LOS NEGOCIOS DEL LOBBY ISRAELÍ
Los hilos que unen a la (ultra) derecha con el lobby proisraelí rendido a Díaz Ayuso

La European Jewish Association (EJA) reunió la pasada semana en Madrid a los principales colectivos judíos en el Viejo Continente. Y el gran lobby sionista en nuestro país no dudó en utilizar el encuentro anual para disparar contra el Ejecutivo central. "España no es un país antisemita. Sin embargo, tiene un gobierno nacional antisemita", lanzaban en una suerte de vídeo de bienvenida. El clásico discurso del supuesto antisemitismo al que también se recurre desde la derecha y la ultraderecha patrias, obligadas permanentemente a hacer malabares para pronunciarse sobre la matanza de población civil en Gaza sin soliviantar al lobby sionista, con el que históricamente han mantenido estrechos lazos.
El hilo que les conecta es viejo. Tanto, que cuando comenzó a unir ambos mundos el PP aún no se había roto por su lado más extremo. En 2010, el expresidente del Gobierno José María Aznar puso en marcha Friends of Israel Initiative, un "proyecto en defensa del derecho" del Estado hebreo "a existir" con el que se buscaba combatir una "campaña de deslegitimación sin precedentes" apoyada "perversamente por numerosas instituciones internacionales". Y sobre estas bases, y con el objetivo de fomentar el reconocimiento de Israel como "país comprometido con la comunidad internacional en la defensa de la paz, la libertad y la estabilidad mundial", se creó en nuestro país la Fundación Friends of Israel Initiative.
El patronato entidad quedó constituido por nombres ligados a la derecha y la ultraderecha. Con el cargo de presidente se situó Carlos Bustelo García del Real, exministro de la UCD, cabeza del cartel de Vox al Senado por Madrid en las elecciones del 23J y miembro del Consejo Asesor Internacional de la Fundación Disenso, el think tank de la ultraderecha. Con el de secretario, Rafael Luis Bardají López, exasesor de Aznar en materia internacional, ex director de política internacional de Faes y ex miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Vox, donde jugó un papel clave en la relación del partido con el trumpismo. Y con el de vocal, un jovencísimo Pablo Casado.
Desde su creación, esta fundación no ha dudado en lanzar duros ataques contra Naciones Unidas, institución "corrupta, anti Israel y anti occidental", que gasta un "montón de recursos" en una Agencia para los Refugiados de Palestina, la Unrwa, "involucrada en varios escándalos". Un discurso calcado al que despliega una y otra vez el Gobierno de Benjamín Netanyahu, quien ha encontrado en las formaciones ultras su principal apoyo internacional. "Esta organización se ha vuelto una vergüenza para todos; para los palestinos esta casa de la oscuridad es su cancha y se regodean en esta bilis antisemita", llegó a decir el primer ministro israelí en la Asamblea General de Naciones Unidas.
Un aparato de propaganda al servicio de la derecha
En julio de 2018, Casado llegó a lo más alto del PP. Y hubo quien aplaudió con fuerza su elección como nuevo presidente de la formación conservadora. "Atesora un largo historial de afinidad con el Estado judío, apoyo a la lucha contra el antisemitismo y especial respaldo a la potenciación de las relaciones entre España e Israel", escribió Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (Acom). Con la llegada del joven político, el gran lobby sionista en nuestro país, en algunos de cuyos actos participó Casado, esperaba que el PP dejase atrás "unas posturas dubitativas y equidistantes" y avanzase con firmeza hacia una "abierta proximidad" con el Estado hebreo.
Inscrita en el Registro de Asociaciones en septiembre de 2009, la entidad tiene como presidente a Ángel Mas Murcia, empresario de larga trayectoria en el sector de los seguros que ejerce como azote del Ejecutivo central en el vídeo de bienvenida elaborado con motivo del encuentro anual de la European Jewish Association. Un foco de propaganda y desinformación –gran difusor en redes sociales de la corriente Pallywood, que asegura que las imágenes de llegan desde Gaza son falsas y las protagonizan actores– en permanente guerra con la izquierda española y el Gobierno, al que ha llegado a calificar de "asociación criminal" con "tics autoritarios y mafiosos".
Una ofensiva política que no tiene problema en intensificar en época electoral. A modo de ejemplo, la campaña que desplegó a las puertas de las elecciones madrileñas de 2021, con un vídeo en el que cargaba contra Unidas Podemos y Más Madrid por supuestas posiciones "abiertamente hostiles contra los judíos". "Buscan discriminar a los ciudadanos israelíes en Madrid", lanzaban, al tiempo que señalaban a Pablo Iglesias como "un peligro existencial para la vida judía en la región". Un discurso que se apoyaba sobre el argumentario clásico de la derecha y ultraderecha patrias: "Su partido y él mismo han sido patrocinados por la República Islámica de Irán".
Aquella campaña de Acom, que no es la organización representativa de la comunidad judía en la capital, fue ampliamente difundida en redes sociales por la derecha y la ultraderecha. A los pocos minutos de su publicación, Isabel Díaz Ayuso ya estaba moviendo el vídeo. Y como ella, Iván Espinosa de los Monteros. O Juan Carlos Girauta, cuya relación con este colectivo va más allá de lo estrictamente ideológico. Tras abandonar Ciudadanos y antes de convertirse en eurodiputado de la extrema derecha, el político estuvo a sueldo del lobby. Según figura en su declaración de intereses, percibía mil euros mensuales por trabajar en su asesoría jurídica.
La conexión de esta entidad con PP y Vox es pública y notoria. "Ha sido un placer ver en Washington a nuestros amigos de Acom", respondía Espinosa de los Monteros en redes sociales a un mensaje de esta organización, que iba acompañado de una imagen en la que se le veía sonriente junto a Mas Murcia y al líder de la formación ultra, Santiago Abascal. Pero si hay una dirigente que levanta pasiones dentro del lobby, esa es Díaz Ayuso. Las intervenciones de la presidenta madrileña son ampliamente difundidas en las redes del colectivo, que se ha permitido en alguna ocasión comparar a la baronesa con Agustina de Aragón –Ayustina–. "Nos sentimos honrados con su amistad", escribían el día de su cumpleaños.
Todo pasa por Hatchwell
Un nombre del que también habla, con entusiasmo, otro referente del lobby proisraelí en nuestro país: David Hatchwell, hijo del fallecido Mauricio Hatchwell, fundador del Grupo Excem. "Es una mujer extraordinaria, joven, con un talento increíble, que la gente entiende que es una persona de bien. [...] Fue capaz de descabezar una hidra comunista populista que estaba [...] empezando a destrozar España", sostenía el empresario judío en una entrevista en la televisión del diario argentino La Nación. A ambos se les ha visto juntos en la presentación de un documental, en un acto para estrechar lazos con Israel o en algún desayuno informativo en un lujoso hotel de la capital.
Mas Murcia está estrechamente ligado a Hatchwell. Ambos han compartido proyecto empresarial –en su momento el primero entró en el capital de la socimi centrada en la inversión inmobiliaria que presidía el segundo–. Y, por supuesto, político. De hecho, el empresario judío siempre ha aparecido muy vinculado a Acom. De ahí que en la página de la entidad haya alguna entrada a su nombre. Por ejemplo, aquella en la que alababa a la formación de ultraderecha –"Un judío rechaza los infundios contra Vox"–: "Quiero decir alto y claro como judío español que Vox no es una formación anti-semita".
Algunos medios señalan al empresario como impulsor del primer viaje del líder de la ultraderecha española a Israel, en el que se reunió, entre otros, con Amichai Chikli, que forma parte del Gobierno de Benjamin Netanyahu. Tras aquel encuentro, el ministro definió a Abascal como un "hombre de verdad" que en el "ocaso de la civilización occidental" se "erige en faro de claridad moral". Y no es de extrañar. Vox se ha convertido en el principal valedor de Israel en el Parlamento Europeo, posicionándose a su favor en el 99% de resoluciones sobre Oriente Medio, según el lobby European Coalition for Israel.
Hatchwell, quien fuera en su momento la cara visible de la Comunidad Judía de Madrid, ostenta en la actualidad el cargo de presidente de la Fundación Hispano-Judía. Se trata de otra entidad fundada por él mismo y el exministro y exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, para "fomentar las relaciones entre Israel, España y Latinoamérica". Y que está fuertemente ligada a Acom –ambas fueron inscritas en el mismo domicilio–, con quien mantiene una relación de colaboración y sintonía. Girauta, de hecho, también estaba a sueldo de la Hispano-Judía, de la que cobraba 2.000 mensuales.
El empresario judío, al que se podía ver el pasado mes de junio junto al expresidente Aznar y los fundadores del Israel Economic Forum, también es uno de los impulsores de la Asociación Zakut. Una entidad que, según desveló en su día infoLibre, recibió solo en el segundo semestre de 2022 dos millones de euros en subvenciones por parte de los gobiernos de Murcia, Andalucía y Madrid, los tres en manos del PP.