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XXVIII Conferencia de Presidentes

Feijóo sacrifica la Conferencia de Presidentes al servicio de su estrategia de acoso a Sánchez

El presidente Pedro Sánchez (de espaldas) conversa conversa con el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, y con Felipe de Borbón. A la derecha, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Los barones del PP siguieron este viernes la consigna del líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, y se desentendieron del orden del día que ellos mismos habían exigido ampliar para concentrarse en utilizar la Conferencia de Presidentes —cuya convocatoria han reclamado en múltiples ocasiones— con el único objetivo de exigir al presidente Pedro Sánchez que convoque elecciones anticipadas.

Todo al servicio de la estrategia con la que Feijóo quiere hacer ver que España vive una situación supuestamente insostenible por culpa de una corrupción que consideran generalizada y que, en su mayor parte, se apoya en bulos. Desde el falso enriquecimiento del hermano de Sánchez a las orgías del exministro José Luis Ábalos en el parador de Teruel de las que no hay pruebas, pasando porque el ministro de Política Territorial contrató a prostitutas en la capital justo un día en que estaba en Canarias o cualquier cosa sin fundamento que salga de los labios del conseguido imputado Víctor de Aldama.

La estrategia pactada se hizo evidente a medida que los barones del PP fueron tomando la palabra. Elecciones, elecciones y elecciones. Todo estaba perfectamente calculado para caldear el ambiente a pocas horas de que el PP reanude, el próximo domingo en Madrid, sus movilizaciones en la calle contra un presidente al que tachan de “jefe de la mafia”

No obstante, el mero hecho de reunirse con normalidad institucional, a pesar de la tensión política, desinfló ese intento de retratar a Sánchez como un capo criminal. La imagen de la mayoría de los presidentes del PP departiendo amigablemente con él y con los miembros de su Gobierno, particularmente evidente en el caso de Juanma Moreno, contradice mejor que cualquier discurso el objetivo de Feijóo de señalar al presidente como un felón.

Demanda inútil

En todo caso, la demanda de anticipo electoral de los barones fue inútil. El propio presidente les dejó claro que mantiene su intención de completar la legislatura, lo que significa que Feijóo, por muchas manifestaciones que convoque (para la de este domingo el PP ha movilizado cientos de autobuses con el objetivo de evitar que la ausencia de Vox reduzca la asistencia), no tendrá ocasión de disputarle la presidencia hasta 2027.

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Eso sí, la estrategia de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de levantarse e irse momentáneamente de la reunión cuando el lehendakari, Imanol Pradales, inició su intervención en euskera (siguiendo así las reglas establecidas para la convocatoria), secundada por sus compañeros de partido, que se negaron a utilizar la traducción simultánea para entender lo que tenía que decir y tratar de forzarle a usar el castellano, sólo ha servido para distanciar aún más al PP del PNV, una formación a la que Feijóo todavía no ha renunciado a cortejar en el futuro para una hipotética investidura.

El lehendakari acabó confesando una sensación absoluta de “decepción y tristeza” por el “bochornoso e inadmisible espectáculo” vivido y ha dicho que, visto lo visto, no sabe “si merece la pena volver” a participar en una Conferencia de Presidentes.

Lo ocurrido ha sido “muy preocupante”, remarcó, porque revela una manera de entender la política que “dificulta los acuerdos, alimenta el clima de la confrontación” y es “perniciosa” para las instituciones, la democracia y la ciudadanía. “Puede que en el corto plazo alguien piense que le beneficia”, concluyó en referencia a Feijóo, “pero a la larga perdemos todos y sobre todo la ciudadanía”.

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Ayuso quería protagonismo y lo consiguió, justo el día en que la justicia imputaba a la esposa del directivo de Quirón a la que su novio compró una empresa sin valor por el módico precio de 500.000 euros. Se salió de la reunión para protestar porque tanto Pradales como el anfitrión de la Conferencia, el president Salvador Illa, ejerciesen su derecho a hablar en las lenguas de sus respectivas comunidades (Alfonso Rueda y Marga Prohens, ambos del PP, saludaron en gallego y catalán, oficiales en sus territorios, sin provocar la misma reacción por parte de la presidenta madrileña). E incluso provocó un incidente en los prolegómenos de la reunión al negarse a ser saludada con dos besos por la ministra de Sanidad, Mónica García, a la que acusó, falsamente, de haberla llamado “asesina” por la muerte de los ancianos a los que la Comunidad de Madrid negó la asistencia sanitaria durante los peores días de la pandemia de covid-19 de hace cinco años.

Los presidentes del PP, que representaban en la reunión a los ciudadanos de Andalucía, Madrid, Galicia, Castilla y León, Comunitat Valenciana, La Rioja, Aragón, Illes Balears, Murcia, Cantabria, Extremadura y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, dejaron en un segundo plano las propuestas del Gobierno de Sánchez, en particular una inversión histórica para construir vivienda pública, e incluso su propia agenda de reclamaciones con tal de dar soporte al intento de Feijóo de hacer ver que España vive una situación insostenible.

La excepción

Al final de la reunión, del frente común del PP solo Gonzalo Capellán, de La Rioja, defendió la importancia de mantener la institucionalidad y la necesidad de “contribuir a la tranquilidad y a la calma, que es como mejor se plantean las cuestiones y es lo que esperan los ciudadanos de nosotros”.

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Otros bastante tuvieron con tener que dar explicaciones de lo suyo. Como el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, justificando su abrazo al exconselleiro do Mar Alfonso Villares, dimitido tras una denuncia por agresión sexual. O el valenciano Carlos Mazón, en el ojo del huracán por su inacción durante la dana que costó la vida a 227 personas, pidiendo responsabilidad a Sánchez.

En medio de la refriega se quedó el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, que fue uno de los primeros en intervenir y cuya comunidad sigue sumida en una grave crisis de acogida de migrantes menores de edad no acompañados por culpa de las comunidades del PP, que se niegan a compartir la tarea de cuidados a la que están obligadas. Clavijo agradeció a Euskadi (PNV) y a Cataluña (PSC) su disposición a colaborar. Y criticó el anuncio de algunos presidentes del PP de negarse a hacerlo.

La Conferencia de Presidentes, la número 28 que tiene lugar desde la puesta en marcha de lo que nació como un foro de diálogo entre autonomías, concluyó sin ningún acuerdo. De nada sirvieron los llamamientos de Sánchez a debatir con espíritu constructivo (sólo dos días antes el Ejecutivo había pedido un gran Acuerdo Estatal para atajar la crisis de la vivienda) y a “dejar la crispación en el perchero”. El propio Sánchez acabó asumiendo que era imposible pactar nada ante las posiciones expresadas por los dirigentes territoriales del PP, según fuentes del Ejecutivo.

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