El Gobierno se centra en atacar la ley del aborto de Zapatero tras enterrar la de Gallardón

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Fuera ya del Gobierno Alberto Ruiz-Gallardón, al que desde la Moncloa han intentado vestir como el máximo responsable de la reforma de la ley del aborto más restrictiva de la democracia, el Ejecutivo y el Gobierno intentan salir al paso del atolladero en el que se metieron hace casi un año cuando llevaron al Consejo de Ministros la ley del aborto más restrictiva de la democracia. Lo primero que quieren dejar claro para no calentar aún más los ánimos de su electorado es que la ley del PSOE, que mantendrán retocando el tema de las menores, no les gusta. Así quedó patente este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

"Al Gobierno no le gusta la ley actual. No nos gusta ni su contenido ni tampoco la manera en la que fue aprobada por el Gobierno anterior renunciando a cualquier tipo de consenso", respondía la ministra de Empleo, Fátima Báñez al grupo de la Izquierda Plural en una interpelación sobre la retirada del texto. En un principio, iba a ser el propio Ruiz-Gallardón el que la respondiera. Pero su marcha en la tarde del martes y la negativa del grupo encargado de la pregunta a aplazarla hasta la llegada del nuevo ministro hizo que Báñez fuese la agraciada.

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Báñez criticó a Gaspar Llamazares, encargado de la defensa de la iniciativa su "oportunismo político" por mantener la pregunta conciendo como conocía que el anteproyecto ya había sido guardado en un cajón. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, intentó hasta última hora del martes que el grupo de la Izquierda Plural retirara la pregunta. Lo hizo sin éxito. La elección de la titular de Empleo para la respuesta fue cuestión de mero encaje de piezas, cuentan en el equipo de Ayllón. Había que elegir a un miembro del Gobierno y le tocó a ella dado que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tenía reunión de secretarios de Estado y subsecretarios desde las 10:30 de la mañana.

La ausencia de la mano derecha de Rajoy en el Gobierno, que asume la cartera de Justicia hasta la llegada Rafael Catalá, fue aprovechada por Llamazares como argumento en contra del Ejecutivo. "No es casual que no comparezca", mantuvo, destacando que fue ella la que presentó junto a Ruiz-Gallardón el anteproyecto en la mesa del Consejo de Ministros. "Queremos una explicación por parte del Gobierno. No es cierto que el Gobierno haya sometido este texto a consenso", señaló.

El diputado de Izquierda Unida fue muy insistente en la idea de que la retirada del anteproyecto se debe a cuestiones de "familia". De la "familia" del PP. "El Gobierno ha invitado a este Congreso a ser un convidado de piedra a una pelea del PP", añadió poniendo el énfasis en que ha sido un asunto interno de partido el que ha generado la primera crisis de Gobierno de la era Rajoy por encima de los recortes o la corrupción.

Fuera ya del Gobierno Alberto Ruiz-Gallardón, al que desde la Moncloa han intentado vestir como el máximo responsable de la reforma de la ley del aborto más restrictiva de la democracia, el Ejecutivo y el Gobierno intentan salir al paso del atolladero en el que se metieron hace casi un año cuando llevaron al Consejo de Ministros la ley del aborto más restrictiva de la democracia. Lo primero que quieren dejar claro para no calentar aún más los ánimos de su electorado es que la ley del PSOE, que mantendrán retocando el tema de las menores, no les gusta. Así quedó patente este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

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