Menos impuestos, también para luchar contra la despoblación. Un día más el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, apostó por una rebaja de la fiscalidad como solución de los problemas de España, esta vez el reto demográfico que desde hace décadas expulsa ciudadanos de las comarcas y municipios rurales y amplía la densidad humana de las ciudades y sus áreas de influencia.
Con sus planes para combatir la despoblación de las provincias españolas Feijóo promete triunfar allí donde fracasó en Galicia durante sus trece años de mayoría absoluta. En vez de revertir el proceso de vaciado de las comarcas rurales, el hoy líder del PP fue incapaz de evitar que el proceso de pérdida de población se acelerara. Galicia sigue hoy en los primeros lugares de España por retroceso demográfico en las zonas rurales al lado de comunidades como Asturias, Castilla y León y Extremadura.
Las medidas adoptadas por el Gobierno gallego durante el mandato del líder del PP no lograron cambiar nada. Las ciudades y sus áreas metropolitanas siguieron ganando peso y las comarcas rurales, perdiéndolo. Los núcleos abandonados acercan a los 1,900, las aldeas con menos de diez habitantes superan la cifra de 12.300 y uno de cada tres ayuntamientos está amenazado con la desaparición, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La Galicia que Feijóo dejó en abril del año pasado para ser el candidato del PP en las generales está más envejecida que cuando llegó, tiene una tasa de natalidad más baja y perdió durante su mandato casi 100.000 habitantes, el equivalente a toda la ciudad de Lugo. En 2009 todavía había 37 municipios en los que nacían más personas de las que morían, pero cuando Feijóo se fue de la Xunta eran solo cinco. Las cifras son muy preocupantes: el número de municipios en los que había más menores de 20 años que mayores de 65 años pasó de 37 a apenas 11.
Promesas fallidas
En la campaña electoral de 2009, la que le llevó por primera vez a la Presidencia de la Xunta, Feijóo ya situó la crisis demográfica de Galicia entre sus mayores preocupaciones. Pero trece años después las medidas adoptadas, entre ellas la creación de un Observatorio Galego de Dinamización Demográfica y la aprobación de una Ley de Impulso Demográfico, no han logrado resultados. Un fracaso que no le impidió este viernes en Teruel anunciar su intención de aplicar en España la mayoría de ellas si consigue su propósito de alcanzar la Moncloa. Tal es el caso, anunció, de la supresión de impuestos por compra, venta o permuta de tierras o bosques, o de la subvención de “casas nido” y “casas del mayor” para crear empleos y facilitar la conciliación.
El presidente del PP eligió Teruel para exponer su propuesta contra al despoblación. No es una casualidad: esta es la provincia que en 2019, harta del abandono de los grandes partidos, decidió dar la campanada al llevar por primera vez al Congreso la voz de la España Vaciada con la elección de un diputado de Teruel Existe.
El plan de Feijóo para fijar población en las comarcas y municipios rurales gira en torno a la aprobación de una fiscalidad específica para todo el medio rural español, de forma que “los impuestos no sean un problema para vivir” en los pequeños municipios. Lo explicó en un acto del PP convocado en el marco de la precampaña de las municipales y autonómicas: “Si usted monta una industria, abre un negocio y se instala en el rural le voy a cobrar menos impuestos y, si es posible, algunos no se los voy a cobrar”, resumió. Bajando impuestos en materia de vivienda, industria, emprendimiento, compras, herencias y donaciones, razonó repitiendo el paradigma neoliberal, “vamos a conseguir mucho mayor retorno que el dinero que vamos a dejar de recaudar”.
El líder del PP prometió subir al máximo las ayudas al funcionamiento empresarial en las provincias de Teruel, Cuenca y Soria y “buscar fórmulas de empadronamiento flexible” para quienes vivan unos días en una ciudad y otros días, de la misma semana o mes, en el medio rural. Municipios grandes y pequeños, precisó, tendrán que “compartir los gastos y los ingresos”.
Fiscalidad “nula o baja”
Entre las medidas que se propone impulsar citó rebajar la fiscalidad por la compra de vivienda “en el rural”, el IBI y el Impuesto de Transmisiones. “Si viene a este pueblo y rehabilita esta casa, usted no paga impuestos; lo prefiero a que se vaya a hacer una casa que no tiene que ver con la arquitectura, ni la volumetría ni los materiales” de un pequeño municipio, puso como ejemplo.
Su intención es promover “una fiscalidad baja o nula para venir al rural”: “Por esa vivienda a 6.000 euros el metro cuadrado en las grandes ciudades o a 3.000 en las medias, yo no le voy a cobrar impuestos”, explicó.
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“¿Por qué no ponemos industrias en el medio rural, no al lado de los pueblos”, sino “donde están sin nada y la hectárea tiene un valor residual?”, se preguntó. Hay que aprobar planes sectoriales industriales “donde no molesten a los ciudadanos”, al lado de autovías o carreteras nacionales donde, dijo, el suelo puede tener “costes francamente bajos”.
La educación y la sanidad “no son opinables”, añadió, porque “si no hay la gente no puede vivir aquí y mucho menos tener una familia”.
Feijóo llamó la atención hasta en dos ocasiones sobre su condición de “persona del rural”. Si es elegido presidente del Gobierno como consecuencia de las elecciones generales que tendrán lugar a finales de año, sería “la primera vez que una persona del rural entre en La Moncloa”, dijo. El líder del PP nació, efectivamente, en una parroquia rural de un municipio del interior de Ourense, pero sólo pasó allí su infancia: los últimos 47 años ha vivido en ciudades como León, Santiago o Madrid.
Menos impuestos, también para luchar contra la despoblación. Un día más el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, apostó por una rebaja de la fiscalidad como solución de los problemas de España, esta vez el reto demográfico que desde hace décadas expulsa ciudadanos de las comarcas y municipios rurales y amplía la densidad humana de las ciudades y sus áreas de influencia.