El deán de la Catedral de Santiago, Segundo Pérez, ha asegurado este miércoles que el videoclip grabado por Enrique Iglesias en el monasterio de Carboeiro, por que el la Xunta pagó más de 300.000 euros, realiza "una utilización abusiva" de un recinto religioso.
En respuesta a preguntas de los medios, Segundo Pérez ha asegurado que los representantes de la discográfica se dirigieron en su momento a la Catedral para grabar parte del vídeo en su interior. Sin embargo, tras exponer los requisitos que la basílica tiene para este tipo de actividad, "no volvieron", ha indicado el deán.
Para Segundo Pérez, el contenido de este videoclip "hiere la sensibilidad de muchas personas" por la utilización de un recinto religioso, y supone una "pérdida de valores". "Hay otros espacios para hacer una fiesta", ha subrayado. La grabación se desarrolló en un monasterio benedictino abandonado, en el que se reprodujo una fiesta techno.
El responsable de Cultura de la Catedral de Santiago, Daniel Lorenzo, ha recordado que la basílica compostelana autoriza una "gran cantidad de grabaciones" al año, sobre todo para programas de "difusión cultural", aunque también para películas y series.
Para ello, ha informado, se exigen "ciertos controles", como son una calidad técnica mínima y conocer el contenido del espacio. "Si es para algo que no va a tener calidad técnica o si es algo que va a degradar el centro de culto, se deniega", ha asegurado Lorenzo.
Polémica en el Parlamento
La polémica llegó este miércoles al Parlamento gallego de la mano del BNG, que pedía rescindir el contrato con la productora. Los consrvadoress votaron en contra aduciendo que costaría más cancelar este contrato que la indemnización que habría que pagar, argumentos rechazados por los nacionalistas, y salieron en defensa del videoclip a través de su diputado Agustín Baamonde, quien auguró un "éxito rotundo" en la promoción turística de Galicia. Aunque el propio diputado conservador confesó que a él "no" le gustaba esa música y videoclipconfesó que a él "no" le gustaba esa música y videoclip, descartó ser de "piñón fijo" como la oposición y ha parafraseado a Espronceda para asegurar que el videoclip "va viento en popa a toda vela, no corre por la Red, sino vuela".
La parlamentaria encargada de defender la iniciativa, la diputada del BNG, que calificó el vídeo de "sexista" al igual que el resto de la oposición, incidió en que en los segundos en los que salen imágenes de Galicia, en las que se intercalan otras de interiores con mujeres semidesnudas, "no aparece música" y es tiempo que se "puede suprimir" en el visionado del vídeo.
Ana Pontón recordó que el 14 de noviembre de 2014 se hizo pública la aportación de la Xunta y se produjeron trabajos de la grabación, pero hasta el día 30 de diciembre, cuando "estaba todo grabado y realizado" no se firmó el contrato.
Además, ha pedido conocer las cláusulas y condiciones del contrato, al respecto de lo que ha indicado que únicamente salió en la plataforma de la Xunta en febrero de este año, el día 4, al respecto de lo que ha ironizado con la "transparencia" del Gobierno gallego.
Y es que, Baamonde avisó de que "no es posible desde el punto de vista práctico" la rescisión del contrato porque habría que pagar una "indemnización", cuestión sobre la que Ana Pontón ha llamado la atención, asegurando que "no es más barato (habitualmente) pagar que rescindirlo".
La diputada del Bloque también significó que el Consello de Contas calificó como "despilfarro" los 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros) pagados a Julio Iglesias y se ha mostrado segura de que empelaría este mismo calificativo para los 300.000 euros de financiación del videoclip.
La diputada del Bloque ha calificado de "escandaloso, vergonzoso y un insulto a todos" los que han sufrido "recortes", pero "especialmente", al ámbito de la Cultura, área de la que ha citado distintas ayudas otorgadas para poner en evidencia que eran menores.
El PP, ha dicho, somete "a economía de guerra" al sector cultural mientras subvenciona con 300.000 euros un videoclip a un "millonario de Miami".
Los calificativos contrarios al videoclip se repitieron entre el resto de grupos de la oposición. "Hortera, sexista, cutre y vergonzoso" fueron las palabras que le dedicó Carmen Iglesias (Grupo Mixto), quien instó a quitar "la losa de vergüenza" sobre los gallegos eliminando la subvención.
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Xabier Ron, por parte de AGE, reconoció que para hablar del vídeo tuvo que "ver la pieza del demonio" y se ha preguntado, al margen de la cuestión cultural, "hacia donde camina el modelo turístico de la Xunta" con este tipo de promoción en la que se vincula a la Comunidad con una fiesta "rave".
Al margen de ello, ha calificado la letra de "infumable" y ha advertido de la "descontextualización" de la misma, hablando de "calor en la bahía" mientras se baila en el interior de un monasterio.
El diputado del PSdeG Francisco Caamaño habló en términos de "prevaricación en el terreno de la ética", y ha lamentado que Galicia haya quedado como "los parvos a escala global" identificada como "Un canto a Galicia, ¡hey!" (de Julio Iglesias) que "picaron" para financiar este videoclip. El padre de Enrique Iglesias había recibido 300 millones de pesetas en el Xacobeo 93 para promocionar Galicia.
El deán de la Catedral de Santiago, Segundo Pérez, ha asegurado este miércoles que el videoclip grabado por Enrique Iglesias en el monasterio de Carboeiro, por que el la Xunta pagó más de 300.000 euros, realiza "una utilización abusiva" de un recinto religioso.