Entre 200 y 300 personas se reunieron el mediodía de este sábado en los Jardines de la Plaza de Ágata en Villaverde Alto, en Madrid, para asistir al acto Residencias, así se dejó morir a nuestros mayores, donde tuvo lugar un coloquio para recordar a los más de 7.200 ancianos que murieron en las residencias de la Comunidad durante lo más duro de la pandemia sin ser derivados a un centro hospitalario a causa del Protocolo de la Vergüenza, desvelado por infoLibre. Este acto, organizado por la Asociación Villaverde por la Sanidad Pública, ha tenido lugar después de que se hayan publicado las conclusiones de la Comisión por la Verdad en las Residencias de Madrid, que sostienen que las decisiones políticas y de gestión fueron determinantes en la tragedia. Los siete miembros del tribunal concluyen que lo ocurrido en Madrid difiere notablemente de lo ocurrido en el resto de autonomías y estiman que otras decisiones podrían haber evitado la muerte de al menos 4.000 residentes. Además, la comisión ciudadana afirma que no medicalizar los geriátricos e imposibilitar la derivación provocó la "sobremortalidad" en Madrid.
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Manuel Rico, periodista y autor del libro ¡Vergüenza! El escándalo de las residencias, ha asegurado durante el coloquio que “el Gobierno de Madrid sigue sin explicar por qué no llevó a nadie a IFEMA". "¿Por qué no llevó a nadie a los hospitales?”, pregunta. La Comunidad de Madrid, asegura el periodista, "no peleó por que se medicalizaran las residencias, sino por que no se medicalizaran".
María Jesús Valero, de Marea de Residencias, y Javier Cordón, de Verdad y Justicia, también han intervenido para poner de manifiesto la situación vivida por los residentes durante la crisis sanitaria en Madrid y la realidad a la que se enfrentan sus familiares cuatro años después. "Quienes decidieron que esas personas eran de segunda categoría siguen al mando de esas residencias", ha recordado Cordón, entre aplausos y gritos de "vergüenza" por parte de los asistentes. "No va a haber mejora mientras no les echemos de ahí.”
Además denuncian que los ancianos fallecieron no solo sin atención sanitaria, sino también "sin unos paliativos para una muerte digna”. "Se han ido sin despedidas, agarrados a los barrotes, sin oxígeno, sin respirar. Sin medicamentos para paliar ese dolor y esa enfermedad tan cruel”, añade Valero.
Entre 200 y 300 personas se reunieron el mediodía de este sábado en los Jardines de la Plaza de Ágata en Villaverde Alto, en Madrid, para asistir al acto Residencias, así se dejó morir a nuestros mayores, donde tuvo lugar un coloquio para recordar a los más de 7.200 ancianos que murieron en las residencias de la Comunidad durante lo más duro de la pandemia sin ser derivados a un centro hospitalario a causa del Protocolo de la Vergüenza, desvelado por infoLibre. Este acto, organizado por la Asociación Villaverde por la Sanidad Pública, ha tenido lugar después de que se hayan publicado las conclusiones de la Comisión por la Verdad en las Residencias de Madrid, que sostienen que las decisiones políticas y de gestión fueron determinantes en la tragedia. Los siete miembros del tribunal concluyen que lo ocurrido en Madrid difiere notablemente de lo ocurrido en el resto de autonomías y estiman que otras decisiones podrían haber evitado la muerte de al menos 4.000 residentes. Además, la comisión ciudadana afirma que no medicalizar los geriátricos e imposibilitar la derivación provocó la "sobremortalidad" en Madrid.