Igual que Podemos abomina de pactos que sean "sopas de siglas", IU no quiere convergencias para las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015 basadas en programas difusos o que no tengan una impronta clara de izquierdas. No sirven "ambigüedades ideológicas". Algo que precisamente sí busca Pablo Iglesias, cuyo objetivo es ocupar "la centralidad del tablero" y evitar las etiquetas de izquierdas o derechas, reemplazándolas por el binomio arriba (la casta) y abajo (el pueblo).
Quien dejó meridianamente clara este sábado esa línea roja fue Alberto Garzón, secretario de Proceso Constituyente y Convergencia de IU y (hasta el momento) único candidato a las primarias abiertas para las generales. "Nuestras fronteras [para la confluencia] son claras. Tiene que ser sobre un programa nítido de izquierdas. No nos vale ambigüedad ideológica ninguna. Tenemos que decir a la ciudadanía que somos la garantía de los servicios públicos. Que si hay un proceso de convergencia donde esté presente IU va a defender las propuestas que defendemos. No nos vale la ambigüedad ideológica o programática. Aquellas fuerzas que no quisieran participar en la convergencia, sería a nuestro juicio una irresponsabilidad". IU, por descontado, seguirá con su hoja de ruta.
Garzón introdujo esa precisión en un contexto clave para IU: en la rueda de prensa de arranque de su Encuentro Político-Programático, que se celebra durante todo este fin de semana en Rivas Vaciamadrid, la localidad más grande en manos de la federación. El encuentro, que él coordina, tiene precisamente como fin alumbrar el programa marco de las municipales y autonómicas y fijar la hoja de ruta de la confluencia.
La obsesión por las agrupaciones ocultan otras "intenciones"
La cuestión del programa "de izquierdas" es la "única línea roja" de IU, según subrayó una y otra vez el diputado por Málaga. Es lo "fundamental", porque se necesitan "gobiernos de izquierdas". Luego vendrá la discusión sobre la fórmula legal, sobre cómo se sustancian esas alianzas, pero ese debate es "meramente jurídico", comentó. IU considera que el mecanismo "más adecuado", porque "maximiza las opciones de ganar" son las coaliciones electorales, porque ofrecen "ventajas operativas" –espacios electorales en los medios, acceso a las subvenciones...– y políticas, puesto que significaría renunciar a las diputaciones provinciales, cediéndoselas "al bipartidismo", ya que estas se reparten en función del número de concejales obtenidos por cada fuerza política. Las agrupaciones de electores, que es la fórmula preferida por Podemos. Las agrupaciones son formaciones políticas que se constituyen con el aval de un número variable de firmas de votantes y sólo y exclusivamente para presentar candidatura en un proceso electoral concreto. Por tanto, los votos recabados por una agrupación de Málaga, por ejemplo, no se suman a los de otra en Marbella o Mijas, con lo que esos sufragios se perderían a la hora de formar las diputaciones, a las que el PP ha conferido más poder tras la última reforma local.
Garzón se sirvió del caso de Málaga, circunscripción de la que procede: "Es absurdo dejar desamparados a 99 municipios en la provincia de Málaga [...] y en otros lugares. Es una cuestión de principios, no de tacticismo, y por eso creemos que la mejor fórmula jurídica es la coalición, pero sólo a efectos legales. Pero que nadie crea que eso es una sopa de siglas. Es una candidatura ciudadana". Es decir, que se pueden construir listas "de unidad popular", elegidas por primarias y articuladas sobre la base de métodos participativos, aunque luego se registren, formalmente, como coaliciones electorales. El diputado recordó que ese es el formato elegido por Guanyem Barcelona, la plataforma en la que se miran los Ganemos. De modo que la apuesta de Podemos por las agrupaciones, dijo, es un "error político".
También supone, a juicio de IU, "desvincularse" de una victoria general, cuando las municipales y autonómicas de mayo forman parte "del mismo proceso", que lancen el mensaje de que la sociedad clama por "un nuevo país" y un "proceso constituyente". "Eso se hace con fórmulas jurídicas que maximicen las opciones de ganar. Ese debate se utiliza para ocultar otro tipo de intenciones", deslizó. IU se malicia que Podemos antepone su obsesión por las agrupaciones de votantes para justificar el rechazo a integrarse en los Ganemos.
"Garantía de los servicios públicos"
La defensa que IU hace de las coaliciones electorales no es por su temor, dijo Garzón, a preservar sus siglas o desaparecer, porque ese peligro, que algunos dirigentes en la federación ven, no existe. "Nosotros no nos vamos a diluir, ni mucho menos, ni nadie puede pretender que eso vaya a suceder porque es absurdo y absolutamente fuera de lugar". IU está participando por ahora en "todos los Ganemos" montados en distintas ciudades.
La federación, en todo caso, comparecerá como "garantía de preservar los servicios públicos y las conquistas sociales y económicas", y el modo de "fortalecer la lucha en la calle". Todo ello para erigir un "nuevo país" y acabe con el "proceso deconstituyente" del que ya alertó en los años noventa, cuando se firmó el Tratado de Maastricht.
Importación de las leyes andaluzas
Garzón acudió a la rueda de prensa acompañado de la secretaria federal de Programas, Marga Ferré, que adelantó algunas de las propuestas estrella que incorporará la oferta de IU para los comicios de mayo. Entre ellas está la posibilidad de la revocación de los cargos públicos (o moción de censura ciudadana) de los presidentes de las comunidades autónomas y alcaldes y de los diputados y senadores. ¿Cómo? La revocación podría ponerse en marcha cuando hubiera transcurrido la mitad del periodo para el que fue elegido, por un número no menor del 20% de los electores de la circunscripción. Conseguidas las firmas suficientes, se sometería a referéndum la propuesta de revocación.
Esta idea ya figuraba en anteriores programas. IU considera que es un elemento clave para luchar contra la corrupción y aumentar la democracia, objetivos a los que contribuyen otras iniciativas como los plenos abiertos, los presupuestos participactivos o la apuesta por las consultas populares para asuntos de especial trascendencia.
En materia de vivienda, IU se fija en la gestión de sus compañeros de la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía. La federación plantea medidas semejantes a las contenidas en el decreto ley y la ley promovidas por el Gobierno regional y paralizadas por el Tribunal Constitucional, a instancias del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Así, sugiere regular la función social de la vivienda, sancionando las viviendas deshabitadas en manos de bancos, sociedades de gestión de activos y personas jurídicas. También propone expropiar el uso de las viviendas vacías a las entidades financieras que desahucien a familias en riesgo de exclusión social. Las viviendas públicas o las de protección oficial, según IU, no podrán ser vendidas a empresas, ni a fondos de titulización, ni a fondos buitre.
Una Justicia distinta
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La federación atiende a la llamada pobreza energética y a los desahucios hídricospobreza energéticadesahucios hídricos. Es decir, que no se deje sin luz ni calefacción a ningún hogar en invierno y que se impida a la patronal del agua cortar el suministro a los ciudadanos que no puedan pagarla.
El programa de IU incluirá la petición de una auditoría ciudadana de la deuda para saber "a quiénes y a qué empresas se ha beneficiado con dinero público", especialmente en ayuntamientos grandes y con un gran agujero, caso de Madrid. Asimismo se plantea la remunicipalización de servicios públicos o la defensa a ultranza de la infancia. Y el santo y seña: IU como "garantía de servicios públicos de calidad".
Ferré se detuvo igualmente en una propuesta novedosa: la llamada Justicia restaurativaJusticia restaurativa. En lugar de castigar a los culpables de delitos menores con cárcel o una multa que no puedan pagar, IU sugiere sanciones que sustituyan la prisión o la multa por la obligación de atender a las víctimas de delitos similares que han resultado seriamente dañadas y afectadas (por ejemplo, colaborar en centros de recuperación de drogodependientes para los pequeños traficantes o atender a los discapacitados consecuencia de accidentes de coche.
Igual que Podemos abomina de pactos que sean "sopas de siglas", IU no quiere convergencias para las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015 basadas en programas difusos o que no tengan una impronta clara de izquierdas. No sirven "ambigüedades ideológicas". Algo que precisamente sí busca Pablo Iglesias, cuyo objetivo es ocupar "la centralidad del tablero" y evitar las etiquetas de izquierdas o derechas, reemplazándolas por el binomio arriba (la casta) y abajo (el pueblo).