se ha especulado a cerca de las consecuencias económicas que produciría la posible salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. A escasos días de que el pueblo británico se pronuncie al respecto en un referéndum, las páginas y pantallas de la prensa del continente se llenan de análisis, cálculos y pronósticos sobre un posible resultado favorable al Brexit. Menos se ha reflexionado, sin embargo, sobre la incidencia que tendría esta decisión para los cientos de miles de emigrantes comunitarios que eligieron vivir en la isla de las cuatro naciones.

Más sobre este tema
>