Forma parte del argumentario que Alberto Núñez Feijóo repite casi a diario para dibujar un retrato lo más crítico posible de la situación económica española. Y este lunes lo volvió a utilizar en una entrevista en El Programa de Ana Rosa (Telecinco): España, dijo, está "a la cola del crecimiento económico”.
“La política económica del PSOE”, aseguró, “nos ha situado como el penúltimo país de la UE, el 26 de 27, desde que llegó al Gobierno en el año 2019; nos ha situado en el doble de deuda que la media del resto de países de la eurozona; e tenemos diez veces más déficit publico que nuestro vecino Portugal o el doble de paro de la UE”.
En Bruselas, la semana pasada, lo dijo también: “La economía española está a la cola del crecimiento económico de toda la Unión Europea. Somos el segundo país con menor crecimiento económico”. No hay, aseguró, “ningún analista económico que pueda decir [lo contrario] sin ruborizarse”. Que la economía española va “como una moto”, como suele decir el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es en opinión de Feijóo “simplemente una mentira”.
Esta es una afirmación que el líder del PP y candidato de la derecha a la Presidencia del Gobierno incluye siempre al lado de otras igualmente discutibles sobre la evolución de la deuda pública, el déficit, el desempleo o la inflación. Con ellas, y sin citar ninguna fuente concreta, Feijóo parece negar toda credibilidad a las cifras oficiales, que le desmienten a él y le dan la razón a Sánchez.
Este es el punto de partida del programa electoral que el PP presentará este martes mientras Feijóo sigue negándose a revelar el nombre de la persona a la que encomendará la gestión de la economía del país. Lo único que ha dicho de él es que es hombre, experto en la materia y sin experiencia política.
El peso del turismo
El candidato del PP sostiene que España es “el segundo país con menor crecimiento económico” porque fue el penúltimo país en recuperar el PIB previo a la pandemia. Esto último es verdad, pero lo que no dice es el motivo, que el Gobierno ha explicado en numerosas ocasiones: la dependencia del turismo, que representa una parte significativa de la economía. Las restricciones de viaje, cierres de fronteras y confinamientos resultaron en una disminución drástica del turismo internacional y esa caída en la actividad turística tuvo un impacto considerable en el sector servicios, que es uno de los motores principales de la economía española. El resultado fue un decrecimiento del PIB del 17,8%, una de las mayores de la OCDE. Si la recuperación del PIB prepandemia tardó más en España, tiene que ver con que la distancia que hubo que recorrer para conseguirlo, argumenta siempre el Gobierno, fue mucho más larga que la de otras economías.
Lo que sí es falso que España esté a la cola del crecimiento económico de Europa. Los datos de crecimiento trimestral de los últimos años demuestran que la economía española está entre las que más crecen de la Unión Europea desde el segundo trimestre del 2022 (2,5%). Fue de un 0,4% en el tercer trimestre de 2022, del 0,4% en el cuarto de ese año y del 0,5% en el primero de 2023. Siempre por encima de la media de la zona euro, de la Unión Europea y de la OCDE.
Feijóo, sin embargo, se limita a ignorar estos argumentos y mantiene su diagnóstico pesimista de la situación de la economía española. Hace apenas unos días aseguró que España está en un “momento de estancamiento económico” y decía que la “historia clínica” del país “no es buena”. No le valen ni los datos de inflación, que sitúan a España de nuevo por debajo del 2%, mucho mejor que casi todos los países de la Unión Eruopea, y remarca que los que dicen que los alimentos están empezando a bajar es que “hace mucho tiempo que no han hecho la compra”. “No estamos bien. La economía española está estancada. Los más pesimistas creen que estamos en un momento de declive económico”.
La evolución del empleo
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Tampoco tiene en cuenta los datos de empleo, los mejores desde 2008. Los últimos daros conocidos hace un mes revelaron que la Seguridad Social ganó una media de 200.411 cotizantes en mayo respecto al mes anterior (+0,97%), lo que llevó al sistema a superar por primera vez en su historia los 20,8 millones de ocupados. Feijóo y su equipo aseguran que los datos de paro en España están maquillados porque los desempleados se ocultan bajo el epígrafe de “empleados fijos discontinuos”, una categoría a la que ahora se acogen los traajadores temporales gracias a la reforma laboral.
El manejo que el líder del PP hace de los datos no es un error sino el fruto de una estrategia deliberada. En julio de 2022, cuando llevaba apenas tres meses al frente del partido, Feijóo ya pintaba un panorama de catástrofe: “Una España de récords negativos” con “los peores indicadores de la Unión Europea”. “Las señales son muy claras”: “la situación es mala y lo que va a venir es peor”. Si nuesrtro país fuese una empresa, decía entonces, “la situación sería de prequiebra”. “Hay que encauzar desde hoy mismo la economía porque estamos con respiración asistida”.
Ya entonces decía que España no creaba empleo y se quejaba de que la cifra de paro era el doble que en la Unión Europea (igual que pasaba con Mariano Rajoy), que la economía estaba estancada y repetía constantemente que instituciones de todo tipo empeoraban cada vez más las previsiones. En ningún momento ha reconocido Feijóo que sus pronósticos han sido desmentidos por los datos.
Forma parte del argumentario que Alberto Núñez Feijóo repite casi a diario para dibujar un retrato lo más crítico posible de la situación económica española. Y este lunes lo volvió a utilizar en una entrevista en El Programa de Ana Rosa (Telecinco): España, dijo, está "a la cola del crecimiento económico”.