El mismo Carlos Mazón que evitó el pasado viernes reconocer errores propios y trató de eludir cualquier responsabilidad sobre la gestión de la dana del pasado 29 de octubre —una catástrofe que acabó con la vida de más de 200 personas—, apoyándose en un fallo global del "sistema", ha cesado este lunes a su consellera de Industria, Nuria Montes. Sus declaraciones en los días posteriores dirigidas a los familiares de las víctimas instándoles —con un tono falto de empatía— a permanecer en casa en lugar de acudir a la morgue y el relato de una de sus trabajadoras sobre el trato que recibió tras perder a su marido y su hija en la dana la situaron en la diana de las críticas. Pese a que Montes no tenía competencias en el operativo, el president de la Generalitat se ha cobrado su cabeza para tratar de salvar su propio pellejo. La sustituirá en el cargo Marián Cano, presidenta de la patronal del calzado, que ya concurrió a las europeas con el PP, sin obtener escaño. Cano es la hermana del alcalde de La Nuncía (Alicante), Bernabé Cano, salpicado por la trama Gürtel y vinculado al expresident Eduardo Zaplana.
Montes ha sido la primera en caer pero puede no ser la última. La consellera de Interior y Justicia, Salomé Pradas, responsable de emergencias, ha sido, junto con el president valenciano, la más señalada por su gestión el día de la dana. Previsiblemente, será la próxima en abandonar el Ejecutivo autonómico. Con su comparecencia en les Corts, en la que Mazón anunció una nueva vicepresidencia para la recuperación y una conselleria de Emergencias, el presidente valenciano trataba así de blindarse dentro del Consell y desviar el foco sobre su propia persona. Sin embargo, la presión no ha disminuido —ni dentro ni fuera del partido— y el valenciano se tuvo que comprometer el viernes a no presentarse a la relección si no es "capaz de liderar el proceso de reconstrucción", sin concretar quién va a dirimir si ha sabido "liderar" ese proceso, si él o la dirección nacional de su partido.
Antes de cesar a Montes, la Generalitat anunció un ascenso: el de Susana Camarero. Mazón recurrió a ella como portavoz tras la catástrofe —desplazando a la consellera Ruth Merino, un perfil proveniente de Ciudadanos y que ha tratado de no vincularse con la gestión de la dana— y en estas semanas ha ejercido como la cara visible de la Generalitat. Desde este domingo es formalmente la portavoz del Consell, un cargo que compatibilizará con sus responsabilidades al frente de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda y su labor de coordinación de todas las consejerías. Fuentes del PP citadas por El País aseguran que Mazón le ofreció la nueva vicepresidencia para la reconstrucción pero que ella lo rechazó. Sin embargo, Camarero lo ha negado este lunes en rueda de prensa: "El presidente me ha ofrecido esta labor [de portavoz] Esta y no otra. Nunca le diría que no", ha afirmado, incidiendo en su lealtad hacia el dirigente valenciano.
Madrileña de origen, Camarero ha estado ligada desde sus inicios en política institucional al Partido Popular de la Comunitat Valenciana, donde comenzó de la mano de Eduardo Zaplana (1995-2002) y llegó a formar parte de su núcleo duro. Sobre el papel del expresident valenciano , condenado el pasado mes de octubre a diez años de prisión como jefe de la trama corrupta del 'caso Erial', no renegaba de la etiqueta 'zaplanista' en una entrevista publicada en el diario Levante EMV . "No me molesta ninguna etiqueta y estoy muy orgullosa de toda mi trayectoria. Tuve la oportunidad en 1995, con 25 años, de entrar en las Corts. Siempre estaré agradecida por ello a Eduardo Zaplana, pero luego he trabajado con Aznar como diputada, siempre agradeceré a Rajoy y a sus ministros la oportunidad de ser secretaria de Estado, y he trabajado con Alberto Fabra, Paco Camps y ahora con Carlos Mazón. Para mí, es un broche de oro", explicaba.
Zaplana y Montesinos, dos figuras clave para el ascenso de Mazón
Lo cierto es que en la trayectoria —y el ascenso político— de Mazón no se entendería sin Zaplana, el que fuera president de la Generalitat Valenciana entre 1995 y 2002 y exministro de Trabajo y Asuntos Sociales con el Gobierno de José María Aznar. Fue el hombre que marcó el despegue de los conservadores en la Comunitat Valenciana y también el que comenzó la era de los grandes proyectos como Terra Mítica, que acabó con la condena de dos exdirectivos, y contratos millonarios como el de Julio Iglesias, archivado por estar prescrito. Su sucesor al frente de la Generalitat fue Francisco Camps, quien llegó al poder tutelado por Zaplana y a quien le costó años de luchas internas desembarazarse de su influencia, para lo que creó su propia estructura y camarilla de adeptos. La actual estructura del PP valenciano todavía está definida por los zaplanistas y los campistas, otorgando Mazón el protagonismo a los primeros.
El actual president de la Generalitat nació en 1974 en Alicante, localidad donde ha ejercido su carrera política. En la universidad lideró un sindicato estudiantil, desde donde no dudó en alinearse con el PP, recién llegado al Gobierno de la mano de Zaplana. Militante de Nuevas Generaciones, en la primera legislatura de Zaplana fue nombrado director del Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ) con 25 años. Fue su salto a la política profesional. Posteriormente, fue director general de Comercio y Consumo (2003-2004) y de Consumo y Seguridad Industrial entre los años 2004 y 2007, ya con Francisco Camps en la Generalitat. Mazón se alineó con la facción fiel a su mentor y acabó fuera de la Generalitat, aunque Zaplana se lo recompensó situandole en las listas municipales de Catral, un pueblo de la Vega Baja, y en la Diputación de Alicante, el gran bastión del PP en la Comunitat, donde los conservadores gobiernan de manera ininterrumpida desde 1995.
Fue, precisamente, en la Diputación de Alicante donde Mazón se hizo fuerte y trazó una alianza con Ciudadanos de la mano del otora secretario general del PP, Teodoro García Egea, que lo aupó como candidato a la presidencia de la Generalitat desplazando a Isabel Bonig en el camino. Para todos aquellos 'zaplanistas' que se habían quedado apartados con la llegada de Camps, la victoria de Mazón simbolizaba el futuro. En ese camino también ha sido fundamental el apoyo de otra figura vinculada a Zaplana, Macarena Montesinos, número dos de Miguel Tellado en el Congreso. Montesinos acudió al debate del pasado viernes acompañada por, entre otros, del expresident valenciano y actual diputado, Alberto Fabra, y del exvicepresidente valenciano Gerardo Camps.
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Montesinos es una de las políticas que colaboró en la transformación de Alianza Popular al PP. Fue concejal en Alicante, diputada autonómica durante dos legislaturas con Zaplana de president, parlamentaria en el Congreso y en las pasadas elecciones generales fue la número uno a la lista por Alicante. El apoyo de Montesinos fue clave para el acenso de Mazón en la estructura del poder valenciano y ella es la voz del president de la Generalitat en Madrid. Actúa contrapeso de otras figuras de peso en la dirección del PP como Esteban González Pons, el hombre fuerte de Alberto Núñez Feijóo en Bruselas, que creció bajo el liderazgo de Camps. Es lo que también le sucedió a la actual alcaldesa de València, María José Catalá, llamada a ser la sucesora del actual president valenciano.
Mazón asegura que contará con "gente que sabe y preparada" para la reconstrucción
En el entorno de Mazón nunca han negado la relación con Zaplana, pero sí que su ascenso se deba al expresident, una consigna que siempre han repetido los aliados de Camps y también las formaciones de la oposición. Aunque la victoria de Mazón en el congreso autonómico de 2021se saldó con el 99,6% de los votos —no hubo ninguna candidatura alternativa—, eso no implica que el PP valenciano esté unido. El president de la Generalitat sí cuenta con el respaldo de la dirección alicantina, pero ni en València ni en Castellón han cerrado filas con él durante esta crisis. Hay voces que le atribuyen al president valenciano la ausencia de perfiles con experiencia de gestión dentro del Consell por haber formado parte de los gobiernos de Camps.
Consciente de estas críticas, a su llegada a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) en el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat, Mazón ha señalado a los periodistas que dará cuenta de las nuevas incorporaciones a su "Consell de la reconstrucción". "Es francamente un proyecto muy serio, muy centrado y muy priorizado en gente que sabe, gente preparada. Gente que nos va a ayudar a levantarnos", ha afirmado.
El mismo Carlos Mazón que evitó el pasado viernes reconocer errores propios y trató de eludir cualquier responsabilidad sobre la gestión de la dana del pasado 29 de octubre —una catástrofe que acabó con la vida de más de 200 personas—, apoyándose en un fallo global del "sistema", ha cesado este lunes a su consellera de Industria, Nuria Montes. Sus declaraciones en los días posteriores dirigidas a los familiares de las víctimas instándoles —con un tono falto de empatía— a permanecer en casa en lugar de acudir a la morgue y el relato de una de sus trabajadoras sobre el trato que recibió tras perder a su marido y su hija en la dana la situaron en la diana de las críticas. Pese a que Montes no tenía competencias en el operativo, el president de la Generalitat se ha cobrado su cabeza para tratar de salvar su propio pellejo. La sustituirá en el cargo Marián Cano, presidenta de la patronal del calzado, que ya concurrió a las europeas con el PP, sin obtener escaño. Cano es la hermana del alcalde de La Nuncía (Alicante), Bernabé Cano, salpicado por la trama Gürtel y vinculado al expresident Eduardo Zaplana.