La representación de España en las instituciones europeas sigue siendo una asignatura pendiente del Gobierno de Mariano Rajoy desde que llegó a La Moncloa en diciembre de 2011. En los últimos años de Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, los conservadores hicieron bandera política de la infrarrepresentación española en los órganos de la Unión Europea. Y aseguraban que, de gobernar ellos, la presencia iba a ser mayor. La realidad desmiente de forma clara aquel pronóstico.
A corto plazo, el principal objetivo del Ejecutivo es lograr la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), plaza que quedará vacante en mayo de 2018 con la salida del portugués Vitor Constâncio. "Va a ser para España", señaló recientemente en Bruselas el ministro de Economía, Luis de Guindos. "Nos lo merecemos desde el punto de vista de la evolución económica, porque la aportación española es evidente y porque además España está infrarrepresentada en las instituciones comunitarias", admitía el propio titular de Economía.
De hecho, De Guindos, el eterno aspirante a ocupar una plaza en las instituciones comunitarias, es uno de los nombres que suena con más fuerza para ocupar esa vacante en el BCE. Será en febrero de 2018 cuando el Eurogrupo decida quién ocupará ese puesto que quedará libre a partir del 1 de mayo. Él, hasta la fecha, no ha ido más lejos de exhibir su convencimiento de que el puesto "será para un español o una española". Y su jefe de filas, Mariano Rajoy, le considera un candidato idóneo pero tampoco ha ido más allá.
El "crédito" de Luis de Guindos
El pasado lunes, en un desayuno informativo organizado con motivo del 60 aniversario de la agencia Europa Press, el presidente del Gobierno fue cuestionado por la candidatura. Y esto fue lo que dijo: "Esto es por mayoría, como sabe. Yo creo que Luis de Guindos es un hombre con mucho crédito y con mucho prestigio".
Además, tiró de uno de sus discursos favoritos, el de la recuperación económica, para defender que ya toca que España tenga más peso en las instituciones comunitarias. "España es un país que en el año 2012 era visto de una determinada forma por nuestros socios europeos y hoy se nos ve de forma diferente, entre otras razones, porque hubo gente que aplicó una política económica que fue exitosa", añadió al tiempo que recordaba que "de momento" España no ha presentado la candidatura de Guindos.
Recientemente, España renunció a presentar candidato a la presidencia del Eurogrupo, el foro de ministros de Economía y Finanzas de los países de la eurozona. Algunas fuentes apuntan que esto se debe a las esperanzas de ocupar un puesto en la ejecutiva del BCE. España optó por apoyar al titular de Finanzas portugués, Mário Centeno, candidato que finalmente se hizo con el puesto, en lugar de apostar por Luis de Guindos.Luis de Guindos
"La labor de muchos españoles"... en el pasado
La Secretaría de Estado de Asuntos Europeos, dependiente del Ministerio de Exteriores, repasa en su página web el papel de España en las instituciones europeas y señala que "hay que destacar la labor de muchos españoles que han ocupado cargos destacados en la administración comunitaria". Ninguno de los nombres que se mencionan han desempeñado sus funciones en los últimos seis años.
"Uno de los más relevantes ha sido quizá Javier Solana, que ocupó el puesto de Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores durante diez años, convirtiéndose su labor al frente de la acción exterior de la Unión en un referente a nivel mundial", puede leerse. Junto a su nombre se citan los de Enrique Barón Crespo, José María Gil-Robles y Josep Borrell como presidentes del Parlamento Europeo; Manuel Marín, Abel Matutes, Marcelino Oreja, Loyola de Palacio, Pedro Solbes o Joaquín Almunia, como comisarios; Gil Carlos Rodríguez Iglesias al frente del Tribunal de Justicia; Pasqual Maragall como presidente del Comité de las Regiones; Carlos Ferrer, que desarrolló el cargo de presidente del Comité Económico y Social Europeo, y Juan Manuel Fabra, presidente del Tribunal de Cuentas. A día de hoy, ninguno de estos puestos está en manos de un español. Y sobre el candidato del PP a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, recayó la comisaría de Acción por el Clima y Política de Energía, un área de nueva creación.
Las principales instituciones de la Unión Europea son las siguientes: Parlamento Europeo, Consejo Europeo, Consejo de la Unión Europea, Comisión Europea, Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), Banco Central Europeo (BCE), Tribunal de Cuentas Europeo (TCE), Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Comité Económico y Social Europeo (CESE), Comité Europeo de las Regiones (CDR) Banco Europeo de Inversiones (BEI), Defensor del Pueblo Europeo y Supervisor Europeo de Protección de Datos (SEPD). No hay ningún español al frente de ninguna de ellas.
El país que mantiene más puestos de alta representación en las instituciones de la UE es Italia. Al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, se suman el presidente del Banco Central Europeo (Mario Draghi), la Alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (Federica Mogherini) y el Supervisor Europeo de Protección de Datos (Giovanni Butarelli).
Tras Italia, son los belgas y alemanes, liderando dos instituciones cada uno de los dos países, quienes más presencia tienen en puestos de máxima relevancia en las instituciones comunitarias. Polonia, Luxemburgo, Grecia y Portugal, con el reciente nombramiento de Mário Centeno como presidente del Eurogrupo, también tienen su cuota de poder.
Las aspiraciones iniciales de Rajoy
En el Gobierno y en el PP se había extendido la idea de que a Cañete le iba a corresponder liderar un área de peso dentro del ámbito económico. Pero ni su área tiene rango de vicepresidencia, como se pretendía desde Moncloa, ni es de peso dentro de las económicas.
Otra de las pretensiones clásicas de España ha sido la presidencia del Eurogrupo. En julio de 2015, el holandés Jeroen Dijsselbloem era elegido de nuevo para liderar durante dos años y medio a los países de la zona euro. Este hecho fue interpretado como un fracaso de la diplomacia española. La implicación personal de Mariano Rajoy en la operación Guindos y las conversaciones en esta línea con la todopoderosa canciller alemana Angela Merkel no surtieron efecto.
Ver másRajoy lanza a Guindos a la vicepresidencia del BCE
Otras oportunidades que no cuajaron
Momento decisivo fue también la renovación en el Banco Central Europeo a finales de 2012, cuando Mariano Rajoy llevaba ya un año en La Moncloa. El presidente del Gobierno apoyó a Antonio Sáinz de Vicuña para relevar a José Manuel González-Páramo, que finalizaba mandato tras ocho años en la cúpula, pero la Comisión apostó por Yves Mersch. Las fuentes conocedoras del proceso subrayan que el error del Gobierno fue rechazar la candidatura del exsecretario de Estado con Zapatero José Manuel Campa. Este gozaba del visto bueno de Mario Draghi, presidente de la institución. Este episodio llevó a España a estar fuera de la cúpula del BCE por primera vez desde 1999. La siguiente oportunidad será la citada, en mayo de 2018, y existe el convencimiento de que en esta ocasión la operación va a ser exitosa.
En el supuesto de que Guindos vuelva a postularse a la Vicepresidencia del BCE y logre los apoyos necesarios –algunos de sus compañeros en el Consejo de Ministros creen que no va a hacerlo–, Mariano Rajoy tendría que poner en marcha una crisis de Gobierno para sustituir a su ministro de Economía. Otras fuentes, sin embargo, apuntan a que el ministro aceptó seguir en el Gobierno con la condición de ser apoyado para ocupar un puesto en alguna institución europea.
La representación de España en las instituciones europeas sigue siendo una asignatura pendiente del Gobierno de Mariano Rajoy desde que llegó a La Moncloa en diciembre de 2011. En los últimos años de Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, los conservadores hicieron bandera política de la infrarrepresentación española en los órganos de la Unión Europea. Y aseguraban que, de gobernar ellos, la presencia iba a ser mayor. La realidad desmiente de forma clara aquel pronóstico.