El negocio hotelero se derrumba bajo el acecho de los fondos buitre

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Los datos del hundimiento ya no causan sorpresa, pero siguen suscitando impresión. El bofetón a un sector turístico acostumbrado al récord sigue deparando ahora hitos negativos uno detrás de otro. Hace ocho meses, la hipótesis de los números de hoy hubiera sonado a ciencia ficción en el país de los 83 millones de visitantes. La pandemia lo explica. Y a su vez abre la puerta a un agente que ya está dentro pero ahora lo tiene todo a favor para ensanchar su espacio: los fondos de inversión, los especuladores. Ya ocurrió con el derrumbe del ladrillo tras la anterior crisis.

Las pernoctaciones en establecimientos hoteleros disminuyeron en septiembre un 78,4% respecto al mismo mes de 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados este viernes. Se encadenan siete meses consecutivos de caídas estrepitosas. ¿Quién aguanta? Muchos no. El número de establecimientos abiertos disminuye respecto a agosto, pasando de 13.008 a 12.202. Han cerrado más de 800 en un mes. La cifra global representa una caída superior al 26% desde septiembre de 2019, cuando había 16.541 (4.339 más que ahora). Algo más de 313.000 trabajadores del sector turístico siguen en un ERTE, según datos del Ministerio Industria, Comercio y Turismo, de los cuales 116.710 empleados son de servicios de alojamiento.

“La situación, tenemos que ser realistas, es de demanda inexistente casi en todos los segmentos, salvo en naturaleza”, señala Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), que no pone paños calientes y reitera la necesidad de ayuda pública: alargamiento de los ERTE, carencias hipotecarias... La Cehat también ha pedido acceso prioritario a los fondos europeos Next Generation. Marichal insiste en la necesidad de corredores turísticos. En su discurso, prácticamente da por descontado un pésimo 2020. Pero ya proyecta preocupaciones hacia el futuro, dado que las medidas ante la creciente segunda ola son cada vez más duras. Lo venidero casi parece peor que lo ya ocurrido.

Y hay una espada de Damocles pendiendo sobre el sector. Marichal fue de los primeros en lanzar una voz de alarma que han replicado numerosos hoteleros, en tono más alto o más baja. “Ya cometimos el error en la anterior crisis de regalar a precio de risa la gran mayoría de los activos inmobiliarios del país a los fondos buitre. En aquel momento se decidió ayudar a la banca, que a su vez colabora estrechamente con estos fondos. Esos fondos aún permanecen en empresas mixtas, revendiéndonos a precio de mercado la parte que compraron en aquel entonces a precio de ganga. Veo ahora que se va a cometer el mismo error. Si no se toman medidas pronto este país dejará otra parte importantísima de su economía en manos de esos fondos. Sí, así de claro”. Y añadía: “Perderemos la titularidad de gran parte de la mejor industria que tiene este país, que en su mayoría está en manos de familias españolas: el turismo. Seamos valientes, seamos hábiles, seamos sensatos y no dejemos a los buitres el esfuerzo de tantos años”.

Ahora, a preguntas de infoLibre, Marichal reflexiona: la clave está en que, si se negocia con fondos de inversión, sea “con carácter amistoso, no aprovechando situaciones derivadas de esta desgraciada enfermedad”. “Eso sería lo peor. Después de la última crisis del ladrillo, el grueso de las inversiones en nuestro país quedó en manos de estos fondos llamados buitre”, señala. Marichal no da nombres. Sí señala que son fondos “extranjeros y nacionales” que quieren “incrementar su portfolio”.

Fondos en movimiento

La inversión hotelera en España alcanzó los 2.518 millones de euros en 2019 (considerando hoteles en funcionamiento, inmuebles para reconversión en hotel y suelo para uso hotelero), según el Informe de Inversión Hotelera presentado en febrero por Colliers International. En 2019 cambiaron de manos en España 99 hoteles y 16.314 habitaciones frente a los 273 hoteles y 36.189 habitaciones del 2018, cuando la OPA de Blackstone sobre Hispania supuso el 40% del total inversión hotelera. En cuanto al origen y perfil del capital invertido, en 2019 cambió la tendencia. Los inversores nacionales se hicieron con el protagonismo, acumulando casi el 60% de la inversión registrada. En el plano nacional destacaron socimis como Atom y Millenium. A nivel internacional sobresalieron inversores de carácter institucional como Henderson Park o Partners Group y cadenas hoteleras como Leonardo o The Student Hotel. Según Hosteltur, el ranking de fondos de inversión y socimis con más habitaciones de hotel en España estaba en 2019 liderado con Blackstone (18.000), seguido de Atom, Portobello, Covivio, CBRE, Corum y Elalia. Junto a ellos, en el sector están las grandes cadenas hoteleras como Meliá, NH, Barceló, Riu e Iberostars, entre otros.

Los archipiélagos balear y canario fueron en 2019 los dos destinos que más inversión recibieron, con 389 y 380 millones de euros, respectivamente. Poco antes de la pandemia, en febrero, Blackstone preparaba 2.000 millones de euros para invertir en hoteles en el sur de Europa, como publicó Cinco Días. ¿Persiste el interés inversor en los hoteles, pese a la situación crítica y la incertidumbre? Es difícil saber en qué medida, pero persiste. Aunque nadie lo reconoce oficialmente entre los compradores, porque no es buena idea enseñar muchas cartas. Servimedia desveló en agosto que cuatro fondos preparan 2.000 millones de euros en inversiones en propiedad hotelera. Son Azora, Millenium Hotels, RHL Properties y Grupo Platinum Estates. No hay constancia de grandes operaciones cerradas a estas alturas. Demasiada volatilidad. Pero capacidades hay. Porque uno de los rasgos de los fondos es, precisamente, que tienen capital para comprar con el mercado derrumbado y aguantar hasta que vuelva a subir. Pueden resistir.

Los propios hoteleros hablan de ese interés. El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, ha señalado que los fondos están llegando al calor de la situación. Se ha mostrado prudente: "Vamos a ver cómo compran, limpian. Estos fondos buscan la rentabilidad y veremos a ver qué pasa". Más claro ha hablado el Gremi d'Hotels de Barcelona. Su presidente, Jordi Mestre, ha indicado que los fondos han salido de compras. En su caso, el presidente de Selenta Group afirma recibir "una o dos ofertas" de fondos cada semana desde que empezó la pandemia y ha alertado de que la irrupción de estos agentes hará retroceder a las empresas familiares. En Sevilla la patronal también ha confirmado movimientos.

Monlex, un despacho radicado en Baleares, ha llegado a difundir, a través de Hosteltur, un portal orientado a profesionales y propietarios el sector turístico, ideas para “no malvender hoteles a los fondos en un otoño difícil”. "Diría que los fondos tienen la escopeta cargada y van a empezar a disparar a partir de otoño o el invierno que viene", señalaba el socio del gabinete José Antonio Fernández de Alarcón, que sugería herramientas financieras para salvar la crisis sin vender.

Javier Gil, investigador sobre vivienda y fondos de inversión, señala sobre el papel de los fondos en el sector hotelero. “Ya venían haciéndolo, ya estaban ahí. Blackstone ha invertido masivamente en España y en Grecia. Actúan cuando la situación es peor, porque tienen liquidez y pueden aguantar”, señala. A su juicio, se da una situación “óptima” para su actividad. “Muchos hoteleros presentan dos alternativas. Una, que es la que más se está oyendo, es reclamar un rescate a fondo perdido. La otra opción es negociar sin liquidez, en una posición muy desfavorable”, señala. Gil observa una escenario de especulación de libro.

El mercado inmobiliario europeo, en las garras de los fondos buitre

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Derrumbe de reservas

Lo innegable son los pésimos datos y aún las peores perspectivas. No sólo afloran en la encuesta del INE. Este periódico solicitó al comparador Rastreator datos de reserva entre abril y septiembre y su comparación con 2019. Las reservas en hoteles han caído una media de 80% durante este periodo en comparación con el mismo de 2019. Ciudades como Madrid o Barcelona, que en 2019 se encontraban entre las que tenían mayor número de reservas, han sufrido caídas de en torno al 85%.

“Lo que estamos observando a raíz de la covid-19 y a consecuencia de los últimos acontecimientos es que la gente ya no programa sus viajes con tanto margen, sino que esperan hasta el último momento para coger un hotel, alquilar un coche e incluso en un mismo día, hacen la reserva y se marchan... Hay un turismo de mayor proximidad y la parte positiva es que te permite hacerlo con una menor planificación. Debido a la incertidumbre que hay en estos momentos y los futuros confinamientos es una tendencia que muy probablemente se alargue en el tiempo hasta que se pueda volver a viajar con total normalidad”, explica Daniel Mata, responsable del área de viajes de Rastreator.

Los datos del hundimiento ya no causan sorpresa, pero siguen suscitando impresión. El bofetón a un sector turístico acostumbrado al récord sigue deparando ahora hitos negativos uno detrás de otro. Hace ocho meses, la hipótesis de los números de hoy hubiera sonado a ciencia ficción en el país de los 83 millones de visitantes. La pandemia lo explica. Y a su vez abre la puerta a un agente que ya está dentro pero ahora lo tiene todo a favor para ensanchar su espacio: los fondos de inversión, los especuladores. Ya ocurrió con el derrumbe del ladrillo tras la anterior crisis.

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