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"El Frente Polisario goza de reconocimiento a nivel internacional como representante del pueblo del Sáhara Occidental". Con estas palabras, el Tribunal General de la Unión Europea (TUE) ha recordado a Bruselas que con sus decisiones de incluir a este territorio del norte de África en sus acuerdos de pesca y agricultura con Marruecos está vulnerando el Derecho Internacional y la resolución de Naciones Unidas que otorgaba al Frente Polisario el reconocimiento de representante del pueblo saharaui. De este modo, la sentencia emitida este miércoles no es tanto un tirón de orejas a Rabat como sí para las instituciones europeas en su conjunto. También para España y Francia, los dos Estados que han defendido ante el tribunal la validez de los acuerdos que obtuvieron el visto bueno tanto del Consejo y la Comisión como del Parlamento europeos.
Rabat y Bruselas firmaron los acuerdos a principios de 2019, apenas un año después de que una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) –la instancia superior al TUE– dictaminara que el convenio anterior no podría aplicarse en el Sáhara Occidental por ser un territorio pendiente de descolonización. Para el nuevo acuerdo, la UE se justificó afirmando que sí se podía incluir al Sáhara Occidental y sus caladeros si se consultaba de manera "adecuada" a la población saharaui y se confirmaba que el acuerdo beneficia a esa zona. Así, aseguró entonces que se habían realizado "amplias consultas" tanto en el Sáhara Occidental como en Marruecos en las que, según defendía, quedó patente que "los agentes socioeconómicos y políticos que participaron en ellas se mostraron claramente a favor".
Pero esas conversaciones no incluyeron al Frente Polisario y de aquellos barros, estos lodos. Irene Fernández-Molina, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y experta también en el norte de África, explica a infoLibre que las consultas se hicieron con organizaciones fundamentalmente promarroquíes y amparadas por Rabat. Un proceso con el que, en su opinión, Bruselas trataba de "cumplir con la doctrina" del TJUE y al mismo tiempo "contentar" a Marruecos. "Fue un simulacro de consentimiento" del pueblo saharaui, remarca la experta.
No hubo consentimiento del interlocutor reconocido por la ONU
El Frente Polisario recurrió ante el tribunal europeo, con sede en Luxemburgo. En el litigio tuvieron enfrente tanto a España, Francia y la Comisión Europea como a las cámaras de pesca marítima del Mediterráneo, del Atlántico norte, del Atlántico central y del Atlántico sur, que apoyaban al Consejo de la UE. El principal debate que estaba sobre la mesa era la legitimidad o no del Polisario para impugnar los acuerdos con Rabat y ahí el TUE no deja lugar a dudas: "las exigencias de la tutela judicial efectiva requieren que se reconozca al Frente Polisario la capacidad de recurrir".
"El Tribunal General considera que, en la medida en que los acuerdos controvertidos se aplican expresamente al Sáhara Occidental, así como, por lo que respecta al segundo de esos acuerdos, a las aguas adyacentes a éste, afectan al pueblo de dicho territorio y requerían que se obtuviera su consentimiento. Por consiguiente, el Tribunal General concluye que las decisiones impugnadas tienen efectos directos sobre la situación jurídica del Frente Polisario en su calidad de representante de ese pueblo y de parte en el proceso de autodeterminación de dicho territorio", ha explicado el tribunal.
Lo que refleja la sentencia, apunta a este periódico Isaías Barreñada, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense y experto en geopolítica del Magreb y política exterior española, es que las decisiones que tomó el Consejo y que desarrollaban los acuerdos pesquero y agrícola con Marruecos "no son válidas" y la consulta que se hizo en el Sáhara Occidental para justificarlas es "nula", pues el TUE le retira toda entidad para considerar que hubo consentimiento del pueblo saharaui al no haber contado con el "representante legítimo y legal" que es el Frente Polisario, estatus que le otorgó Naciones Unidas en su resolución 34/37 de 1979.
Para el Frente Polisario, la sentencia del TUE es una "victoria triunfal" y ha reprochado que la UE haya querido "desafiar las decisiones de sus propios tribunales" con estos acuerdos a pesar de que ya habían sido "muy claros" con respecto al Sáhara Occidental cuando recordaron que es un territorio distinto de Marruecos y por tanto allí no son de aplicación los acuerdos bilaterales que puedan firmar Rabat y Bruselas.
Marruecos y la UE, unidos
A ninguna de estas dos partes, Marruecos y la UE, parece haberles pillado desprevenidos la sentencia del TUE. En un comunicado conjunto emitido menos de una hora después de que se conociera la resolución y firmado por el Alto Representante europeo de Política Exterior, Josep Borrell, y el ministro de Exteriores del reino alauí, Nasser Bourita, afirman que tomarán "las medidas necesarias" para garantizar un marco jurídico que proteja la "estabilidad comercial" en sus relaciones y dicen estar "plenamente movilizados para continuar con la cooperación entre la UE y Marruecos, en un clima de serenidad y compromiso, para consolidar la asociación euromarroquí lanzada en junio 2019".
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Son conceptos muy generales que no aclaran a qué medidas se refieren. Tampoco si incluirán el recurso de casación que permite el tribunal europeo y para el que se da un plazo de dos meses y diez días. Pero las palabras utilizadas dejan claro que las relaciones diplomáticas no parece que se vayan a ver afectadas, al menos en el corto plazo, más de cuatro meses después de la crisis migratoria que tuvo Ceuta como escenario. Ahora, Rabat y Bruselas subrayan que seguirán trabajando para desarrollar las "múltiples dimensiones" de la asociación estratégica que une a la UE y Marruecos, con un "espíritu de movilización, coherencia y solidaridad". Una alianza que, subrayan, existe "de igual a igual" y se apoya en una relación bilateral "sólida", basada en la confianza y el respeto mutuo.
Aunque da la razón al Frente Polisario, la sentencia del TUE mantiene la aplicación de los acuerdos Bruselas-Rabat "durante un cierto periodo de tiempo" para "preservar la acción exterior de la UE y la seguridad jurídica de sus compromisos internacionales". No se concreta ese "cierto periodo" y por eso el Polisario se ha apresurado a exigir a las partes que acaten cuanto antes el fallo.
No parece que vaya a ser enseguida, en la medida en que los acuerdos de pesca afectan a 128 buques europeos que faenan en las costas de Marruecos y el Sáhara Occidental. En este territorio se producen el 91% de las capturas, según Europa Press. España es el país más afectado, con 92 barcos, por lo que el Gobierno, a través del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha salido al paso asegurando que trabajará para preservar los intereses de la flota española. Y en línea con el comunicado de Bruselas y Rabat, ha manifestado que la sentencia no pone en tela de juicio la relación con Marruecos, al que ha calificado como "socio estratégico".
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