El mensaje de Arnaldo Otegi a sus bases no podía resultar políticamente más inoportuno. En pleno décimo aniversario del fin de ETA y apenas 48 horas después del comunicado que el propio Otegi leyó en nombre de la izquierda abertzale sobre el reconocimiento a las víctimas del terrorismo y a un dolor “que nunca debió haberse producido”, sus palabras vinculando Presupuestos y política penitenciaria han desdibujado un paso que muchos habían calificado de “histórico” y ha servido, además, para alimentar las teorías de la derecha sobre un pacto oculto con el Gobierno.
“Es evidente que no ayuda”, reconocen en la Moncloa sobre el contenido del vídeo con la intervención de Otegi durante una asamblea a puerta cerrada con las bases de Bildu. Interpretan en el Gobierno, en todo caso, que se trata de una gestión interna del propio líder de la izquierda abertzale de cara a su militancia porque, quizás, “mucha gente de su mundo crea que se pasó de frenada con lo que dijo sobre el daño causado y ahora a él le toca decir eso”, razona una fuente del Ejecutivo que concluye: “Hablaba para su parroquia”.
Sin embargo, para despejar cualquier tipo de duda al respecto y para tomar distancia de la polémica generada por esas declaraciones, el Gobierno de Pedro Sánchez ha endurecido su tono en las últimas horas tanto en público como en privado. “Si se están planteando mezclar la política penitenciaria con los Presupuestos, ya les digo yo que mejor que no los voten”, asegura un alto cargo del Ejecutivo. Fuentes del Ministerio de Hacienda explican, por su parte, que “jamás” nadie de Bildu ha puesto encima de la mesa ninguna condición o exigencia relacionada con los presos de ETA durante las negociaciones presupuestarias, “ni este año, ni el pasado”, puntualizan, recordando que los diputados vascos solo han trasladado cuestiones relacionadas con la reforma laboral, las políticas sociales o las inversiones para Euskadi. Preguntada por ello en los pasillos del Congreso, la propia ministra, María Jesús Montero, incidía en esa idea dejando claro que ella con Bildu solo tiene una cosa de la que hablar: “De números, exactamente igual que con todos los demás”.
El Gobierno endurece el tono
Durante la sesión de control de este miércoles también se ha escenificado el distanciamiento que el Gobierno pretende mantener en público con Bildu y que la portavoz del Ejecutivo ya dibujó tras el Consejo de Ministros enfriando el entusiasmo por la Declaración del 18 de Octubre. En esta ocasión, la ministra de Justicia aprovechó una pregunta del diputado de Bildu Jon Iñarritu sobre el rey emérito para incluir una condena expresa de los ongi etorri: “Nunca seremos iguales mientras se haga homenajes a los etarras salidos de las cárceles porque suponen una auténtica humillación para las víctimas y para los demócratas”, sentenció Pilar Llop provocando el aplauso de la bancada socialista y la sorpresa del propio Iñarritu.
En Bildu hay preocupación pero quieren pensar que nada ha cambiado en una negociación presupuestaria que, como el año pasado, se mantiene en los márgenes de las medidas económicas en materia de inversiones o de legislación laboral. Reconoce el grupo vasco que la política penitenciaria ni se abordó en la negociación de las cuentas de 2021 ni tienen previsto que se aborde en las de 2022, aunque recuerdan que una de sus principales vías de trabajo tiene que ver con el fin de la dispersión y la situación de los presos.
"Un paso importante y sincero"
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Los diputados de ese grupo parlamentario prefirieron no hacer declaraciones públicas y rehuyeron las cámaras y las preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso. Sus caras daban buena muestra de la preocupación generada en la izquierda independentista vasca por la filtración de las palabras de Otegi. No quieren en Bildu que esas palabras ante las bases del partido se mezclen con la declaración del lunes, “que es un paso importante y sincero y un gesto que no se puede minimizar”, y por eso piden “tener en cuenta el contexto”.
De hecho, el propio Arnaldo Otegi reconoció en una entrevista en Catalunya Radio tras la Declaración del 18 de Octubre que ese contexto, para él como líder de Bildu, no es nada sencillo. Explicó que ahora se enfrenta a tensiones internas en la izquierda abertzale por el paso dado. "No todos están de acuerdo tampoco en nuestra casa porque piensan que nosotros damos mucho y otros no dan nada", aseguró.
En el vídeo filtrado con sus declaraciones, Otegi justificaba los movimientos estratégicos de Bildu y el apoyo parlamentario que le ofrece al Gobierno de Pedro Sánchez vinculando los Presupuestos Generales del Estado con la situación de los presos de ETA que cumplen condena por terrorismo: “Tenemos a 200 dentro y tienen que salir de la cárcel. Si para eso hay que votar los Presupuestos, los votaremos. Así de alto y claro os lo decimos”, expuso.
El mensaje de Arnaldo Otegi a sus bases no podía resultar políticamente más inoportuno. En pleno décimo aniversario del fin de ETA y apenas 48 horas después del comunicado que el propio Otegi leyó en nombre de la izquierda abertzale sobre el reconocimiento a las víctimas del terrorismo y a un dolor “que nunca debió haberse producido”, sus palabras vinculando Presupuestos y política penitenciaria han desdibujado un paso que muchos habían calificado de “histórico” y ha servido, además, para alimentar las teorías de la derecha sobre un pacto oculto con el Gobierno.