La actriz Lola Herrera dice no entender que una mujer conceda su apoyo a Vox. Afirma que la extrema derecha no defiende los intereses de las mujeres y que el partido de Santiago Abascal trata de recuperar un pasado en el que ellas no tenían "ningún derecho". Ante las palabras de la artista este fin de semana en el programa Sábado Deluxe, los ultras han incendiado las redes sociales.
Las razones de la actriz para cargar contra la formación ultra no son nuevas y se cimentan sobre los principios que el propio partido pasea con orgullo: sus dardos contra las políticas de igualdad –propone eliminar el Ministerio y la Comisión de Igualdad–, su firme oposición al aborto y su inmovilismo ante la violencia de género son sólo algunos ejemplos. Y aunque lo motivos que mueven al electorado a las urnas son diversos, sí existe un voto en clave de género: las encuestas confirman que el peso del sufragio femenino es menor en las filas de la formación ultra.
Negacionismo de la violencia
El pasado mes de febrero, la práctica totalidad de los parlamentarios recitaba el nombre del millar de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. Lo hacían después de que el partido de Santiago Abascal presentara una proposición de ley sobre violencia intrafamiliar en la que pedía la derogación de la Ley 1/2004 contra la violencia de género. Un planteamiento obsesivo en las filas de la formación: el partido ya hablaba de violencia intrafamiliar a su llegada a las instituciones hace ahora tres años y así lo ha proclamado allá donde ha conquistado algo de poder.
A mediados de octubre, la diputada de Vox Carla Toscano subía a la tribuna del Congreso con una camiseta ornamentada por el lema #NotMeToo. Una declaración de intenciones evidente: el hemiciclo debatía aquel día la futura Ley de libertad sexual. Toscano expresaba así su oposición explícita al movimiento feminista que ha dado voz a víctimas de acoso y violencia sexual en todo el mundo. La parlamentaria cargaba entonces contra la conocida ley del sólo sí es sí, una norma que permite a las mujeres "acusar más fácilmente al hombre". En esa dinámica, la portavoz ultra en la Comisión de Violencia de Género apuntaló la idea de que la lucha contra la violencia sexual supone un ataque directo hacia los hombres. "Las mujeres ahora somos esclavas del feminismo, ya que este no nos deja pensar ni actuar como queremos y los hombres ven lesionados sus derechos fundamentales", señaló la misma diputada en una entrevista reciente en El Debate.
Y del mismo modo que el partido ultra ha venido vetando diversas declaraciones institucionales contra la violencia machista, también ha sacado a relucir su negacionismo oponiéndose a guardar silencio por los feminicidios en espacios como la Comisión de Igualdad del Congreso. "Me gustaría que este minuto de silencio que vamos a hacer se hiciera por todas las personas que hayan sido asesinadas y por todos los homicidios", reclamó la diputada murciana Lourdes Méndez, en línea con la equiparación que su partido hace de todas las formas de violencia, al margen de los sesgos de género. En 2018, Javier Ortega Smith llegó a arremeter contra las "feminazis" y a sugerir que existen datos ocultos sobre hombres asesinados por mujeres.
Contra la interrupción voluntaria del embarazo
Si una mujer residente en Madrid, València o Cádiz pide cita en una clínica de interrupción del embarazo, es posible que a las puertas se tope con grupos antiabortistas jaleando contra ella y sus derechos. El problema del acoso frente a los centros está en la agenda política, pero Vox no sólo se niega a ponerle freno, sino que lidera una defensa a ultranza del movimiento antiabortista. En el debate parlamentario que planteaba penalizar este tipo de acoso, tanto el PP como Vox se desmarcaron del resto de grupos y la formación ultra votó en contra de la iniciativa. La diputada María de la Cabeza Ruiz defendió entonces la labor de los grupos ante las clínicas: han ayudado a "salvar la vida de 5.200 niños que estaban desahuciados en cinco años", clamó. El diputado José María Sánchez llegó a cargar contra la parlamentaria socialista Laura Berja, al grito de "bruja".
El pasado mes de septiembre, el Ayuntamiento de Madrid aprobó retirar las subvenciones públicas a entidades que acosen a mujeres ante las clínicas. Un movimiento que disgustó sobremanera al partido ultra. Después de que la moción saliera adelante, con el apoyo de Ciudadanos, el concejal de Vox Fernando Martínez Vidal publicó en redes sociales una fotografía de Begoña Villacís con su bebé: "La asaltacapillas [en referencia a la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre] ha conseguido que el Pleno municipal reconozca 'el derecho de toda mujer a ejercer su derecho al aborto en libertad' gracias al apoyo entusiasta de Begoña Villacís y un Ciudadanos sin norte". Martínez Vidal terminó eliminando el tuit y pidiendo disculpas.
Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, lo tiene claro: una mujer, afirma, no tiene "derecho a acabar con la vida de otro ser". En diciembre de 2019, la formación publicaba en su página web un manifiesto contra la libre interrupción del embarazo que ponía negro sobre blanco la posición del partido: "El aborto es el peor atentado contra los derechos humanos que tiene lugar en la sociedad actual".
Mujeres trabajadoras, mujeres migrantes, mujeres LGTBI
El equipo de Santiago Abascal no cree en la brecha salarial ni en la desigualdad de género en la esfera laboral. Conceptos como la feminización de la pobreza o la división sexual del trabajo quedan fuera de su vocabulario. En abril del presente año, la diputada valenciana María de los Ángeles Criado defendía en sede parlamentaria que si la mujer "cobra menos es sencillamente porque así lo decide ella". Esa supuesta decisión, sostuvo, parte de que son las mujeres trabajadoras quienes optan mayoritariamente por "trabajar, por ejemplo, a media jornada", blandió la parlamentaria. "No conozco a ninguna mujer que haya tenido impedimentos por ser mujer. Somos iguales a los hombres y conseguimos aquello que nos proponemos". La formación nada dice, sin embargo, del vínculo entre esas decisiones y el desigual reparto de los cuidados y las tareas del hogar entre hombres y mujeres. Una falta de corresponsabilidad que bebe directamente de los estereotipos de género que tienen impacto directo en el empleo.
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Por otro lado, existen dos frentes contra los que carga la formación y que dejan secuelas en la vida de muchas mujeres. El primero tiene que ver con los ataques constantes del partido a los extranjeros, especialmente aquellos en situación administrativa irregular. El segundo, está relacionado con su oposición encarnizada contra el colectivo LGTBI.
En cuanto a las personas migrantes, el partido mantiene una ofensiva contra los menores migrantes no acompañados, por lo que las mujeres en esa situación están directamente en el punto de mira. Vox también embiste contra los extranjeros con la intención de responsabilizarlos de las agresiones contra las mujeres. En los casos de violencia sexual, es habitual que el partido aluda al origen de los agresores, pero en raras ocasiones pone el acento sobre las mujeres víctimas migrantes, en una situación de violencia mucho más acuciante precisamente debido al "laberinto institucional" al que se enfrentan.
Aunque no específicamente, también llegan a las mujeres los dardos de Vox a las leyes de igualdad LGTBI. El partido quiere derogar la ley de 2005 que reconoce el matrimonio igualitario, defiende que las parejas homosexuales no puedan adoptar en igualdad de condiciones, rechaza que la escuela incorpore la diversidad en las aulas y cree que la conocida como ley trans es una aberración. El partido también defiende a ultranza las llamadas terapias de conversión. El pasado mes de julio, la diputada de la Asamblea de Madrid Alicia Verónica Rubio cargó contra "las leyes de género" y se preguntó "qué pueden sentir los madrileños que están en las colas del hambre sabiendo que el dinero de sus impuestos se va a gastar en inseminar parejas lesbianas".
La actriz Lola Herrera dice no entender que una mujer conceda su apoyo a Vox. Afirma que la extrema derecha no defiende los intereses de las mujeres y que el partido de Santiago Abascal trata de recuperar un pasado en el que ellas no tenían "ningún derecho". Ante las palabras de la artista este fin de semana en el programa Sábado Deluxe, los ultras han incendiado las redes sociales.