Tras la experiencia de estos cuatro años, la CUP vuelve a concurrir a las elecciones generales. El 61% de la militancia decidió en una consulta luchar por escaños este 23J, con Mireia Vehí como número uno en la papeleta por Girona. Dice que es hora de apostar con más fuerza por un referéndum en un momento en el que aparece una ola ultraconservadora. Vehí confiesa que le ha impactado durante esta legislatura conocer qué es la Corte, con “tres barrios” en Madrid donde están los que mandan. Y tiene la impresión de que la derecha y la ultraderecha han copado las estructuras del Estado. Asimismo, la diputada de la CUP se muestra muy orgullosa de haber apoyados dos leyes: la trans y la de eutanasia.
¿Qué va a pasar la noche del 23J?
No soy un oráculo ni buena en las predicciones. De momento, por las encuestas, todo apunta a que va a haber una mayoría ultraconservadora.
¿Pero es posible que la izquierda conserve el poder?
Siempre queda margen. Las encuestas son aproximaciones que no son exactas nunca. Pero la pregunta que nos deberíamos hacer es cómo se puede plantar un dique de contención al ruido de fondo ultraconservador. Esto tiene que ver con los hechos concretos. Pienso que determinados hechos del Gobierno de coalición no han ayudado. Por ejemplo, la política migratoria y lo que pasó en Melilla es propio de un Ejecutivo conservador. Se le está enviando un mensaje a la ciudadanía no de proyecto alternativo. O los fondos europeos: cada vez es más evidente que no llegan a la pequeña y mediana empresa, se van a las grandes corporaciones del Ibex. Y no derogar la ley mordaza ha sido un regalo a la derecha.
Los pactos entre PP y Vox son terribles
No votó a favor de la investidura de Pedro Sánchez. Pero si depende de usted tras el 23J, ¿apoyará para que haya un Gobierno progresista?
En el caso de que hubiera una mayoría conservadora y ultraconservadora, obviamente no la apoyaríamos y votaríamos no porque hay que parar el fascismo. En el caso de que Sánchez pudiera gobernar, queremos construir un punto común con el independentismo que tenga que ver con el referéndum de autodeterminación. Las negociaciones entre el PSOE y ERC han sido un fracaso. Y es un fracaso la lectura de que el régimen se puede democratizar con gobiernos progresistas de turno. La única forma de parar el ciclo conservador es hacer reformas profundas y la autodeterminación es una especie de kriptonita para los ultraconservadores. Si Sánchez pudiera gobernar y siguiera sin tocar nada de las estructuras fundamentales (aquello que el 15M llamó régimen del 78), lo único que estaría haciendo es alargando la agonía.
Cita al 15M. Tras el 28M, ¿se ha pasado ya ese ciclo?
Escribí un artículo a mitad de la legislatura el día que el PSOE y Podemos votaron a los magistrados ultraconservadores en el Constitucional certificando esto: aquí acaban de matar el ciclo del 15M, del que Podemos era heredero. Una cosa es que el ciclo haya terminado, y la otra es cuál es el papel de los partidos de izquierdas. Debe ser en un momento de ciclo ultraconservador aguantar y proteger aquellas propuestas que los movimientos populares han puesto en el centro del debate político hasta que el ciclo vuelva a ser progresista y la marea nos permita avanzar.
¿Qué le parece que Irene Montero no vaya en las listas de Sumar?
No nos vamos a poner en los líos de otras organizaciones. Pero nos sorprende que Yolanda Díaz haya prescindido de Irene Montero pero no haya dado ninguna explicación política al respecto. Esperaríamos que explicara que es por un debate feminista. Es decir, nosotras fuimos muy críticas con la ministra de Igualdad por la ley del sólo sí es sí porque el feminismo del Código Penal no es el nuestro. Pero si no explica nada, está dándole la razón a la derecha y la extrema derecha y esquilma un debate fundamental en el movimiento feminista: cómo se aborda la violencia machista.
¿Qué le parece el fenómeno de Yolanda Díaz? ¿Tendrá el tirón augurado?
Pues en un primer momento nosotros nos alegramos mucho porque es importante que haya una izquierda española fuerte. Lo que pasa es que no nos convence la vereda por la que va Yolanda Díaz. Entre otras cosas, por la negativa a hablar de autodeterminación. Los comuns dijeron que estaría el referéndum en el programa de Sumar y Yolanda tardó menos de seis horas en decir que ni hablar y que esto se decidirá en Madrid. Pero en El Objetivo hablaba de la autodeterminación del pueblo del Sáhara. Está construyendo una operación muy madrileña. En Cataluña, por ejemplo, Jaume Asens desaparece de las listas en un movimiento extraño y Lilith Verstrynge, una persona directamente puesta de Madrid, va de cuatro por Barcelona. Es raro.
La política migratoria de la coalición es propia de un Gobierno conservador
¿El independentismo ha servido para que crezca Vox?
Creo que no. Es como decir que el feminismo es responsable de las agresiones machistas. Absurdo. Lo que pasa es que el Reino de España desde 1978 no ha hecho los deberes. Hay un poder judicial que sigue con las mismas dinámicas y estructura. Además, con un plan clarísimo de los sectores ultraconservadores españoles de dar la batalla dentro del Estado. Si ves los perfiles de la alta magistratura, de los letrados de las Cortes, de la Fiscalía y de los altos funcionarios, la derecha y la ultraderecha tienen copadas las estructuras del Estado. Y esto es porque no se ha democratizado el Reino de España y el PSOE ha perdido la guerra interna del Estado. Si depende de la CUP, vamos a plantear la autodeterminación y el referéndum. Es una forma de desmontar el edificio en el que está gente vive y se alimenta.
Sánchez ha reiterado que no cabe espacio a un referéndum en la Constitución.
La traducción de este mensaje no es que el independentismo tiene un problema, sino que Sánchez está dispuesto a regalar su país a la derecha y la ultraderecha antes de remangarse y hablar de derechos. Esto es gravísimo.
¿No reconoce que Sánchez ha apaciguado Cataluña con decisiones como los indultos?
Sánchez se encuentra en una encrucijada. A los suyos, cualquier gesto hacia Cataluña les parece romper España. Pero alguien va a tener que remangarse. Nosotros estamos dispuestos a decirle que ponga fecha y pregunta para un referéndum. El PSOE y Sumar deberán pensar si están dispuestos a hacer una jugada de país, que no de partido. ¿Se acuerda cuando el Tribunal Constitucional se atrevió a parar un debate en el Congreso para que no legislara sobre sus propios mandatos?
Se paró al final en el Senado.
En el Congreso estuvimos doce horas en ascuas. Esta situación es loquísima desde el punto de vista democrático. Sánchez va a tener que decidir si continúa haciéndole un favor a su partido o si trabaja en términos de país, que es hacer una reforma del Poder Judicial, abrir la Constitución e ir a Cataluña a poner las urnas.
La derecha y la ultraderecha tienen copadas las estructuras del Estado
Decía que no vale lo que ha hecho Pedro Sánchez en Cataluña. Pero este 28M la primera fuerza en esa autonomía fue el PSC, ¿los ciudadanos sí han reconocido ese trabajo?
Según el GESOP, casi la mitad de los votantes del PSC piensa que un referéndum es la buena forma de resolver el conflicto en Cataluña. La cosa es que ya sabemos cómo vota la gente, no siempre con la máxima ilusión y convencimiento. Una cosa es que la gente vote al PSC, pero otra es que hablando en términos nacionales sus votantes compartan la gestión que se hace desde Madrid.
¿Será el PSC la primera fuerza en Cataluña en las generales?
Es una de las opciones, no lo sé.
¿Se está pasando también el ciclo independentista en Cataluña?
Creo que no. El independentismo en Cataluña es una expresión histórica concreta. Por mucho que Sánchez quiera pacificar, en términos de Patxi López, esto no se pasa de moda porque tiene que ver con una reivindicación nacional vinculada a una identidad nacional que todo el mundo reconoce. Por mucho que la gente vote al PSC la gente en Cataluña es catalana y catalanista. Esto desde Madrid no se entiende.
Vox es gente no deseable en un Parlamento democrático
¿Está a la baja Esquerra? ¿Cómo interpreta los resultados de este partido el 28M?
Leemos que ERC ha desarrollado una estrategia que ha sido un fracaso. Es la de pactar con el PSOE en Madrid y también los presupuestos de la Generalitat. Tiene que ver con entender que la fuerza política que le dio al país el Tsunami Democràtic y las sentencias servía para que el PSOE cediera. Eso ha sido un fracaso y por eso la gente no vota a Esquerra. Hay un cambio de fase en Cataluña, el independentismo está generalmente enfadado con el ciclo de fracaso de intentar pactar con una fuerza que no quiere pactar. Una de las lecturas del 28M es que hay que radicalizar las propuestas independentistas porque mucho voto independentista se ha quedado en casa.
¿ERC ha hecho esa lectura y tendrá un mensaje más independentista este 23J?
Espero que sí. ERC ha cometido un error: querer negociar como partido una cuestión que era de país. Eso no puede volver a ocurrir. Y espero que ERC no esté solo haciendo una enmienda a su estrategia, sino que además sea generosa.
Si hubiera sido concejala en el Ayuntamiento de Barcelona, ¿su voto hubiera sido para Xavier Trias o para Jaume Collboni?
Pero es que la CUP no entró.
Pero si hubiera estado...
Barcelona En Comú se ha prestado a una operación de Estado desde Madrid.
Interpreto que hubiera votado a Trias, ¿no?
Nosotros hicimos la campaña en Barcelona que ni Trias ni Collboni. No hubiera votado a nadie, a nosotros mismos. Creo que es lo que tenían que haber hechos los comuns.
Por lo tanto, hubiera facilitado a Trias el Ayuntamiento.
No, no. Trias, en términos de ciudad, es lo mismo que Collboni. Lo único que les diferencia es el tipo de operación de Estado que querían hacer uno y otro. En Madrid no se entiende mucho, pero nosotros somos genéticamente antiderecha catalana. Nosotros fuimos los que nos cargamos a Artur Mas. Nuestra política, nuestros discursos y nuestra práctica son genuinamente antiestablishment, anti élites y anti derecha catalana.
He descubierto qué es la Corte, los tres barrios donde están los que mandan, es impactante
¿Le ha decepcionado Pere Aragonès como president?
Sí, Aragonès y ERC tenían la oportunidad de desplegar el acuerdo de investidura que se firmó con la CUP, que era de consenso. Esquerra ha querido, en el marco de su estrategia fracasada, mirar al PSOE y aprobar unos presupuestos basados en el negacionismo climático, los Juegos de Invierno, el Hard Rock y el cuarto cinturón.
La CUP tiene en sus manos ahora el Ayuntamiento de Girona, ¿qué podemos esperar?
Una Alcaldía atenta a las cuestiones climáticas, de género, de redistribución de la riqueza. También tiene que ver con la apertura de puertas, levantar las alfombras. Y puede ser un ejemplo para el resto de municipios y una esperanza para el futuro. La izquierda independentista es capaz de gestionar, no le da miedo el poder y trabaja para su gente.
¿Qué opina de los pactos que se están conociendo entre el PP y Vox?
Terribles. Unos pactos que tienen apellidos como la persecución del catalán, de las mujeres, de las personas LGTBI y de los migrantes. Detrás van a venir políticas para que sólo y exclusivamente disfruten de las ciudades, los pueblos y las comunidades que gobiernan la gente rica.
Ha sido diputada esta legislatura, ¿cómo ha sido su relación con Vox?
Mala. Cada vez que bajaba al atril, me insultaban, me gritaban y Ortega-Smith me hacía gestos. Nos ridiculizaban. Es gente no deseable en un Parlamento democrático. Reivindican valores que van en contra de la vida y de cualquier mirada abierta.
La CUP no reconocía la legitimidad de las instituciones del Estado y ahora se vuelven a presentar al Congreso.
En cada contienda electoral analizamos si la participación en determinadas instituciones es favorable a nuestros objetivos. Históricamente se había pensado que las instituciones españolas no nos servían para nuestros objetivos. A partir de 2017, con un giro represivo increíble y con la recentralización, pensamos que era importante que la CUP tuviera presencia y voz para defender los intereses de nuestro pueblo.
¿Y qué se plantea para esta legislatura?
Pinta que va a ser ultraconservadora. Por lo tanto, la defensa acérrima de esas propuestas que los movimientos contestatarios como el 15M, el feminismo y el procés ponen sobre la mesa. Volverá una oleada progresista, hay que aguantar hasta que vuelva el péndulo. Además, si se diera la posibilidad, forzar todo lo que se pueda como país para un referéndum de autodeterminación porque es uno de los valores fundamentales del derecho democrático.
La derecha mediática es un problema, pero se ataja con hechos
¿Qué le ha sorprendido más de su paso por el Congreso de los Diputados?
Que un Gobierno progresista legisle sistemáticamente recentralizando competencias. Esto me tiene alucinada, de igual que sea una ley de sanidad o sobre los bomberos.
¿Cuál ha sido la ley que ha votado de la que se siente más orgullosa?
Hay dos leyes preciosas: la trans y la de eutanasia.
Una de las lecciones que extrajeron los partidos progresistas el 28M fue el castigo al ruido dentro de la coalición y entre los socios de investidura. ¿La izquierda se centra demasiado en la crítica con la propia izquierda y es un déficit para competir con las derechas?
El ruido es distinto del conflicto. La política es conflicto y debe ser conflicto. Y que en el Congreso se den debates políticos en condiciones como el que tuvimos, por ejemplo, con el Ministerio de Igualdad sobre la ley del ‘sólo sí es sí’ o con Marlaska criticándole Pegasus y la política migratoria aportan. El ruido es otra cosa, el ruido son los insultos, las fake news y las acusaciones por sillas y poder. Eso es de lo que está harta la gente. Pero el debate entre las izquierdas es fundamental. Uno de los problemas que hay con el esquema de Sänchez de “Vox o yo” es que contribuye a la delgadez intelectual.
Haga autocrítica, ¿qué cambiaría del comportamiento de la CUP en estos cuatro años?
Haber trabajado mucho más en todos los Països Catalans: estar menos en Madrid y muchos más en el País Valencià y en las Illes.
Por cierto, mayoría absoluta de PP y Vox tanto en la Comunidad Valenciana como en Baleares.
Si se cumple la profecía de la mayoría ultraconservadora, es más necesario que nunca trabajar para que el movimiento popular esté cada vez más fuerte. Si la CUP está en el Congreso, va a ser uno de los trabajos principales.
¿Le ha cambiado vitalmente haber pasado por el Congreso de los Diputados?
Ver másSánchez: "Ha quedado claro que la derecha política y mediática me odia, pero ¿qué quiere para su país?”
Obviamente. Estás fuera de casa. Y he tenido la oportunidad de descubrir qué es la Corte, cómo el poder del Estado se concreta no sólo en el Congreso y en el Senado, sino en este Madrid de los tres barrios donde están los que mandan: los tribunales, los medios de comunicación, los bancos. Esto me ha sorprendido mucho, en Cataluña nunca hemos tenido Estado y esto hace que no tengamos élites como la española. Verlo de cerca es impactante e interesante. Me ha convencido muchísimo más de que la independencia y la autodeterminación son la única vía de poder contribuir a un país democrático.
Pedro Sánchez se ha quejado en las últimas entrevistas sobre la actuación de la derecha mediática, ¿usted lo denuncia también?
Sin duda. Sánchez acierta en el análisis, pero lleva cuatro años en el Gobierno y ha tenido responsabilidad su partido en la gestión, por ejemplo, de RTVE. También la acreditación en el Congreso de los Diputados de periodistas de extrema derecha, que utilizan la Cámara y los vídeos para activar la maquinaria de señalamiento en redes de la derecha mediática y de las organizaciones de ultraderecha. La derecha mediática es un problema, pero se ataja con hechos.
Tras la experiencia de estos cuatro años, la CUP vuelve a concurrir a las elecciones generales. El 61% de la militancia decidió en una consulta luchar por escaños este 23J, con Mireia Vehí como número uno en la papeleta por Girona. Dice que es hora de apostar con más fuerza por un referéndum en un momento en el que aparece una ola ultraconservadora. Vehí confiesa que le ha impactado durante esta legislatura conocer qué es la Corte, con “tres barrios” en Madrid donde están los que mandan. Y tiene la impresión de que la derecha y la ultraderecha han copado las estructuras del Estado. Asimismo, la diputada de la CUP se muestra muy orgullosa de haber apoyados dos leyes: la trans y la de eutanasia.