El Gobierno recompone las alianzas con sus socios: salva el paquete fiscal y allana el camino de los presupuestos

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Parecía todo perdido. El paquete fiscal caía en saco roto. Las últimas llamadas entre el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el líder de Podemos, Ione Belarra, durante la noche del miércoles no desembocaban en un acuerdo. Desde el Gobierno se ofrecía a los morados pactos en temas ajenos a los impuestos, pero los antiguos socios se mantenían firmes en que había que prorrogar el impuesto a las energéticas.

Pero horas después todo cambió en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. El paquete fiscal lanzado por el Gobierno a través del proyecto de ley para el impuesto del 15% a las multinacionales salió vencedor en la pantalla de votaciones gracias al apoyo final del PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV, Junts, Podemos, CC y el BNG. Se salvó un rompecabezas que ha dejado sin dormir a los ministros durante toda la semana.

El grueso para lograr el acuerdo estaba en el impuesto a las energéticas, que de manera paradójica no se encuentra incluido en el paquete fiscal. Pero los socios de la izquierda exigieron al Gobierno que sí se prorrogue para dar el apoyo al resto de medidas incluidas en el proyecto de ley que salió adelante en el Congreso este jueves.

El 'sí' final de Podemos

Podemos, el último socio del Gobierno que dio su apoyo al proyecto, pactó con los socialistas el impulso de una proposición de ley para extender el impuesto a las energéticas (actualmente es de manera temporal y su vigencia caduca el 31 de diciembre). Para ello se va a crear una comisión de partidos para negociar el rediseño del gravamen para que todos lo puedan apoyar. En caso de que no se materialice, los morados acordaron con los socialistas la aprobación vía real decreto ley para ese impuesto (lo que conllevaría tener que someterlo a votación un mes después en el Congreso).

El PSOE ya había pactado, en la caótica Comisión de Hacienda que acabó a las 0.47 horas del martes, la presentación vía decreto de este impuesto a las energéticas con ERC, EH Bildu y el BNG. Podemos, en cambio, no entró entonces en el acuerdo al entender que no había garantías suficientes de que los apoyasen posteriormente el PNV y Junts, que habían acordado semanas antes con los socialistas precisamente eliminarlo. Lo consideraban “papel mojado”.

Belarra y Bolaños desatascaron la situación a media mañana del jueves al conseguir Podemos que el Gobierno se comprometiese por escrito a impulsar una proposición de ley y garantizar el apoyo de Junts. El partido morado cree que ahora sí tienen garantías y que habrá acuerdo en la comisión de partidos que se pondrá en marcha en breve para redefinir el impuesto.

Qué incluye el paquete fiscal

El acuerdo da vía libre a ese paquete fiscal que el Gobierno ha elaborado a raíz de la ley sobre las multinacionales, que es necesaria para futuros desembolsos de ayudas millonarias provenientes de la Unión Europea. En la votación del jueves también se incluyó mantener el impuesto a la banca, que peligró durante la tramitación parlamentaria. Esta figura, que hasta ahora era temporal, gravará los márgenes y comisiones de las grandes entidades financieras con tipos progresivos entre el 1 % y el 7 % con dos deducciones, una de parte de la cuota del impuesto de sociedades y otra extraordinaria en caso de descenso de la rentabilidad.

El paquete fiscal que salió del Congreso también contiene una subida de dos puntos en la tribulación del IRPF para las rentas más altas (aquellas superiores a los 300.000 euros). Asimismo, el proyecto contiene gravámenes para los vapeadores y la subida de la fiscalidad para el diésel. Para lo que no consiguieron votos el PSOE y Sumar fue para la supresión del régimen fiscal de las socimis y el impuesto para los bienes de lujo como los barcos y los jets.

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La votación del paquete fiscal supone un paso importantísimo en términos políticos para el Gobierno. La Moncloa se había puesto este proyecto de ley como el primer gran test de cara a los presupuestos generales del Estado. Y, como reconocen tanto ministros como dirigentes de los partidos que apoyaron la investidura, esta agitada negociación sí ha servido para despejar el camino para unas nuevas cuentas públicas.

Fuentes del núcleo duro del presidente explican que se ha hablado con todos los socios y tienen las garantías de que todo se va a cumplir en relación al impuesto de energéticas, por lo que se vuelve a rearmar el bloque de investidura tras días de tensión entre los propios partidos y de vetos cruzados.

La aprobación del proyecto de ley se produjo en un día complicado para el Ejecutivo por la declaración en los tribunales del empresario Víctor de Aldama, que implicó al presidente del Gobierno en la visita de Delcy Rodríguez a España y acusó al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y al exministro José Luis Ábalos de cobrar comisiones ilegales. Tras la votación, fue el propio Pedro Sánchez quien contestó, llamando "personaje" a Aldama y asegurando que es todo "categóricamente falso". Minutos antes el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, planteó una moción de censura y pidió el voto a los socios de investidura, que ni siquiera contestaron al popular.

Parecía todo perdido. El paquete fiscal caía en saco roto. Las últimas llamadas entre el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el líder de Podemos, Ione Belarra, durante la noche del miércoles no desembocaban en un acuerdo. Desde el Gobierno se ofrecía a los morados pactos en temas ajenos a los impuestos, pero los antiguos socios se mantenían firmes en que había que prorrogar el impuesto a las energéticas.

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