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La decisión del Supremo de no llevar la amnistía a Europa da alas a la ofensiva del PP contra el TC

Moción de censura

Feijóo trata de presionar a Sánchez y se abre a una moción de censura con Puigdemont de aliado

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Archivo.

"Una herramienta más". Así es cómo ha definido este lunes el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a la utilización de una moción de censura para desbancar a Pedro Sánchez del Gobierno —la misma que el socialista empleó hace seis años contra el expresidente Mariano Rajoy— esta legislatura. En una entrevista en Espejo Público, el conservador ha abierto la puerta a impulsar esa moción si hay una "mayoría social" que "muestra su rechazo al presidente del Gobierno" en las elecciones europeas del próximo domingo: "Para eso hay que tener el contexto adecuado y pensar que puede ser útil en ese contexto", señaló.

Para que la moción tuviera éxito, Feijóo necesitaría a los siete diputados de Carles Puigdemont, pese a que una de las críticas más recurrentes del PP es que Sánchez se apoya en los "enemigos de España" para seguir al frente de La Moncloa. El líder del PP debería no solo convencer a Junts, que votó a favor de la investidura del socialista a cambio de la ley de amnistía —contra la que el PP se ha manifestado en cinco ocasiones—, sino también a Vox, en lo que parece una ecuación difícil de resolver.

Hasta la fecha desde el PP aseguraban que no era el momento de plantear esa vía —que no comparten algunos dirigentes autonómicos de la formación —pero tampoco cerraban del todo la puerta. En Génova aseguran que ese sigue siendo el planteamiento. "Noticia sería que el PP descartara una moción de censura en lo que queda de legislatura o que dijéramos que la promoveríamos. No ha pasado ni una cosa ni la otra, y no vamos a contribuir a informaciones basadas en el nodescartismo", ahondan fuentes de la formación.

En el entorno de Feijóo buscan que cale el mensaje de que votar al PP el próximo domingo "acorta la legislatura porque profundizaría en la debilidad electoral de Sánchez". A su juicio, una derrota del PSOE "agravaría su ya conocida debilidad parlamentaria": "Nuestra vocación es hacerle caer en las urnas y en unas elecciones generales que son urgentes dada la precariedad del Gobierno. Ese, y no otro, es el camino escogido", prosiguen, pese a que hace menos de un año de la convocatoria electoral y desde la propia formación están ya rebajando las expectativas sobre el resultado del domingo.

El principal partido de la oposición no niega, sin embargo, que se esté produciendo un acercamiento hacia Junts pero cargan tintas contra los socialistas por sugerirlo. "El PSOE intenta retener ahora voto crítico con la ley de amnistía deslizando que el PP pactaría con los cargos amnistiados por los socialistas. Harían bien en seguir con su labor de destrozar electoralmente a Sumar. Intentar quitar voto al PP por nuestra supuesta connivencia con el independentismo es enternecedor", zanjan.

Junts, un aliado para el 'frente anti Sánchez'

El pasado mes de septiembre Alberto Núñez Feijóo se quedó a cuatro escaños de ser investido presidente del Gobierno. Cuatro escaños que buscó encarecidamente, incluso entre las filas del PSOE, pero que no encontró por ninguna parte. Tras ser primera fuerza en las elecciones del 23J, el líder del PP trató de buscar alianzas. Miró en primer lugar hacia el PNV, ya que los nacionalistas vascos apoyaron los últimos Presupuestos del expresidente Mariano Rajoy, pero no tardaron ni 24 horas en cerrarle la puerta. Después, algunos dirigentes del PP pusieron el foco en Junts, lo que provocó malestar en el seno del partido por ser la formación de Carles Puigdemont, al que siempre definen como un "prófugo de la justicia".

La investidura fallida de Feijóo dio paso a la de Sánchez, que sí logró los apoyos. Sin embargo, el líder del PP sigue sosteniendo que no está en Moncloa porque él no quiere, argumentando que Junts hubiera dado sus votos al PP a cambio de la amnistía. En más de una ocasión ha defendido que no tiene reservas a llegar a acuerdos con los de Puigdemont “dentro de la Constitución" e incluso ha llegado a reconocer contactos con el partido independentista para tratar de conseguir su apoyo.

Es más, el pasado mes de febrero en plena campaña de las gallegas, Feijóo admitió en un mitin que consideró durante 24 horas la posibilidad de aceptar la amnistía que Junts y Esquerra llevan años reclamando para poner fin a la persecución judicial de las personas que de un modo u otro tuvieron que ver con el procés y de la que depende la normalización política en Cataluña. Una demanda que el independentismo ponía como condición para votar favorablemente una investidura en el Congreso.

La confesión del líder del PP llegó dos días después de que Carles Puigdemont, en una carta dirigida a todos los eurodiputados, amenazase con hacer públicos los detalles de los contactos que el PP mantuvo con Junts de cara a una eventual investidura de Feijóo. "Si mi partido hubiera permitido la investidura del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, o hubiera impedido la de Pedro Sánchez, estos espectáculos se habrían ahorrado", aseguró, referencia a las maniobras que están intentando torpedear la amnistía en el ámbito político y judicial.

Feijóo se planteó dar un indulto condicionado a Puigdemont

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Durante la campaña gallega también trascendió que Feijóo estuvo dispuesto a estudiar, como alternativa a la amnistía, la posibilidad de un indulto condicionado a Puigdemont como parte de un “plan de reconciliación” para Cataluña, siempre y cuando el expresidente de la Generalitat fugado a Bélgica aceptara “someterse a la justicia española, verbalizara su arrepentimiento y se comprometiera de forma explícita a cumplir con el Estado de derecho”, según fuentes al más alto nivel del PP.

Estas mismas voces también remarcaban las "dificultades" que tendrían los jueces para probar que Puigdemont cometió un delito de terrorismo, a pesar de que su discurso público es vincular al procés con la violencia siguiendo la estela del juez García-Castellón. El líder del PP ha asegurado en alguna ocasión que en Cataluña se produjeron “actos terroristas” y que en "Cataluña hubo días de absoluto terror”. En privado, sin embargo, la dirección popular cree que no será fácil probarlo.

Durante el verano pasado, en medio de las negociaciones para la investidura, la formación de Feijóo mantuvo contactos con la cúpula de Junts. Unos contactos que el PP no reconoció públicamente hasta meses después y que lideraron el vicesecretario de Institucional de Génova, Esteban González Pons; y Daniel Sirera, presidente del PP en Barcelona, que se reunió con Junts en un hotel de la ciudad condal para escuchar sus peticiones. Los de Puigdemont quieren tener abierta esa vía, especialmente ahora que Junts amaga con dejar de apoyar al Gobierno de Sánchez si el PSC no facilita su investidura en el Parlament de Cataluña.

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