La ultraderecha
Guerra en Vox Jaén: del cambio de cerradura en el grupo municipal a la demanda contra la cúpula nacional
El 5 de junio de 2020, el diputado de Vox Francisco José Alcaraz, primero presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), luego solamente de la Asociación Jiennense de Víctimas del Terrorismo Verde Esperanza y ahora de la Asociación Voces contra el Terrorismo, presentó una denuncia interna contra la portavoz municipal del partido en Jaén, Salud Anguita. La acusó de difamarlo. De decir que había robado la medalla de oro que en 2006 le otorgó la ciudad a la segunda de las dos asociaciones arriba mencionadas. Mantuvo también que se burlaba de su vida personal quien había presidido el partido en la provincia hasta que la pelea interna derivó en la creación de una gestora en 2019. Y le atribuía, por citar otro elemento de la lista, ataques a su esposa.
La panoplia de acusaciones, falsas según Anguita, acabó con su suspensión de militancia por dos años. Aquello agrandó una brecha que ya existía desde años atrás y disparó el alcance de una guerra interna plagada de encontronazos que ha ido a más. Una vez dictada en abril la sanción que la inhabilitaba por 24 meses y la alejaba del partido, la concejala presentó una demanda. Y esa demanda, en poder del juzgado de primera instancia número 1 de Jaén, coloca sobre la cúpula de Vox una espada de Damocles que amenaza con provocar daños de relevancia: porque una derrota implicaría no solo la nulidad de la sanción sino que se considere probado que el partido vulneró derechos fundamentales de la concejala. ¿Qué alega para sostenerlo? Entre otros argumentos, que fue sometida a un expediente disciplinario sin garantías y que, en aplicación de la ley, debió quedar resuelto como mucho en seis meses, no en 10. El juicio ya tiene fecha: el 10 de enero. Así lo confirmó la propia Anguita a infoLibre. La concejala rehusó aportar más datos o pronunciarse sobre el caso. Los portavoces oficiales de Vox no respondieron.
Pero lo del párrafo anterior no es todo. Porque el choque ya crónico entre las dos partes llevó a que alguien cambiara la cerradura de las dependencias municipales asignadas a Vox. ¿Cuándo? Una vez que Anguita se reincorporó el pasado 26 de octubre tras una larga baja médica. La concejal se quedó literalmente fuera y sentada en el pasillo dos semanas. Finalmente, el martes de la semana pasada, el otro concejal de Vox –Manuel Ureña– comunicó por carta al consistorio que el día antes ya se le había facilitado una llave. Y remató su escrito, del que ha obtenido copia este periódico, pidiendo... un "despacho independiente". Con una "causa pendiente de resolución judicial" –es decir, la demanda–, resulta absurdo compartir espacio físico, venía a decir Ureña. No consta que el espacio ideológico sea el que ha separado a ambas partes sino el orgánico, que ya ha provocado en Vox un goteo de episodios de crisis en distintas provincias. Procedente de Ciudadanos (Cs), Anguita saltó a Vox tras una sonada bronca con el líder andaluz de Cs, Juan Marín, que en 2016 acabó en ruptura. Sus simpatizantes niegan que, en contra de lo publicado por distintos medios, la expulsara Ciudadanos. Una vez en el equipo de Abascal, ocupó el cargo de vicesecretaria de implantación territorial.
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El viernes, infoLibre pidió a los portavoces oficiales de Vox tanto a escala estatal como andaluza su versión sobre lo sucedido, con mención expresa al cambio de cerradura y al juicio pendiente por la demanda de protección de derechos fundamentales formulada por Anguita. Les pidió también que trasladasen el mensaje a Francisco José Alcaraz, con quien Santiago Abascal comparte una larga trayectoria por la participación de ambos en organizaciones contra ETA. No hubo respuesta. Este periódico intentó igualmente contactar con Voces contra el Terrorismo, domiciliada en Madrid según el Registro de Asociaciones y activa y así lo indican sus movilizaciones contra los recientes homenajes a terroristas como el de Henri Parot. No fue posible localizar ningún teléfono de la asociación. En su web tampoco se facilita ningún número o email de contacto.
El choque entre la dirección de Vox y Anguita ha alcanzado tal dimensión que la edil díscola no solo conserva su puesto como portavoz sino que no se plantea dejar el cargo. A su favor juega la existencia de un informe del secretario municipal que ya en abril denegó la petición del partido para que se le ordenase pasar a la condición de "no adscrita". Lo sustancial que concluye tal informe es que la concejala seguirá con la marca de Vox en tanto no haya "constancia" de que el partido la ha expulsado de manera "definitiva y firme", lo cual no ha sucedido. El texto aparece fechado el 26 de abril. Es decir, apenas 11 días después de trascendiese el acuerdo de inhabilitación por dos años y de que algunos medios dieran por hecho que aquello equivalía a una expulsión. ¿Qué ocurrirá el próximo pleno municipal? Será el primero desde abril en el que se prevé la asistencia de Anguita. La sesión municipal –en principio, se prevé celebrarla el último viernes del mes– operará como un verdadero banco de pruebas.
Su entorno asegura que la bronca y el cambio de cerradura en el despacho municipal de Vox han obligado a Anguita a hacer guardia dos semanas y dos días y desde el 25 de octubre ante la puerta que antes de todo esto cruzaba a diario. Lo que cuenta ese entorno lo ratifican personas ajenas a cualquiera de las dos facciones de Vox y que se mueven con frecuencia por el consistorio jiennense, cuyo gobierno lo conforman 11 ediles del PSOE y uno de Ciudadanos. Ahora, la oficialmente portavoz de Vox a efectos del consistorio y persona no grata para el partido a efectos políticos ha vuelto a tener llave. Pero su demanda amenaza a Santiago Abascal y su equipo con encontrarse ante una condena nada menos que por vulneración de derechos fundamentales.