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El fiasco de Bruselas y el desafío permanente de Mazón desnudan el liderazgo de Feijóo en el PP

LA NUEVA LEGISLATURA

Feijóo torpedea la reunión con Sánchez desde el primer minuto: en el Congreso y sin hablar del CGPJ

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz observan a Alberto Núñez Feijóo durante la sesión de control al Gobierno que este miércoles celebra el Congreso.

Una situación inédita. La política española siempre había seguido una tradición: el líder de la oposición acudía al Palacio de La Moncloa cuando lo llamaba el presidente del Gobierno. Pero, tras dos semanas de largas, finalmente Alberto Núñez Feijóo ha accedido a verse con Pedro Sánchez en una cita que será el viernes en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez quería encontrarse a solas con Feijóo antes de que acabara el año, pero Génova 13 fue enlazando excusas en los últimos días. Sobre la mesa había tres fechas que había hecho llegar directamente el jefe de gabinete del presidente, Óscar López, a su homóloga en la calle Génova, Marta Varela: 18, 22 y 29. Finalmente será este viernes.

Pero la cita llegará en un clima de total desconfianza entre ambos líderes. Asimismo, Feijóo se ha dedicado a poner exigencias a La Moncloa que hacen difíciles posibles acuerdos. La idea de Sánchez es que pueda haber un acercamiento en tres cuestiones principalmente: el desbloqueo del Consejo General del Poder Judicial, el cambio en el artículo 49 de la Constitución para cambiar la palabra “disminuido” y la renovación del modelo de financiación autonómica de régimen común.

El terreno que quiere imponer Feijóo

Génova 13 había puesto el orden del día como excusa para no reunirse todavía, pero el Gobierno se abrió a incluir otros temas. Feijóo ha dejado encima de la mesa las cuestiones que trasladará al presidente, excluyendo de sus intenciones un pacto para cambiar la composición del Consejo General del Poder Judicial, que lleva cinco años caducado beneficiando al sector conservador que lo domina y que se ha convertido en un órgano de enfrentamiento con el Gobierno con posicionamientos como el contrario a la ley de amnistía.etal. Según fuentes del Partido Popular, trasladará cuestiones como la ley de amnistía, el “deterioro institucional” del Consejo de Estado y la Fiscalía y la “despolitización de los medios públicos de RTVE y la Agencia EFE”.

Busca el líder del PP hablar con Sánchez del “posicionamiento acerca de la prevaricación judicial que denuncian PSOE, Junts y ERC y la defensa del Poder Judicial frente al acoso por parte de los socios del Gobierno”. Además, exigirá información sobre “las negociaciones mantenidas en Ginebra entre el Gobierno y Junts y ERC”

Reclamará que se paralice la moción de censura en Pamplona con Bildu, “así como de la proposición de ley que pretende despenalizar el enaltecimiento del terrorismo y el ataque a los símbolos nacionales”. El único punto en el que coinciden es en el de abordar la reforma del artículo 49 de la Carta Magna, algo sobre los que estuvieron a punto de acordar la pasada legislatura. Pero Feijóo aspira a que se incluyan garantías “por escrito de que los socios del Gobierno no pedirán un referéndum constitucional con nuevas modificaciones”.

Feijóo ha buscado también otro giro de guion: una reunión en el Congreso de los Diputados. En un primer momento el PP dejó en manos del Gobierno el lugar y la hora de la cita del viernes, pero el presidente del PP pidió finalmente durante el debate en el Congreso con Sánchez, a raíz del último Consejo Europeo, que el espacio sea la Cámara Baja. En Génova 13 recalcan que se busca un espacio “neutral”. Finalmente Sánchez recogió el guante de los populares, a pesar de considerar “inédita” esta situación. “Para usted la perra”, terminó diciendo en su cara a cara parlamentario accediendo a este emplazamiento.

Un preámbulo de tensión

El preámbulo de la cita fue mal este miércoles en el Congreso en el extenso debate de más de cinco horas. El líder del PP continúa con su tono más duro: “vergüenza nacional”, “bochorno internacional”, “indecencia moral”, “Presidencia de la UE decepcionante”, “falta de liderazgo de España en Europa”, “financia la guerra de Putin”, “el mayor reconocimiento ha sido la felicitación de Hamás”, “en Bruselas empiezan a conocer al verdadero Sánchez”, “una de las pocas naciones que retrocede en derechos democráticos”, “es un brillante agente de descrédito”, “soberbia sanchista”. Hasta el líder del PP evidenció las pocas expectativas de acuerdos: "Esto de la perra gorda, no me hago ilusiones, la perra gorda para usted es la que le da Bildu"

El presidente del Gobierno celebró que Feijóo “rectifique” y apeló a llegar a grandes acuerdos de Estado entre los partidos, aunque el cara a cara fuera muy tenso entre los dos. Le pidió expresamente al líder conservador que deje el “berrinche” y el “insulto”. Y le presionó para renovar el Consejo General del Poder Judicial, a pesar de que el PP no tienen intención:  "La justicia necesita estar bien dotada, contar con un gobierno de los jueces absolutamente legitimado. Lo que no tiene ningún sentido es que todavía el CGPJ sea el que refleja la mayoría absoluta del Partido Popular cuando gobernaba Mariano Rajoy". 

"Pongámonos en el caso en 2027, señor Feijóo, de que usted con Abascal conforma un Gobierno. ¿Usted va a pedir al Partido Socialista que haga lo que usted no ha hecho en diez años?", apostilló el jefe del Ejecutivo. El presidente sigue barajando la opción de la vía Guilarte, que supondría recortar las competencias del Consejo General para hacerlo menos atractivo para los partidos.

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La cita entre los dos líderes llega también con un telón de fondo clave para la legislatura: la elaboración de los presupuestos generales del Estado. La idea que tiene el Gobierno es sacarlos adelante durante el primer trimestre del año que viene, pero se ha encontrado con que el PP sigue con su intención de bloquear en el Senado, donde tiene mayoría absoluta, la senda de déficit aprobada por el Ejecutivo central. Desde La Moncloa no se fija qué podría hacer Hacienda si se da esta circunstancia, pero los socialistas llevan tiempo insistiendo en que los principales perjudicados serían los gobiernos del Partido Popular, al ver mermado su margen de gasto.

Los populares acusan a Sánchez de buscar una foto para “blanquear” sus pactos con sus socios de investidura. Pero desde La Moncloa subrayan que quieren también acuerdos con los populares en beneficio del interés general y se desdeña que se haga con el objetivo que apunta el PP. De hecho, el PSOE defiende que hace todo con transparencia y no se esconde de los votos y apoyos.

En ese sentido, Sánchez se marcado este 2024 como el año para la plena normalización de sus relaciones con los socios. A fin de ello, el presidente tiene previsto, sin fecha fijada, reuniones con Carles Puigdemont (Junts) y Oriol Junqueras (Esquerra). De hecho, ya deja caer que este tipo de imágenes se producirán varias veces. Lo que no cree es que suponga un desgaste electoral, pues entiende que los ciudadanos ya empiezan a percibir los beneficios de su hoja de ruta respecto a la convivencia en Cataluña como pasó con los indultos.

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