Cataluña no es Escocia, ni España es como el Reino Unido, y por tanto no cabe hacer paralelismos. Es la doctrina del Gobierno de Mariano Rajoy y la que este viernes volvió a repetir la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tras conocerse el resultado del referéndum, el no de los escoceses a la independencia. Argumento que le vale al Ejecutivo para no plantearse siquiera la posibilidad de dar un mayor poder a Cataluña, al contrario de lo prometido por el primer ministro británico, David Cameron.
La respuesta del Gobierno al plebiscito en Escocia centró la atención de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de hoy, dado que el presidente ventiló la cuestión esta mañana con un videocomunicado grabado y, por supuesto, sin preguntas, en el que se felicitaba por el resultado de la consulta del 18-S. Santamaría hizo hincapié en que los escoceses se han expresado a través de las urnas a través de "un procedimiento legal", fruto del acuerdo entre los dos Ejecutivos, el de Cameron y el del nacionalista Alex Salmond, porque así lo permite el sistema británico, en el que no existe una Constitución escrita. "En España decisiones sobre la soberanía del pueblo español las toma el pueblo español en su conjunto". España es, además, uno de los "Estados más descentralizados del mundo, sino el que más", insistió. Y ahora "es momento de la estabilidad y de trabajar juntos en muchos aspectos", como salir de la crisis, crear empleo o poner en marcha infraestructuras.
Santamaría subrayó que el Ejecutivo sigue "abierto al diálogo". "Pero tenemos que cumplir la ley, igual que otros Estados lo hacen. España tiene una Constitución que hay que cumplir porque eso es lo que votó y decidió el pueblo soberano español, que las reglas democráticas se aprobaban entre todos en una Constitución que establece la forma en que debe modificarse".
A la vicepresidenta se le recordó que Cameron ha abierto las puertas a reformar todo el sistema territorial en el Reino Unido, y ha prometido más autonomía para Escocia. ¿Hará el Ejecutivo lo mismo una vez que pase el 9-N? Santamaría volvió a su argumento inicial: el nivel de autogobierno de las autonomías en España es alto y por tanto "los margenes de actuación son bastante distintos". "Respetamos los procedimientos democráticos que se siguen en otros Estados con arreglo a sus reglas, igual que recabamos de otros el respeto a nuestras reglas. No partimos ni de la misma legislación ni del mismo desarrollo del autogobierno", remachó.
Llamamiento a "unir y no a dividir"
Por toda respuesta, la número dos del Gobierno llamó a la "reflexión" y al "respeto de las reglas democráticas", en un último intento para frenar la aprobación de la Ley catalana de Consultas, que esta tarde aprueba el Parlament y que servirá de paraguas legal a Artur Mas para firmar el decreto de convocatoria de la consulta del 9 de noviembre. "Yo llamo a unir y no a dividir, a no generar fracturas, a no colocar a los ciudadanos y a los funcionarios ante dos tesituras. Todos estamos obligados a respetar la Constitución y las leyes". La vicepresidenta recordó la doctrina del TC y el pronunciamiento del Congreso, el pasado abril, cuando el 85% de la Cámara (PP, PSOE y UPyD) rechazaron transferir a la Generalitat la competencia para convocar referendos.
El Gobierno tampoco se plantea conceder el pacto fiscal, que Mas pidió en septiembre de 2012 en la Moncloa, antes de que arrancara la vorágine soberanista. Santamaría aludió al sistema de financiación autonómica, que aún "tiene que actualizarse", cuando lo permita la salida de la crisis y el Estado disponga de ingresos suficientes. Advirtió, no obstante, de que la Generalitat no puede esperar a ninguna contraprestación si "incumple la legalidad". "O que alguien diga que no va a cumplir la ley a ver si me dan algo".
El Ejecutivo ya está en guardia para responder de inmediato a los pasos que vaya dando Mas. El Parlament aprueba esta tarde la Ley catalana de Consultas, que entrará en vigor en cuanto se publique en el Diari Oficial de la Generalitat. En ese momento, según explicaron fuentes gubernamentales, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas pedirá al Consejo de Estado que emita el informe preceptivo. El máximo órgano consultivo contestaría rápido, "incluso en un día". Una vez esté completo el dictamen, el Consejo de Estado se lo remitirá a Cristóbal Montoro, para que este lo eleve al Consejo de Ministros en una reunión extraordinaria, que podría celebrarse este mismo fin de semana. En esta, Rajoy firmaría el recurso ante el Tribunal Constitucional, que sería llevado por la Abogacía del Estado. Una vez que el TC admita a trámite la impugnación, la Ley catalana de Consultas quedará suspendida.
Los calendarios, en función de los pasos de Mas
Si Mas firmara de forma inmediata el decreto de convocatoria de la consulta del 9-N, se presentarían dos recursos. Uno contra la ley y otra contra la convocatoria. Fuentes de la Moncloa sí remarcaron que si la ley se publicara primero, se actuaría contra ella antes incluso de que Mas convocara el referéndum. El Gobierno quiere dar imagen de firmeza y cree que los recursos podrían estar presentados antes de que Rajoy inicie en la noche del martes su viaje oficial a China. Pero todo queda supeditado a los tiempos de Mas. Esta mañana, Convergència Democràtica descartó que la consulta se convocara hoy.
Santamaría avanzó que los argumentos empleados por la Abogacía del Estado se han podido ir preparando porque se ha ido conociendo el tenor de la Ley de Consultas durante su tramitación. También se echará mano de la doctrina del TC, de los argumentos que se expresaron en el Congreso para rechazar la transferencia del poder para convocar referendos y los manifestados en los votos particulares del Consell de Garanties Estatutàries.
El pleno del TC se reúne el martes, 23 de septiembre. Si la impugnación se encontrara registrada, podría admitirla a trámite ese mismo día.
Pedro Sánchez: "No al inmovilismo y la ruptura"
Ver másLos últimos cartuchos a favor del 'sí' y el 'no' en Escocia
La respuesta del PSOE ha sido bien distinta a la del Gobierno. En una comparecencia ante los medios de comunicación en Ferraz, Pedro Sánchez puso en valor el ejemplo de Escocia, pues demuestra que la solución a estos procesos pasa por "tender puentes y no crear frentes", por lo que pidió a Rajoy que sea "valiente", tome la iniciativa y "ejerza el liderazgo" necesario para ofrecer alguna salida a Cataluña.
Aunque los casos de Escocia y Cataluña "no son equiparables", sí se pueden extraer "lecciones políticas", como el rechazo a la segregación y al tancredismo. "Ha ganado el sí a la unión, ha ganado el no a la división y a la separación", subrayó el secretario general, felicitándose de que los ciudadanos escoceses quieran seguir unidos a Londres. También se "ha dicho sí a un futuro juntos y ha dicho no al inmovilismo y la ruptura", informa Europa Press. La propuesta del PSOE es la de la reforma constitucional y el camino hacia una España federal.
Desde IU, su coordinador federal, Cayo Lara, aplaudió el resultado del referéndum escocés y emplazó a Rajoy y a Mas a que imiten el proceso pactado, en lugar de "polarizar" a la sociedad con el estatismo de sus posiciones. "La democracia cohesiona infinitamente más que divide", elogió. Lara también azuzó al presidente por congratularse del 18-S "ocultando" que él no permite una convocatoria similar en Cataluña. Para Irene Lozano, de UPyD, "ha quedado claro" que el "planteamiento aislacionista del nacionalismo no está en vigor, es un planteamiento caduco".
Cataluña no es Escocia, ni España es como el Reino Unido, y por tanto no cabe hacer paralelismos. Es la doctrina del Gobierno de Mariano Rajoy y la que este viernes volvió a repetir la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tras conocerse el resultado del referéndum, el no de los escoceses a la independencia. Argumento que le vale al Ejecutivo para no plantearse siquiera la posibilidad de dar un mayor poder a Cataluña, al contrario de lo prometido por el primer ministro británico, David Cameron.