Un grupo disidente reivindica el asalto a la Embajada de Corea del Norte en España y exculpa a "otros gobiernos"

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El grupo disidente norcoreano autodenominado Cheollima Civil Defense (CCD) ha reivindicado a través de un comunicado difundido por Internet el asalto a la Embajada de Corea del Norte en Madrid del pasado 22 de febrero, pero ha negado que se tratara de "un ataque" ni que hubiera "otros gobiernos" implicados.

El periódico The Washington Post ya publicó a mediados de este mes que este grupo disidente, también conocido como Free Joseon, era el responsable del ataque a la Embajada citando a "personas familiarizadas con la planificación y ejecución de la misión". En un auto difundido ayer, el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, que investiga el asalto, lo relacionó con "miembros de una asociación o movimiento de derechos humanos para la liberación de Corea del Norte". El magistrado identificó a Adrián Hong Chang, ciudadano mexicano residente en EEUU, como el cabecilla del grupo de diez asaltantes.

Tras conocerse este auto y días después de las informaciones periodísticas que implicaban a la CIA, un portavoz del Departamento de Estado estadounidense subrayó ayer que el Gobierno de Donald Trump "no tuvo nada que ver con esto". La Administración estadounidense negociaba un plan de desarme nuclear con Corea del Norte, finalmente frustrado, en los días en que se llevó a cabo el asalto.

Dicen que no usaron armas

En un escrito publicado en Internet bajo el título Información sobre Madrid, y fechado el 26 de marzo, Cheollima Civil Defense ha asegurado que el asalto respondió a "una situación urgente" en la Embajada, a la que fueron invitados, y ha subrayado que en el transcurso de esta acción "nadie fue amordazado o golpeado" y que los funcionarios fueron tratados "con dignidad" y con el necesario "cuidado". Asimismo, el grupo disidente ha defendido que no se utilizaron "armas" por respeto a España y, en este sentido, se disculpa con las autoridades españolas por cualquier "inconveniente" causado al haberse visto atrapadas en medio de una situación "difícil". El auto de De la Mata contradice esta versión.

Compartieron información con el FBI

"No hubo otros gobiernos involucrados o conscientes de nuestra actividad hasta después del evento", ha señalado el grupo disidente que busca el derrocamiento de la dinastía Kim. Sí admite que compartió "cierta información de enorme valor potencial" con el FBI "voluntariamente" y a petición de éste, aunque los términos de confidencialidad mutuamente acordados "parecen haberse roto". En concreto, ha calificado de "traición" a su confianza la información filtrada a los medios de comunicación sobre las identidades o afiliaciones de los supuestos participantes en el asalto en base a fuentes del Gobierno de los Estados Unidos.

Según dice, no compartió ninguna información con la expectativa de obtener dinero o beneficios —el Washington Post apuntaba que el grupo podría estar buscando protección a cambio de información—. En cualquier caso, el grupo disidente ha señalado que este incidente no guarda relación con la fallida cumbre nuclear de Hanoi entre el líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente Donald Trump que tuvo lugar en fechas próximas al asalto de la Embajada.

Finalmente, el grupo ha asegurado no poder compartir más información sobre este acción en estos momentos "para proteger" a quienes buscan su ayuda y quienes se arriesgan por proteger a los demás. "Seguimos participando en trabajos extraordinariamente sensibles en todo el mundo", ha aclarado.

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El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, José de la Mata, ha emitido este martes dos órdenes de detención internacional contra el cabecilla y otro miembro de la organización criminal de diez personas que asaltó la Embajada. Se trata de Adrián Hong Chang, ciudadano mexicano residente en EEUU, y Sam Ryu, ciudadano estadounidense.

Según el auto del magistrado, Hong Chang se presentó en la Embajada en la tarde del 22 de febrero pidiendo entrevistarse con el encargado Negocios. "Inmediatamente penetraron en el recinto de la Embajada, portando machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas y comenzaron a golpear violentamente a sus ocupantes hasta que consiguieron reducirlos y colocarles grilletes y bridas para inmovilizarlos", explica el auto sobre el día del asalto.

Hong Chang y el resto del grupo huyeron a través de Portugal. En Nueva York, el cabecilla contactó con el FBI y pagó el importe de las habitaciones de un hotel para Sam Ryu y Woo Ran Lee y otras dos personas nacionales de Corea del Sur: Siyoung Park y Chung Su Lim.

El grupo disidente norcoreano autodenominado Cheollima Civil Defense (CCD) ha reivindicado a través de un comunicado difundido por Internet el asalto a la Embajada de Corea del Norte en Madrid del pasado 22 de febrero, pero ha negado que se tratara de "un ataque" ni que hubiera "otros gobiernos" implicados.

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