Madina compite por el liderazgo del PSOE para darle un “shock de modernidad a España”

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Lo que necesita España no son "pequeñas reformas", sino un verdadero "shock de modernidadshock ". Una transformación radical para colocar al país y a sus ciudadanos "en el lugar en el mundo que merecen". Ese es el propósito de Eduardo Madina, y esa es la razón por la que decide competir por la Secretaría General del PSOE en el congreso federal extraordinario del 26 y 27 de julio. 

El recorrido del diputado vizcaíno, de 38 años, comienza hoy. O termina, según como se mire. Tras su no en el cónclave de Sevilla de 2012, hace un año se conoció que estaba meditando presentarse a las primarias abiertas, porque muchos compañeros le animaban. Meses más tarde, comenzó a trabajar en su candidatura, configurando su equipo, reuniéndose con expertos. La decisión de Alfredo Pérez Rubalcaba de ir a un congreso extraordinario tras la debacle de las europeas, en lugar de primarias abiertas, le molestó, como a los otros aspirantes en liza (Carme Chacón, Pedro Sánchez) y lo criticó. Pero el escenario no iba a cambiar.

Pidió que los casi 200.000 militantes del PSOE pudieran votar a su nuevo líder. Enseguida Alfredo Pérez Rubalcaba aceptó, lo que levantó las suspicacias de Andalucía y de otras federaciones, que interpretaron aquella maniobra como un "pacto" del joven parlamentario con el líder saliente, algo que ambos negaron. La respuesta fue la salida en tromba de una decena de barones en apoyo a la presidenta de la Junta. Después, importantes dirigentes, con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, intentaron convencerle de que era mejor que se retirara para cederle el paso a Susana Díaz, pero lo rechazó. Ella renunció a la pugna. Ya sólo le quedaba presentarse públicamente. Eligió este viernes, 13 de junio, cuando comienza la recogida de avales. Lo hizo en los pasillos del Senado, junto a un busto de Ramón Rubial, socialista vasco (como él), militante de su misma agrupación de un barrio de Bilbao, presidente del PSOE durante 20 años, hasta su fallecimiento en 1999. Compareció ante una auténtica nube de periodistas, cámaras y fotógrafos, frente a un atril desnudo y sin papeles en los que apoyarse. 

Madina propuso un cambio profundo para España y una "revolución" para el PSOE. Que se potencie su apertura hacia fuera, hacia los ciudadanos, y que vuelva a ser el partido con "vocación de mayoría" que fue. Como gesto de esa apertura, prometió que, si es elegido secretario general, mantendrá el calendario de primarias abiertas para la designación del candidato a la Moncloa. Estas, por tanto, se celebrarían en noviembre, como acordó el Comité Federal el pasado enero

No a "pequeños pasitos adelante" que el PP revierte

"Consciente como soy de la grave situación que atraviesa nuestro país y que atraviesan millones de españoles, consciente de que un tiempo nuevo ha comenzado ya a abrirse en el PSOE porque vamos a un congreso histórico" en el que, por primera vez en 135 años de vida, las bases auparán directamente a su líder en una consulta el 13 de julio, "ha llegado la hora de dar un paso al frente y presentar mi candidatura", solemnizó. Lo hace, dijo, "arropado por miles de compañeros" y rodeado de un equipo que no quiso desvelar aún. No obstante, allí estaban algunos de sus colaboradores. Entre ellos, su jefa de campaña, Imma Aguilar –directora de Comunicación del grupo de la Entesa en el Senado–; su responsable de prensa, Daniel Bardavío, o Bernardino León, persona de la máxima confianza de Zapatero en sus años en la Moncloa.

El parlamentario por Bizkaia es quien en principio parte con ventaja en esta carrera tras la retirada de Díaz. El otro rival más fuerte es el diputado madrileño Pedro Sánchez, de 42 años, que ayer presentó sus credenciales en una agrupación local, la de Alcorcón (Madrid). Pero también están otros aspirantes: Alberto Sotillos, José Antonio Pérez Tapias...

Madina quiere abrir "un tiempo nuevo" –la expresión que puso en circulación el año pasado Susana Díaz cuando se presentó a sus primarias para ser candidata a la Presidencia de la Junta–, que comienza el 13 de julio y acaba "en el mayor proceso de transformación política que ha vivido nunca este país con la recuperación del PSOE de su vocación de mayoría", con su vuelta al Gobierno, para la introducción de un "shock de modernidad". Nada de "pequeños pasitos adelante que luego vuelven con Gobiernos del PP a ser pasos atrás", sino reformas profundas porque España tiene "retos de enorme complejidad" por delante, recalcó. 

Sostuvo que la primera piedra de ese impulso debe ponerse "en casa", en el partido, reorganizando su funcionamiento interno. Luego, hacer obras fuera: abrir los partidos, hacer que las "instituciones sean transparentes, empezando por esta casa", el Senado (otro símbolo que quiso buscar en su primera comparecencia como precandidato), inyectar un "shock de modernidad" en la economía, una "revolución en materia de competitividad", la apuesta por la cohesión social "como una manera de producción de riqueza", una "revolución en el ámbito de derechos y obligaciones ciudadanas y libertades públicas". "Todo empieza en este congreso", subrayó, y para ello es imprescindible la "valentía" y el "compromiso".

Tras poco más de cuatro minutos de intervención inicial, en la que construyó un discurso más ideológico, se sometió a las preguntas de los periodistas arracimados en los pasillos de la Cámara alta. Entonces dio algunas puntadas más de su proyecto que, como repitió una y otra vez, pretende devolver al PSOE a su "vocación de mayoría" y ponerlo "al servicio de quienes lo pasan mal" y quienes pagan "los precios más duros y crueles de la crisis". Por ejemplo, en su concepción de España. Como ya hiciera ayer Sánchez, se apegó a la Declaración de Granada que aprobó el partido hace casi un año. Al modelo de España federal, de "aseguramiento de la convivencia" del país. Respecto al PSC, cuyo líder, Pere Navarro, anunció su dimisión el miércoles, espera que los lazos entre ambas formaciones salgan "fortalecidos" tras este periodo de zozobra. "Estamos ante la oportunidad de un nuevo impulso. Con un PSOE fuerte y un PSC fuerte el reto es superable y este país tiene esperanza". 

Defensa del "modelo de convivencia"

¿Debe abordarse el debate de monarquía o república? "No hay un solo congreso en el que no se afronte este debate", suscitado por las Juventudes, dijo. El PSOE, recalcó, es un "productor de convivencia, de consensos sociales", no un "PSOE rupturista con la convivencia en este país". Él quiere que siga esa estela, que el partido sea "un pilar central de convivencia". La discusión sobre la Jefatura del Estado saldrá "sin duda alguna", pero ha de defender ese "modelo de convivencia". Partidario de que el debate se abra, pero sin apostar por el cambio en ese aspecto, pese a que él, según reiteró el martes, se confiesa "republicano". 

El miércoles, en la votación de la Ley de Abdicación en el Congreso, tres diputados del Grupo Socialista rompieron la disciplina de voto –dos se ausentaron, Guillem García y Paloma Rodríguez, y uno se abstuvo, Odón Elorza–. Madina es el número dos de la dirección del grupo. Dijo ser partidario de que se mantengan "los posicionamientos" acordados y se respete "la normalidad". Dicho de otro modo, que entiende que deben ser sancionados. 

El diputado vasco incidió mucho en la apertura de los partidos, en que todos deberían acogerse a procesos de primarias abiertas para elegir a sus candidatos. Ahí fue cuando se comprometió a mantener las del PSOE en el calendario fijado, en noviembre, porque es una cuestión "ineludible". Serán convocadas en "tiempo y forma". Un guiño también a Carme Chacón, que se retiró del proceso hace dos semanas, aunque adelantó que apoyaría a quien programase las primarias en "fecha cierta". No quiso adelantar si él concurrirá a esas votaciones abiertas ni tampoco qué hará si pierde, si se retirará de la primera fila. Estará "al servicio" de lo que le requiera el partido y trabajará por la "unidad", que es "clave para el PSOE", y contribuirá a un "tiempo nuevo" que ha llegado para "quedarse". 

Conversación con la presidenta de la Junta

Madina confirmó que registrará su dimisión como vocal de la ejecutiva federal, en la que se sienta desde 2008, para competir "en igualdad de condiciones" con sus contrincantes. Un gesto más simbólico que otra cosa, porque apenas queda mes y medio para el congreso extraordinario. Pero no dejará su cargo de secretario general del Grupo Socialista, que ocupa desde 2009, por ser un puesto de carácter más "institucional" que puede "compatibilizar". 

Dijo haber hablado "estos días" con la presidenta de la Junta. No dijo en qué términos. No le hizo mayores elogios ni más guiños. "Todos somos conscientes de que debemos ir a un congreso de renovación, de fortalecimiento interno y de unidad de acción" para que el PSOE crezca, para diseñar "un primer paso" hacia el futuro. 

Tampoco quiso polemizar con ninguno de sus rivales, especialmente con Sánchez. Les llamó "grandes compañeros" y les dedicó el "máximo respeto". Sí se mostró dispuesto a entablar debates con ellos, como pidió ayer el parlamentario por Madrid. Tampoco quiso secundar al secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara (uno de quienes le apoyan), que ayer invitó a los barones que tuvieron un resultado el 25-M debajo de la media nacional (23%) a irse –son los barones los que "deben tomar sus decisiones"–. También rehusó presentarse con una etiqueta, con una "seña de identidad", ni deslizó si quiere un PSOE más a la izquierda. Las diferencias las verán los militantes de aquí al 13 de julio, sostuvo. No se pronunció sobre la posición de los miembros de la dirección federal. "Espero la libertad de 200.000 personas. El que quiera opinar, que opine".  

Fueron casi 20 minutos de comparecencia ante los medios. Se le vio algo nervioso. Y acalorado, ya que el atril estaba situado bajo la claraboya, por la que se filtraban los rayos del sol. Al final, las gotas de sudor le recorrían el rostro y le mojaron la camisa azul

López Aguilar descubrirá sus cartas el lunes

Hoy comienza la recogida de avales, que concluye en 15 días, el 27 de junio. Todos los aspirantes, para pasar el corte, necesitarán 9.874 avales, el 5% del censo total, compuesto por 197.468 militantes. Hasta ahora han formalizado su candidatura ante Ferraz siete aspirantes, como consta en la web del PSOE: Eduardo Madina, Pedro Sánchez, José Antonio Pérez Tapias (portavoz de Izquierda Socialista y exdiputado nacional por Granada), Alberto Sotillos (militante del partido en Madrid y miembro del colectivo Socialismo Democrático), Antonio Gutiérrez Rodríguez (afiliado de Santa Cruz de Tenerife; no es el exlíder de CCOO), Aurelio Belando (de Zaragoza) y Manuel Pérez García (de Puertollano, Ciudad Real).

Aún podría haber un octavo: el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar. El exministro señaló este viernes que aún está calibrando la posibilidad de presentarse. En los últimos días está recibiendo "muchos mensajes" de compañeros (afiliados y dirigentes), así que lo está reflexionando "muy seriamente", informa Europa Press. El lunes desvelará sus intenciones, con la partida ya en marcha. 

Lo que necesita España no son "pequeñas reformas", sino un verdadero "shock de modernidadshock ". Una transformación radical para colocar al país y a sus ciudadanos "en el lugar en el mundo que merecen". Ese es el propósito de Eduardo Madina, y esa es la razón por la que decide competir por la Secretaría General del PSOE en el congreso federal extraordinario del 26 y 27 de julio. 

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