Cayo Lara prometió una revolución interna, un cambio radical de métodos, una mayor frescura en el mensaje y en las caras. Pero ahora debe materializarlo. Y uno de los primeros movimientos de fichas será la remodelación de la ejecutiva. Una maniobra capital por cuanto la nueva dirección, que podría estar ya lista para finales de este mes, debe asumir el reto de procurar la convergencia con otras fuerzas, articular un bloque "ganador" de cara al ciclo electoral inminente, fortalecer la federación, mejorar la comunicación externa y dinamizar la democracia interna, con las primarias abiertas como primer objetivo. En ese nuevo equipo de trabajo ganará peso, con toda seguridad, el diputado Alberto Garzón, un valor emergente en IU y al que cada vez más dirigentes apuntan como posible candidato a la Moncloa en las generales de 2015. Él, con 28 años, es visto como la imagen de la "renovación" que muchos ansían.
Las señales son abundantes. Y todas caminan en la misma dirección. El sábado pasado, el coordinador enhebró un discurso que sorprendió por la profunda carga autocrítica, lo que evidenciaba hasta qué punto IU ha interiorizado el mensaje de las europeas del 25-M, en las que obtuvo un resultado que triplicaba el de los comicios de 2009 que, sin embargo, quedó deslucido por el deslumbrante debut de Podemos. IU, decía el líder, no había sido capaz de capitalizar todo el "voto descontento con el bipartidismo". La federación había sido percibida con un programa solvente, pero a la vez con un "funcionamiento muy convencional, espeso, disgregado y poco ágil para la lucha social". Los fallos más lacerantes se encontraban en la política de comunicación y en los magros resultados que habían dado los intentos de confluencia con otras fuerzas.
Hecho el diagnóstico, Lara ofrecía las recetas: giro hacia la calle, profundizar en la "participación y una democracia de mayor calidad en lo interno", "renovación profunda de formas y métodos" de relación con los ciudadanos, discurso "más fresco, emocional y diverso". Y un llamamiento a las demás formaciones progresistas para construir "un bloque que consiga la mayoría" en las generales de 2015. Llegó, pues, la hora de la "audacia".
"Que esté más en primera línea"
El crudo análisis de la coyuntura llevó aparejada la caída de dos dirigentes: Ricardo Sixto y Enrique Santiago. Los dos cedieron parte de sus competencias, aunque no salieron de la ejecutiva federal. El primero dejó la secretaría de Comunicación Externa; el segundo, la parcela de Refundación y Convergencia. Pero esos dos no serán los únicos cambios. Lara se comprometió a reorganizar en profundidad la dirección, con vistas a que el Consejo Político Federal –el máximo órgano de poder entre asambleas– del 28 de junio la apruebe.
Ahí se encaja el ascenso de Garzón, que muchos dirigentes dedujeron de las palabras de Lara al término de la reunión, que el propio diputado dejó ver el domingo en El objetivo y que ayer lunes confirmaron a infoLibre tanto fuentes de su entorno como del equipo más estrecho del coordinador.
Garzón fue uno de los fichajes estrella de las generales de 2011. Aunque era militante de IU desde años antes, la federación lo promovió como uno de sus candidatos ligados al 15-M, por su implicación activa en el movimiento de los indignados. Garzón concurrió como número uno por Málaga y logró el escaño, y desde entonces ha sido uno de los parlamentarios con más proyección pública. Tras la X Asamblea Federal, que IU celebró en diciembre de 2012, ingresó en la ejecutiva federal, como responsable de Política Económica Global. Un cargo de segundo nivel, porque tenía por encima al secretario ejecutivo de Política Económica y Empleo, José Antonio García Rubio, buen amigo del coordinador, manchego como él, y tan veterano en Olimpo, la sede federal, como él, desde 2008.
Lara, lógicamente, no ha cerrado aún el nuevo diseño de la ejecutiva, porque tiene que negociarlo con las distintas familias de IU y las federaciones. Pero sus colaboradores sí avanzan algunas ideas: será un equipo más reducido –hoy supera la treintena de miembros–, para que pueda trabajar con mayor agilidad, más renovado, y en ella tendrá mayor peso Garzón. "Sí, queremos integrar a Alberto en las labores de dirección, que esté más en primera línea", aseguraba ayer un alto mando de Olimpo.
El diputado malagueño ha sido ya informado de que "debe tener más peso" en la ejecutiva entrante, "porque las circunstancias así lo exigen", porque urge mandar un mensaje de respuesta al 25-M. Y este ha mostrado su conformidad, pero "siempre que no sea para decorar". "Quiere poder político, autonomía, tener las manos libres, no que le pase como a Enrique Santiago, que al final se encontró con una dirección hostil a sus planteamientos", traducen a este diario en su entorno más inmediato.
Más llamadas, más presiones
La referencia a Santiago no es baladí. Garzón podría heredar el área de Convergencia, una parcela clave para los siguientes meses, en los que IU quiere confluir con otras fuerzas y sondear un acercamiento a Podemos. En la federación creen que ese es uno de los puntos a favor del diputado: su cercanía con los movimientos sociales y el 15-M, con dirigentes de la formación de Pablo Iglesias. Él mismo no vio como imposible en El objetivo esa aproximación a Podemos. Los colaboradores de Lara reconocen que la cartera de Convergencia es la opción más fuerte, aunque "hay varias posibilidades". Otra sería asumir la vacante dejada por Sixto, Comunicación Externa, aprovechando su tirón mediático. En la federación se sienten noqueados por la alta exposición en las televisiones nacionales de Iglesias y de sus correligionarios, y saben que Garzón es requerido en tertulias y entrevistas. A fin de cuentas, ofrece un perfil semejante al del ya eurodiputado: dirigente joven (más aún que Iglesias, de 35 años), con aplomo y discurso claro.
Pero ese movimiento entraña una segunda lectura. El nombre de Garzón es invocado por responsables de todas las federaciones como "el mejor candidato a la Moncloa", el "aspirante natural". El "clamor" es evidente, "sobre todo en las bases", según suscriben sus defensores. Pero para ser investido como cabeza de cartel necesitaría ser refrendado en unas primarias abiertas –inéditas en la historia federal de IU– y batir a sus posibles rivales. Y uno de ellos, no menor, sería el propio coordinador, Cayo Lara, a quien nadie excluye de la carrera.
De hecho, ninguno de los dos ha rechazado en las últimas horas ser candidato. "No es descartable que pueda asumir nuevas responsabilidades dentro de Izquierda Unida", dijo el parlamentario en La Sexta, en línea con lo afirmado en otras ocasiones. Y Lara se declaró "dispuesto" a presentarse en las primarias, como están "dispuestos y disponibles" todos los que están en primera línea en la federación.
Garzón no tiene tomada una decisión definitiva, pero en su círculo más estrecho insisten en que "se lo están pidiendo mucho", en que está recibiendo muchas llamadas, de fuera y de dentro de IU, pero él no quiere actuar en caliente, pese a las "presiones". Aunque no tiene "miedo" ninguno a dar el paso. "Yo le veo muy fuerte, saltando al ruedo, e internamente con muchos apoyos", asegura un joven dirigente regional, que mantiene mucha relación con el diputado en el Congreso.
El 'efecto Podemos'
A "nadie se le escapa", dicen los que promueven su candidatura, que el punto de inflexión ha sido el 25-M y el efecto Podemos. Ya antes de los comicios, había un nutrido sector de la mayoría que sustenta a Lara que defendía que quien tenía que encabezar la lista europea era la joven castellonense Marina Albiol, y no el veterano Willy Meyer, porque estas elecciones marcaban el comienzo de un ciclo –el "fin del bipartidismo– y había que ir a por todas, "a la ofensiva". Pero esa postura se ahogó. Lara, apoyado en federaciones poderosas como Andalucía, esgrimió que era pertinente hacer una transición tranquila: que liderase Meyer y que hiciese tándem con Albiol. Así fue. La pugna interna dejó tras de sí un enfrentamiento mayúsculo en el seno de la propia mayoría dirigente.
El 25-M, sin embargo, "ha abierto los ojos a muchos" y ha precipitado las cosas. Sólo así se explica la durísima autocrítica encabezada por el coordinador, el compromiso de primarias abiertas, la agilización de los cambios. Aquellos que promovían a Albiol sienten que tenían la razón y que ahora el conjunto de IU ha entendido sus argumentos. "El tiempo ha demostrado que nuestro planteamiento era el correcto. Tiene que haber cambios ya para articular un bloque ganador, para ganar el país. No valen cortafuegos. Alberto es una parte de la solución, aunque hace falta una nueva dirección, un nuevo impulso, y lanzar una convergencia para ganar las generales", estima un responsable. "Antes íbamos en el vagón de la rutina, ahora tomamos la ofensiva", apunta otro. "Visto el 25-M, verde y con asas. Debe ser Alberto", verbalizan varias fuentes consultadas.
"Sí, ahora las posibilidades de Alberto se han multiplicado. Ahora es más fácil que sea candidato que antes de las europeas. Muchos que antes no lo veían ahora han cambiado de parecer", diagnostican los más próximos al diputado. Su apoyo sería "muy transversal", presente en la mayoría de federaciones –el parlamentario ha viajado por toda España, requerido por las asambleas locales–, no sólo de los aparatos, aunque también. Aquí se señala un viraje clave: Andalucía, el territorio con más poder institucional y con más militantes. Su coordinador regional, Antonio Maíllo, con quien antes discrepaba, "ahora sintoniza" con él sin problemas. De hecho, en IU hay quien calcula que ambos habrían pactado un apoyo mutuo. Maíllo es el único aspirante por ahora a las primarias abiertas andaluzas, y encarna el relevo del actual vicepresidente de la Junta, Diego Valderas. Y Garzón, para quienes alientan su candidatura, podría ser su homólogo en todo el Estado.
Los más fríos ponen pegas a la juventud
El argumento es que hay que acelerar el cambio de caras ante una "oportunidad histórica" de derrotar el bipartidismo, sin "denostar en ningún caso" a Lara como coordinador. El relevo como "condición necesaria" para el nuevo ciclo y para afrontar el efecto Podemos. "Yo no tengo que defender procesos de renovación en IU porque ya fui contundente y claro antes de las europeas", afirma Ramón Luque, secretario federal de Acción Electoral, uno de los pocos responsables que no pone pegas a que su nombre sea publicado. En él y en otros responsables pesa la sensación de que también pesan los nombres para los electores, un debate que IU ha querido orillar tradicionalmente, convencida de que la fuerza reside en las siglas y en el proyecto.
"Alberto, si tiene algo de singular, es que tiene vida más allá de IU. Sólo hay que ver con quién se reúne, qué libros lee, qué libros escribe y cómo no pasan desapercibidos [el último es La Tercera República], quiénes le llaman. Tiene agenda propia. No ha dejado tampoco el mundo universitario. Tiene los pies en la tierra y capta los movimientos telúricos. Por eso está tomando decisiones", indica un miembro de la ejecutiva federal.
En otras familias de IU distintas a la de Garzón (el PCE), como Izquierda Abierta, también perciben que las opciones del parlamentario van cobrando fuerza. "Lo de las primarias abiertas y lo de Alberto va a ser imparable. Más si lo apoya Maíllo, y también la mayoría de Madrid, EUiA [Cataluña], Valencia, Cantabria, Galicia o La Rioja", observa un portavoz del partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz. La formación no ve con malos ojos a Garzón, aunque recalca que lo más importante es el proceso, que se hagan unas primarias abiertas "de verdad" y que haya voluntad de confluencia con otras formaciones.
En el círculo del coordinador, así como en federaciones como Asturias o Navarra, oponen más reticencias. Consideran que hay que "equilibrar renovación con experiencia" y señalan que, precisamente, uno de los hándicaps de Garzón es su edad, y advierten de que la renovación no es sólo "cambiar a un mayor por un joven". Este sector no cree, en consecuencia, que el parlamentario tenga "más posibilidades" que hace unas semanas. "Si pones en la pista de salida a una persona de 28 años, ¿qué haces? ¿Lo jubilas a los 40? Porque en IU no puedes repetir más de tres mandatos. Hay que pensárselo mucho", afirma un responsable federal de la confianza de Lara quien recuerda que, para "renovación", la que hubo en 2008, cuando entraron en la dirección federal miembros de la federación como el propio coordinador o García Rubio, que nunca antes habían pisado Olimpo. Quienes son más refractarios a la opción Garzón, inciden en la "excelente labor de Cayo como coordinador, como presidente del grupo parlamentario de Izquierda Plural y como candidato".
Las intenciones del jefe
¿Y Lara? ¿Qué hará? Nadie tiene certezas. Unos ven como "posible" la confrontación con el diputado por Málaga en caso de que este decida dar el salto, y que entonces las elecciones abiertas se podrían vivir "sin dramatismo, sin ansiedad". Otros, confían en que se retirará y le cederá el testigo para no provocar fracturas internas, porque es consciente de que "nuevas caras deben protagonizar el hoy de IU". El líder siempre es muy celoso a la hora de descubrir sus cartas: su respuesta clásica es que él hará aquello que le pidan sus compañeros, nunca llevado por ambiciones personales. Ayer mismo, en la Ser, no adelantaba nada pero sí añadía que quería que el candidato cuente con el consenso "máximo, y si es posible, absoluto" de la organización. Una idea de por dónde pueden ir las cosas.
En la federación no se oyen críticas a Lara por su condición de coordinador: todas las familias, en mayor y menor medida, le reconocen el mérito de haber logrado reconquistar el espacio perdido y de pacificar una organización antaño muy convulsa. Por eso, hay a quienes aterra tener que elegir entre él y Garzón, porque ambos pueden jugar papeles distintos y complementarios. "La bicefalia sería incluso muy positiva. Para el tiempo que tenemos por delante, estaría muy bien que él siguiera de líder, para gestionar la organización, y que Alberto llevara la candidatura", opina una fuente. El propio diputado por Málaga asume, según su entorno, que tendría que "pensarse" presentarse a las primarias si Lara también quisiera competir.
Si Lara no concurriera, permanece la duda de si incluso podría conservar un escaño en el Congreso, porque el número dos de la lista por Madrid lo pone (y lo reclama) la federación regional, y no tendría "sentido", dicen en IU, que fuera candidato por otra provincia con posibilidad de lograr un acta. Claro que eso es pensar ya muy lejos.
¿Aportación simbólica?
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Fuentes oficiales de Olimpo señalan que "el debate de nombres no está abierto, no existe", porque ni Lara ni Garzón "son candidatos a nada", porque "no hay ni método ni calendarios". Precisamente esto último será lo primero que deba despejarse de cara al Consejo Político del 28 de junio. Ahora comenzará el diálogo con los territorios, aunque por el momento la dirección federal cree que los aspirantes municipales y autonómicos, así como el cabeza de lista para las generales, deben ser elegidos "antes de fin de año", durante el otoño. En cualquier caso, con bastante antelación, más que hubo para las europeas, cuya plancha se aprobó el 1 de marzo, apenas un mes antes del decreto de convocatoria.
En cuanto al método, desde Olimpo se apunta a que la plantilla son las primarias abiertas a simpatizantes de la federación andaluza, aunque "tampoco tendría por qué ser mimético". Así, algunos territorios avanzan que los ciudadanos que quieran participar deberían aportar una cantidad simbólica. Dos euros, por ejemplo, es lo que cobrará el PSOE en sus elecciones abiertas.
Reglamento, calendarios, nueva dirección. Todo eso es lo que tiene que ir concretando IU en las próximas semanas. Sin descuidar la respuesta política. Ahora toca monarquía, pedir un referéndum. Marcar discurso, que es, a juicio de todos, la fortaleza más clara.
Cayo Lara prometió una revolución interna, un cambio radical de métodos, una mayor frescura en el mensaje y en las caras. Pero ahora debe materializarlo. Y uno de los primeros movimientos de fichas será la remodelación de la ejecutiva. Una maniobra capital por cuanto la nueva dirección, que podría estar ya lista para finales de este mes, debe asumir el reto de procurar la convergencia con otras fuerzas, articular un bloque "ganador" de cara al ciclo electoral inminente, fortalecer la federación, mejorar la comunicación externa y dinamizar la democracia interna, con las primarias abiertas como primer objetivo. En ese nuevo equipo de trabajo ganará peso, con toda seguridad, el diputado Alberto Garzón, un valor emergente en IU y al que cada vez más dirigentes apuntan como posible candidato a la Moncloa en las generales de 2015. Él, con 28 años, es visto como la imagen de la "renovación" que muchos ansían.